TODO HA TERMINADO
Esta semana Buscando leones en las nubes abre una serie de tres programas con un referente excepcional, el gran Bob Dylan, muy presente en la actualidad de estos últimos meses a partir del estreno de la estupenda A complete unknown, la muy recomendable película de James Mangold, que cuenta con la interpretación del solvente Thimotée Chalamet en el papel del legendario creador. El éxito del filme ha revitalizado en el mundo la figura de un Dylan nunca desaparecido, por otro lado, despertando la nostalgia de sus seguidores y dando a conocer al personaje y su obra a las nuevas generaciones.
Y es, precisamente, la nostalgia -a mí la película me ha emocionado en más de un pasaje- la que ha inspirado mi decisión de volver a ofreceros ahora, dieciocho años después, ese ciclo de tres emisiones que en 2007 dediqué al genial artista de Minnesota, cuando quedan apenas unos días, además, para que celebre su octogésimo cuarto aniversario. En esa fecha la Fundación Príncipe de Asturias, que anualmente otorga los premios del mismo nombre, había concedido el galardón en la categoría de Artes a ese Robert Allen Zimmerman, que ya ha pasado a la historia con su “nombre de guerra”, Bob Dylan. Casi una década después, en 2016, Dylan obtendría el Premio Nobel de Literatura, y esas dos dimensiones, la musical y la literaria se conjugarán en los tres espacios del ciclo que ahora le dedicamos en Buscando leones en las nubes.
En lo que se refiere a la primera de esas dos vertientes, la que tiene que ver con la música, en las tres sesiones escucharemos cerca de treinta temas escogidos de entre los más representativos -también los más conocidos- de su extenso repertorio. Ese mismo 2007, y bajo el sucinto y más que suficiente título de Dylan, se publicó un triple CD que reúne medio centenar de sus mejores canciones, seleccionadas por sus seguidores. La recopilación, más o menos previsible, es una joya, una auténtica maravilla que, más allá de recoger lo esencial de la música del artista, se nos aparece, en cierto modo, como un documento histórico, una muestra brillante y extraordinariamente representativa de una importante parcela de la historia de nuestro mundo occidental en estas seis últimas décadas. De esta formidable obra musical he entresacado casi todas las canciones que sonarán en la serie entera, y a las que he añadido alguna de elección personal.
Para integrar el otro frente del programa, el literario, he contado con el desbordante Letras, un en todos los sentidos inmenso volumen que contiene, en su versión original y en su traducción al castellano, todas las letras de todos los discos de Bob Dylan desde el primero, de 1962, llamado simplemente Bob Dylan, hasta Love and thieft, de 2001. Son 1.280 intensas páginas que abarcan, como digo, toda la obra del singular músico y excelente poeta, salvo el último de sus discos en el momento de la edición del libro, el también fantástico Modern times y obviamente todos los que publicó a posteriori La obra nace del esfuerzo conjunto de las editoriales Alfaguara y Global Rhythm y las letras han sido traducidas por Miquel Izquierdo y José Moreno.
Os dejo ya, pues, con esta colección de clásicos, con esos auténticos iconos del siglo XX que son las canciones de Bob Dylan. Y os dejo también con sus textos, sus a veces oscuros textos plagados de citas, de alusiones, de calas en territorios muy diversos, desde la mitología del rock, el country o el folk a la Biblia, desde la literatura de Shakespeare, Petrarca o Bertold Bretch a las noticias de la prensa o la televisión, desde los cuentos infantiles a la mención de desconocidos personajes de la intrahistoria de la sociedad norteamericana. Unos textos repletos, además, de incontables referencias al cine, y al arte, y a la poesía; llenos de metáforas inexplicables, de lirismo, de asociaciones surreales; unos textos en los que afloran la preocupación social y la rebeldía y los cambios de las costumbres y los movimientos juveniles y la política y el pacifismo y el poder y las causas perdidas y la religión y la fe y el amor y tantos otros de los leitmotivs recurrentes de este inmenso poeta (del que, todo hay que decirlo, a mí me interesan mucho más sus canciones que sus letras siempre algo crípticas).
Todo ha terminado