martes, 24 de marzo de 2015

 
EL ELEFANTE VERDE
 
Esta semana reincidimos en nuestro ya clásico enfoque misceláneo con una selección de canciones y fragmentos literarios que no presentan, a priori, ninguna conexión entre sí ni se aglutinan en torno a una idea o un motivo centrales que den coherencia a la emisión ni se anudan en un hilo conductor unificador.
 
Así ocurre, sin duda, con las piezas musicales que, más allá de coincidir en su carácter recogido e intimista, delicado y algo melancólico, proceden de territorios musicales diversos y son interpretadas por cantantes de origen, estilos y generaciones muy dispares. Krista Detor, Nick Lowe, Mina, Mark Lanegan, Mariana de Moraes, Jesse Harris, Annie Lennox, Eels, Marlena Shaw, Thievery Corporation con Lou Lou Ghelichkhani, Bonnie ‘Prince’ Billy y Connie Evingson nos han ofrecido la delicia de sus canciones, algo tristes como es costumbre en el programa.
 
En lo que respecta a los textos, siendo, como digo, independientes y no estando vinculados por ningún tema común, sí comparten en cambio su carácter de narraciones breves, de relatos que cuentan historias, apelando todos ellos, pues, más a la imaginación que al raciocinio, más a la emoción que a la reflexión, a partir de una anécdota significativa desde la que se construye su sentido. Hablaba desde la nostalgia de quien ha escuchado muchos cuentos y de golpe los ha perdido todos, de quien ha perdido la memoria de haber sido feliz escuchando esos cuentos, señala Juana Salabert en uno de sus libros, despertando, de un modo indirecto, la voluntad, el propósito, la intención que me ha guiado en la presente edición de Buscando leones en las nubes: quiero contaros cuentos, quiero revivir la memoria -si en algún momento se hubiera perdido- de la felicidad que deriva de escuchar cuentos, quiero -un tanto presuntuosamente- intentar entusiasmaros durante una hora haciéndoos escuchar bellos cuentos, tiernos, inquietantes y emotivos cuentos, dulces cuentos repletos de sensibilidad. Sus autores son Anne-Marie Garat, Gustavo Martín Garzo (de cuya cita -que os ofrezco al final de esta entrada- está extraído el título de la emisión), Arthur Conan Doyle, Marcos Ordoñez, Juan José Millás, José Carlos Llop, John Maxwell Coetzee, Zadie Smith, Enrique Vila-Matas, Nicholas Shakespeare, Juan Villoro y Ann-Marie Mac Donald.
 
El elefante verde que rubrica el programa aparece también en la imagen -nacida de la creatividad del pintor mexicano Soid Pastrana- que ilustra este comentario.
 
Los hermanos Giorgio y Nicola Pressburger escribieron un precioso libro que se llama El elefante verde. Un comerciante judío tiene un sueño en que ve a un elefante verde en el patio de su casa. Acude a un rabino para que se lo interprete, y éste le dice que ese sueño significa que en su vida tendrá lugar un prodigio. El hombre espera lleno de fe, pero su vida transcurre con los problemas y las dificultades de siempre, y el añorado prodigio no termina de producirse. En su lecho de muerte llega a una conclusión, ese prodigio no sucederá en su vida sino en la de su hijo. Le manda llamar y le cuenta el secreto que ha marcado su vida, diciéndole que ahora es él el que debe esperar a que esa promesa se cumpla. Y éste lo hace así, aunque con el mismo éxito que su padre, ya que él también esperará un año tras otro en medio de las mayores calamidades, y también él cuando ya sea un anciano tendrá la convicción de que serán sus hijos gemelos los que verán realizarse al fin el ansiado prodigio. La novela termina con esta tercera generación, y a esas alturas ya hemos descubierto que la pregunta acerca del sentido de ese sueño no nos preocupa. Y no lo hace por una sencilla razón, porque algo nos dice que el prodigio ya se ha cumplido, que tiene que ver con el hecho mismo de que ese sueño haya llegado a existir, y que haya podido transmitirse de unos a otros.


martes, 17 de marzo de 2015

 
SIEMPRE ENAMORADO
 
Una semana más a Buscando leones en las nubes os invita a disfrutar de una hora que pretende transportaros arrobados a un universo de belleza y emoción, de inteligencia y sensibilidad, que pretende entusiasmaros y envolveros en una atmósfera de magia y encantamiento.
 
