JOHN COLTRANE. MY ONE AND ONLY LOVE
Buscando leones en las nubes os da la bienvenida una semana más, aunque no una cualquiera porque hoy cerramos las emisiones por este curso y hasta el próximo mes de septiembre. Y lo hacemos con el capítulo postrero de la serie de homenaje a John Coltrane que con ocasión de cincuentenario de su muerte os estamos ofreciendo desde hace quince días.
Hoy, al igual que en la emisión precedente, os propongo un nuevo acercamiento a la dimensión más recogida, más amable, más intimista y delicada del músico norteamericano, esa que aflora en sus baladas y en discos como The gentle side of John Coltrane o en recopilaciones como John Coltrane for lovers, quizá en exceso comerciales, aunque ya sabéis que en nuestro espacio no presumimos de exquisitez y por ello no ponemos reparos a la belleza aunque venga avalada -para tantos depreciada- por la aceptación mayoritaria. Y belleza hay, a raudales, en las versiones que hace nuestro invitado -en algún caso, como ya ocurriera el lunes pasado, acompañado por la grave y magnífica voz de Johnny Hartman- de algunos clásicos, standards muy conocidos de la historia de la música popular.
Intercalados entre los temas musicales, os presento sugestivos fragmentos de My favorite things. Conversaciones con Coltrane, el libro de clarificadoras entrevistas con Coltrane, y de A Love Supreme y John Coltrane, la monografía de Ashley Kahn sobre la obra mayor del saxofonista. En ellos afloran las opiniones del artista sobre su propia obra, sobre la experimentación y la creatividad, sobre la inspiración y las emociones que despierta la música.
De esta manera, Elena Villegas, responsable del buen funcionamiento de los artefactos electrónicos, y Alberto San Segundo, que pone su inspiración y su sensibilidad, sus ideas y su gusto, sus buenas intenciones y su muy mejorable voz al servicio de cada programa, os decimos así adiós, confiando en que hayáis disfrutado de la emisión y de todas las anteriores -quinientas setenta y cinco en total llevamos ya- e invitándoos a estar con nosotros dentro de un mes, exactamente el 4 de septiembre, en que empezaremos un nuevo curso con más música y más literatura. Pasad un muy buen mes de agosto. Hasta pronto. Adiós.
He estado leyendo un libro sobre la vida de Van Gogh, y he tenido que hacer una pausa y pensar en esa maravillosa y persistente fuerza: la urgencia creadora. La urgencia creadora estaba en ese hombre que se encontraba en total desacuerdo con el mundo en que vivía. Y, a pesar de la adversidad, las frustraciones, los rechazos, un arte vivo y magnífico surgió de él, desbordándolo. ¡Si pudiera estar aquí hoy! La verdad es indestructible. Por lo que se ve, la historia muestra (y lo mismo ocurre hoy) que el innovador suele ser condenado en cierta medida; generalmente según el grado en que se aleja de los modos de expresión predominantes, o como quieras llamarlo. El cambio siempre es difícil de aceptar. También vemos que esos innovadores siempre intentan revitalizar, ampliar y reconstruir el statu quo en sus respectivos terrenos siempre que sea necesario. Muchas veces son rechazados, completamente marginados, considerados ciudadanos de segunda, etcétera. Precisamente por las sociedades a las que aportan tanto sustento. Muchas veces son personas que soportan graves tragedias personales en sus vidas. Sea cual sea el caso, aceptados o rechazados, ricos o pobres, siempre les guía esa constante eterna, la urgencia creadora. Cuidémosla y alabemos por ella a Dios. John Coltrane