EL ARTE DE QUEDARSE SOLO
Esta semana quiero ofreceros la primera emisión de una serie de dos que tendrá a la última entrega de los diarios del profesor y poeta José Luis García Martín como núcleo central. El arte de quedarse solo, publicado en 2017 en la editorial Renacimiento recoge las anotaciones del autor correspondientes a los años 2015 y 2016.
Se trata, como es habitual en el resto de la producción diarística del extremeño -aunque asturiano de adopción-, de un compendio de afilados textos en los que la literatura, los libros, los viajes, la política, las tertulias, los escritores o la vida cotidiana son objeto de los inteligentes y siempre polémicos acercamientos de un García Martín algo hosco y distante, beligerante y de difícil conformar, siempre muy singular e independiente, que cultiva de modo consciente -regodeándose, incluso, en ella- una acre antipatía, componiendo una pose de suficiencia y vanidad, de egocentrismo narcisista algo repelente y de petulante intransigencia (aunque quizá su acentuada pretensión de sinceridad sea auténtica y no haya artificio ni “personaje” literario y estemos, en efecto, ante un individuo en realidad desagradable).
Y sin embargo, yo llevo años leyéndolo con placer -intentando sustraerme a ese enojoso sesgo de esa personalidad, construida o real-, pues en su poesía hay emoción y verdad, en sus traducciones criterio, buen gusto y sensibilidad, y en sus artículos y colaboraciones -más allá de una para mí insoportable insistencia en litigar con cualquiera que a su inflexible juicio no esté al nivel de su propia soberbia inteligencia- atinadas opiniones e ideas luminosas, originales y poco condescendientes con la estúpida corrección política imperante.
En la presente emisión os dejo una docena larga de reflexiones entresacadas de este El arte de quedarse solo; pensamientos muy breves, casi aforísticos, debidos, en su mayoría, al propio García Martín o citados por él -en referencias quién sabe si apócrifas, dada la trayectoria del autor en este sentido-, como Jardiel Poncela, Lawrence Durrell, Rafael Montesinos o algún ignoto poeta chino.
Y siendo el de la soledad el tema último -camuflado o explícito- del libro, os ofrezco, como complemento a los textos, una serie de canciones que la tienen también como motivo principal; temas bellísimos cantados por mujeres que recrean, casi siempre con melancolía y hasta tristeza, esos estados de carencia en que, desguarnecidos e indefensos, nos enfrentamos cara a cara y sin ayuda, a nuestros propios demonios interiores. Billie Holiday, Vonda Shepard, Simone Kopmajer, Bessie Smith, Mina, Carpenters, Emmylou Harris, Gal Costa, Linda Ronstadt, Diana Krall, Madeleine Peyroux, Cesaria Evora, Barbara y Marlena Shaw son sus inspiradas intérpretes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario