martes, 26 de marzo de 2013


EL PRIMER TRAGO DE CERVEZA

Hace apenas unos días que ha entrado en nuestras vidas la primavera. Y digo bien, “en nuestras vidas”: la estación de las flores no supone sólo un cambio en el calendario, en la naturaleza, en los ritmos de la luna, en el movimiento de los mares y en la órbita de los planetas, en el crecimiento de la vegetación y en la calidez del sol, en la claridad del cielo y en la transparencia del aire, en la duración de las jornadas y en la apacible alza de los termómetros, en todas esas dimensiones del universo exterior, tan notorias, tan cercanas, sin embargo, a nuestro paso por el mundo. No, la primavera no es una estación del año, de un año ajeno y repetido, extraño, que no nos concierne nada más que de refilón, no es un frío ritual que nos ofrece sus rígidos y consabidos protocolos temporada tras temporada. No, la primavera es un estado de ánimo, es un cambio íntimo, en nuestro espíritu, en nuestra mente, en nuestra vida. La primavera no llega sólo al almanaque, llega, en verdad, al interior de nuestras almas, llega bajo la estimulante forma de energía arrebatadora, de ilusión desbordada, de emoción incontenible, de entusiasmo, de pasión, de alegría, de ganas de vivir, de irresistible fuerza que nos lleva a cambiar nuestras anodinas existencias, siempre algo paralizadas por la gelidez del invierno, por el helor de unos meses en los que el frío y la oscuridad, en los que la cortedad de los días y la escasez de la luz, en los que el estado mortecino del mundo nos hace pensar que la existencia no tiene sentido…

…Y lo tiene, vaya si lo tiene, en primavera la vida vuelve a tener sentido. La primavera invita a reconocer y degustar los placeres de la existencia, a apreciar el sabor brillante de las frutas, la lozanía de las plantas, el esplendor perfumado de las flores, la suculenta atracción de los alimentos frescos como nunca, las lentas caricias del sol, los aromas que nos trae el viento, y, más allá de la naturaleza, a disfrutar de la vida en las calles, del encanto de las conversaciones, de la lectura sosegada, de las melodías algo lánguidas, melancólicas, y sin embargo, exultantes, de la concentrada intensidad que se recoge en una copa de vino, de las comidas compartidas, de las sobremesas demoradas, de las maravillas del amor, del roce leve de los labios en el cabello de la persona amada, de la dulce explosión de la ternura, de los abrazos, de los besos, de los besos, de los besos…

Nuestra emisión de esta semana y las de los dos próximos lunes, impregnadas de este espíritu primaveral y festivo, contagiosamente alegre, hedonista y reidor, exaltado y feliz, van a dedicarse, precisamente, a esos aparentemente minúsculos placeres cotidianos que vivimos a diario pero en los que normalmente no reparamos y que, ahora en primavera, rebosante nuestra alma de una loca ansia de vida, volvemos a apreciar. Y ello a partir de textos extraídos de un muy interesante libro que, escrito por el francés Philippe Delern y bajo el título de El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida, presentó la editorial Tusquets, en su colección Los 5 sentidos, en un ya lejano -pero actualísimo, intemporal en realidad, desde la perspectiva que nos ocupa- 1998. En esta edición, los casi inefables motivos de disfrute que os presento aparecen bajo las significativas y muy sugerentes rúbricas de Una navaja en el bolsillo, El paquete de pasteles del domingo por la mañana, Ayudar a mondar guisantes, Tomar un oporto, El olor de las manzanas, El croissant de la acera, El ruido de la dinamo, La inhalación y, obviamente, El primer trago de cerveza, con el que se abre el programa.

Y entre los textos, como de costumbre, música también refrescante. En el caso de la emisión de esta semana, os invito a disfrutar de una selección de piezas de jazz, interpretadas por grandes músicos de este género -Billie Holiday, Stacey Kent, Nina Simone, Jessica Williams con Carolyn Graye, Sarah Vaughan, Frank Sinatra, Dianne Reeves, Abbey Lincoln y Ella Fitzgerald- que tienen como motivo central las diversas manifestaciones, anímicas y espirituales, amorosas y sentimentales, íntimas y emocionales, que nos ofrece la primavera.

(Nota: Una vez más, un problema -como casi siempre inexplicable- con blogger me impide "depositar" la emisión en la sección "Programas (descargas)", quizá porque se encuentre "saturada", con más de doscientos enlaces. Confío -sin demasiada esperanza- en que pueda solucionarse. Entre tanto, he creado otra sección, debajo de la anterior, titulada "Más programas para descargar", en la que podréis localizar -si el problema persiste- las nuevas emisiones que vayan saliendo a partir de hoy)


El primer trago de cerveza

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