martes, 29 de marzo de 2011


YO ES OTRO


Con el programa de esta semana, Buscando leones en las nubes abre una nueva serie, compuesta por tres emisiones consecutivas, dedicada esta vez al tema de la identidad. Para esta primera edición de hoy he escogido algunos breves textos de diferentes escritores que constituyen una suerte de indagación en torno a la idea de identidad. John Lanchester, Jaime Gil de Biedma, Rubem Fonseca, Vicente Molina Foix, Hari Kunzru, José Carlos Llop, Enrique Vila-Matas, François René Chateaubriand, Paul Valery, Tulio Stella y Paul Auster nos dejan sus aproximaciones, directas y frontales en algunos casos, más escondidas y laterales en otros, sobre uno de los grandes tópicos (en el mejor sentido del término) de la literatura, el arte, la filosofía y, en general, el pensamiento universales. ¿Quiénes somos realmente? ¿Cuántos y quiénes nos habitan? ¿Qué delimita nuestra personalidad? ¿Qué rasgos definen nuestro yo más íntimo? ¿Existe, en realidad, un yo íntimo? He ahí algunas de las preguntas que el ser humano ha venido haciéndose desde siempre y a las que intentaremos dar respuesta esta noche a través de las sugerencias que nos proponen los autores citados.

Desde este punto de vista de la reflexión sobre la identidad, esta entrada se presenta bajo dos poderosas referencias. La primera es la anticipadora afirmación de Rimbaud, emblema de una cierta forma de entender el arte, la poesía, la creación, la modernidad: Je est un autre. Os dejo el texto íntegro de una de sus cartas que incluye la conocida frase: Quiero ser poeta, y me esfuerzo en volverme Vidente: yo apenas sabría explicárselo y, aunque supiese, usted no comprendería nada en absoluto. Se trata de alcanzar lo desconocido por medio del desarreglo de todos los sentidos. Los sufrimientos que ello conlleva son enormes, pero hay que ser fuerte, haber nacido poeta, y yo me he reconocido poeta. No es culpa mía en absoluto. Nos equivocamos al decir: yo pienso; deberíamos decir: Alguien me piensa. Perdón por el juego de palabras.Yo es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y al carajo los inconscientes que pedantean acerca de lo que ignoran por completo!

La segunda referencia es un autorretrato magnífico de Francis Bacon. Un pintor, Bacon, que tan bien refleja, con sus personajes de trazos difuminados, con los rasgos borrosos, con sus rostros desfigurados, los confusos límites de la identidad del hombre contemporáneo, con su pobre yo a menudo difuso y torturado.

Como de costumbre, para facilitar la reflexión sosegada en torno a los fragmentos literarios y propiciar su disfrute placentero, he seleccionado, para la banda sonora del programa, algunas intimistas canciones, en la mayor parte de los casos de publicación muy reciente. Sus intérpretes son la americana con raíces en Uganda y Ruanda, Somi; la brasileña Bïa Krieger, con su impecable dicción francesa; otra brasileña, nuestra habitual invitada Ive Mendes; Joan as Police Woman, con una magnética pieza de su último disco; Adele, de éxito multitudinario en todo el mundo con su excepcional 21, su grabación más reciente; la sudafricana Simphiwe Dana, a la que olvidé citar en la emisión; la canadiense Molly Johnson, con su versión de Streets of Philadelphia; el sensible Daniel Martin Moore y su delicado piano; otra británica emergente y aplaudida por doquier, Rumer; la excéntrica islandesa Björk; y la impresionante cantante etíope Gigi Shibabaw. De algunas de las intérpretes femeninas os dejo una muestra en vídeo. En primer lugar, Somi y su versión de Waiting in vain de Bob Marley. A continuación, Bïa Krieger y esa maravilla que es Les mûres sauvages. Luego Ive Mendes, siempre sensual (y algo hortera, todo hay que decirlo), cantando Never felt love like this. La sigue Adele y otra joya, Someone like you. En penúltimo lugar, Joan as Police Woman con la hipnótica Flash. Y cerrando la serie, Rumer con su lentísima y subyugante Slow.

