martes, 18 de junio de 2013


EL DULCE VENENO DEL JAZZ

En la emisión de esta semana y en la de dentro de siete días vamos a ofreceros un par de ediciones monográficas centradas en un singular personaje literario, la espléndida Nanette Hayes, la muy atractiva protagonista de una colección de novelas policiacas escritas por la norteamericana Charlotte Carter. Con los títulos de El dulce veneno del jazz, Negra melodía de blues y Rapsodia en Nueva York, las por ahora tres únicas obras de la serie vieron la luz en 2005, 2006 y 2007 respectivamente, publicadas por la editorial Siruela en traducción de María Corniero. En la primera semana de julio, y en el blog de mi otro espacio en Radio Universidad, todosloslibrosunlibro.blogspot.com, os ofreceré una reseña completa de la interesante trilogía.
 
Pese a inscribirse de modo patente en el género negro, estas novelas de Charlotte Carter no me han interesado demasiado desde ese punto de vista. Las historias son pobres y algo tópicas, las tramas endebles, la complejidad de los argumentos brilla por su ausencia, muchas de las peripecias resultan de difícil explicación causal y la solución de los casos aparece dejada, en más de una ocasión, a la concurrencia de circunstancias demasiado azarosas e insuficientemente justificadas. Sin embargo, su personaje principal, Nanette -Nan- Hayes, es una creación muy poderosa cuya presencia en los libros justifica cumplidamente su lectura.
 
Nan es una joven negra, música itinerante, que toca el saxo tenor en las calles de Manhattan (aunque miente a su madre sobre su auténtica profesión diciéndole que es docente en la Universidad). Sin vinculación alguna pues, con el mundo del crimen, se ve envuelta, en su primera aventura, en un asunto turbio que la llevará a adentrarse en los territorios oscuros del asesinato y las drogas, de las mafias y las estafas, de los bajos fondos en general. A partir de ahí, convertida en detective más o menos aficionada, su implicación en las sucesivas tramas en las que se ve inmersa nos permiten conocer su fascinante personalidad, su cultura, su valentía, su sensatez, su compromiso. Precisamente, para completar la emisión de esta noche he elegido distintos fragmentos de las tres novelas en los que aparecen perfilados algunos de los rasgos distintivos del sugestivo carácter de la joven que se define a sí misma como un híbrido de chica dura con estilo y Edith Piaf.
 
La condición de intérprete de jazz de Nanette permite a su creadora trufar las novelas de referencias a este género musical, y ello constituye -junto al bien dibujado retrato y al encanto de la chica- el otro de los elementos destacados a la hora de disfrutar de su lectura. Por de pronto, cada uno de los capítulos de los tres libros lleva como título el de alguna conocida pieza de jazz o blues. En el primero de la serie se trata de temas del pianista y compositor Thelonius Monk. En la segunda y tercera novelas, las canciones pertenecen a la inmensa obra de Chet Baker, John Coltrane, Lester Young, Billie Holiday y otros grandes clásicos del jazz. Pero es que además, sea porque la aficionada detective toca el saxofón, y la autora nos da cuenta de algunas de las piezas que ejecuta, sea porque Nanette escucha música constantemente a lo largo de sus peripecias investigadoras, y Charlotte Carter no nos ahorra datos sobre sus títulos e intérpretes, el hecho es que yo he rastreado casi cien referencias a canciones y piezas musicales en el conjunto de la serie. Diez de ellas, en versiones de algunos de los más destacados “saxos tenores” de la historia del jazz, Ben Webster, Coleman Hawkins (cuya romántica versión del clásico Speak low aparece el vídeo final), Sonny Rollins, Stan Getz, Johnny Hodges, Sonny Stitt, John Coltrane, Lester Young, Charlie Parker y Dexter Gordon, integran la emisión que ahora os presento.




El dulce veneno del jazz

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