SOÑAR AÑOS
Esta semana nuestra emisión continúa desarrollando la idea que presentamos hace siete días con ocasión del 2 de octubre de 2012, esa fecha capicúa que el lunes pasado nos proporcionó la excusa para confeccionar un programa palindrómico en el que los textos podían leerse indistintamente de derecha a izquierda o viceversa y en el que las canciones se repetían del comienzo al final de la emisión y también en sentido contrario, conformando así una edición circular de Buscando leones en las nubes.
Así será también en este caso, en los dos apartados habituales, el musical y el literario, del programa. Doce serán las interpretaciones que podréis escuchar, dos visiones distintas de seis canciones diferentes (What difference does it make, Where the streets have no name, Bachelorette, Pale blue eyes, I'm on fire y Knockin’ on heaven's door) que aparecerán primero en su versión original y luego, en la segunda parte del programa, en sus atractivas y a veces más logradas recreaciones. The Smiths, U2, Björk, The Velvet Underground, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Antony and The Johnsons, Sophie Milman, Andrea Corr, Badi Assad, Térez Montcalm y Stranded Horse son los intérpretes de la interesante banda sonora de la emisión.
Los textos que se ofrecen entre las piezas musicales son, obviamente, palíndromos, entresacados de un libro muy singular, curioso y llamativo. Se trata de Palindromeando o del Arte palindrómica. Su autor es Javier Navarro de Zuvillaga y lo presenta la editorial La oficina, con dibujos de Carlos Bloch. En el libro, pleno de agudeza y humor, se recogen cerca de tres mil quinientos palíndromos agrupados por secciones muy imaginativas y originales, de los que os ofrezco en el programa una docena desafortunadamente escasa. Infinidad de ingeniosísimos palíndromos amatorios (Él ama así, Isa, ámale), astronómicos (Anula la luna), gramaticales (Soportaba tropos), geométricos (Otro cono corto), de convento (El abate retábale), eclesiásticos (Sé liar frailes), bíblicos y evangélicos (Oye, Judas, a Barrabás, aduje yo), arquitectónicos (Así por el alero pisa), filosóficos (Se es o no se es), hebraicos (Dará fe Sefarad), arábigos (¿Alí la desaira?, ríase, Dalila), insultantes (Ani, macarra, camina), escatológicos (Así le folló Felisa), numerales (Sí, es ese seis), psicológicos (El ego cógele), zodiacales (Aries se irá), toponímicos (Noel, a educar acude a León), químicos (Son amoniacococainómanos), musicales (Al poco se oyó eso, copla), médicos y medicinales (La más operada reposa mal), legales (El birrete terrible), vegetales (Arde ya la yedra), taurinos (Ese toro rotése) o teatrales (¡Sí, vaya vis!), pueblan el libro. Pero también quimeras (Oso jirafa rijoso) y lecturas (Yo leí mal a mi Eloy) y ocupaciones (Se nivelan alevines) y exclamaciones (¡Oh, charro borracho!) y odas (Oda mala al amado) y cocinas (Allí trota la tortilla) y alternativas (¿O será mar eso?) y osadías (Osó beso seboso) palindrómicas, entre otras muchas destacadas categorías.
Otro curioso divertimento, Doble escalera a ninguna parte, integra hoy la sección musical. En él, Riccardo Misto juega, sobre la base de una pieza de Tchaikovsky y con la referencia de un dibujo de M.C.Escher, con los efectos palindrómicos de música e imagen.
Soñar años
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