martes, 14 de enero de 2025


TODOS LOS CHICOS Y CHICAS 

Buscando leones en las nubes os da la bienvenida a un 2025 que espero sea dichoso y feliz para todos vosotros. Empezamos el nuevo año con un doble recuerdo, que quiere ser también homenaje y celebración a dos figuras muy relevantes en cada uno de los dos campos en los que se desenvuelven habitualmente las emisiones de nuestro espacio, la música y la literatura. En la primera de esas dos vertientes, el protagonismo del programa de esta noche, y del de la semana próxima, recae en Françoise Hardy, la melancólica, romántica, sensible, elegante, delicada, algo lánguida y guapísima cantante francesa, un icono de la escena musical de los años sesenta, que, como sabéis, nos dejó en junio de 2024 a la edad de ochenta años. Y es que la cantautora, también modelo, actriz y hasta escritora ocasional, había nacido en 1944, exactamente el 17 de enero, razón por la que he decidido programar estas dos emisiones en estas fechas que enmarcan su aniversario. 

Françoise Hardy, la chica con los ojos más grandes y tristes del mundo, como ha escrito Javier Memba, fue la representación emblemática de la década prodigiosa, la de los sesenta del pasado siglo. Su figura marcó una época desde su fulgurante irrupción con apenas dieciocho años con Tous les garçons et les filles, que apareció en mayo de 1962 formando parte de su álbum de debut. Su voz sensual y cautivadora, la inocencia juvenil y la tristeza soñadora de sus letras, con una recurrente presencia en ellas del amor, la atmósfera suave, dulce, íntima de sus canciones, su imagen seductora, a la vez sugerente e infantil, amable y hasta melosa pero también inconformista y rebelde, su indiscutible encanto personal, su elegancia sexy que hacía que se la disputaran las firmas de moda, la convirtieron en un referente indiscutible de aquel tiempo y la elevaron, transcurridos los años, a la condición de mito de la canción y la cultura francesas. Entre los dos programas sonarán cerca de treinta y cinco temas de su repertorio, la mayor parte de ellos, como digo, relativos al amor, en una muestra representativa de su obra. 

Para complementar la sensibilidad exquisita que rezuman las canciones de Hardy, he elegido los versos de un poeta, también francés, sin duda el más popular del país galo, Jacques Prévert, que, nacido el 4 de febrero de 1900 -cerca, pues, de cumplirse los ciento veinticinco años desde entonces-, murió en 1977, hace ya casi cincuenta. La poesía de Prévert parece no guardar, en una lectura superficial, demasiadas concomitancias con la propuesta de la cantante. Sin embargo, hay una muy clara coincidencia en la importante presencia del amor en la obra de ambos, aparte del vínculo personal, el respeto y la admiración mutuos muy intensos, como refleja un poema -Una planta verde-, que el escritor dedicó a la intérprete y que figuraba en el programa de la segunda actuación de Françoise Hardy en el Olympia de París: En los invernaderos de la ciudad, una planta verde canta a la vida, reza su primer verso. 

La poesía de Prévert bebe de los postulados del surrealismo, la escritura automática, las asociaciones inesperadas, las imágenes imprevisibles y deslumbrantes, los juegos con las palabras, las repeticiones, las enumeraciones. Sus temas más destacados son el alineamiento con la causa de los oprimidos, los marginados, los desvalidos; el rechazo furibundo a la guerra, al militarismo, al poder autoritario, a la opresión, a la miseria, a la injusticia social; su lúcido escepticismo y sus corolarios: el humor, siempre burlón y algo cínico, la demoledora causticidad cercana a los planteamientos anarquistas, la ironía que desvela el absurdo del mundo. Pero también, como he señalado, el amor, dulce, tierno, sensual, siempre erótico. Son estos poemas de amor -algunos de los cuales han ido apareciendo en Buscando leones en las nubes a lo largo de nuestra extensa trayectoria- los que acompañan la recogida y muy sensible música de Françoise Hardy. Casi todos ellos están extraídos de Palabras, una recopilación, traducida por Federico Gorbea y publicada por Lumen que yo tengo en su primera edición de 1980.

 
Todos los chicos y chicas

lunes, 23 de diciembre de 2024


NO HAY NINGUNA HISTORIA QUE NO PUEDA SER VERDAD

Bienvenidos a una edición extraordinaria de Buscando leones en las nubes, la última por este ya languideciente 2024. Alberto San Segundo como responsable final del espacio os saluda y os invita a disfrutar de esta emisión navideña que no será radiada y que sólo podrá ser escuchada aquí, en nuestro blog.

