martes, 30 de octubre de 2012


EL AÑO DEL PENSAMIENTO MÁGICO

Esta semana, y teniendo en cuenta la proximidad del Día de difuntos, nuestra emisión vuelve a centrarse, como hacemos en ocasiones por estas mismas fechas, en un motivo principal, la muerte, con canciones y textos que giran sobre este tema, doloroso pero también sugestivo y, en cualquier caso, desgraciadamente inexcusable.

Desde el punto de vista musical os ofrezco once piezas muy atractivas que suponen aproximaciones diversas, con enfoques también variados, al más común de los acontecimientos que inevitablemente experimentaremos en nuestra existencia. Sus intérpretes, casi todos muy conocidos, son Art Garfunkel, Latin Quarter, Warren Zevon, Vic Chesnutt, Bob Dylan, con una versión de un clásico de Blind Lemon Jefferson, Eels, Ane Brun, The Arab Strap, Georges Harrison, The The y Nick Cave and The Bad Seeds, que con Kylie Minogue, Shane MacGowan, Blixa Bargeld y Mick Harvey recrean el Dead is not the end del propio Dylan. Una versión en directo de dicha canción aparece aquí también en nuestra sección final de vídeos. Además, la mención de Nick Cave me permite anticiparos su presencia monográfica en nuestro programa en las próximas semanas, en tres emisiones consecutivas que lo tendrán como protagonista.

La parte literaria del programa la conforman algunos interesantes fragmentos de El año del pensamiento mágico, el libro que la periodista norteamericana Joan Didion escribió en 2005 y que Global Rhythm publicó en nuestro país un año después; un libro cuya escritura nace de la inesperada y súbita muerte de John Dunne, el marido de la autora, en la navidad de 2003. Las reflexiones sobre el dolor, el desconsuelo, la soledad, sobre la pena y la inquietud, sobre el desconcierto, sobre la tristeza y la angustia que provoca la muerte de un ser querido constituyen el núcleo del emocionante texto de la escritora americana. Hace unos días vio también la luz en España, publicado por Mondadori, Noches azules, otro libro de Didion centrado por desgracia en la misma luctuosa temática. Su hija Quintana, a la que Joan alude constantemente en El año del pensamiento mágico, falleció tras una penosísima y muy larga enfermedad, y su madre vuelve a reflexionar de modo intenso y desgarrado sobre la mortalidad y la desolación, sobre la familia, la maternidad, el envejecimiento, la fragilidad...


El año del pensamiento mágico

martes, 23 de octubre de 2012


MARILYN MONROE

Esta semana Buscando leones en las nubes centra su edición, como hace siete días, en torno a la figura de Marilyn Monroe, de cuya muerte se cumplieron cincuenta años el pasado cinco de agosto y cuya personalidad, humana y artística, queremos evocar aquí en una suerte de homenaje tardío, con más de dos meses de retraso. Para ello, entre canciones interpretadas por la diva, extraídas algunas de las bandas sonoras de sus películas, en el programa he leído fragmentos de una especie de peculiar autobiografía de la actriz.

My story. Memorias de Marilyn Monroe, publicado por Global Rhythm, está escrito a través de la primera persona de Marilyn, aunque en realidad su autor es el genial guionista de Hollywood Ben Hecht, que reestructuró y presentó bajo forma literaria el resultado de horas de conversaciones con el idolatrado y sin embargo sufriente icono universal. Son textos, los que podréis escuchar en esta emisión, en los que afloran algunos de los aspectos más relevantes de la vida de la infortunada actriz, el desvalimiento y la soledad, la permanente sensación de fracaso, los inicios de su carrera, las pruebas de selección, los malos tragos ante los peces gordos de la Meca del cine, el trato con los hombres, la controvertida vivencia de su condición de objeto sexual, el estrellato y el éxito. El recuerdo de la pobre huérfana, de la infeliz Norma Jeane, permea casi toda una exitosa trayectoria como icono universal que trasciende lo cinematográfico para alcanzar una dimensión legendaria -ese mito llamado Marilyn Monroe- y arroja un sombra de tristeza en las evocaciones de una mujer que, pese a tener la admiración, la entrega apasionada, el reconocimiento, el cariño y la devoción del mundo entero, siempre vio teñida su vida con una pátina de amargura y desolación.

