VIAJES...
Viajar 2008
No sé cuánta gente oirá mi programa. A veces sospecho que no está oyéndolo nadie, lo que se dice nadie: cero personas en total, y eso me produce una sensación de afantasmamiento: la voz inútil que suena en la noche vacía. Y entonces me siento como un turista belga que tocase el acordeón o similar en mitad del desierto de Nafud o similar. (Felipe Benítez Reyes)
En la vertiente literaria, el programa ofrece algunos fragmentos, muy breves, casi aforismos, extraídos de ese El oficio de vivir, un libro en el que afloran todas su obsesiones, todas sus preocupaciones: el dolor, la soledad, el odio, la frustración, la rabia, el sexo, la muerte, el suicidio, la tristeza, la política, la literatura, los reiterados fracasos amorosos. Los textos que he seleccionado tienen a las mujeres como centro y motivo principal. Pavese tenía una visión muy dura, desencantada y absolutamente misógina de las mujeres. Sea por el poderoso, negativo y algo castrante influjo de la madre, sea porque su experiencia amorosa enlazó desengaños y traiciones, sea por una reiterada vivencia del dolor, del fracaso sentimental, de la soledad, su visión de la mujer es, muchas veces, descarnada, ofensiva, desesperanzada, brutal incluso; una visión que Pavese expresa sin paliativos, de un modo rotundo, muy duro, lo que lo aleja, ciertamente, de la corrección política imperante en la actualidad.
Y para compensar ese tono exasperado de las opiniones de Pavese sobre las mujeres, para equilibrar la balanza, pudiéramos decir, la parte musical del programa la protagonizan dulces, sensuales y sugerentes intérpretes italianas. Así, han sonado la grave voz de Carmen Consoli; la, por el contrario, susurrante y algo aniñada Amalia Grè; Lalli, nombre artístico de Marinella Ollino, en su fecunda unión musical con Piero Salizzoni; la aún italiana Carla Bruni, pese a que, tras los reiterados excesos verbales de Berlusconi, esté madurando la idea de un definitivo afrancesamiento; la romana Chiara Civello, que vive, no obstante, de manera habitual en Nueva York; Fiorella Mannoia con una ya muy larga y excelente trayectoria musical; Laura Fedele, que hace una extraordinaria versión de un clásico de Tom Waits; la gran dama, una de las divas de la música italiana, Ornella Vanoni; la siciliana Patrizia Laquidara; la muy italiana, aunque neoyorkina de nacimiento, Rossana Casale; y, por último, Raffaella Destefano al frente del grupo Madreblu interpretando una pieza magnífica, Certamente, que aparecía en la banda sonora de la serie de televisión Los Soprano.