martes, 23 de marzo de 2021


LA OSCURIDAD NUNCA LLEGA 

Buscando leones en las nubes os ofrece en la emisión de esta semana, la última por este trimestre, una nueva propuesta, la segunda, de una serie de tres que se cerrará tras las vacaciones de Semana Santa y que tiene a la poeta neoyorquina, última Premio Nobel de Literatura, Louise Glück, como protagonista principal. 

Hace siete días os leía ocho poemas de Una vida de pueblo, un libro espléndido, presentado hace ahora un año por la editorial Pre-Textos en traducción de Adalber Salas Hernández. Hoy, sin dejar la misma obra, serán nueve las muestras escogidas de una excepcional colección de versos. A finales de enero, en mi otro espacio en la emisora universitaria, Todos los libros un libro, os ofrecí un breve comentario sobre la poeta y su libro, al que ahora os remito para completar la información sobre su poesía y poder así aligerar este preámbulo, siempre algo superfluo. Baste decir ahora que al pensar en el universo de Glück me asaltan términos como tristeza, fragilidad, melancolía, soledad, silencio, ternura, tiempo, naturaleza, amor, sexo, iniciación, vejez, herida, dolor, anhelo, aceptación, muerte, sensibilidad y belleza. 

Gran parte de estos “ejes temáticos”, por llamarlos así, están presentes también en la banda sonora que he elegido para acompañar musicalmente los poemas de la estadounidense. Se trata de temas, todos interpretados por mujeres, recogidos, delicados, intimistas, exquisitos, introspectivos, preciosos. interpretados por Rita Payés, Najla Shami, Shelby Lynne, Mina, Asa, Jane Birkin, Oumou Sangaré, Norah Jones y Diana Krall que pone el punto final al programa con su peculiar versión del clásico How Deep Is The Ocean

Con su referencia me despido hasta nuestro próximo encuentro, que será ya el 12 de abril, una vez transcurridas las vacaciones de Pascua. Entonces volveré con la tercera y última entrega del ciclo dedicado a Louise Glück. Disfrutad de estos días de descanso.

La oscuridad nunca llega

martes, 16 de marzo de 2021


UNA VIDA DE PUEBLO 

Esta semana, nuestro espacio abre una serie de tres emisiones, dos antes y una inmediatamente después de las vacaciones de Semana Santa, con Louise Glück, la poeta norteamericana, última Premio Nobel de Literatura, como protagonista central. Glück, que tiene en la actualidad 77 años, es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras y profesora en diversas universidades. Su obra poética, que alcanza la docena de títulos, le ha proporcionado numerosos premios aparte de este Nobel de su consagración: el Nacional de la Crítica de su país, el muy prestigioso Premio Pulitzer, el de los lectores del New Yorker, la influyente revista cultural norteamericana, el de la Biblioteca del Congreso, entre otros. A finales de enero presenté su obra en Todos los libros un libro, mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca. Os remito a su blog para completar la información sobre su poesía. 

Me limitaré ahora a presentaros brevemente el libro, Una vida de pueblo, sobre el que girarán las tres entregas de la serie. Se trata de un poemario de 2009, publicado en España en marzo de 2020, en traducción de Adalber Salas Hernández, en el siempre cuidadoso y elegante sello de la editorial Pre-Textos, que alberga en su catálogo los otros seis títulos de Glück que han aparecido entre nosotros: El iris salvaje (2006), Las siete edades (2011), Ararat (2008), Averno (2011), Vita nova (2014) y Praderas (2017). 

En Una vida de pueblo, con un planteamiento aparentemente sencillo y un estilo austero, transparente, Glück muestra, en una especie de monólogos interiores en los que se aprecia el tono autobiográfico, el discurrir de la existencia en un entorno rural norteamericano. Con una presencia notable de la naturaleza y del paisaje “urbano” de la pequeña localidad, los poemas, bellísimos, son como instantáneas, fotografías que atrapan un momento fugaz de las vidas de sus personajes. Con un tono neutro, casi documental, pero lleno de emoción, de ternura, de delicadeza y de una belleza inconmensurable, los versos trascienden la experiencia particular de sus protagonistas para hablar directamente al lector de las grandes cuestiones de la vida: el amor, el sexo, la soledad, los deseos y las ilusiones, el paso del tiempo, las esperanzas y las decepciones y, en definitiva, el huidizo sentido de la vida. 

