martes, 2 de diciembre de 2025
ENCUENTRO CON LA MUERTE
Esta semana llegamos a la segunda y penúltima entrega de la breve serie que desde hace siete días os estamos ofreciendo con la muerte como eje central tanto en la vertiente literaria como en la musical del espacio. En el primero de estos dos ámbitos, el protagonismo recae en Vivir con nuestros muertos, un muy interesante libro de la rabina francesa Delphine Horvilleur, en el que, sobre la base de su profundo conocimiento de la tradición hebrea y partiendo de la experiencia que deriva del ejercicio de su magisterio espiritual, construye un apasionante ensayo, poblado de muy valiosas, atinadas y lúcidas reflexiones sobre el impacto de la muerte en las vidas de quienes aún sobrevivimos. Un libro espléndido, luminoso pese a lo aparentemente sombrío de su tema principal, con el que su autora pretende alejar el tabú que sobre la muerte impera en nuestras sociedades, que la ocultan, la disimulan, la rodean de eufemismos, la condenan, en definitiva, a ese silencio que Horvilleur busca quebrar con sus palabras.
Unas palabras que hablan del dolor, de la incredulidad, del miedo, de la desesperación, de la aceptación, del coraje, de la resignación, de la tristeza, del asombro, de la perplejidad, de la rebeldía, de la negación, de la ira, que, en mayor o menor medida, acompañan a la muerte cuando comparece en nuestras vidas. Unas palabras, además, bellísimas, engarzadas en una escritura precisa, de léxico muy rico, rebosante de erudición pero a la vez sencilla y hasta pedagógica, radiante y vital, llena de un muy acusado humor que rebaja la solemnidad de los temas tratados, rezumando sensibilidad, inteligencia, empatía y ternura, muy conscientemente pensada para lectores no especializados. La prosa, que hibrida géneros (relato autobiográfico, prédica pastoral y ensayo sobre el judaísmo) oscila entre el tono coloquial de anécdotas, chistes o escenas desopilantes en velatorios, y las abundantes manifestaciones de una muy alta cultura, con constantes profundizaciones etimológicas, pormenorizados análisis de las tradiciones y rituales hebreos y referencias a películas, canciones y obras literarias que la escritora, con talento e inteligencia, engarza, a través de metáforas inspiradas y vínculos muy sugestivos, con los distintos asuntos analizados. De ese muy esclarecedor texto he elegido una treintena de fragmentos para completar el ciclo entero, diez de los cuales forman parte de la emisión de esta noche.
Como acompañamiento musical a las inspiradas palabras de la escritora francesa, he escogido otras tantas canciones que, como es obvio, tienen también un muy perceptible tono fúnebre, bien porque abierta, directa y literalmente nos hablan del funesto adiós a la vida, bien porque en sus letras la muerte comparece en algunos de sus sentidos simbólicos y metafóricos, como la desaparición, la partida o la pérdida. Los tres programas del ciclo se abren y se cierran con sendas versiones de un mismo tema, el desgarrador y, pese a ello, bellísimo Flirted With You All My Life, del infortunado Vic Chesnutt. Chesnutt, fallecido con cuarenta y cinco años, padeció, en su corta vida, una existencia difícil, marcada por la tetraplejia en la que lo sumió un accidente de tráfico a los dieciocho años y coronada por un suicidio en la Navidad de 2009, cuya última causa, más que probable, estaba en las dolencias físicas y espirituales derivadas de su estado. Su música, sin embargo, es magnífica y, en concreto el tema elegido como apertura y cierre de las tres emisiones, emocionante y estremecedor. Los responsables de esta mortuoria aunque espléndida banda sonora son Lotte Kestner, Coldplay, Luciana Souza con Oscar Castro-Neves, Henri Salvador, Eric Clapton, Tony Childs, Ane Brun, Antony and The Johnsons, Rosie Thomas y Brigth Eyes.
Imagen: Fotograma de El séptimo sello, película dirigida por Ingmar Bergman en 1957
Encuentro con la muerte
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