Para conseguirlo, para lograr fascinaros, para seduciros con nuestra propuesta he elaborado el programa de esta semana partir de una exigencia, de una regla de oro, podríamos decir, extraída de una afirmación de Ernest Hemingway. El escritor americano nos ha legado un decálogo del escritor, unas recomendaciones para quien quiera dedicarse a la literatura de las que la primera de ellas será, como digo, la inspiradora del Buscando leones en las nubes de hoy: Permanece siempre enamorado, ha escrito, imperativo, el autor de El viejo y el mar.
 
De modo que en la presente edición del programa he pretendido dar cumplimiento a tal perentorio mandato con una emisión intensa, imaginada y creada con pasión amorosa, realizada y emitida y vivida también en un estado de febril enamoramiento (excuso decir que metafórico). Hablaremos, pues, del amor, del amor en todas sus variantes, del enamoramiento apasionado, de los amores imposibles, de los amantes escépticos, de los incomprendidos, de los solitarios, del amor que se sueña, del desamor, del dolor y de la alegría de amar, del gozo y la tristeza del amor, del amor recordado, del perdido, del loco amor y del amor sosegado, del amor al amor, del amor a la vida.
 
Por ello, todas las citas que he recogido esta semana para vosotros, y en menor medida también todas las canciones, aluden -de un modo directo y expreso en unos casos, de modo lateral y alusivo en otros- a esta peculiar forma de vida en que consiste el entusiasmo amoroso. Son canciones interpretadas por Gianni Morandi en su colaboración con Cesaria Évora, Eric Clapton acompañado de John Mayer, el magnífico y aún activo a sus sesenta y muchos Jackson Browne, nuestra favorita Natalie Merchant, el incombustible Leonard Cohen, la bella Leonor Watling al frente de Marlango, la permanentemente lánguida Lana del Rey, la sobre todo actriz pero también estimable cantante Minnie Driver (que protagoniza nuestro vídeo con una algo sosota grabación en un programa televisivo americano ante dos reencarnaciones yanquis de Mª Teresa Campos), el espléndido y siempre íntimo Marcio Faraco, las jóvenes folkies Lily & Madeleine, el intérprete de kora maliense Mamadou Diabaté y la atractiva cantante sueca Rigmor Gustafsson a dúo con Eagle Eye Cherry, que han puesto la banda sonora a la emisión con una docena de piezas extraídas de sendos discos muy recientes.
 
El amor ha aflorado también, desbordante, de entre los textos escritos por Paola Capriolo, Erik Fosnes Hansen, Gustave Flaubert, Pedro Ugarte, José Avello, José Agustín Goytisolo, José María Eça de Queiroz, Luis García Martín, Imre Kertész, Niall Williams, Eliseo Alberto y Vladimir Nabokov con los que completamos el programa.
 
El beso, un óleo de 1859 del italiano Francesco Hayez, complementa, con su intenso apasionamiento, esta nuestra enésima aproximación al tema del amor.

martes, 10 de marzo de 2015

 
TU BESO PERDIDO EN LA CUENCA DE MI MANO
 
Esta semana reiteramos nuestros intentos de aproximación al tema de las manos, explorando su enorme potencialidad significativa, literal y metafórica, a partir de una docena de canciones y otros tantos poemas en los que aparecen manos amantes, manos hostiles, manos dulces, manos humildes y vacías, manos temblorosas y asustadas, manos acogedoras y manos que esbozan tristes gestos de adiós, manos húmedas, manos enamoradas, manos suaves, rudas manos de campesino y leves manos de mujer, manos cargadas de rosas, manos soñadas, manos amadas, manos besadas...
 
Azure Ray, Diane Schuur, Autour de Lucie, Leni Stern, Jasmin Levy, John Hiatt con Karen Peris, Tracey Thorn, Peter Gabriel, Dottie West, Chila Lynn, Rickie Lee Jones y Carrie Newcomer son los intérpretes de las canciones emitidas. Entre las melancólicas piezas musicales han aparecido poemas, también referidos a nuestras sensuales invitadas de esta noche, escritos por José Agustín Goytisolo, José Mª Fonollosa, Lorenzo Oliván, Claribel Alegría, José Luis García Martín, Julio Cortázar, Juan Ramón Jiménez, Juan Luis Panero, Emily Dickinson, Jesús Munárriz, Josefa Parra y Ángeles Mora, cuyo poema En vano, de uno de cuyos versos toma el título el programa, os ofrezco como cierre a esta entrada.
 