Ocho de esos poemas integran la presente edición de Buscando leones en las nubes, que aparecen envueltos entre otros tantos temas musicales entresacados del magnífico último disco de Melody Gardot, Sunset in the blue, una refinada maravilla que rezuma gracia y encanto, elegancia y sensibilidad.

Una vida de pueblo

martes, 9 de marzo de 2021


MIRARÉ A LA LUNA, PERO TE VERÉ A TI 
 
El hilo que une las emisiones de estas últimas semanas, coincidentes, en condiciones normales y no en la anómala excepción provocada por la pandemia, con las ceremonias de entrega de los principales galardones cinematográficos del mundo, es, obviamente, el del universo del séptimo arte. Y es por ello por lo que, a principios de febrero compareció aquí, durante dos lunes consecutivos, Woody Allen, en sendos programas dedicados a su polémica pero apetitosa autobiografía, A propósito de nada

Con la misma lógica cinéfila, hoy llega a su fin una serie, de la cual la que ahora os presento constituye su cuarta entrega, centrada en El paciente inglés, la magnífica creación literaria de Michael Ondaatje, y su no menos espléndida recreación para la gran pantalla, dirigida en 1996 por Anthony Minghella. 

Ambientado en el norte de África, en El Cairo y en la inmensa franja del desierto del Sahara que corta Libia y Egipto, en el libro se entremezclan las peripecias de un grupo de cosmopolitas viajeros e investigadores que, en los años inmediatamente anteriores al comienzo de la Segunda Guerra mundial, rastrean en la inhóspita aridez del desierto, los restos del mítico oasis de Zerzura, con el relato del encuentro de cuatro personajes, entre ellos el conde Lázsló Almásy, uno de aquellos aventureros, que en los días finales de la contienda, coinciden en una villa italiana, tras la precipitada huida hacia el norte de los ejércitos del Reich. 

Entre los muchos planos en los que se desarrolla la novela, uno de los más destacados, quizá su núcleo esencial -lo es, sin duda, en la versión cinematográfica-, es el de la historia de amor, vibrante y turbulenta, entre Almásy y Katharine, la atractiva esposa de Geoffrey Clifton, uno de sus colegas de aventuras y expediciones, integrantes ambos del club Zerzura, como han denominado a su proyecto, a caballo de la seria investigación y el superficial divertimento, que los entretiene y entusiasma en el extremo nororiental de África en aquella época agitada. 

En el espacio de hace siete días -en los dos primeros de la serie el protagonismo recaía en el desierto- asistíamos al deslumbramiento que provoca en el conde la súbita e inesperada aparición de Katharine, al poco de la llegada del matrimonio Clifton al campamento de los expedicionarios. En la sesión de hoy, conoceremos las vicisitudes de ese amor enternecedor e impetuoso, conmovedor y apasionado, irrefrenable, prohibido y a la postre trágico. 

Para acompañar musicalmente los muy bellos textos de El paciente inglés he escogido una selección de doce canciones, todas de la época en la que se desenvuelve la historia, todas interpretadas por mujeres, todas combinando un cierto grado de sofisticada elegancia con dulces notas de melancolía y leves dosis de desolación, con las que espero podáis disfrutar. Así, han sonado las voces de Ivy Benson and Her Girls Band, Helen Ward, Lee Wiley, Lena Horne, Helen Humes, Lil Hardin Armstrong, Ivy Anderson, Ruth Etting, Valaida Snow, Billie Holiday, Maxine Sullivan y Anita O’Day, que despide el programa con Tenderly, un clásico de los años cuarenta del pasado siglo que han interpretado decenas de músicos, Nat King Cole, Sara Vaughan, Oscar Peterson o Rosemary Clooney, entre otros.

Miraré a la luna, pero te veré a ti

martes, 2 de marzo de 2021


LA HISTORIA DE CANDAULO Y SU REINA 
 
Por tercera semana consecutiva, Buscando leones en las nubes se adentra en las páginas de El paciente inglés, la soberbia novela de Michael Ondaatje, ganadora en 1992, año de su publicación, del afamado premio Man Booker, y que volvió a hacerse, en 2018, con el Golden Man Booker Prize que se otorgó entonces con ocasión del cumplimiento de los cincuenta años del galardón. El paciente inglés es también, como hemos recordado desde el inicio de la serie, el título de la película, basada en el libro, que dirigió con éxito -nueve Oscars- en 1996 Anthony Minghella. 