Para clausurar esta entrada os dejo el primer fragmento que he leído en el programa, una larga y clarividente reflexión de John Lanchester acerca de las dificultades que entraña la definición de la compleja personalidad humana. Un texto excelente que concentra lo esencial del asunto sobre el que gira la emisión.

He llegado a la conclusión de que los dos modelos dominantes de la personalidad humana son falsos. Uno de ellos, el principal en Occidente, considera la personalidad un edificio, una estructura estable y perdurable, como una construcción. En esta versión nuestras personalidades no son necesariamente pequeñas o sencillas; pueden tener muchos aspectos diferentes, lugares desde los cuales uno puede adoptar una perspectiva diferente, con recovecos y madrigueras, lugares secretos, patios interiores, harenes, minaretes, calabozos, fantasmas inesperados, cámaras de Barbazul; pueden ser abiertos (los muros derribados) o cerrados y parecidos a un zoco; pero esencialmente, a pesar de toda su complejidad, son fijos y estables. Con el tiempo podemos descubrir cosas nuevas sobre nosotros, pero es como descubrir en una mansión destartalada una habitación oculta detrás de una puerta. Somos lo que somos; somos nuestro yo y nuestro yo es para siempre.

La otra visión, más oriental, considera que esa forma de ver la personalidad es fundamentalmente errónea. Contempla la personalidad, la inmutabilidad del yo, como una especie de ilusión óptica. Somos una ola, una fluida secuencia de estados mentales y percepciones, que recorre el tiempo. Cuando volvemos la vista atrás y miramos el camino que ha recorrido la ola, lo que vemos es una trampa de la memoria, y parece que el yo hubiera estado viajando con nosotros; pero al igual que en una ola el agua permanece donde está y es sólo la energía la que se mueve hacia delante, lo mismo ocurre con la personalidad que sólo existe en este momento, aquí y ahora. Recordamos momentos pasados (o creemos hacerlo; continuamente nos convencemos de que lo hacemos) y nos inventamos una continuidad para ese yo anterior, pero es una ficción. Únicamente somos quienes somos ahora mismo, y la continuidad y la estabilidad del yo es una ilusión reconfortante. Nos contamos historias para fabricar una unidad única con estos sucesivos yoes; construimos historias para construirnos un yo.

Ninguna de estas dos formas de ver la identidad me parece correcta. No somos fijos y permanentes, y el énfasis budista en la fluidez es correcto en la medida que hace hincapié en ello; pero al mismo tiempo no nos reinventamos a nosotros mismos a cada momento. La segunda de estas visiones no parece muy correcta. Yo no soy exactamente la misma persona que fui ayer, o hace un año, o hace una década. Y sin embargo es correcto decir que no soy una persona totalmente distinta. Hay una continuidad entre nuestros yoes pasados y los actuales; esto es algo que podemos sentir en nuestro ser más profundo. Y este sentimiento no es una ilusión. De hecho, a menudo deseamos que hubiera menor continuidad, y todos tenemos cosas de las que nos gustaría librarnos. Pero no funciona así.





Yo es otro

martes, 22 de marzo de 2011


MUJERES DE CARNE Y VERSO

Nuestra propuesta de esta semana cierra la serie dedicada a la mujer con ocasión de la celebración, el pasado 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. De nuevo, pues, literatura y música femeninas, o más exactamente creada e interpretada por mujeres, en Buscando leones en las nubes.

En el apartado musical, contamos con canciones espléndidas que suenan en las voces de Oumou Sangaré, Ornella Vanoni, Sade, Bjork, Beth Gibbons, Skye Edwards al frente de Morcheeba, Clara Bellar, Tori Amos, Bonnie Raitt, Billie Holiday y Anjani Thomas.

En la vertiente literaria del programa podréis escuchar algunos poemas entresacados de un libro imprescindible: Mujeres de carne y verso, una antología la poesía femenina escrita en español durante el siglo XX realizada por Manuel Francisco Reina para la editorial La Esfera literaria. En concreto, los versos leídos son obra de Cristina Peri Rossi, Concha García, Carmen Jodra, Clara Janés, Pilar Pallarés, Ana Merino, Pilar Rubio, María Victoria Atencia, EIsa López, Josefina de la Torre y Carilda Oliver.

