martes, 25 de enero de 2022


TINTA NEGRA 
 
Esta noche llegamos a la mitad de nuestro apasionante periplo por la Ruta de la seda, un viaje, iniciado quince días atrás, por los encantadores y arriesgados caminos de la milenaria vía que conectaba Oriente y Occidente, cruzando el continente asiático desde China hasta Europa, y atravesando, según sus distintos recorridos, Mongolia, Bután, Bangladés, Pakistán, India, Nepal, Tíbet, Afganistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kazajistán, Kirguistán, Irak, Irán, Siria, Líbano y Turquía, en un itinerario inicialmente comercial, pero a la postre cultural, religioso, social, político, militar y hasta científico. 

La excusa que nos ha lanzado a tan exóticos rumbos ha sido el vigésimo quinto aniversario de la publicación de Seda, la memorable novela de Alessandro Baricco, que vio la luz en Italia en 1996. Por ese motivo, en mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, dediqué a finales del pasado año una amplia reseña al acontecimiento, y por ello, también, he querido abrir aquí, en Buscando leones en las nubes, una serie de seis programas, de la que la de hoy constituye su tercera entrega, centrada, en la parte literaria de las emisiones, en mi lectura, prácticamente íntegra, de Seda

En el episodio -vamos a llamarlo así- de hace siete días, dejábamos a Hervé Joncour, el protagonista del libro, de vuelta en su pequeño pueblo de Lavilledieu, tras su primera aventura en Japón. Joncour, dedicado a la fabricación de seda, había viajado al país nipón a instancias de su amigo, el excéntrico Baldabiou, en busca de los preciados huevos de gusano de seda que debían asegurar el futuro de su negocio y el del pueblo entero, en riesgo por las enfermedades que afectaban a los cultivos europeos y norteafricanos en los que se surtían sus empresas. El éxito de su expedición lo convirtió en un hombre rico, y al final de la anterior emisión, lo veíamos, en septiembre de 1862, con treinta y tres años, retomar su despreocupada vida junto a su mujer, la bella y algo triste Hélène. Sin embargo, a Hervé lo envuelve un halo de profunda melancolía. En su experiencia japonesa, en la mansión de Hara Kei, el hombre más inexpugnable de Japón, su eficiente proveedor de huevos de gusano, pudo entrever -apenas una sombra evanescente, un leve cruce de miradas- a una muchacha, una suerte de concubina o amante del poderoso señor, cuyo recuerdo, la dolorosa memoria de su inaccesible belleza, perturba sus plácidos días. 

Movido de nuevo por la necesidad de procurarse materia prima para su explotación y, sobre todo, por la insensata atracción que en su alma ejerce la desconocida, por el irresistible magnetismo, de una intensidad insoportable, de aquella vivencia fugaz y decisiva, Joncour se encamina de nuevo a Japón. 

Para ilustrar musicalmente su segundo viaje sonarán nueve canciones extraídas de distintos discos relativos a la Ruta de la Seda. La compleja elaboración del programa; la necesidad de mantener una cierta autonomía en cada emisión, dotándolas de sentido propio; la exigencia autoimpuesta de, a la vez, ofreceros una visión lo más completa posible de la hora entera; la obligación de que la duración, el número de las canciones y, sobre todo, su atmósfera, encajen con los pasajes escogidos del relato, limitan mis posibilidades de dar cuenta al término del programa de los intérpretes de cada pieza. Os diré tan sólo que he manejado -para el total del ciclo- más de una decena de álbumes, varios monográficos del sello Rough Guide, discos alusivos de Kitaro y Yo-Yo Ma, recopilaciones de música de los países atravesados por la ruta comercial, entre otros. Os dejo aquí las referencias musicales de la presente emisión: Davlatmand, de Tayikistán; Eri Sugai, japonesa; Sevara Nazarkhan, uzbeka; Gevorg Dabaghian, de Armenia, Banco de Gaia, el grupo de música electrónica del británico Toby Marks; Ayjemal Ilyasova, de Turkmenistán; Urna, de Mongolia; el francés Laurent Dury; y el ciudadano del mundo Yo-Yo Ma, con The Silk Road Ensemble.

