UN DEDO SOBRE EL ATLAS

El cuarto programa que Buscando leones en las nubes dedica, en este mes de julio, a los viajes, se centra en el fenómeno viajero desde una perspectiva que podríamos llamar imaginada o incluso quimérica. ¿Quién no ha fabulado en su infancia, un dedo sobre el atlas, recorridos fantásticos por países lejanos, aventuras en parajes exóticos, peripecias sin cuento en paraísos soñados? ¿Quién, adolescente, apasionado y atrevido, soñador y ya prematuramente invadido por la nostalgia, no se ha demorado, rezumando inocencia y entusiasmo, en los coloreados perfiles de los mapas, resiguiendo cauces de ríos que se adivinaban caudalosos, escalando ilusorias montañas encrespadas y hostiles, atravesando desiertos, surcando los siete mares en bajeles piratas, recorriendo el mundo -los mundos- en globos y ferrocarriles, en navíos y aeroplanos, en automóviles y submarinos, caminando o en bicicleta, a lomos de un caballo o recibiendo el viento en el rostro a horcajadas de una potentísima motocicleta, una mujer espléndida cosida a tu espalda (o, en su caso -cedamos a la corrección política-, un hombre magnífico siguiendo enamorado tu itinerante destino)? ¿Quién, ya de adulto, no se ha inventado otra existencia, más libre, más plena, más auténtica, en otras latitudes, en otras ciudades, en otros espacios, cuanto más lejanos y ajenos e insólitos más prometedores de una dicha que la gris realidad cotidiana nos hurta de continuo y que, ingenuos, creemos poder encontrar a miles de kilómetros, en islas soleadas, en mares transparentes, en selvas feraces, en tierras primordiales, en bosques acogedores, entre lugareños de una bondad primitiva con los que compartir comidas sencillas y sabrosísimas, cuerpos entregados libres de pecado, una vida placentera y sin conflicto, elemental, infantil, primigenia? ¿Quién no ha intuido ni una sola vez en su vida que la felicidad, la auténtica felicidad, está en otra parte? ¿Y quién no ha soñado, ante un plano, ante un mapa, ante un atlas, que para alcanzar esa vida feliz basta con abandonar nuestro hogar -ligeros de equipaje- y lanzarnos a la aventura?

 

Pues de todo ello, de viajes imaginados, de viajes metafóricos, de viajes deseados, de viajes soñados, habla una vez más -se trata, como sabéis, de un tema recurrente en nuestras emisiones- Buscando leones en las nubes en una edición en la que exploraremos -en versos y canciones- los fabulosos territorios, llenos de resonancias literarias, de, entre otros, Veracruz, Puerto Príncipe, el Caribe y las islas del Viento; Maracaibo, el Mediterráneo, Venecia, Egipto y Alejandría; Esmirna, Ptolemaida, Estambul y el Bósforo; Arabia, Persia y Ceylán, Córdoba y África, Nueva York o Lima, Londres y Yamena, Kigali, París y Kampala; el Nilo, Alejandría y Córcega; Tornea, mar de Banda, Majach-Kala, Karat, Bengasi y Esmirna; Trípoli, Yeros, Kemen, Bagdad, Adalia, las aguas de Botnia, de Madrás, de la azul Etiopía; Guanajuato y Leningrado, Berlín y Lisboa, Medellín y Oslo, Managua y Quito, Buenos Aires, La Habana y Copenhague; Siena, Atenas y Cádiz; Santa Cruz de Tenerife, Roma y Montevideo; Karlskoga, Gránna o Helsinborg; las Cícladas, el Orinoco, Santiago del Estero, Wyoming y Bangkok, todos esos lugares, todos esos mitos, todos esos sueños que tocamos, que, en cierto sentido, llegamos a vivir con sólo deslizar un dedo por el atlas.

 

En concreto, y en el terreno musical, la India, Malí, Brasil, Congo, Irán, Estados Unidos, Argelia, Francia, Etiopía, Portugal, Marruecos y Cabo Verde son espacios que transitamos en el programa a través de las voces de Debashish Bhattacharya, Rokia Traoré, Katia B, Syssi Mananga, Mahsa Vahdat con Mighty Sam McClain, Rachid Taha con Jeanne Added, Aster Aweke, Teresa Salgueiro, Oum y Carmen Souza. Sus siempre algo exóticas canciones acompañan la lectura de otros tantos poemas -en los que afloran todas las referencias viajeras arriba comentadas- escritos por los poetas (que, como podréis comprobar si escucháis sus versos atentamente, se citan explícitamente unos a otros) Pelayo Fueyo, Pablo García Baena, José Julio Cabanillas, Luis Muñoz, Francisco Ruiz Noguera, José Mateos, Felipe Benitez Reyes, Mario Benedetti, José Antonio Mesa Toré y Miguel D’Ors.



Un dedo sobre el atlas