No sé cuánta gente oirá mi programa. A veces sospecho que no está oyéndolo nadie, lo que se dice nadie: cero personas en total, y eso me produce una sensación de afantasmamiento: la voz inútil que suena en la noche vacía. Y entonces me siento como un turista belga que tocase el acordeón o similar en mitad del desierto de Nafud o similar. (Felipe Benítez Reyes)
martes, 28 de enero de 2025
LA VIDA QUE VIVIRÁS SIN MÍ
El pasado 18 de octubre, la escritora argentina Leila Guerriero publicó en el diario El País una columna, con el título de Cosecha tardía, en la que recogía, en sus propias palabras, una cosecha de fragmentos reunidos a lo largo de años. Sobre la base de la mayor parte de esos textos e incorporando algunos otros de mi propia “colección” -tengo infinidad de citas literarias recopiladas desde hace décadas-, he "construido" la presente emisión que, junto a los textos, casi todos poéticos y con el amor como motivo central, os permitirá escuchar una docena de temas musicales, también con el amor como núcleo principal.
Los autores de los fragmentos escogidos son Anne Carson, Sharon Old, Noah Baumbach, Cristina Peri Rossi, Heather Christle, Philip Roth, Truman Capote, Juan Luis Panero, William Butler Yeats, Juan Ramón Jiménez, Eduard Márquez y Maggie Smith.
Las canciones, espléndidas, han sido interpretadas por Cigarettes after sex, Sofi Tukker, Emiliana Torrini, Kovacs, Andie Case, Norah Jones, Elise LeGrow, The Devlins con Sharon Corr, Diana Krall, Rosie Thomas, Patty Griffin y Herbie Hancock con Damien Rice y Lisa Hannigan.
La vida que vivirás sin mí
martes, 21 de enero de 2025
TRES CERILLAS
La presente emisión pone fin a la breve serie que desde hace una semana estamos dedicando a un doble homenaje a sendas figuras clave de la cultura francesa, la cantante Françoise Hardy, fallecida el pasado verano y cuyo octogésimo primer aniversario se hubiera celebrado hace tres días, y el poeta Jacques Prévert que nació en 1900, hace ahora ciento veinticinco años. En el programa escucharéis mi lectura de diecisiete poemas del escritor, que aparecerán entre otras tantas canciones de la intérprete, para completar así un total de treinta y cuatro espléndidas muestras de las valiosas obras de ambos artistas.
La música de Hardy, elegante, melancólica, algo triste, emociona a través de su voz íntima, delicada, seductora, a veces susurrante; una voz que canta sobre el desorden de los amores de hoy, la peligrosa libertad del amor liberado, el tormento inquietante del amor perdido, encontrado, compartido, como escribió el propio Prévert, en una nota para el programa de la segunda presentación de la cantante en el mítico Teatro Olimpia de París, en 1965. Jacques Prévert, entonces ya una figura indiscutible del Parnaso galo, salía así en defensa de la muy joven cantautora, no demasiado valorada por los adustos intelectuales de la época, incapaces de superar sus prejuicios ante la deslumbrante aparición de una chica guapa, moderna (yeyé, en la jerga del momento), que cantando a la dulzura y la aflicción del amor y aparentemente ajena a los “grandes temas comprometidos” (el clima que anticipaba el mayo de 1968), protagonizaba las portadas de las revistas de moda. Y sin embargo, ella, convertida hoy en leyenda, y él, el poeta más leído de Francia, brillan aún en estos días, seis décadas después y siguen vivos en el recuerdo de millones de personas.
Al igual que el lunes pasado, dejo hoy de lado algunas de las vertientes más relevantes de la poesía de Prevért -el compromiso pacifista, la defensa de la libertad, la denuncia de la injusticia y la opresión, la solidaridad con los débiles, los juegos verbales- para buscar en sus poemas amorosos la confluencia con el universo musical de Françoise Hardy.
Espero que la evocación de ambas figuras, quizá desconocidas para muchos de los oyentes más jóvenes de Buscando leones en las nubes, pueda descubriros a un poeta formidable, tierno e irónico, emotivo y lúcido, y a una cantante creadora de una música de una elegancia, una sensibilidad y una belleza extraordinarias.