Como en toda la serie, una nueva ilustración de las que acompañan la edición del libro en Edelvives, obra de la excepcional Rébecca Dautremer, complementa esta reseña.

 
Tinta negra

martes, 18 de enero de 2022


LLOVÍA SU VIDA FRENTE A SUS OJOS 

Desde el lunes pasado nuestro espacio os está ofreciendo una serie en torno a Seda, la muy conocida novela de Alessandro Baricco, que en 2021 cumplió veinticinco años de exitosa carrera. 

Con esa excusa, a lo largo de seis programas voy a trasladaros, casi íntegro, el evocador libro del italiano, un texto bellísimo, que rezuma melancolía y sensibilidad, emoción y delicadeza, dulzura, nostalgia y una indecible tristeza. En la primera entrega de la serie, hace siete días, conocíamos al protagonista principal del relato, Hervé Joncour, un joven productor de seda, que, en la segunda mitad del siglo XIX, y desde su pequeño pueblo en la Francia meridional, Lavilledieu, viaja por la Europa mediterránea y hasta Egipto y Siria, en busca de los huevos de gusano que le permitirán desarrollar su industria y asegurar el bienestar económico propio y el de sus conciudadanos. Ante los estragos causados por una epidemia de pebrina que había destruido los huevos de los cultivos europeos y se había extendido a través del mar, alcanzando a África e incluso a la India, las fuerzas vivas del pueblo y el inefable Baldabiou, el muy singular personaje que había despertado, años antes, el interés de Joncour y del resto de Lavilledieu por el negocio de la seda, deciden comisionar a Hervé para que viaje a Japón, en una aventura arriesgada aunque con excelentes perspectivas de éxito, en busca de los deseados huevos que, en un archipiélago como el nipón, aislado hasta entonces e inmune al contacto con el resto del mundo, se hallarían, sin duda, libres de la contaminación a la que se habían visto expuestos los criaderos conocidos. Tras despedirse de su mujer, la bella, silenciosa y reservada Hélène, Hervé encara ahora su periplo hacia Japón. 

Para acompañarlo en esta segunda etapa de su existencia sonará, como en el resto de la serie, música relacionada con la Ruta de la Seda, canciones extraídas de varias recopilaciones monográficas sobre la creación musical nacida en los países que atraviesa la legendaria vía comercial. Se trata, entre otras, del disco A musical caravan; del volumen Central Asia, de la colección The Rough Guide; del múltiple acercamiento al tema del artista japonés Kitaro, cuatro discos aparecidos bajo la rúbrica The Silk Road; del soberbio Songs From The Silk Road, de Banco de Gaia, el nombre artístico tras el que se encuentra el músico y productor inglés de música electrónica Toby Marks; y, por último, la propia banda sonora, obra de Ryuichi Sakamoto, de la película que dirigió en 2007 François Girard con base en el libro. En concreto, en la sesión de esta noche, han sonado Yulduz Usmanova, de Uzbekistán; Bat-Erdene, de Mongolia; Farzin, iraní; el japonés Kitaro, con dos piezas; los también japoneses Susumu Ueda y Missa Johnouchi; los chinos Jian Peng Fang y Wu Man; y el ya reseñado Banco de Gaia.

La imagen que acompaña esta entrada es una de las bellísimas ilustraciones de Rébecca Dautremer presentes en la magnífica edición de Seda publicada en 2013 por la editorial Edelvives.