Encerrados en un destartalado convento de monjas en un pequeño pueblo italiano, en los días finales de la Segunda Guerra mundial, coinciden cuatro singulares personajes, el conde Almásy -el paciente inglés del título-, que convalece, al borde de la muerte, de las terribles lesiones -el rostro desfigurado, el cuerpo quemado- causadas al precipitarse su avión en llamas en las arenas del desierto libio; Hana, una joven enfermera canadiense, con una tortuosa, pese a su poca edad, existencia a sus espaldas; Caravaggio, un espía y ladrón de trayectoria vital convulsa; y Kip, un soldado sij que recala en el lugar en su tarea de artificiero, desactivando las innumerables minas que ha dejado el ejército nazi en su precipitada huida. Los recuerdos, los secretos, las ocultaciones, los fracasos, las turbulencias, los sueños, los conflictos internos de los cuatro desvalidos seres se entrecruzarán en una magistral narración, llena de emoción e intensidad, contada con una sobresaliente maestría técnica por un escritor excepcional. 

El núcleo central de libro gira sobre el pasado del conde Lázsló Almásy, que en su múltiple condición de aventurero, expedicionario, espía, profundo conocedor del desierto, infatigable buscador en él del mítico oasis de Zerzura, desarraigado y solitario, se entrega -en la febril alucinación de sus últimos días de vida, cuando la droga que mitiga sus insoportables dolores, nubla sus recuerdos- a la rememoración de sus sueños insatisfechos, de sus esperanzas frustradas, de su odio y su desesperación, de los perdidos días felices, de sus proyectos truncados, de sus heridas, del impacto de la terrible guerra en su alma sensible. 

También, y sobre todo, al recuerdo del amor, del amor exaltado que da sentido a la vida, del amor que se malogra, del imposible, del que arrasa y desarbola y destruye todo cuanto toca, de los celos y el deseo, de la pasión que ilumina un fugaz instante de la existencia y cuyo tenue y declinante fulgor, apenas un pálido y minúsculo destello, servirá para soportar levemente el dolor, la soledad, el sufrimiento, la desolación y el absurdo de sus días presentes, ya menguantes. 

Estamos en 1936. Al campamento en el desierto en el que Almásy y sus colegas de aventuras se preparan para una nueva expedición, llega Geoffrey Clifton, un aviador que se sumará como piloto, mensajero y explorador del terreno al proyecto del grupo de viajeros e investigadores. Geoffrey, sin embargo, no arriba solo, sino que lo acompaña Katharine, su mujer, con la que acaba de casarse y con la que llega en plena luna de miel. El ardiente, impetuoso, exaltado… e imposible amor que surge entre Almásy y Katharine constituye la línea central de la novela y protagoniza la emisión de hoy y la del lunes próximo, que cerrará la serie. 

En una de las primeras noches en el desierto, al calor de un fuego de campaña, Katharine contará a los amigos expedicionarios la historia del rey Candaulo y su joven esposa, un relato extraído del libro de Herodoto que Almásy lleva siempre consigo, repleto de anotaciones y recortes. Ese es el motivo principal que vincula los textos leídos en la emisión, envueltos en música de jazz de los años treinta y cuarenta del pasado siglo, una banda sonora integrada en su totalidad por piezas que salpican las distintas “escenas” de novela y película y que, estoy seguro, van a entusiasmaros.

Los intérpretes de los temas radiados son Frank Sinatra, Fred Astaire, Duke Ellington, Ben Webster, Django Reinhardt y Stephane Grappelli, Felicia Sanders, Bing Crosby, Glenn Miller, Louis Armstrong, Benny Goodman, Al Bowlly con la Orquesta de Ray Noble, Nat King Cole, Ella Fitzgerald (que interpreta, de nuevo, el Cheek to cheek con el que Fred Astaire nos deleitaba al principio de la emisión) y la Shepheard´s Hotel Jazz Orchestra, que ofrece una romántica versión del clásico Where or when (que sonó también en la pieza inicial del programa, cantada por Sinatra), con un protagonismo principal en la película.

 
La historia de Candaulo y su reina