En esta entrega especial del programa, con las celebraciones de Nochebuena y Navidad ya a la vuelta de la esquina, traigo aquí de nuevo una emisión de hace unos años en la que entonces os leí -y así lo haré también en el presente espacio- un cuento espléndido, con temática acorde a estas fechas: El cuento de Navidad de Auggie Wren, escrito por Paul Auster y publicado por primera vez en el New York Times el 25 de diciembre de 1990. 

El principal motivo de esta recuperación es mi voluntad de celebrar la inmensa figura literaria de Paul Auster en estos últimos días de un 2024 en el que, por desgracia, el escritor nos dejó a los setenta y siete años víctima de un cáncer de pulmón. En mi otro programa en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, y con la misma intención de homenaje al autor neoyorquino, dejé el pasado 18 de diciembre mi reseña de Baumgartner, su excelente última novela; podéis acceder al programa en mi canal de YouTube. 

El relato que protagoniza el programa, y que os presento en la traducción de Maribel de Juan, es uno de los treinta y ocho que se incluyen en Cuentos de Navidad, una magnífica recopilación de narraciones que, sobre el explícito eje monográfico que se recoge en el título, presentó hace unos años Alba Editorial, en una completa antología a cargo de Marta Salís. 

La historia de Auster, que muchos conoceréis pues estaba en la base de Smoke, la película del director estadounidense de origen chino Wayne Wang, una cinta que fue Premio Especial del Jurado y Oso de Plata en el festival de cine de Berlín en 1995, participa de -y a la vez cuestiona, con inteligencia y humor, con emoción y sensibilidad- las coordenadas más previsibles, más dulzonas y empalagosas, del espíritu navideño, en un enfoque aparentemente contradictorio pero que se resuelve en una obra literaria excepcional. 

Entre el largo texto del escritor neoyorquino, tanto como para que el espacio tenga una duración bastante más extensa de lo habitual, sonará una amplia muestra de canciones, todas interpretadas por mujeres, acordes también a estos días de bienintencionadas celebraciones. Se trata de diecinueve temas, procedentes de orígenes y estilos musicales muy diversos -jazz y blues, folk, country, pop y hasta nuestro flamenco-, entre los que se incluyen tanto villancicos clásicos de la tradición norteamericana como piezas más “laicas”, podríamos decir, en las que la Navidad comparece como telón de fondo de la historia contada. Todos ellos recreados por artistas actuales: Mina, Amy Grant, Diana Krall, Kylie Minogue, Anita Kerr, Holly Cole, Amy Winehouse, Ella Fitzgerald, Patti Page, Aretha Franklin, Dianne Reeves, Vanessa Hudgens, Aimee Mann, The Carpenters, Silje Nergaard, Lynn Anderson, Linda Draper, Lena Horne y Estrella Morente. 

¡Os deseo unas muy felices fiestas y un estupendo 2025 para todos! Nos “vemos” el próximo 13 de enero.

 
No hay ninguna historia que no pueda ser verdad

martes, 17 de diciembre de 2024


TODOS SE VAN 

Buscando leones en las nubes os ofrece esta semana el penúltimo programa antes de Navidad (el último, una edición especial con temática navideña saldrá al aire el próximo 23 de diciembre, ya bien entradas las vacaciones académicas), con la segunda y postrera emisión de la serie que, iniciada hace siete días, tiene a la música y la vida de Nick Drake como protagonistas. 

El 25 de noviembre de 1974 moría en su cama, en casa de sus padres, a causa de una sobredosis de tranquilizantes, el oscuro cantante, de existencia afligida, que no conoció el éxito -ni casi la mínima repercusión pública- hasta varias décadas después de su muerte. Ahora, cincuenta años después de su muerte, cuando, convertido en una figura casi mítica -esa posibilidad, una suerte de justicia poética, que a veces proporciona el tiempo para rehabilitar a quienes en vida la existencia castigó-, sus canciones suenan con normalidad incluso en los anuncios publicitarios de la televisión y su música es valorada como objeto de culto, he querido desde aquí y coincidiendo con el redondo aniversario, homenajear a un músico que yo también he descubierto de manera tardía, aunque algunos de su temas llevan apareciendo en Buscando leones en las nubes desde hace años. 