Tres cerillas
martes, 14 de enero de 2025
TODOS LOS CHICOS Y CHICAS
Buscando leones en las nubes os da la bienvenida a un 2025 que espero sea dichoso y feliz para todos vosotros. Empezamos el nuevo año con un doble recuerdo, que quiere ser también homenaje y celebración a dos figuras muy relevantes en cada uno de los dos campos en los que se desenvuelven habitualmente las emisiones de nuestro espacio, la música y la literatura. En la primera de esas dos vertientes, el protagonismo del programa de esta noche, y del de la semana próxima, recae en Françoise Hardy, la melancólica, romántica, sensible, elegante, delicada, algo lánguida y guapísima cantante francesa, un icono de la escena musical de los años sesenta, que, como sabéis, nos dejó en junio de 2024 a la edad de ochenta años. Y es que la cantautora, también modelo, actriz y hasta escritora ocasional, había nacido en 1944, exactamente el 17 de enero, razón por la que he decidido programar estas dos emisiones en estas fechas que enmarcan su aniversario.
Françoise Hardy, la chica con los ojos más grandes y tristes del mundo, como ha escrito Javier Memba, fue la representación emblemática de la década prodigiosa, la de los sesenta del pasado siglo. Su figura marcó una época desde su fulgurante irrupción con apenas dieciocho años con Tous les garçons et les filles, que apareció en mayo de 1962 formando parte de su álbum de debut. Su voz sensual y cautivadora, la inocencia juvenil y la tristeza soñadora de sus letras, con una recurrente presencia en ellas del amor, la atmósfera suave, dulce, íntima de sus canciones, su imagen seductora, a la vez sugerente e infantil, amable y hasta melosa pero también inconformista y rebelde, su indiscutible encanto personal, su elegancia sexy que hacía que se la disputaran las firmas de moda, la convirtieron en un referente indiscutible de aquel tiempo y la elevaron, transcurridos los años, a la condición de mito de la canción y la cultura francesas. Entre los dos programas sonarán cerca de treinta y cinco temas de su repertorio, la mayor parte de ellos, como digo, relativos al amor, en una muestra representativa de su obra.
Para complementar la sensibilidad exquisita que rezuman las canciones de Hardy, he elegido los versos de un poeta, también francés, sin duda el más popular del país galo, Jacques Prévert, que, nacido el 4 de febrero de 1900 -cerca, pues, de cumplirse los ciento veinticinco años desde entonces-, murió en 1977, hace ya casi cincuenta. La poesía de Prévert parece no guardar, en una lectura superficial, demasiadas concomitancias con la propuesta de la cantante. Sin embargo, hay una muy clara coincidencia en la importante presencia del amor en la obra de ambos, aparte del vínculo personal, el respeto y la admiración mutuos muy intensos, como refleja un poema -Una planta verde-, que el escritor dedicó a la intérprete y que figuraba en el programa de la segunda actuación de Françoise Hardy en el Olympia de París: En los invernaderos de la ciudad, una planta verde canta a la vida, reza su primer verso.
La poesía de Prévert bebe de los postulados del surrealismo, la escritura automática, las asociaciones inesperadas, las imágenes imprevisibles y deslumbrantes, los juegos con las palabras, las repeticiones, las enumeraciones. Sus temas más destacados son el alineamiento con la causa de los oprimidos, los marginados, los desvalidos; el rechazo furibundo a la guerra, al militarismo, al poder autoritario, a la opresión, a la miseria, a la injusticia social; su lúcido escepticismo y sus corolarios: el humor, siempre burlón y algo cínico, la demoledora causticidad cercana a los planteamientos anarquistas, la ironía que desvela el absurdo del mundo. Pero también, como he señalado, el amor, dulce, tierno, sensual, siempre erótico. Son estos poemas de amor -algunos de los cuales han ido apareciendo en Buscando leones en las nubes a lo largo de nuestra extensa trayectoria- los que acompañan la recogida y muy sensible música de Françoise Hardy. Casi todos ellos están extraídos de Palabras, una recopilación, traducida por Federico Gorbea y publicada por Lumen que yo tengo en su primera edición de 1980.