TOM WAITS. TODOS ME CONOCEN EN EL VERTEDERO
Que me apasiona Tom Waits es algo que a ningún seguidor habitual de Buscando leones en las nubes le puede pasar desapercibido. Son numerosas las ocasiones en las que sus canciones han aparecido en diversas ediciones del programa, sin contar el hecho de que su obra ha protagonizado hasta cuatro de nuestras emisiones monográficas. Ya anticipé hace muchos meses que el genial cantautor californiano cumple sesenta años el próximo siete de diciembre, y que por ello, como homenaje y celebración de su inmensa figura artística, Buscando leones en las nubes iba a continuar con la serie de programas que desde hace un año hemos dedicado a su compleja personalidad. Si en ocasiones precedentes os he ofrecido sus preciosas canciones y sus interesantes letras o he mostrado los paralelismos de su obra con la de Raymond Carver, dos almas ciertamente gemelas, en los cuatro programas que quedan para finalizar el trimestre quiero que escuchéis, otra vez, cerca de cuarenta de sus canciones, aunque en las voces de otros intérpretes pertenecientes a territorios musicales muy alejados, a veces, al del músico de Pomona. En concreto, la emisión de esta semana os trae las personales versiones de Madeleine Peyroux, Solveig Sleitajell, Scarlett Johansson, Everything but the girl, los Ten Thousand Maniacs con Natalie Merchant al frente, Rod Stewart, Megan Mullally, Holly Cole, Lisa Bassenge, Carla Bozulich y Norah Jones. El resultado de la puesta en común de tan diversas aproximaciones a la música de Tom Waits es, a mi juicio, delicadísimo, intenso y memorable, por lo que estoy seguro de que no sólo los fanáticos del californiano, sino incluso quienes puedan denostarlo, encontrarán en este programa motivos para el regocijo, el disfrute y el placer. Y es que en este sentido, dejadme deciros de modo algo inmodesto que si estos programas sobre Tom Waits me entusiasman es, sobre todo, por la maravilla de las canciones, ya que lo esencial de estos cuatro últimos Buscando leones en las nubes del año 2009 se concentra en la música, en esas espléndidas canciones que irán saliendo al aire en las inspiradas -y en ocasiones inesperadas- versiones de tantos músicos excelentes que se acercan así, con respeto y veneración, a la obra de Tom Waits.
Es posible, en cambio, que la experiencia no sea similar -esto es, que no haya motivos para el entusiasmo apasionado- en lo que se refiere a los textos del programa que, a priori, operan como mero relleno, como elemental argamasa que me permite unir una y otra pieza musical. He entresacado del libro Tom Waits: conversaciones, entrevistas, opiniones, escrito por el periodista norteamericano Mac Montandon y publicado por la editorial Global Rhythm, algunas reflexiones de Tom Waits sobre todo lo divino y lo humano: el matrimonio y la familia, la amistad, la noche, el alcohol, la creación artística, la celebridad y la fama, el cine, y, sobre todo, la música, los secretos de la composición, la innovación y los experimentos musicales, la industria del disco, su propia trayectoria artística, su influencias, sus manías. El libro, indispensable para los seguidores de Waits, recoge cuarenta entrevistas a las que el músico se sometió a lo largo de más de treinta años en diversos medios de todo el mundo. Y no es que las palabras de Tom Waits sobre los temas mencionados constituyan una extraordinaria aportación a la historia del pensamiento universal, pero en tanto permiten descubrir su personalidad (aunque miente como un bellaco, confunde voluntariamente a los periodistas, siembra de pistas erróneas las entrevistas, ‘construye’, en suma, una falsa identidad verdadera), en tanto sus desinhibidos comentarios complementan el universo de sus canciones pueden resultar reveladores, teniendo, además, una cierta gracia, pues casi siempre aflora su vitriólico humor. De modo que proporcionan un marco idóneo para escuchar sus canciones, esas canciones en las que se concentra la depurada esencia de su inconmensurable talento artístico.
