martes, 25 de noviembre de 2025


VIVIR CON NUESTROS MUERTOS 

Buscando leones en las nubes abre esta noche una nueva serie, con la muerte como tema monográfico, que se emitirá desde hoy y a lo largo de un total de tres semanas, y que llega con un cierto retraso en relación con la celebración que la desencadena, el Día de los Difuntos que se conmemora en el mundo entero el 2 de noviembre. 

Pocos días antes, el 29 de octubre, presenté, en mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, con el que Buscando leones en las nubes mantiene un fecundo juego de trasvases, mi reseña de un ensayo muy interesante, Vivir con nuestros muertos, publicado por la rabina francesa Delphine Horvilleur en la Editorial Libros del Asteroide, bajo su subtítulo original, Pequeño tratado de consuelo, y con traducción de la muy reconocida especialista Regina López Muñoz. En la serie que ahora da comienzo quiero ofreceros una treintena de fragmentos de ese libro magnífico, arropados, como de costumbre, con una banda sonora alusiva al tema central del ensayo. 

El libro muestra, ya desde su título, su mensaje más profundo, la vida y la muerte fuertemente entrelazadas, una hecho que se manifiesta de un modo ejemplar en la labor de su autora como rabina: En eso consiste mi función. Acompaño a mujeres y a hombres que en un momento crucial de sus vidas necesitan narraciones. Esas historias ancestrales no son exclusivamente judías, pero yo las enuncio con el lenguaje de mi tradición. Tienden puentes entre épocas y generaciones, entre las personas que han sido y las que serán. Nuestros relatos sagrados abren un pasadizo entre los vivos y los muertos. El papel del narrador es quedarse junto a la puerta para asegurarse de que permanece abierta

Palabras, gestos, narraciones, historias, rituales, oraciones, acompañamiento, cercanía, alivio, consuelo. El papel del rabino, el de este libro, es el de servir, a través de las palabras, de puente entre la vida y la muerte, de tal manera que los muertos no mueran sino que permanezcan aún vivos entre los vivos. Horvilleur teje un intrincado tapiz de palabras en un estudio en que divide en once capítulos, cada uno de ellos centrado en un protagonista distinto (personajes públicos y anónimos, célebres y desconocidos, amigos y familiares, niños y ancianos) y en los que entrelaza historias de sus biografías particulares con análisis e interpretaciones de sus muertes a la luz de la Biblia y los textos sagrados de la tradición judía, singularmente el Talmud, junto con aportaciones extraídas de sus propios recuerdos personales, íntimos en más de un caso, en episodios clave relacionados con los asuntos tratados. Nueve textos entresacados del libro integran la emisión de esta noche. 

La vertiente musical del espacio está compuesta por otras tantas canciones que hablan también de la muerte de manera directa en la mayor parte de los casos o, en alguna ocasión, de un modo simbólico (morir de amor, morir en tus brazos). Como singularidad de la serie entera anticipo que las tres emisiones del ciclo empiezan y terminan con la misma canción en, por tanto, seis versiones diferentes. Se trata de Flirted With You All My Life, el estremecedor clásico de Vic Chesnutt, de cuya vida y obra os hablaré en entregas posteriores del programa. En el espacio de esta noche los artistas “invitados” son: el propio Vic Chesnutt, Bob Dylan, Emmylou Harris, Johnny Cash, Natalie Merchant, con su interpretación de un poema de Emily Dickinson, Susan McKeown con Lorin Sklamberg, Coeur de pirate, Calexico con Iron & Wine y Death Cab for Cutie.


Vivir con nuestros muertos

martes, 18 de noviembre de 2025


LOLITA 

El pasado 15 de septiembre se cumplieron setenta años de la publicación de Lolita, la genial novela de Vladimir Nabokov. Por ello, y con un retraso disculpable dadas las exigencias de nuestra programación, centrada desde el inicio de la temporada en dos largos ciclos dedicados, como sabéis nuestros seguidores, a la poesía y la música del Mediterráneo y a los versos creados y las canciones interpretadas por mujeres, vamos a celebrar este peculiar cumpleaños con una emisión dedicada íntegramente, en música y textos, a la novela del autor ruso, escrita, sin embargo, en lengua inglesa. Coincide, además, la efeméride con el estreno en España, en julio de este mismo año, de la película Leer Lolita en Teherán, dirigida por Eran Riklis sobre la base de la novela de Azar Nafisi, publicada en 2003 y con varias ediciones en nuestro país. 