Mujeres de carne y verso recoge poemas de más ciento cincuenta poetas españolas e hispanoamericanas representativas de distintos movimientos literarios, desde el Romanticismo hasta nuestros días. Actualmente descatalogado (quizá con suerte pueda encontrarse aún algún ejemplar aislado en determinadas librerías, o en todo caso en bibliotecas), el libro conoció un extraordinario éxito editorial en 2002, año de su publicación. Además, salvo una nota demoledora y furibunda de José Luis García Martín en El Cultural de El Mundo (muy contestada después por el antólogo), obtuvo también un notable reconocimiento crítico y académico. Gertrudis Gómez de Avellaneda, Concepción Arenal, Carolina Coronado, Rosalía de Castro, Alfonsina Storni, Concha Méndez, Rosa Chacel, Dulce María Loynaz, Gloria Fuertes, Trinidad Mercader, Carmen Martín Gaite, Alejandra Pizarnik, Ana María Moix, Ángeles Mastretta, Fanny Rubio, Ana Rossetti, Dulce Chacón, Zoé Valdés, Blanca Andréu, Espido Freire, entre otras, y además de las escogidas para el programa, surcan las páginas de una antología en la que, como señala la propia editorial en su presentación, aparecen mujeres de todas las tendencias poéticas: vitalistas, románticas, feministas, suicidas, comprometidas, burguesas... mujeres poetas de la más variada condición, todas ellas con algo en común: una voz propia que ha dejado su huella en lo mejor de la lírica escrita en lengua castellana.

Manuel Francisco Reina precisa en su Exposición de motivos inicial, los criterios de selección, las razones y el propósito su antología. Os transcribo aquí dicha introducción (con abundantes errores originales, dicho sea entre paréntesis) por si, de modo adicional a la propia emisión, puede despertar el interés por el libro:

Enfrentarse a la empresa de una antología es siempre un trabajo arduo y arriesgado: cuestiones de criterios, baremos filológicos, gestiones de intereses económicos -aunque de poesía se trate- y otros mil contratiempos pueden minar o convertir en agua de borrajas un proyecto hermoso. Sin embargo, no con menos osadía que conocimiento del peligro, afronté el reto por razones muy serias. Por un lado, el convencimiento de que la poesía escrita por mujeres en lengua castellana, salvo elogiosísimas excepciones, carecía de una obra de referencia donde se contemplara el devenir poético de todo el siglo XX a nuestros días; por otra parte, la convicción de que la igualdad entre sexos, moderna y contemporáneamente entendida, pasa por la afirmación de las individualidades que nos hacen distintos. Desde ese axioma nace esta antología, desde el principio creador, pues de creadores se trata, de que todo aquel que lo es, sea hombre o mujer, y son ideas de Valente, responde al principio de lo femenino, de lo que genera vida, pues la poesía, si no es vida, si no respira y palpita, si no está llena de glóbulos rojos, no es nada.

Esta antología es también un manifiesto a favor de la mujer, un reconocimiento de pináculos perversamente oscurecidos en la historia de la literatura. “Usted no sabe qué es ser mujer sobre esta tierra”, dice la emblemática Sylvia Plath, doliente y verdadera, ante la injusticia que la marcó denostándola como creadora por razón de sexo. Mis
mujeres de carne y verso son aquellas que, frente a la tradicional asignación de la sociedad a un papel reproductivo, ejercen su derecho a la producción intelectual y artística, lo que, lejos de reducirlas, como algunos coetáneos decimonónicos sostuvieron, las multiplica. Todas tienen algo en común, una manera poética de habitar el mundo y entender la vida. Un caminar hacia un futuro sin distingo de sexos, en el que todos salgamos fortalecidos y mejorados.