Es posible, en cambio, que la experiencia no sea similar -esto es, que no haya motivos para el entusiasmo apasionado- en lo que se refiere a los textos del programa que, a priori, operan como mero relleno, como elemental argamasa que me permite unir una y otra pieza musical. He entresacado del libro Tom Waits: conversaciones, entrevistas, opiniones, escrito por el periodista norteamericano Mac Montandon y publicado por la editorial Global Rhythm, algunas reflexiones de Tom Waits sobre todo lo divino y lo humano: el matrimonio y la familia, la amistad, la noche, el alcohol, la creación artística, la celebridad y la fama, el cine, y, sobre todo, la música, los secretos de la composición, la innovación y los experimentos musicales, la industria del disco, su propia trayectoria artística, su influencias, sus manías. El libro, indispensable para los seguidores de Waits, recoge cuarenta entrevistas a las que el músico se sometió a lo largo de más de treinta años en diversos medios de todo el mundo. Y no es que las palabras de Tom Waits sobre los temas mencionados constituyan una extraordinaria aportación a la historia del pensamiento universal, pero en tanto permiten descubrir su personalidad (aunque miente como un bellaco, confunde voluntariamente a los periodistas, siembra de pistas erróneas las entrevistas, ‘construye’, en suma, una falsa identidad verdadera), en tanto sus desinhibidos comentarios complementan el universo de sus canciones pueden resultar reveladores, teniendo, además, una cierta gracia, pues casi siempre aflora su vitriólico humor. De modo que proporcionan un marco idóneo para escuchar sus canciones, esas canciones en las que se concentra la depurada esencia de su inconmensurable talento artístico.
Y en la sección de vídeos, tendremos también a Tom Waits sin Tom Waits. Ya sabéis que Scarlett Johansson publicó un cedé entero de canciones del californiano, un disco curioso y estimable (sin más) con el título de Anywhere I lay mi head (hace algunas semanas ha visto la luz The break up, su segunda incursión en los estudios de grabación, en el que canta a dúo con Pete Yorn: no está mal, hay que escucharlo sin prejuicios). Os ofrezco cuatro muestras de ese primer disco “waitsiano” con la magnética y arrebatadora presencia de la actriz. Las interpretaciones, sin resultar aborrecibles, no son gran cosa (a veces da la impresión de que desafina), pero quién podría sustraerse al encanto de su intérprete (su belleza nos haría soportarla hasta cantando El torito guapo). De modo que, sin solución de continuidad (no hay tiempo ni para respirar), aquí están Yesterday is here, Anywhere I lay my head, Green grass y la magnífica Falling down. A propósito de la insoportable (en sentido literal: es demasiada su perfección para la limitada naturaleza humana) belleza de Scarlett Johansson, una belleza (ya lo escribí aquí en otra ocasión) espiritual, como lo son todas las que de verdad importan, más allá de la irrelevante y trivial y grosera y onanista exhibición de los calendarios, recuerdo que un personaje de una película de Fernando Trueba le decía a la protagonista (he olvidado quién era la actriz): Eres tan hermosa que sólo mirarte produce dolor. Pues eso… ¡¡¡a sufrir!!!
Tom Waits. Todos me conocen en el vertedero
Tom Waits. Todos me conocen en el vertedero
Si alguien considera a esto cantar, es que no tiene ni la más mínima noción de lo que supone la música.
ResponderEliminarPensé que este blog era serio. Lástima de vídeos.Desmerecen el post.
Saludos
Jeje!!! los hombres, la inteligencia y la belleza espiritual...ajaj!!!
ResponderEliminarEfecto halo???
ResponderEliminarHola a todos y gracias, una vez más, por vuestra participación.
ResponderEliminarEscribo este vez, no obstante, para hacer algunas puntualizaciones a partir de las reacciones que ha provocado la aparición, al parecer controvertida, de Scarlett Johansson en los vídeos de la semana pasada (iba a escribir ‘de la bella Scarlett Johansson’, pero me contuve al final, no vaya a ser que decidáis crear un comité de linchamiento).
Me explicaré: Uno, creo que en lo sustantivo estoy de acuerdo con nuestro primer anónimo comentarista: ‘Ella’ no es una buena cantante (y hasta, a lo mejor, si me pongo blando, puedo aceptar que no es ni siquiera una cantante). De hecho (releed el texto de esa entrada) ello quedaba claro en mi presentación (las interpretaciones no son gran cosa, a veces da la impresión de que desafina); aun así, me gusta su versión del Fannin Street que ofrecí en el programa.
