LA MELANCOLÍA DE ROBINSON CRUSOE
El pasado 25 de abril, hace ahora mes y medio, se cumplieron los trescientos años de la publicación de un libro que, me atrevo a asegurar, todos hemos leído, en una u otra versión. Se trata de Robinson Crusoe, un título clásico, cuyo redondo aniversario quiero celebrar ahora, si bien con un cierto retraso debido a la imposibilidad de “encajarlo” en su momento por necesidades de programación.
En la emisión de esta semana, la primera de una serie de tres dedicadas a la obra de Daniel Defoe, os ofrezco, en su vertiente literaria, diversos textos sobre la figura del famoso náufrago y sobre su muy fecundo valor metafórico, la mayor parte de los cuales pertenece a un breve librito de título Robinsón, así, con su grafía y su pronunciación en castellano, que el sello Fernando Villaverde Ediciones publicó en 2004 en su estupenda colección El jardín ameno.
Con presentación de Fernando Savater y selección de obras -literarias y artísticas- de Ana Álvarez López, el libro recoge fragmentos de muy variados autores, entre los que he seleccionado, por orden de aparición en el programa, al propio Daniel Defoe, Carlos García Gual -en un texto, ajeno, recogido de su prólogo a otro libro espléndido, Robinson y la isla infinita. Lecturas de un mito, de la profesora Rosa Falcón, que protagonizará el tercer espacio de la serie-, James Joyce, Jean Jacques Rousseau, Michel Tournier, William Cowper, Manuel Vázquez Montalbán, Gilles Deleuze, John Maxwell Coetzee y el mencionado Fernando Savater que presenta la edición, entre otros variados autores.
Para acompañar musicalmente la lectura de los textos robinsonianos, se presenta una decena de canciones en las que o bien se cita expresamente a Crusoe o bien se habla de hundimientos y naufragios tanto en su sentido literal como metafórico, tanto en su dimensión real como simbólica, pues la figura de los solitarios sobrevivientes en una isla desierta se presta a infinidad de recreaciones de toda índole. Sus intérpretes son Al Jolson, Blind Willie Johnson, Dulce Pontes, Bessie Smith, Ella Fitzgerald, Woody Guthrie, Sonny Cole, Neil Diamond, Shirley Carvalhaes (con un militante y algo fanatizado cántico de índole religiosa, alusivo a un naufragio espiritual) y la italiana Ornella Vanoni, que cierra este primer programa del ciclo con la bellísima Naufragio, concordante por vía metafórica con la peripecia de Robinson, pues alude al enamoramiento y el deseo, al dulce perderse en la soledad del cuerpo amado, esa placentera isla que muchas veces es el único refugio frente a la hostilidad del mundo.
Naufragio
Me despierto en tu cuerpo
como el viento que acaricia
un océano sin orillas
Mis manos en tu cuerpo
deslizándose suavemente
acompañan las olas
Sobre tu cuerpo
cada derrota es
una victoria
y a cada momento me pierdo
en el abismo que esconde
Respirando tu aliento que me encanta
regreso a ti
naufragando en tu cuerpo
en una paz infinita
tu ritmo me arrastra
me respiras en el pensamiento
Te detienes en mi corazón
como la única reina
y como el rojo del coral en el fondo del mar
me basta el blanco de tu pecho para entender
Soy un corsario que reposa sobre tu cuerpo
Naufragando en tu cuerpo
en una paz infinita
tu calma me arrastra
giras en mis venas
después descansas en mi corazón
dulcísima reina
Y como el coral rojo en el fondo del mar
el blanco de tu pecho me basta para entender
Soy un corsario que reposa en tu corazón
Y me entrego a tu boca para entender
qué dulce es naufragar en este mar
Soy un corsario que descansa en su puerto
No hay comentarios:
Publicar un comentario