Toda antología es también una apuesta personal, y ésta no sólo lo es por la inclusión de jóvenes autoras de incipiente carrera, sino por la aportación de dos coordenadas definitorias. La primera sería anexionar a las autoras consagradas y por consagrar del panorama ibérico, autoras del ámbito latinoamericano. Esto se debe a que, siguiendo la idea cernudiana de
patria lingüística, las autoras hispanoamericanas pertenecen literariamente a la patria común de la lengua castellana. Como resulta innegable el lugar y la influencia decisiva de muchas de ellas en las jóvenes generaciones, no he querido hacerlas de menos, y creo que están por derecho en esta selección. La segunda coordenada, que aporta esta obra es la de remontarnos a las autoras, algunas muy desconocidas, del siglo XIX, que con su actitud feministamente beligerante y creadora dieron paso a la nueva sensibilidad poética del siglo XX, y a las formas de pensamiento moderno.

El criterio de ordenación, ha sido rigurosamente cronológico, ya que me pareció el más apropiado dado la cantidad de autoras, y los confusos y casi inexistentes estudios al respecto. El habernos metido en disertaciones filológicas, aunque haya habido trabajo de investigación, sobre todo con las autoras decimonónicas, hubiera supuesto un peligroso empantanamiento que probablemente no hubiera llevado a ningún sitio. Me he limitado a dar unas pinceladas, y una breve introducción biobibliográfica, considerando que el verso, que sus poemas, son lo que verdaderamente las define.

Debo pedir de antemano disculpas, porque toda antología es siempre incompleta, y más tratándose de un proyecto que abarca las orillas de casi dos siglos, y el riquísimo y desconocido ámbito lingüístico del castellano en Hispanoamérica. Supongo, de ahí mis adelantadas excusas, que no todas las que son están, pero sí todas las que están lo son.

La proliferación de autoras de calidad y fama, en las últimas décadas, me llevan a la convicción, de que, como dice el escritor Antonio Gala: El
siglo XXI será femenino y espiritual, o no será. Con esa fe, espero que esta antología resulte un peldaño más en la escalera futura.

Para integrar la acostumbrada sección de vídeos os dejo cuatro, tres con intérpretes aparecidas en el programa, aunque con canciones distintas a las emitidas (Oumou Sangaré y Deya, Ornella Vanoni, con Fiorella Mannoia, en Senza paura, y Anjani Thomas en Innermost door), y un cuarto, en el que no he podido resistirme al encanto de Skye Edwards que canta, junto con su grupo, Morcheeba, una contagiosa Blood like lemonade.




Mujeres de carne y verso

martes, 15 de marzo de 2011


CON VOZ PROPIA

La segunda emisión ‘femenina’ de Buscando leones en las nubes en este curso, un nuevo programa nacido con la excusa de la celebración del Día internacional de la mujer trabajadora, os ofrece, en la parte musical, una excelente selección de canciones, como siempre procedentes de ámbitos musicales muy diversos, pero todas ellas interpretadas por mujeres. En concreto, podréis escuchar las magníficas voces de Rosie Thomas, Eneida Marta, Carla Bruni, Keren Ann, Bebel Gilberto, Heather Greene, Ayo, Rachel Goswell, Kaki King, Norah Jones, Susheela Raman y Judith Godreche.

Igualmente, en la vertiente literaria del programa he leído poemas extraídos de una antología publicada hace algunos años con el título Con voz propia, que recoge un estudio y una selección comentada de la poesía femenina española de los últimos cuarenta años. María Rosal, escritora y poeta a su vez, es la responsable de la edición que presentó, a finales de 2006, la ejemplar editorial sevillana Renacimiento.

Con voz propia no es una antología al uso. Hay, claro, al igual que en cualquier antología convencional, una selección de poetas, en este caso setenta poetas españolas, de cada una de las cuales se presenta un poema a modo de muestra de las diferentes formas de encarar la creación literaria. Se ofrecen así, en lo que constituye el cuerpo central del libro, poemas, publicados en el último tercio del siglo XX, de todas las voces de interés en la poesía femenina española, voces que aparecen ordenadas cronológicamente, desde la de la ‘veterana’ Julia Uceda, nacida en 1925, hasta la de la jovencísima, pero ya notoria y muy premiada, Elena Medel, con poco más de veinte años.