El detalle de las manos en la creación de Adán, uno de los fragmentos más conocidos -y también más reproducidos- del inmenso fresco de Miguel Ángel para la Capilla Sixtina sirve de ilustración a esta segunda emisión de Buscando leones en las nubes dedicada a las manos.
 
 
En vano. Ángeles Mora
 
En vano te he buscado.
Atrás quedan las horas
que tanto fueron tuyas.
Murieron.
Se fueron para siempre
con tu beso,
tu beso perdido en la cuenca
de mi mano,
roto de frío,
mientras que aquel portal sigue en su sitio,
y la casa se cae,
me dicen.
¿Sabremos algún día
por qué no merecimos tanta dicha?

martes, 3 de marzo de 2015

 
NADIE, NI SIQUIERA LA LLUVIA, TIENE MANOS TAN PEQUEÑAS
 
Esta semana y la próxima Buscando leones en las nubes va a ofreceros dos emisiones con un tema monográfico común, tanto en textos como en canciones. Serán las manos las protagonistas de dos programas en los que exploraremos sus muchas posibilidades poéticas y expresivas, con versos y temas musicales que nos hablan de ellas tanto en un sentido literal y directo (las dulces manos de los enamorados, las amistosas, las fraternas que se encuentran y se cruzan y se aprietan, las tiernas manos que acarician en el amor, las manos tristes que dicen adiós en las despedidas, las compasivas manos con las que cubrimos nuestros rostros avergonzados al llorar, también las airadas manos que matan, también las sangrientas manos, las pecadoras), como en sus muchos sentidos figurados (un asunto que se nos va de las manos, una tarea que hacemos con nuestras propias manos, poniendo manos a la obra, alguien a quien dejamos en buenas manos, las palabras que pronunciamos con la mano en el corazón, estar en manos de alguien).

Doce poemas y otras tantas canciones, participando del tono recogido y melancólico habitual en nuestras emisiones, en una propuesta llena de delicadeza y sensibilidad con la que pretendemos encantaros. Fina García Marruz, Roberto Juarroz, Clara Janés, Pablo Neruda, Cristina Peri Rossi, Felipe Benítez Reyes, Rosario Murillo, Joan Margarit, Gioconda Belli, Jacques Prévert, Claudio Rodríguez Fer y Ernest Estlin Cummings son los autores de los versos que aluden a las manos y a las múltiples significaciones y variados enfoques metafóricos a los que acabo de referirme.
 
La dulzura de las manos, sus caricias, su tierno tacto, también su reciedumbre, el dolor que pueden infligir, su esporádica condición de instrumento del mal aparecen también en las canciones de Audra Kubat, Chris Garneau, Shannon Wright, Iron & Wine, Kylie Minogue, Badly Drawn Boy, FM Laeti, Van Morrison a dúo con su hija Shanna, Alice Ricciardi, Lisa Stansfield, Al Jarreau y una Billie Holiday que en Time on my hands canta: con el tiempo en mis manos, contigo en los brazos, con el corazón lleno de amor por ti, sin otra cosa que el amor en perspectiva, para cerrar amorosamente esta primera emisión de Buscando leones en las nubes dedicada a las manos.
 
La catedral, una obra de Rodin de 1908, acompaña, con su belleza formal y su alto contenido simbólico, este comentario que se completa con el bellísimo poema de E.E.Cummings que da título a la emisión.


En algún lugar al que nunca he viajado. E.E.Cummings
 
En algún
lugar al que nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio: En tu gesto más frágil hay cosas que me
rodean
o que no puedo tocar porque están
demasiado cerca.

Con solo mirarme, me liberas.
Aunque yo me haya cerrado como
un puño,
siempre abres, pétalo tras pétalo mi ser,
como la primavera abre con un toque
diestro
y misterioso su primera rosa. O si deseas
cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy bella,
súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier.

Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.

Ignoro tu destreza para cerrar y abrir
pero, cierto es que algo me dice
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas...

Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.