Las quince canciones que he elegido para conformar la banda sonora del programa irán acompañadas, como ya hice en la emisión anterior, de fragmentos de un libro muy interesante, Perro negro, escrito por Miguel Ángel Oeste y publicado por la editorial Tusquets hace ahora casi un año, en enero de este 2024. Entre numerosas referencias a sus letras y a su música, el novelista recrea la vida de Drake siguiendo una esquema muy sugestivo y eficaz. Oeste inventa la existencia de dos personajes centrales, Janet y Richard. Janet Stone, una peculiar amiga del músico que, varias décadas después, rememora los días pasados con el artista recibe la propuesta de Richard West, un conocido actor (el escritor dice haberse inspirado en Heath Ledger), de localizar a Sophia Rytter, una misteriosa amiga de Nick, pues necesita su testimonio, que intuye esencial, para completar la película que quiere hacer sobre Drake. 

Hubo en realidad, al parecer, una Sophia Ryde de existencia algo fantasmal, quizá el gran amor desconocido de Nick, pero la novela deja claro su estatuto evanescente: Sophia es una invención. Nunca existió. Si lo hizo fue exclusivamente en la cabeza de Nick, podemos leer. A partir de la relación entre Janet y Richard van aflorando diversos episodios de la existencia del músico, contados a partir de los recuerdos nostálgicos de la propia Janet, de las impresiones de familiares, amigos y colegas del artista e, incluso, de las palabras de la propia Sophia. 

Espero que aparte de haceros disfrutar con la música y los textos que he elegido, el programa sirva para despertar el interés por profundizar en la discografía entera de Nick Drake y por leer el libro de Miguel Ángel Oeste.

 
Todos se van 

martes, 10 de diciembre de 2024


SONRISA DE NIÑO INGENUO 

Con un cierto retraso esta semana vamos a dedicar una emisión -la primera de una serie de dos- de homenaje y celebración de un músico no demasiado popular en su tiempo, pero que con el paso de los años ha ido creciendo en audiencia y repercusión, convertido ya ahora, cincuenta años después de su prematura muerte, en lo que viene llamándose, con un énfasis ciertamente enojoso, un “artista de culto”. 

El 25 de noviembre de 1974, cuando aún no había cumplido los veintisiete años, Nick Drake, pues de él os estoy hablando, moría en su cama en la casa de sus padres, víctima de una sobredosis de antidepresivos que consumía para combatir su insomnio. Hoy, cinco décadas después, se mantienen las incógnitas -y por tanto las hipótesis- sobre si su muerte fue accidental o autoinducida. 

En su corta vida Drake publicó tres discos de estudio, Five Leaves Left, en 1969, Bryter Layter, de 1970 y Pink Moon, aparecido en 1972. Desde entonces, sobre todo a partir del año 2000 en que un anuncio de Volkswagen -puede verse en YoutTube- utilizó una de sus canciones, precisamente la que da título a su tercer disco, como acompañamiento musical y recuperó para el gran público mundial la figura del músico, se han sucedido las reediciones, el “rescate” de grabaciones caseras y las diversas recopilaciones, hasta completar una decena de álbumes más. 

De esta escasa obra -apenas dos horas en sus tres discos de estudio- he entresacado los casi treinta temas que integrarán la banda sonora de las dos emisiones de este breve ciclo. Se trata, en todos los casos, de canciones oscuras, melancólicas, de letras sombrías y enigmáticas, muy tristes, fiel reflejo del mundo interior del cantante, un joven desdichado, que no encuentra acomodo en el mundo, muy frágil, muy tímido, con extraordinarias dificultades, que casi lo incapacitan, cuando, en un escenario, debe exponerse al escrutinio del público; un muchacho infeliz, un niño ingenuo, un pobre chico -Poor boy es uno de sus temas-, que combate la áspera conciencia de su propio fracaso artístico y existencial, con marihuana y otras drogas, con alcohol y tranquilizantes y antidepresivos. En cualquier caso, su música, de la que a lo largo de los años, ya os he ofrecido diversas muestras en Buscando leones en las nubes, es, sí, afligida, triste, torturada incluso, pero también delicada, sutil, rezumando emoción y sensibilidad, bellísima. 