Pero Con voz propia tiene, aparte del genuino interés de los poemas recogidos -muy grande en la mayor parte de los casos-, y de constituir un documento muy útil para conocer cuál es la poesía femenina más sobresaliente que hoy se hace en España, un elemento adicional, un elemento podíamos decir que pedagógico, que hace que os recomiende de un modo especialmente entusiasta la lectura del libro. Con voz propia presenta también una serie de estudios, análisis y comentarios sobre la presencia de las poetas, de las mujeres que se dedican a la poesía, en el universo de la poesía en español. María Rosal ha incluido una serie de capítulos preliminares en los que analiza la época (de 1975 a 2005) desde una perspectiva histórica y cultural, las principales corrientes y grupos literarios, las mñas destacadas antologías poéticas publicadas, rastreando en ellas, con precisión y minuciosidad estadísticas, los porcentajes de representatividad femenina y proponiendo un nuevo canon, una nueva sensibilidad que permita recoger con mayor fidelidad la fecunda creación poética femenina.

Además, se ofrecen una serie de textos teóricos en los que las poetas antologadas ofrecen sus visiones de su propia experiencia literaria y creativa. Hay también una sección muy sugestiva en la que algunas de las poetas seleccionadas comentan sus poemas, lo cual constituye para el lector una forma de acercamiento muy interesante a la obra. Se presentan también, con una intención inequívocamente didáctica, con la voluntad de facilitar el aprendizaje de la lectura de poesía, una serie de ejercicios de reflexión y comentario, e incluso de creación, a partir de diferentes poemas. El volumen se cierra, por último, con una completa bibliografía que puede facilitar la apertura a otras obras de las poetas seleccionadas.

De este sugestivo libro he entresacado, para la presente edición de Buscando leones en las nubes, una docena de poemas escritos por Ángeles Mora, Reyes de Gregorio, Amalia Bautista, Inmaculada Mengíbar, Mª del Valle Rubio Monge, Cristina Peri Rossi, Elsa López, Amalia Iglesias, Elena Pallarés, Mercedes Escolano, Ana Rossetti y Clara Janés.

Para reflejar en imágenes el espíritu de la emisión, os ofrezco ahora algunos vídeos de las intérpretes que han aparecido en el programa: The one i love, la versión del clásico de REM que hace Rosie Thomas (aquí con Sufjan Stevens), In your back, de Keren Ann; Thinking about you, de Norah Jones; y Second brain de Kaki King. Mi intención era mostraros también Down on my knees, de Ayo, y Mindjer, de Eneida Marta, pero por algún extraño problema técnico no son admitidos en Embedr. Buscadlos en Youtube. Merecen la pena. (Por cierto, ha habido también dificultades técnicas al ‘colgar’ el programa, viéndome obligado a hacer varias 'correcciones' de última hora; espero que pueda escucharse bien).




Con voz propia

martes, 8 de marzo de 2011


NOMBRES DE MUJER

Casi todos los años, cuando se acerca el 8 de marzo, esa festividad laica que homenajea a la mujer, a la mujer trabajadora en particular, dedicamos algunas emisiones, en otra de las rutinas habituales en Buscando leones en las nubes, al universo literario y musical femenino, con programas integrados en su totalidad por canciones y textos nacidos de la sensibilidad y la inteligencia de las mujeres.