Para completar la parte literaria del programa, he elegido ofreceros una aproximación a Lolita que podríamos llamar "externa", un acercamiento desde fuera de sus páginas. He seleccionado para el Buscando leones en las nubes de esta semana diversos textos, extraídos de fuentes también variadas: críticas de prensa, artículos de escritores, reseñas bibliográficas, en los que autores muy conocidos y destacados de la crítica y la literatura -sobre todo española e hispanoamericana, pero también de otros países, como es el caso de la propia Azar Nafisi, iraní- reflexionan sobre la novela, sobre su importancia, sobre su influjo en la literatura y en la vida social de estos últimos setenta años. Sus nombres: Juan Villoro, Rafael Humberto Moreno Durán, Juan Bonilla, Javier Aparicio Maydeu, Iñaki Esteban, Mario Vargas Llosa, Stephan Vizinczey, Juan José Navarro Arisa, Antonio Muñoz Molina y Javier Marías. Además, para abrir y cerrar el programa oiremos la voz del autor, la voz de Nabokov. Su voz literaria, pues la primera cita será el inicio, el muy conocido comienzo de la novela, y también su voz real, pues la última referencia, con la que cerraremos el programa, se corresponde con unas declaraciones que Nabokov hizo hace muchos años en el que fue programa literario de culto de la televisión francesa, Apostrophes, entrevistado por el no menos mítico Bernard Pivot, estrella de la televisión cultural gala. 

La presente emisión recupera ahora el espacio radiado hace veinte años, cuando la novela cumplía medio siglo. Es por ello que los textos, idénticos a los de entonces, obvian -o pasan ligeramente por encima- las cuestiones relativas a los abusos a menores, hoy en día tan controvertidas a partir de una mucho mayor sensibilización social sobre el tema y que, por tanto, son analizadas y cuestionadas actualmente, con libertad inimaginable hace dos décadas, en infinidad de ensayos, novelas, artículos y colaboraciones periodísticas. Para suplir esa carencia y proponer un punto de vista muy diferente, os dejo el enlace a un artículo reciente en El País, escrito por Mar Padilla (con el que, sin embargo, no concuerdo en muchos aspectos), que ofrece una mirada actual sobre la novela. Como se trata de una publicación de pago y que probablemente deniegue el acceso, dejo también aquí la transcripción íntegra del texto, una libertad que me tomo por razones de oportunidad y que espero que su autora sepa disculpar.

Y la propuesta musical de esta noche no puede ser más sugestiva. Vais a escuchar -en consonancia con el tema central del programa- algunas canciones de diversas "lolitas" musicales, es decir, de algunas chicas, casi ninguna una niña y, en general, bastante alejadas de la figura literaria, que con voz dulce y gesto entre ingenuo y perverso, con aspecto inocente y a la vez morboso, con un erotismo infantil y transgresor, con turbadores morritos de colegialas enfurruñadas y artimañas de gatas castigadoras, ejercen su tiránica fascinación, su caprichoso y sensual dominio, dulce, inconsciente y venenosamente púber, sobre jóvenes y adultos, seducen, encantan, provocan, alientan fantasías pecaminosas, dando vida a un arquetipo -el de Lolita- ya reconvertido desde su planteamiento novelesco y que, tan antiguo como el hombre, como el sexo, alcanzó plena carta de naturaleza en nuestras sociedades a partir de la genial creación de Nabokov. Y, en la música, las Lolitas son francesas, recordad a Françoise Hardy, a Sylvie Vartan, a France Gall. Francia, emblema del pecado, de la sofisticación erótica, de la lujuria embridada por una refinada cultura del placer. Por ello, en la mayor parte de nuestras invitadas de esta noche percibiréis una entonación parisina, una dulzura enigmática y algo perversa en la voz que es patrimonio -al menos en el imaginario colectivo- de las mujeres de aquel país, hasta el punto de constituir un icono -las propuestas atrevidas formuladas por una voz tímida y sugerente, ambigua, que invita y aleja, que propone y a la vez marca distancias- del erotismo universal. Ese hoy quizá discutible pero muy reconocible arquetipo lo encarnan en esta emisión las propuestas musicales de Alizee, Camilla, vocalista de Nouvelle Vague, Cathy Claret, Carla Bruni, Bettina Mischke al frente de Jazzamor, Coralie Clement, Lisa Ekhdahl, Keren Ann, Helena Noguerra, Melissa Mars, Annet Louisan y Vanessa Paradis. 

