martes, 18 de enero de 2022


LLOVÍA SU VIDA FRENTE A SUS OJOS 

Desde el lunes pasado nuestro espacio os está ofreciendo una serie en torno a Seda, la muy conocida novela de Alessandro Baricco, que en 2021 cumplió veinticinco años de exitosa carrera. 

Con esa excusa, a lo largo de seis programas voy a trasladaros, casi íntegro, el evocador libro del italiano, un texto bellísimo, que rezuma melancolía y sensibilidad, emoción y delicadeza, dulzura, nostalgia y una indecible tristeza. En la primera entrega de la serie, hace siete días, conocíamos al protagonista principal del relato, Hervé Joncour, un joven productor de seda, que, en la segunda mitad del siglo XIX, y desde su pequeño pueblo en la Francia meridional, Lavilledieu, viaja por la Europa mediterránea y hasta Egipto y Siria, en busca de los huevos de gusano que le permitirán desarrollar su industria y asegurar el bienestar económico propio y el de sus conciudadanos. Ante los estragos causados por una epidemia de pebrina que había destruido los huevos de los cultivos europeos y se había extendido a través del mar, alcanzando a África e incluso a la India, las fuerzas vivas del pueblo y el inefable Baldabiou, el muy singular personaje que había despertado, años antes, el interés de Joncour y del resto de Lavilledieu por el negocio de la seda, deciden comisionar a Hervé para que viaje a Japón, en una aventura arriesgada aunque con excelentes perspectivas de éxito, en busca de los deseados huevos que, en un archipiélago como el nipón, aislado hasta entonces e inmune al contacto con el resto del mundo, se hallarían, sin duda, libres de la contaminación a la que se habían visto expuestos los criaderos conocidos. Tras despedirse de su mujer, la bella, silenciosa y reservada Hélène, Hervé encara ahora su periplo hacia Japón. 

Para acompañarlo en esta segunda etapa de su existencia sonará, como en el resto de la serie, música relacionada con la Ruta de la Seda, canciones extraídas de varias recopilaciones monográficas sobre la creación musical nacida en los países que atraviesa la legendaria vía comercial. Se trata, entre otras, del disco A musical caravan; del volumen Central Asia, de la colección The Rough Guide; del múltiple acercamiento al tema del artista japonés Kitaro, cuatro discos aparecidos bajo la rúbrica The Silk Road; del soberbio Songs From The Silk Road, de Banco de Gaia, el nombre artístico tras el que se encuentra el músico y productor inglés de música electrónica Toby Marks; y, por último, la propia banda sonora, obra de Ryuichi Sakamoto, de la película que dirigió en 2007 François Girard con base en el libro. En concreto, en la sesión de esta noche, han sonado Yulduz Usmanova, de Uzbekistán; Bat-Erdene, de Mongolia; Farzin, iraní; el japonés Kitaro, con dos piezas; los también japoneses Susumu Ueda y Missa Johnouchi; los chinos Jian Peng Fang y Wu Man; y el ya reseñado Banco de Gaia.

La imagen que acompaña esta entrada es una de las bellísimas ilustraciones de Rébecca Dautremer presentes en la magnífica edición de Seda publicada en 2013 por la editorial Edelvives.

Llovía su vida frente a sus ojos

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