(Continúo en otro comentario, éste es demasiado extenso para que blogger me lo admita)
Dos, sin embargo discrepo en lo adjetivo, en las calificaciones. Soy ya lo suficientemente mayor como para rehuir, en el terreno intelectual, las manifestaciones categóricas (y como para babear, lo admito, ante la belleza de las mujeres): todo lo miro con una cierta distancia, sin demasiado énfasis, tiendo a rebajar la magnitud de las opiniones excesivamente contundentes: no creo en ‘La Auténtica Música’, ni en ‘La Verdadera Literatura’, ni en ‘El Genuino Amor’, no creo en dogmas ni en valores inmutables, incontaminados en su perfección, ni en nociones demasiado rotundas, no creo en grandes verdades que se enuncian con mayúsculas (ni siquiera esa ‘Belleza’ a la que me refiero de continuo es para mí otra cosa que el afortunado juego de ciertos compuestos químicos azarosamente entrelazados, complementado con grandes dosis de ilusionada ceguera). De modo que no canta bien, claro que no, pero de ahí a concluir que colgar sus vídeos en el blog, mirarlos, poder escucharla, incluso apreciar alguno de sus logros suponga no tener ni noción ‘de lo que supone la música’ hay un salto para mí infranqueable. ¿Cuánta gente no habrá que piense que las interpretaciones de Tom Waits no son más que ruidos guturales, regurgitaciones de un borracho descolocado (o permanentemente colocado, lo que viene a ser igual)? ¿Cuánta la que desprecia la música africana, así, en general, por considerarla repetitiva y monótona? ¿Cuánta a la que Leonard Cohen le parece un muermo insoportable? ¿Cuánta que rechaza a Antony and the Johnsons o a los Tindersticks (por citar sólo dos ejemplos de grupos a mi juicio -reitero, a mi juicio- excelentes pero que son criticados, incluso en este foro)? Y sin embargo a mí me gustan, y mucho, por lo que igualmente puedo entender que gusten a otros aquellos a quienes yo detesto… ¿Detesto?, no detesto a casi nadie (insisto, hablo en un plano intelectual, si vamos a la realidad cotidiana la lista sería interminable, empezando por Juan Manuel de Prada y terminando… no, de verdad, no terminaría nunca), siempre intento reconocer aquellos aspectos que son apreciados por otros, sin empecinarme demasiado en mis propios apriorismos. Por ejemplo, y como muestra significativa, me estomaga Sabina, su pose de maldito, sus letras falsamente cómplices, su música tramposa… y sin embargo ha llenado dos días en Salamanca, y se prepara a hacerlo con reiteración por toda España en los próximos meses… ¿deberé descalificarlos a todos, a él y a sus miles de seguidores, por ‘no tener la más mínima noción de lo que es la música’? No, no, mi querido primer anónimo comentarista, déjame que manifieste mi cautela calificatoria (que por otro lado ya afloraba en la discutida -y al parecer mal leída, o mal entendida- entrada del blog): disco estimable y curioso (sin más), merecedora (ella) de ser escuchada sin prejuicios, interpretaciones que no llegan a resultar aborrecibles… términos, como ves, prudentes y respetuosos, mucho más, creo, pero de nuevo puedo errar en mi enfoque, que desmerecer, lástima de vídeos, creí que el blog era serio, no tener la mínima noción de lo que es la música… En resumidas cuentas, pienso que, sin caer en el fácil relativismo del todo vale, aquí cabemos todos… pero en fin…
ResponderEliminar(continuará...)
Con respecto a las demás comentaristas (sois mujeres, no lo neguéis; si es que no sóis sólo una, si es que no navegáis juntas por el inmenso Mediterráneo), qué deciros, siento tu risa sardónica, anónima número 2 (esos jeje, ajaj): La inteligencia, la belleza, la espiritualidad… eso es el alma de las mujeres, algo que toca profundamente lo más importante de mi propia vida; tanto que duele (porque es una aspiración, es un ideal inalcanzable, es una de esas mayúsculas en las que no creo pero que sin embargo busco, en un imposible ansia de perfección). ¿Efecto halo?, anónima número 3, pues claro que sí, como es natural, porque cuando la perfección (o su apariencia) te roza, su influjo todo lo impregna (aunque no tanto como para obnubilar el juicio: bella y todo, lo sé, no canta bien).
ResponderEliminarEn fin, gracias de nuevo a todos por vuestra participación. Espero que sigáis ¿disfrutando? del blog.