En el caso concreto del programa de esta semana (en las dos próximas continuaremos con esta serie femenina, pero ya os iré desvelando las claves de cada emisión en su momento) la alternativa elegida consiste en ‘jugar’ con los nombres de mujer. He buscado (sin demasiado tiempo, la verdad, por lo que el resultado me parece manifiestamente mejorable) poemas y canciones que tienen por título un nombre de mujer. He desechado, en el apartado musical, lo demasiado obvio, como Roxanne de Police, Suzanne de Leonard Cohen, o Gloria de Van Morrison (que en la versión radiofónica atribuí erróneamente a una Patti Smith que sin embargo sí fue su principal divulgadora), o tantas otras… Recojo, en cambio, algunas canciones conocidas pero, insisto, no esperéis lo fácil o lo previsible y sí las deliciosas sorpresas, como es habitual en Buscando leones en las nubes. Podréis escuchar así Julia, de los Beatles; Gabriela, de Marcio Faraco; Marie, del inmenso Townes Van Zandt (del que prometo un programa monográfico el curso próximo); Angie de los Rolling Stones; Nancy (with the laughing face), de Karryn Allison; Story of Elaine, de Jazzamor; Sara, de Fleetwood Mac; Marina, de Adriana Calcanhoto; Amie, de Damien Rice; Isobel, de Dido; Kathy’s song, de Simon and Garfunkel; y para terminar, Ophelia, de una Natalie Merchant a la que no soy capaz de renunciar en casi ningún programa.

Desde el punto de vista literario, los poemas seleccionados (de todo tipo y calidad, la verdad sea dicha; pero, insisto, hubiera necesitado más tiempo) son Adelaide (a la que castellanicé en la emisión), de César Antonio Molina; Mara, de Benjamín Prado; Mary, de Josep M. Fernández; A Patricia, de Carlos Martínez Aguirre; Sylvia (obviamente, Sylvia Plath), de Javier Cánaves (que reaparecerá en Buscando leones en las nubes dentro de nada, con un especial que anticipo estupendo); El nuevo soneto a Helena, de Pablo Neruda, Seduciendo a Sara, de Marcos Díez Manrique; Rosario, de Jon Juaristi; A Lucrecia que llevaba un reloj en su sortija de casada, de Luis Alberto de Cuenca; Canto de Raquel, de Joan Margarit (que se merece otro programa íntegro, quizá también para dentro de un año); Alice, de José Luis García Martín; y Lamento de Ofelia de Eduardo Jordá.

Esa Ofelia, la shakespeariana, es la protagonista de la imagen que preside esta entrada, una de las representaciones más reconocibles -y a mi juicio la más bella- del personaje de Hamlet. Se trata del cuadro de ese mismo nombre, Ophelia, debido a la maestría del prerrafaelita inglés, John Everett Millais. Llena de evocaciones, la imagen, preciosa, ofrece la iconografía más reconocible de la joven demente tras su muerte: el arroyo sucinto, la abundante vegetación de la orilla del riachuelo, las guirnaldas y los aros de flores que enmarcan el cadáver, sus ropas flotantes que asemejan su silueta a la de una sirena, la boca entreabierta que aún entona sus melodiosos lamentos. Una maravilla.

Para la sección de vídeos he escogido las versiones en vivo de Marie, interpretada por el malogrado Townes van Zandt; Isobel, en una poderosa actuación de Dido; Amie, de un intimísimo Damien Rice; y la Ophelia de Natalie Merchant, una mujer que es muchas mujeres (perfecta pues, para la ocasión), ofrecida en dos variantes, la del vídeo original, en el que se muestra proteica y desbordante, y la de una actuación en directo, más sencilla y contenida, algo melancólica y como siempre atractiva.




Nombres de mujer

martes, 1 de marzo de 2011


UN AMOR DE CINE

Una vez fui a ver una película y lo que salía era como yo y más que yo; como mi vida y más que mi vida, y entonces todo era más grande.

Abrimos nuestra entrada de esta semana con esta espléndida cita de John Steinbeck, premio Nobel de literatura y, sobre todo, a los efectos de lo que hoy nos ocupa, autor de Las uvas de la ira, la gran novela en la que se basa la película del mismo título, una obra maestra de la historia del cine (aprovecho la excusa para mandar un saludo especial a mis alumnos del Máster de Profesor de Secundaria, con los que hemos estado analizando la película en las clases de estas últimas semanas). El texto, extraído de la novela, resume de modo ejemplar la maravilla que durante generaciones (quizá ahora menos) ha sido el cine como reflejo y superación de la vida, como mágico espejo en el que se recreaba una vida bigger than life (por seguir con alusiones cinéfilas).