Confío en que estas palabras sean bien entendidas y no sea necesario subrayar -lo es, si no, no estaría haciéndolo- mi radical oposición a toda forma de violencia sexual, explícita o insinuada, y a cualquier tipo de relación sexual, forzada o consentida, entre adultos y menores (¿qué significa el consentimiento de una niña de doce o trece años?). Cero frivolidades, pues, sobre un asunto tan grave, tan execrable, tan dramático.


Lolita fue violada: cómo se lee a Nabokov 70 años después. Mar Padilla. El País7 de noviembre de 2025

El clásico de Vladimir Nabokov narra la historia de un hombre que abusa repetidamente de una niña huérfana de 12 años. Durante años, no todo el mundo lo vio así. La literatura sobre abusos de hoy centra su mirada en las víctimas

Es un caso extraordinario de ficción enmendando a la realidad. En la novela Lolita, que en octubre cumplió 70 años, la perorata del personaje inventado Humbert Humbert (HH) alcanza a convencer a los autores de la Real Academia de la Lengua —personas de carne y hueso— para incluir la definición de lolita como “adolescente seductora y provocativa”.

Pero esa es una definición que hubiera impactado al autor del libro, Vladimir Nabokov. En diversas ocasiones, el escritor ruso-estadounidense intentó aclarar que HH es un pederasta con ínfulas de escritor que intenta disfrazar su atroz delito con un manto de amor fou, y del que Dolores Haze (Lolita) es su víctima muda. Pero ya era tarde. La mirada de HH sobre su objeto de deseo resultó tan persuasiva que por décadas engatusó a millones de lectores con su argumento de que es un hombre perdido en manos de una nínfula.

En su primera lectura de Lolita, la psicoanalista y escritora Lola López Mondéjar “compró” esa interpretación. “Muchas veces leemos bajo el foco del imaginario cultural. En tiempos de extrema libertad sexual, se creyó el cuento de la historia de amor, la versión del propio Humbert”, reflexiona al teléfono. Décadas después, comprendió que la novela narra la historia de un hombre que viola repetidamente a una niña huérfana de 12 años, que “confiesa” a un juez que su comportamiento está motivado por un amor descontrolado. Por eso en 2016 López Mondéjar escribió Cada noche, cada noche (Siruela) —el título hace referencia al párrafo de Lolita que explicita que Dolores “sollozaba cada noche, cada noche”, cuando el abusador se finge dormido—, una novela que da voz a la niña, una chiquilla que, haciendo uso del último resquicio de libertad, le niega su amor al omnipresente narrador, su padrastro-perpetrador, uno de los personajes más escalofriantes de la historia de la literatura.

El secreto y el silencio

“En el imaginario colectivo ella es un ángel lúbrico, pero en la novela de Nabokov Lolita solo tiene 12 años. ¿Por qué el cliché sigue cargando sobre la víctima el peso de la provocación?”, cuestiona Isabel Navarro, escritora y periodista en su taller El síndrome de Lolita. Cómo romper el silencio con la escritura.

Es una pregunta que nos enfrenta a un problema sistémico, que contiene multitudes: una de cada diez mujeres ha sido abusada sexualmente —en diferentes grados y tipologías— por un adulto en su infancia.

En latín, infante significa el que no habla, y el silencio y el secreto es clave en la violencia sexual contra menores. Al vivir una situación así, hablar no es fácil, porque el trauma, explica López Mondéjar, produce disociación, fragmentación, para defenderse de la experiencia dolorosa, y a menudo lleva al mutismo y al olvido.

Pero narrar lo ocurrido es algo parecido a romper una maldición, según Navarro, y ese cambio de perspectiva en el relato del abuso se refleja en libros como La familia grande, de Camille Kouchner; Viaje al este, de Christine Angot; El consentimiento, de Vanessa Springora; La cronología del agua, de Lidia Yuknavitch; Por qué volvías cada verano, Belén López Peiró, o Triste tigre, de Neige Sinno.