Para acompañar mi selección de las canciones de Nick Drake os leeré distintos fragmentos de un libro altamente recomendable, una novela de Miguel Ángel Oeste, publicada hace ahora casi un año, en enero de 2024, en la editorial Tusquets. Perro negro, un título que juega, creo, con la ambigüedad de la locución (Churchill hablaba de “perro negro”, para nombrar su melancolía, la depresión que lo aquejaba; y Black eyed dog es una de las canciones emblemáticas de Drake), cuenta la vida del músico de un modo muy original y sobresaliente en lo literario. Partiendo de una historia ficticia, el libro nos sitúa varias décadas después de la muerte del cantante, cuando Janet Stone, una extravagante mujer, que vivió muy de cerca la atormentada trayectoria vital de Nick, y marcada aún ahora, tanto tiempo después, por el recuerdo de su amigo, recibe la visita de un muy conocido actor, Richard West, que descubre a Drake a partir del anuncio referido y que, subyugado por el personaje, pretende rodar una película sobre el músico. La novela presenta así, en un enfoque polifónico -podemos “escuchar” la voz de Janet y Richard pero también la de familiares, amigos, conocidos, colaboradores de Nick Drake y hasta la del propio artista-, distintos aspectos de la vida del cantante, en un relato, atravesado por la música y las letras del artista, que se retrotrae a la infancia del joven y que se extiende a un futuro en el que Janet, muy mayor ya, desgrana sus recuerdos.

Sonrisa de niño ingenuo

martes, 3 de diciembre de 2024


LARGA Y LÁNGUIDA 

Esta noche vamos a poner punto final a esta serie de tres programas que hemos dedicado al poeta norteamericano James Laughlin de cuyo único poemario publicado en España os hemos ofrecido algunos versos en las dos semanas precedentes. Se trata de una antología de poesía amorosa que titulada así, Poemas de amor, está publicada por la gallega editorial Linteo en traducción de Juan Antonio González-Iglesias, atendiendo a un ‘encargo’ del también poeta Antonio Colinas. 

Con los que os leeremos hoy serán una treintena los poemas presentados, de modo que podéis, sin duda, haceros una idea bastante nítida de las cualidades poéticas de James Laughlin, de la potencia expresiva de sus versos, de su conmovedora belleza, de su contagiosa pasión, del dulce encanto de la experiencia amorosa que describe, de la sensibilidad y la emoción que transmiten. 

Y como en las dos entregas anteriores, la atmósfera delicada e intimista que se desprende de los versos del poeta queremos recrearla también con la música, y para ello os ofreceremos una selección de canciones que tienen también al amor como centro. Os traigo hoy algunas piezas clásicas junto a otras canciones menos conocidas, pero todas ellas encantadoras, todas ellas sugestivas, todas ellas inspiradas y emotivas, todas ellas bellísimas. Así, han sonado John Coltrane con Johnny Hartman, Alison Krauss, Marcio Faraco, Eldissa, Travis Birds, Marketa Irglova con Glen Hansard, Fiorella Mannoia, The Civil Wars, Linda Thompson, Maysa, Cheryl Bentyne y el grupo 3-11 Porter.

Imagen: Henri de Toulouse-Lautrec. En la cama: el beso 1892


Larga y lánguida


Una tarde robada entera ante nosotros 
sin prisa sin agobios saboreando cada 

sensación quizá empieza con una repetida 
mímesis de recuerdos de nuestra adolescencia 

lo que tú aprendiste del chico de la puerta 
de al lado lo que a mí me enseñó la señora 

divorciada sin prisa sin agobios cómo esto 
de hacer el amor puede después de tanto tiempo 

de manera tan vívida retornar todavía 
podemos sentir ciertas caricias oír ciertos 

tonos de voz incluso rememorar algunas 
palabras que cruzamos hacer el amor es 

algo acumulativo nada de lo que entonces 
fue bueno está realmente perdido pues aún 

puede seguir habiendo nuevos descubrimientos 
caminitos ocultos dirigidos al goce 

sin prisa sin agobios tiempo para poder 
dormitar un momento entre abrazo y abrazo 

tiempo de bromear también un poco por- 
que existe asimismo ese aspecto de lo 

ridículo en el acto de copular. Mejor 
que todo sea tierno y delicado 

y generoso igual que nuestra tarde va 
veloz por su camino a la vez larga y lánguida.