PD.- Para templar ánimos, los vídeos de las próximas entradas serán de Pavarotti… ¡¡desnudo!! (el que avisa no es traidor); así aseguro la excelencia musical sin que pueda sospecharse ningún reprochable automatismo de hombre en celo (aunque vaya usted a saber…)
Soy la persona que ha cuestionado su post y me voy a permitir dar respuesta a su comentario.
ResponderEliminarEvidentemente, uno puede colgar en un post lo que desee. Soy alguien que acostumbra a pasearse por el universo de la Blogosfera y he podido constatar que al menos el 95% de los 'posteadores' lo hacen con un fin: buscar la alabanza del público que los visita. A mi, me gusta el otro 5% restante, los que valoran el espíritu crítico en los comentarios.
Una vez expuesta mi forma de entender los comentarios en este mundo virtual, le contesto a lo que refiere usando, a mi modo de entender, erroneamente, el amplio espectro de lo que se entiende como MÚSICA ( así, con mayúsculas). Uno es músico, sea un pseudo-homeless tipo Waits, un tipo demasiado reiterativo y encasillado ( sigo apostillando que a mi juicio) Cohen, un ser indefinido como Hegarty e incluso un despojo vocal como Sabina, repito, uno es músico cuando le sale del interior, de alguna parte indefinida y a la vez clara. Y eso, amigo mío, se percibe.
En el caso de la señora Johansson, brilla por su ausencia. Es mero producto de marketing. Es igual que ( ahora, usted pondrá el grito en el cielo) lo que ocurrió cuando a un señor de Ubrique, parece ser que torero de profesión, le grabaron un disco. Es exactamente lo mismo (belleza excluida, obviamente). Las versiones que pueda ejecutar (realmente pienso en un patíbulo) esta actriz suenan igual que si el matador interpretara el My way de Sinatra. Simplemente es hacer apología del mal gusto.
(Continúo)
ResponderEliminarDe cualquier forma, paseo por este blog, y lo seguiré haciendo, porque lo considero bien trabajado. Está en el 5% de los que son verdaderamente interesantes. Y, como voy a seguir pasando por aquí (ya que la blogosfera es un mundo libre) continuaré dejando comentarios cuando me parezca oportuno (y estos pueden ir en una dirección o en la opuesta).
No creo que sea usted del amplio grupo de los bloggers que sólo admiten las alabanzas. No me dio esa impresión hasta ahora. El extraer una conclusión favorable de una crítica negativa es directamente proporcional a la inteligencia de las personas (y presupongo que usted lo es).
En cualquier caso, usted es el 'jefe'. Si no le es placentero leer todo tipo de crítica, quizá sería conveniente que colocara un luminoso a la entrada de su blog con un cartel que rece: "Sólo admito el sobeteo verbal"
Ah, también existe otra opción, que supongo conoce, y ésta es la moderación de los comentarios.
Para terminar, también soy mujer (aunque creo que mi halo es inexistente) y coincido con usted en mi 'pasión' por De Prada.
Lamento la extensión y el ocupar de nuevo su espacio
Un saludo
Hola soy Umo!!, uno de los anónimos... vaya susceptibilidad con la Johansson!!! si canta mal, no la pongas... las guapas no tienen caber en todos los sitios....que mucho más original es Tom Waits... y así continuamos con las buenas selecciones a las que nos tienes acostumbrados... y así el blog está mas en consonancia y tu exquisitez al hacer la selección también...
ResponderEliminarGracias Alberto por tus espacios, no seas tan susceptible a las críticas... y gracias al resto de 5% que no todo son mujeres...
hasta pronto exploradores...
yo soy mas de navegar por la vida....
Anónimo Umo ¿Qué Umo eres? ¿El Umo,Grande y Libre?
ResponderEliminarHola a todos
ResponderEliminarTercio una vez más (espero que sea la última) en la (pequeña) polémica suscitada por mi inocente decisión de ofreceros unos vídeos de Scarlett Johansson, acrecentada tras las réplicas y contrarréplicas de la 'anónima comentarista'.
Como no quiero castigar aquí a la 'audiencia' con mi farragosa escritura y como, en efecto, se trata de un texto largo que no cabe en un simple comentario al blog, dejo aquí el enlace a la página que os permita consultar (si estáis tan interesados en el asunto como para hacerlo, cosa que dudo) el texto completo de mi aportación al debate.
http://www.scribd.com/doc/24046942/Polemica-Scarlett
Saludos a todos (especialmente a los sufridores que accedan a mi interminable discurso)