Para Navarro, este estallido literario es consecuencia del MeToo, que ha cambiado muchas cosas, porque empuja a compartir historias. Ese “yo también” lleva el problema (de los abusos) de las conversaciones privadas a lo público, y de ahí a la literatura, señala.

En este nuevo paisaje literario, la novela de Nabokov es el cliché desafiado. Por un lado el silencio de Lolita en la novela se rompe, pero sobre todo su lectura cosificadora y culpabilizadora se impugna. La lectura cosificadora y culpabilizadora que ha hecho la sociedad, incluidas instituciones como la RAE, denuncia Navarro.

En el caso de la escritora francesa Neige Sinno, sus años vividos en México y los Encuentros de mujeres que luchan, de Chiapas, le permitieron dimensionar en qué medida su experiencia de la violencia era parte de una vivencia colectiva. Y solo pudo empezar a escribir Triste tigre cuando encontró el tono particular de la voz que cuenta la historia, como explica por correo electrónico: “En realidad, hay dentro de cada persona una multiplicidad de voces y el tono, el registro, el ritmo de un narrador, aunque sea autobiográfico, resultan de una elección, una decisión. Se trata de una composición, de una elaboración consciente”. Esta voz no es la de la niña abusada, es la voz de una mujer que contempla su pasado desde cierta distancia y a través de varios filtros, usando su experiencia de lectora como herramienta para explorar, narrar y pensar.

Pensar el tabú

Leer y escribir sobre el delito sufrido puede proporcionar alivio. Se siente que lo que has vivido no es excepcional, que es importante y ofrece cierto consuelo, sostiene Navarro: “Supone un efecto movilizador, de compañía”.

Pero un libro no puede con todo. Tras publicar
Triste tigre, Sinno no se plantea su impacto en términos terapéuticos, sino más bien como un logro artístico y político. Llegar al final de un desafío tan ambicioso, encontrar un equilibrio sutil en medio del caos, es empoderador. “Tengo la sensación de que la libertad formal de mis últimos dos libros es el resultado de una vida de búsqueda, como al final de las películas de samuráis en que los años de entrenamiento y estudio de repente toman sentido al momento de librar el verdadero combate (que nunca es lo que uno se espera, claro, sino algo distinto, algo inesperado y más difícil)”, señala.

Lolita representa el poder de la escritura, un relato de tinieblas —también de algunas risas heladas— que narra uno de los peores crímenes. Es una experiencia intelectual, y también vital. “Las mujeres sabemos muy bien de lo que habla”, reflexiona Silvia Sesé, directora de Anagrama, “de esas miradas, esos acercamientos. También es una novela sobre la educación machista, sobre la hipersexualización, sobre el abuso de poder”.

Pero parece que el tabú en nuestra cultura no es la violencia sexual en sí, sino pensar sobre ella. Los estudios de la antropóloga francesa Dorothée Dussy inciden en la idea de que los abusos sexuales a menores son la máxima forma de dominación, la exacerbación del androcentrismo que aún rige nuestra sociedad. “Es el anhelo de los hombres del poder absoluto, de que no haya cuestionamiento a su deseo, de que no haya alteridad”, según López Mondéjar.

Es una violencia sistémica que no solo afecta a las niñas. En Habla, memoria, narrando algunos episodios de su niñez, Nabokov hace referencia a su tío Ruka, que cuando él era pequeño lo sentaba en su regazo y lo acariciaba en contra de su voluntad. De joven, Nabokov fue consultor de jugadas de ajedrez en los periódicos y con Lolita confirma sus dotes de estratega ajedrecista. Al fin y al cabo, la novela es una trama hecha de tácticas disfrazadas, de movimientos casi imperceptibles y de silencios. Una trama no tan alejada de la tenebrosa maquinación que se da en la patología de las agresiones sexuales a menores.