 
Larga y lánguida

martes, 26 de noviembre de 2024


DOS CUCHARAS 

Hoy os ofrezco el segundo programa dedicado a la figura del excelente poeta norteamericano James Laughlin, a su magnífico Poemas de amor, una recopilación presentada por la editorial Linteo en traducción de Juan Antonio González-Iglesias. Como ya comenté hace siete días, los poemas amorosos de James Laughlin están repletos de ternura, de delicadeza, de dulzura, de sencillez, de emoción, de intensidad, de alegría, de plenitud, de erotismo, de pasión, de felicidad. Y de todo ello podréis disfrutar si decidís seguir la presente emisión de Buscando leones en las nubes

Y entre los bellísimos poemas de James Laughlin, preciosas canciones, delicadas canciones de amor, o que, al menos, tienen como protagonistas a las maravillas del amor, al encanto y la magia amorosos, también al fracaso del amor, a la tristeza de la pérdida, a la cruel tortura de los celos, a la soledad del desamor. Adriana Calcanhoto, Natalie Merchant, Roxy Music, Ayo, Dougie MacLean, Jazzamor, Teddy Thompson, Annie Lennox, Ilona Knopfler, Ornella Vanoni, Ana D y la citada Katie Melua, han sido sus intérpretes. 

Imagen: Henri de Toulouse-Lautrec. La cama. 1893


Dos cucharas 

Hecho ya el amor 
tenemos sueño nos acurrucamos 

juntos como dos cucharas 
adaptada cada una 

bien a la otra mi brazo 
te rodea está mi mano 

sosteniendo tu seno 
y puedo sentir incluso 

tu pie en los dedos del mío 
tu pelo largo se extiende 

entre tu espalda y mi pecho 
te hablo bajito al oído 

aprietas por un momento mis dedos
ya nos dormimos.

 
Dos cucharas

martes, 19 de noviembre de 2024


ESTABAS DORMIDA 

Esta semana, Buscando leones en las nubes se va a centrar en la obra de un extraordinario poeta, aunque no demasiado conocido entre nosotros, aquí en España, en donde, si no estoy equivocado, sólo ha visto la luz uno de sus libros de poemas (hay también una especie de ensayo/biografía sobre el poeta William Carlos Williams), este que precisamente hoy quiero presentaros, el magnífico Poemas de amor, un título excelente publicado en 2007 por la editorial Linteo en traducción del poeta salmantino Juan Antonio González-Iglesias. 

Su autor es el norteamericano James Laughlin, de cuyo nacimiento en Pittsburgh, Pennsylvania, se cumplieron los ciento diez años el pasado 30 de octubre. De manera que la emisión de hoy -y la de los dos próximos lunes, pues una vez más, nuestro espacio incurre en este formato, la serie, el ciclo, al que tendemos con cada vez mayor frecuencia- tendrá como núcleo temático al amor, a partir de los versos de este excepcional poeta, cuya figura celebramos con ocasión de este aniversario, en unas emisiones que recuperan otras dedicadas al mismo escritor en junio de 2008. 

Porque este Poemas de amor hace honor a su nombre. Si os decidís a seguirnos durante estas tres semanas en que lo tendremos en Buscando leones en las nubes disfrutaréis de unos intensos momentos en contacto con unos poemas que rezuman sensualidad, gozo amoroso, sensibilidad erótica, corporalidad y sentimiento. Como menciona en su estudio introductorio el propio González-Iglesias en síntesis afortunada y muy descriptiva, James Laughlin es ante todo el poeta enamorado de muchas mujeres que acaban siendo una, el que celebra la respiración compartida, el que canta la dicha de quedarse dormido con la persona amada

Y esa celebración del amor se hace con un lenguaje cargado de referencias clásicas, de influencias literarias, pero a la vez muy llano y sencillo, muy transparente, muy diáfano, muy grato. En estos Poemas de amor que os leeré esta noche y las de los dos próximos lunes, hay vida, hay claridad, hay sencillez, hay limpidez, hay comunicación auténtica, hay frescura, hay las palabras de la vida, de la existencia cotidiana, hay, sobre todo, las emotivas, las conmovedoras palabras del sexo, del erotismo, del amor. 

Y para acompañar esta literaria exaltación del amor… música que tiene también al intenso sentimiento como motivo y eje. Quiero presentaros una serie de canciones preciosas, delicadas, íntimas, cálidas, como es norma muy habitual en nuestro programa, que hablan de la dicha de encontrar al ser querido, de las delicias, de los encantos del amor, pero también de sus desastres, de sus fracasos, de la separación, del alejamiento, del dolor, de la pérdida, del desamor. Son todas, como os digo, canciones bellísimas interpretadas por Heather Nova, Cesaria Evora con Salif Keita, Smashing Pumpkins, Djavan, Erin Boheme, Olivia Ong, Cigarettes after sex, Melody Gardot, Ryan Adams y Beth Gibbons con Rustin Man.

Estabas dormida