Llovía su vida frente a sus ojos

martes, 11 de enero de 2022


LA NADA ENTRE LOS DEDOS

Bienvenidos un año más a Buscando leones en las nubes, el espacio de Radio Universidad de Salamanca que con el presente programa inicia su vigésimo tercer año, todo un mundo desde aquel 2000 en el que comenzamos con nuestra singular e inesperadamente longeva aventura radiofónica. Alberto San Segundo, al que se deben desde el primer momento la estructura, el planteamiento, el propósito, la ilusión, el entusiasmo, la emoción y la voz con los que cada semana comparecemos ante nuestra muy insospechada audiencia, os saluda en estos primeros días del año y os invita a pasar en nuestra compañía un 2022 que esperamos sea agradable, placentero y muy benéfico para todos. 

Esta semana abrimos una ambiciosa serie, que se prolongará a lo largo de seis semanas, hasta mediados de febrero, dedicada a la novela Seda, de Alessandro Baricco, que el pasado 2021 cumplió veinticinco años de exitosa carrera. En la emisión del 1 de diciembre de Todos los libros un libro, mi otro espacio en la emisora universitaria salmantina, os presenté una amplia reseña del libro, en la que desentrañaba los muchos motivos de interés que encierra, y a la que me remito ahora por si queréis completar la información sobre la bellísima obra y abordar así nuestro ciclo con mayor conocimiento de causa. 

Os diré, tan sólo, que la experiencia que me dispongo a iniciar es para mí insólita. Nunca, en los cerca de setecientos cincuenta programas emitidos hasta el momento, había intentado la complicada tarea de ofrecer un libro casi entero, intentando acomodarlo al formato radiofónico, seleccionando los distintos fragmentos de modo que cada uno de ellos pueda resultar significativo en sí mismo, dotando al relato de un mínimo sentido narrativo, proporcionando, en conjunto, una visión completa de la obra y acompañando los textos de una música a la vez atractiva y reveladora, valiosa y representativa del espíritu y la atmósfera de la historia cuya esencia pretendo trasladar al oyente. 

En seis entregas, en ocasiones algo más largas de lo habitual, voy a contaros, pues, la emotiva, sensible, melancólica, conmovedora, romántica, delicada, triste, sensual, refinada y dulcísima peripecia vital de Hervé Joncour, el afligido, esperanzado, apasionado y sufriente protagonista de la novela. Para acompañar mi personal recreación de Seda os presentaré cerca de setenta canciones -nueve esta noche- extraídas de diferentes discos vinculados a uno de los temas subyacentes del libro, las interminables y fascinantes sendas, llenas de misterios y exotismo, de la Ruta de la Seda. Así, en cada espacio, ofreceré temas pertenecientes a diversas recopilaciones de música de los países atravesados por la legendaria vía, entre otros muchos, el excelente doble disco A musical caravan; el volumen Central Asia, de la indispensable colección The Rough Guide; los cuatro discos monográficos de Kitaro, de 1976, 1977, 1981 y 1983, de título The Silk Road; el soberbio Songs From The Silk Road, de Banco de Gaia, el nombre artístico del músico y productor inglés de música electrónica Toby Marks; y, claro está, la propia banda sonora, una intimista creación de Ryuichi Sakamoto, de la película que con base en el libro dirigió en 2007 François Girard. Una propuesta musical atrevida y arriesgada, por lo insólito y lo poco convencional de la música elegida, pero, a mi juicio, sumamente interesante.

La emisión de esta semana se abre con un tema de Kitaro e incluye cuatro canciones de Banco de Gaia y una de cada uno de estos músicos: Dariush Safvat y Bruno Caillat, de Irán, la uzbeka Sevara Nazarkhan, Yao Bingyan, de China, y Elshan Mansurov, procedente de Azerbaiyán. 

Escribe Baricco en el prólogo a la edición italiana de Seda: Ésta no es una novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia. Empieza con un hombre que atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada de viento. El hombre se llama Hervé Joncour. El lago, no se sabe. Se podría decir que es una historia de amor. Pero si solamente fuera eso, no habría valido la pena contarla. En ella están entremezclados deseos y dolores, que no tienen un nombre exacto que los designe. Esto es algo muy antiguo. Cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. No hay mucho más que añadir.

La nada ente los dedos