EL DON DE LA EBRIEDAD
Con una copa de vino en la mano y brindando por las ya inminentes y deseadas jornadas de holganza vacacional despide Buscando leones en las nubes este trimestre. Y el brindis (y la mención a la ebriedad de nuestro título, no ‘claudiorodriguesca’, pese a la apariencia) no resulta meramente testimonial, porque es la bebida, el alcohol, es, más en particular, el vino el que protagoniza esta emisión inmediatamente anterior a la Semana Santa.
Igualmente, gran parte de estas evocaciones (las más jubilosas) a las que induce el vino se recogen en el magnífico Doble retrato con un vaso de vino, esa representación espléndida del amor, con la copa como centro, debida a la inspiración de Marc Chagall, con la que he querido ilustrar esta entrada. La mujer que (como ocurre tantas veces) sostiene a su amante, éste que, juguetón y cariñoso, le tapa un ojo, el hijo sobrevolándolos a ambos por el aire, el blanco nupcial, el escote pronunciado, la pierna adelantada, descubierta, los luminosos colores, el abanico florido, las sonrisas alegres, el regocijo y la felicidad que se entrevén en la actitud de la pareja, la ciudad minimizada al fondo, banal escenario de un amor que no respeta el principio de realidad, de un amor al que le sobra el mundo… y la copa de vino, el vino, quizá desencadenante, quizá corolario del éxtasis amoroso… ¡qué maravilla!
La música también participa de esta atmósfera algo disipada, aunque en este caso no me he limitado al vino y he ampliado conscientemente la perspectiva con la que contemplar el fenómeno. Es, pues, el alcohol en general, y su universo, presente en cerveza y champán, whisky y otros bebedizos, pero también en barras de bar, borrachos y botellas vacías, noches de derrota y embriaguez, mañanas de resaca y desconcierto, de remordimiento y culpa, días de vino y rosas, el que está presente en la mayor parte de las excelentes canciones que han sonado. Unas piezas, casi todas respetuosas con el tono intimista y recogido que casi siempre pretendo imponer en Buscando leones en las nubes, interpretadas por Deanna Carter, Van Morrison, Aretha Franklin, Aroah, Diana Krall con Cassandra Wilson, Merle Haggard, Cat Power, Laura Cantrell, Katie Melua, Loudon Wainwright, Tom Waits y Elliot Smith.
Os dejo, con la copa de champán en la mano, esbozando ya la despedida del trimestre, algunos vídeos de algunos de los artistas que hemos escuchado en el programa. En primer lugar, la magnífica Cat Power interpretando su Lived in bars en un concierto en televisión. A continuación, la lánguida Katie Melua con una versión de Lilac wine también en vivo. Y para terminar, tres acercamientos a esa obra maestra indiscutible que es Between the bars: la recreación, algo fría, quizá, de Madeleine Peyroux, con un fondo de imágenes tristes; la intensa y emotiva de Chris Garneau, que ya os había ofrecido aquí hace algunos meses; y la originaria, la de su creador, Elliot Smith, que es la que ha cerrado el programa y con la que clausuramos también esta entrada, el trimestre y mi participación en el blog hasta dentro de quince días. ¡¡Pasad unas muy buenas vacaciones!!
El don de la ebriedad
6 comentarios:
¡Qué maravilla de programa! Gracias
Terita
Hola, Terita
Gracias por tu intervención. Me alegro de que te haya gustado el programa. A mí también me parece uno de los más bonitos, con música estupenda y poemas magníficos.
Gracias de nuevo. Un saludo (y que sigas disfrutando de Buscando leones en las nubes)
muy mareante (en el buen sentido) si. jeje!
me ha gustado mucho
Bob
Embriáguense
Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: esta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
"¡Es hora de embriagarse!"
Para no ser los esclavos martirizados del tiempo,
¡Embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.
Gracias por hacer que descubriera este maravilloso programa.Marga
Gracias, Marga, por 'aparecer' aquí y por aportar tus saberes y tu sensibilidad. ¡¡Baudelaire, ni más ni menos!!
Muchísimas gracias por mejorar el blog
Un saludo
http://www.youtube.com/watch?v=c5T6rKX2GEg&feature=related
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