martes, 26 de marzo de 2019


ELOY SÁNCHEZ ROSILLO. MIRO PASAR LAS NUBES 

Buscando leones en las nubes vuelve a dedicar su espacio, tras el preámbulo de hace siete días, al poeta Eloy Sánchez Rosillo, en una serie de cuatro emisiones que, con la leve excusa de la celebración, el pasado 21 de marzo, del Día mundial de la Poesía, tienen como centro la honda, intensa, triste, nostálgica, tierna, brillante, melancólica, sencilla, desafectada, serena y muy bella obra poética del profesor murciano. 

En febrero de 2018, hace ahora, pues, poco más de un año, la editorial Tusquets dio a la luz Las cosas como fueron. Poesía completa, 1974-2017, la por el momento última recopilación de la totalidad de la obra poética de Sánchez Rosillo, compuesta por diez libros y algunos poemas sueltos que todavía no se habían publicado cuando la mencionada edición vio la luz. De ella elegí el lunes pasado versos pertenecientes a sus primeros poemarios: Maneras de estar solo, de 1978, Páginas de un diario, de 1981, Elegías, de 1984 y Autorretratos, de 1989. 

Para esta noche, tras los tres primeros poemas, pertenecientes aún a Autorretratos, os dejo otras nueve composiciones extraídas de La vida, su libro de 1996, y el espléndido La certeza, de 2005. En las dos semanas postreras del ciclo aparecerán muestras de sus cuatro últimos libros, Oír la luz, de 2008, Sueño del origen, de 2011, Antes del nombre, de 2013, y Quién lo diría, de 2015. 

Entre los textos poéticos, deliciosas canciones que comparten con la poesía de Sánchez Rosillo la delicadeza y la sensibilidad, el intimismo y la belleza. Sus intérpretes son Esther en Mateusz, Idan Raichel con Zehava Ben, Elina Duni, Norah Jones con The Charlie Haden Quartet, Bob Dylan, Amancio Prada, Billy Bragg con Wilco, Ben L´Oncle Soul, Carminho con Marisa Monte, Ben Harper and The Innocent Criminals, Ingrid St. Pierre y la omnipresente Rosalía que cierra el programa con la memorable interpretación que hizo en la reciente ceremonia de entrega de los Premios Goya, de Me quedo contigo, el clásico de Los Chunguitos.

Miro pasar las nubes 

¿Qué fue de aquel muchacho que yo fui, 
de los días aquellos en que era 
cierto o posible todo y toda cosa 
se encontraba al alcance de mi mano? 
Miro pasar las nubes que la tarde 
va moviendo en el cielo. En apariencia, 
nada ha cambiado, pero qué distinto 
me descubro a mí mismo si contemplo 
en el espejo del papel al hombre 
que ahora intenta escribir este poema. 
Pasan las nubes; pasa el tiempo; pasa 
la luz gris del invierno por el cuarto 
en el que escribo a solas. A lo lejos, 
se oye el rumor del mundo. Late, aquí, 
la realidad en silencio. Se diría 
que es todo igual, más todo es diferente. 
Y difícil. Y extraño. Ya no tengo 
la juventud que tuve —o que soñé 
que tuve—, aquella fe que mantenía 
mi vida en vilo: tantas ilusiones. 
Y muy despacio —y a la fuerza— aprendo 
a ser el que ahora soy, a ir olvidándome 
de lo que fuera mío y la corriente 
del tiempo que me ha quitado. 
Busco un poco 
de paz, y, en esta nada, puedo acaso 
decir que soy casi feliz. No pienso. 
Acepto. Y vivo. 
Pero a veces aún, 
cuando miro las nubes que la tarde 
va moviendo en el cielo lentamente, 
me acuerdo de los días en que era 
cierto o posible todo y toda cosa 
se encontraba al alcance de mi mano. 
Y me pregunto con melancolía 
qué fue de aquel muchacho que yo fui.


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