 
Lolita

martes, 11 de noviembre de 2025


NI YO SERÉ LA MISMA 

Con ocasión de la llegada del programa, hace siete días edición abrí, a su edición número novecientos, abrí, a primeros de octubre, una serie, que hoy llega a su fin, hilada por un evidente vínculo temático en textos y canciones. Desde el punto de vista literario, os he venido ofreciendo poemas escritos por mujeres seleccionados entre los centenares que recoge el último número publicado hasta ahora de la revista Litoral, que con ese título explícito, Mujeres, incluye los versos, muchos de ellos inéditos, de una amplia representación de la poesía femenina en español, que aparecen acompañados, en un volumen bellísimo, como es costumbre en la revista malagueña, por las ilustraciones, cuadros, dibujos, esculturas y fotografías de una igualmente significativa muestra de artistas, todas también mujeres, de nuestro ámbito cultural. De ellas, y para conformar esta postrera edición del ciclo, he escogido la intensidad, la emoción y la belleza de los versos de Rocío Acebal Doval, Nuria Ortega Riba, Ioana Gruia, Susana Benet, María Rosal, Amalia Bautista, Miren Agur Meabe, Isabel Bono, Josefa Parra, Irene Sánchez Carrión, Esther Morillas y Elsa López. 


En la vertiente musical del espacio, en las cinco entregas previas del ciclo han sonado espléndidas canciones de intérpretes femeninas que habían formado parte de la banda sonora de los cien primeros programas de Buscando leones en las nubes, en un recordatorio, a mi juicio magnífico, además de sentimentalmente entrañable, de nuestra vasta y musicalmente muy diversa trayectoria. Esta noche, en cambio, opto por dejar atrás y ofreceros una decena de temas extraídos de discos relativamente recientes -de 2024 en su mayor parte- de cantantes en su mayor parte no tan conocidas y con una mucha menor presencia en nuestras novecientas primeras emisiones. Es el caso de Natascha Rogers, Sahra Halgan, Emily Haden Lee, Amiria Grenell, Dora Morelenbaum, Zara McFarlane, Maggie Antone, Carel Kraayenhof, Barbara Pravi, Susie Arioli, la catalana Lidia Pujol y la gambiana Sona Jobarteh, en una representación variada del espíritu ecléctico con el que desde hace más de veinticinco años confecciono las bandas sonoras de nuestras emisiones: blues, canción francesa, música brasileña, folk, jazz vocal, cantantes indies, temas africanos o piezas country, entre otros géneros.

Imagen: Isabel Villar. Niña en el río con cinco elefantes. 2007

Ni yo seré la misma

martes, 4 de noviembre de 2025


LA MÁS ÚTIL DE LAS MÁRTIRES (¡900 PROGRAMAS!) 

Bienvenidos al programa número novecientos de nuestra ya muy extensa historia, iniciada el 14 de abril de 2000 y que hoy, veinticinco años y casi siete meses después, alcanza esta desorbitada cifra, inimaginable en aquel momento inaugural. Para celebrar esta circunstancia llevo ofreciéndoos desde principios de octubre una serie, que hoy llega a su quinta y penúltima entrega, con las mujeres como dobles protagonistas, tanto en el dominio de la literatura como en el de la música. Consciente de que, sobre todo en el caso de las bandas sonoras de las distintas emisiones de esta larga trayectoria, las voces femeninas han ocupado con frecuencia el primer plano del espacio, he decidido que este ciclo conmemorativo mantenga esta pauta con poemas y canciones creados por mujeres. 
 
En el ámbito de la poesía esta noche sigo proponiéndoos, como en el resto de la serie, textos escogidos del último número de la revista Litoral, que con el explícito título de Mujeres, presentó hace unos meses varios centenares de poemas de una exhaustiva muestra de poetas en español. Once de ellos integran esta especialísima edición del programa, siendo sus autoras Martha Asunción Alonso, Laura Casielles, Alba Flores Robla, Begoña M. Rueda, Virginia Navalón, Estefanía Cabello, María Elena Higueruelo, Amanda Sorokin, Nuria Ortega Riba, Lola Tórtola y Mayte Gómez Molina. 

Complementándolos, suenan otras tantas canciones, interpretadas por cantantes también femeninas, seleccionadas de las innumerables aparecidas en las cien primeras emisiones de Buscando leones en las nubes: la norteamericana habéis podido escuchar a Lisa Ekdahl, Rokia Traoré, Adriana Calcanhoto, Dido, Cesaria Evora, Joni Mitchell con The Chieftains, Stacey Earle, Shirley Horn, Kate Rusby, Cathy Claret y Emmylou Harris.

Imagen: Isabel Quintanilla. Habitación de costura.1974

La más útil de las mártires