UNA ESCONDIDA TRAMPILLA. BOBBIE GENTRY
Hace siete días, con los ecos del Día del libro aún resonando en nuestras calles, os proponíamos una emisión centrada en la lectura a partir de textos entresacados de El placer de leer, la muy atractiva colección que desde 1994 lleva publicando el Ayuntamiento de Salamanca, en la que se recogen las mejores fotografías participantes en el concurso del mismo nombre y que tienen a los libros como protagonistas, acompañadas de fragmentos literarios que giran también sobre los beneficios y las ventajas, sobre las satisfacciones y los estímulos que proporciona la lectura.
Esta noche, con la trigésimo novena Feria del Libro a punto de abrir sus puertas en la ciudad, cerramos el breve ciclo abierto la semana pasada con una nueva edición del programa integrada en su totalidad por reflexiones extraídas de los interesantes volúmenes de la persistente colección municipal. Los textos, todos muy sugerentes, pertenecen a Ernst Jünger, Rosa Regás, Andrés Trapiello, Luis Landero, George Steiner, Dylan Thomas, Víctor Hugo, Henry Miller, Emilio Lledó, José Luis Polanco, Stefan Zweig, Miguel Torga, Juan Luis Panero, Medardo Fraile, José María Álvarez y José María Merino.
En la vertiente musical del espacio, mantenemos también el mismo hilo conductor que en la emisión precedente. Recordaréis nuestros oyentes habituales que la banda sonora del pasado lunes consistió en la escucha completa de Bobbie Gentry’s The Delta Sweete Revisited, el espléndido disco de Mercury Rev, publicado este mismo año, en el que el atmosférico y envolvente grupo norteamericano repasa The Delta Sweete, uno de los álbumes más destacados de Bobbie Gentry, que la casi olvidada cantante de Chicasaw County, Mississippi, presentó hace cincuenta años, en un ahora lejanísimo 1968.
Para el programa de esta noche he elegido algunas de las canciones que más me gustan de ese The Delta Sweete, ya mencionado, junto con temas de otros de sus primeros discos, el que la dio a conocer, Ode to Billie Joe, de 1967, y Local Gentry, también de 1968.
Espero que la conjunción, a mi juicio muy apropiada, entre los textos “librescos” y las canciones de Bobbie Gentry pueda interesaros.
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