martes, 19 de enero de 2010


LA MELANCOLÍA. GENIO Y LOCURA EN OCCIDENTE

Hace cuatro años, con ocasión de la clausura de la exposición “Melancolía. Genio y locura en Occidente”, que entre octubre de 2005 y enero de 2006 se ofreció en las Galerías Nacionales del Grand Palais de París, Buscando leones en las nubes dedicó un programa a esta no siempre dramática y sí muchas veces dulce emoción. Como sabéis, la semana pasada este tema ya constituyó el motivo central de una emisión que giró sobre el libro de Eric G. Wilson, Contra la felicidad. En defensa de la melancolía. Con esa razonable excusa -completar una breve y melancólica serie invernal- y con la más leve e injustificable de mis siempre excesivas obligaciones laborales (no quiero dar demasiado la lata con este prosaico motivo recurrente, pero por desgracia así ocurre con frecuencia) me veo obligado a recuperar ahora aquel programa emitido entonces para seguir disfrutando de esos placeres literarios y musicales con los que nos recreamos los espíritus melancólicos.

En la exposición parisina, espléndida, se rastreaba la presencia de esta emoción a lo largo de la Historia del Arte occidental, analizándola, mostrándola desde ángulos diversos vinculados a la filosofía, la medicina, la psiquiatría, la religión, la teología o la literatura. Como podréis comprobar si escucháis la emisión, entonces yo invitaba a los oyentes a pasearse por la excelente página web del Grand Palais si querían gozar de las muchas maravillas de la muestra. Desgraciadamente la página ha expirado (¿y no decían que en internet estaba todo y para siempre?), por lo que sólo puedo, ahora, dejaros dos vínculos -uno, muy somero, del propio Grand Palais; el otro, algo más completo, de un particular- en los que encontrar algún eco de la exposición.

Los textos leídos en el programa son, o bien referencias citadas como complemento y explicación de las obras de arte en la propia exposición, o bien breves fragmentos de obras diversas recogidos de mis lecturas personales. Se trata de reflexiones, siempre interesantes y sugerentes, debidas a Andrés Trapiello, George Minois, Adolfo García Ortega, Víctor Hugo, Anton Chejov, Denis Diderot, Pío Baroja, Jackie Pigeaud, Aristóteles, Luisgé Martín y Emmanuel Kant. La música, con la que he procurado envolveros en una atmósfera melancólica, acorde a la tristeza profunda de los textos, está interpretada por Richard Hawley, Rosie Thomas con Ed Harcourt, Peter Gabriel, Sophie Zelmani, Djosinha, Gwyneth Herbert, Madeleine Peyroux, Adriana Maciel con Zeca Baleiro, Nouvelle Vague, Ryan Adams y George Michael.

Os dejo también, como de costumbre, algunos vídeos, cinco exactamente, relacionados con la música emitida en el programa. En lo visual no son gran cosa, para mi gusto, pero las canciones son preciosas y ya sólo por ello merecen la pena. Para empezar, Let it be me, con Rosie Thomas y Ed Harcourt con el fondo de una foto fija de todo punto inexplicable. A continuación, la preciosa Oh dear de Sophie Zelmani; las fotos de fondo son ahora cambiantes, agradables pero algo esotéricas, rozando peligrosamente el estilo new age. Algo mejores (la universal e irrefrenable tendencia a la cursilería siempre acechando, no obstante: dadle una cámara a un tipo y le asaltará de inmediato la vena ‘artística’, con resultados devastadores sobre la estética… y hasta la ética) son las fotografías en blanco y negro que acompañan el clásico Weary blues interpretado por Madeleine Peyroux. En una intimista actuación en Barcelona está grabada la versión que los Nouvelle Vague hacen de otro clásico, aunque éste más reciente, ochentero, In a manner of speaking, de los Tuxedomoon. Y para cerrar, un brevísimo Jesus to a child, de Georges Michael, registrado en una ceremonia de la MTV.




La melancolía. Genio y locura en Occidente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh, melancolía

(Silvio Rodríguez)

Hoy viene a mí la damisela soledad,
con pamela, impertinentes y botón
de amapola en el oleaje de sus vuelos.
Hoy la voluble señorita es amistad,
y acaricia finalmente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.

Por eso hoy,
gentilmente, te convido a pasear
por el patio, hasta el florido pabellón
de aquel árbol que plantaron los abuelos.
Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal,
dibujando los abismos de un amor
melancólico, sutil, pálido cielo.

Viene a mí, avanza
—viene tan despacio—,
viene en una danza
leve en el espacio.
Cedo, me hago lacio
y ya vuelo, ave.
Se mece la nave
lenta, como el tul
en la brisa suave
niña del azul.

Oh, melancolía, novia silenciosa,
íntima pareja del ayer.
Oh, melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer.
Oh, melancolía, señora del tiempo,
beso que retorna como el mar.
Oh, melancolía, rosa del aliento,
dime quién me puede amar.

http://www.youtube.com/watch?v=MBMeGfaY-cA