Y es que el cine protagoniza hoy Buscando leones en las nubes, en una emisión cinematográfica del programa que ya se ha hecho habitual en las semanas cercanas a la entrega de los Oscars. Conformando la sección literaria os encontraréis con frases alusivas al amor extraídas de distintas películas, no necesariamente oscarizadas, entresacadas del libro Un amor de cine, que sin autor reconocido fue publicado en 2009, por Debolsillo, un sello de la editorial Mondadori. El libro recoge unas ciento veinte citas, entre parlamentos, frases y diálogos, de películas muy conocidas y que giran sobre las distintas vertientes del amor. Cada cita viene acompañada de la correspondiente ficha de la película y de un fotograma representativo de la misma. El resultado final es un volumen muy atractivo, muy bonito, de entrañable y amena lectura. Las citas, por orden de aparición, pertenecen a las siguientes películas: El diablo dijo no, dirigida por Ernst Lubitsch; City of angels, de Brad Silberling; Un tranvía llamado deseo de Elia Kazan; A los que aman, de nuestra Isabel Coixet; La ventana indiscreta, del genial Alfred Hitchcock; El indomable Will Hunting, dirigida por Gus Van Sandt; Hechizo de luna, de Norman Jewison; El paciente inglés, del llorado Anthony Minghella; Don Juan de Marco, de Jeremy Leven; El amor tiene dos caras, que dirigió Barbra Streisand; y por último esa pequeña joya recóndita y casi olvidada, El marido de la peluquera, obra maestra de Patrice Leconte.

Para la vertiente musical de la emisión he buscado canciones, estupendas canciones, con el tono algo melancólico marca del programa, que han aparecido, sin haber sido tampoco premiadas, en distintas películas de los últimos veinte años. He huido casi siempre de lo obvio, privilegiando las canciones que me gustan y que encajan en la atmósfera del programa frente a las más conocidas y comerciales. Algunas de ellas ya habían sido emitidas naturalmente en distintas ediciones de Buscando leones en las nubes, otras, en cambio, suenan ahora por primera vez. Todas, en cualquier caso, cumplen con el doble requisito de su vínculo cinematográfico y de su excelente calidad. Se trata de Save me, interpretada por Aimee Mann y que forma parte de la banda sonora de Magnolia, la película de Paul Thomas Anderson; Perfect day, cantada por Lou Reed en Trainspotting, de Danny Boyle; Playground love, del dúo francés Air, y que aparece en Las vírgenes suicidas de Sophie Coppola; Someone like you, una maravilla más de Van Morrison que podemos escuchar en French kiss de Lawrence Kasdam; la conocidísima -y que repite en el programa- Wicked game, de Chris Isaak, escogida por David Lynch para la música de Wild at heart; la tristísima I grieve, de Peter Gabriel, que ilustra la última secuencia de City of angels, dirigida por Brad Silberling, película que aparece en las dos secciones -literaria y musical- de la emisión; Why, en interpretación intensa de Annie Lennox, que se escucha en Sólo ellas, los chicos a un lado de Herbert Ross; Glory box, con la siempre emocionante Beth Gibbons al frente de Portishead, reconocible como fondo sonoro para las imágenes -de dudoso interés en sí mismas- de Jóvenes y brujas de Andrew Fleming; Golden brown, un clásico de The Stranglers que el exmarido de Madonna, Guy Ritchie, seleccionó para su Snatch. Cerdos y diamantes; otra joya, la delicada Guaranteed de Eddie Vedder, que integra la banda musical de Into the wild, la película de Sean Penn; y para finalizar, una vez más, la genial Natalie Merchant, con uno de sus éxitos de los inicios de su carrera en solitario, Motherland, escogido por nuestro Guillermo Fesser para su película Cándida.

Para completar la sección de vídeos he seleccionado fragmentos de cinco películas de entre este inmenso aluvión de referencias. Se trata de las secuencias -más o menos largas- que incluyen los textos leídos en el programa de El diablo dijo no, City of angels, El indomable Will Hunting, El paciente inglés (que sólo he podido encontrar en su versión original) y esa escena final de despedida conmovedora, tristísima y pese a todo a mi juicio esperanzada, de El marido de la peluquera.




Un amor de cine