HASTA SER TODO LÁGRIMAS
Buscando leones en las nubes os está ofreciendo, desde hace un par de semanas y hasta el final del trimestre, una serie, que hoy llega a su tercera entrega, dedicada a una obra muy sugestiva, El libro de las lágrimas, escrito por la poeta norteamericana Heather Christle y publicado en España hace un par de años por la editorial Tránsito. En él, la autora nos propone - en textos normalmente muy breves que incluso, en ocasiones, adoptan la forma aforística- muy diversas aproximaciones al objeto de su original ensayo, reflexiones entresacadas de otros libros más o menos científicos, de la creación literaria de algunos poetas, de historias recogidas de los medios de comunicación y, sobre todo, de pequeños acontecimientos de su propia vida cotidiana, en la que las lágrimas ocupan un lugar destacado.
Entre las distintas vertientes del llorar que examina la joven poeta se cuentan la duración del llanto; sus ostensibles repercusiones físicas; el lugar material en que se encuentra quien solloza; las ventajas de llorar frente al espejo; el coche como espacio propicio a las lágrimas; el llanto como liberador del estrés; las lágrimas provocadas por la belleza de un texto, de una película, de una determinada situación; el recuerdo de las primeras lágrimas; el llanto de los niños; las lágrimas en apariencia injustificadas y extemporáneas; los lloros en público; la desesperación que conlleva el ver llorar a los padres; la pena por la muerte de un ser querido; la emoción lacrimógena que nos asalta frente a los animales muertos; el llanto nocturno, con sus connotaciones de soledad y desvalimiento, de indefensión e impotencia; las lágrimas sinceras y las fingidas, las artificiales, el falsillorar utilizado como estrategia; el llanto de Peter Pan, incapaz de pegar su sombra al cuerpo; el lloro de quienes se angustian por una posible desgracia futura; las lágrimas de los elefantes; las de los recién nacidos; las lágrimas “provocadas” de los actores; las que siguen a ciertas borracheras; las de las madres arrobadas ante sus pequeños; las de las viudas de los marineros; las diferencias químicas entre las lágrimas de tipo emocional y las que produce la irritación física, entre las lágrimas psicogénicas de la tristeza y las lágrimas irritantes de la cebolla; entre otras muchas más.
Trece de estos muy singulares acercamientos a tan lacrimógenos asuntos comparecen en la emisión de esta noche, que se completa con otras tantas canciones, de orígenes, géneros, estilos e intérpretes muy variados, aunque todas ellas con el lloro, los sollozos y las lágrimas en su centro. Sus intérpretes son Wanda Jackson, Lhasa de Sela, Bobby Solo, Wilson Pickett, Bebo Valdés con Diego el Cigala, Ray Charles, Marie Laforêt, Cigarettes After Sex, Claudia Telles, Neil Young, Taylor Swift, Conway Twitty con Joni Lee y Diana Krall, que cierra el programa con su preciosa versión de Cry me a river, un tema que pone el punto final a todos los espacios del ciclo. (Cuadro: El descendimiento de la cruz. Rogier van der Weyden)
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