Una de las fotos del gran Milton Greene que se incluyen en el libro -las excelentes fotografías que se recogen en el volumen constituyen una razón más que suficiente para inducir a su lectura- ilustra esta entrada, que se cierra con un vídeo con distintas imágenes de Marilyn, extraídas de noticieros, documentales, películas y actuaciones varias, con el fondo sonoro de Candle in the wind, la muy conocida canción que Elton John dedicó a la en el fondo, pese al brillo, desafortunada mujer.

Marilyn Monroe

martes, 16 de octubre de 2012


NORMA JEANE

El 5 de agosto pasado se cumplieron cincuenta años de la muerte de Marilyn Monroe. Con dos meses de retraso, pues hasta ahora no he tenido tiempo de ocuparme de ello, centrado en otras tareas profesionales y volcadas las emisiones de estas últimas semanas en otras “exigencias”, Buscando leones en las nubes va a dedicar un par de programas al gran mito erótico -aunque no sólo- del siglo XX. Para ello escucharemos, entre las dos emisiones, casi treinta canciones interpretadas por la propia actriz; algunas extraídas de sus películas y conteniendo por tanto fragmentos de diálogos, otras en las que suena la voz de otros artistas (Jane Mansfield o Yves Montand, por citar sólo dos), y las más con la propia Marilyn como exclusiva protagonista. En casi todas podemos percibir la peculiar y exacerbada sensibilidad de la legendaria y deslumbrante mujer, su dulzura, su ingenuidad -tan grande que a veces parece impostada-, su vulnerabilidad, su encanto.

Entre ellas el programa presenta fragmentos de una peculiar biografía de nuestra invitada. Con el título de My story y el subtítulo de Memorias de Marilyn Monroe, la editorial Global Rhythm publicó a finales de 2011 un libro muy interesante que recoge un relato biográfico, narrado por el genial guionista de Hollywood Ben Hecht, en el que éste reelabora y da forma “literaria” a la transcripción de numerosas horas de conversaciones con la diva. Escrito en la primera persona de Marilyn, el libro es magnífico y, más allá de que se note la mano del experto escritor (hay pasajes, como el ya muy conocido de los somníferos -que escucharéis en la edición de la semana próxima-, que parecen claramente construidos a posteriori con una finalidad efectista), suena a verdad, oímos la voz de la mujer, de la siempre niña, de la desvalida, de la inocente, de la indefensa Marilyn Monroe. Para completar la edición de esta semana he escogido pasajes en los que la que habla es aún Norma Jeane, la infeliz joven -que tan sólo en sus vagarosos sueños puede atisbar los fulgores de la fama y el estrellato que la rodearán en su vida futura- que deambula por orfanatos y familias de acogida; que en su radical soledad añora al mitificado padre nunca conocido y a la desapegada madre sólo apenas entrevista en los escasos momentos en que la enfermedad mental le permitía ocuparse de su hija; que soporta con dignidad su lamentable pobreza; que ve florecer su esplendorosa y precoz belleza entre adolescentes rijosos y adultos babeantes; que se casa, todavía adolescente, por escapar de la sordidez de su infancia; que, en definitiva, camina, quemando etapas, hacia su inexorable destino de mito, en el horizonte esa quimera llamada Marilyn Monroe.

El libro interesa, más allá de la presencia de estos dos ejes principales -en primer plano la intensidad de la vida de la propia actriz y, como en sordina, pero muy presente, el lúcido y muy ingenioso talento del escritor-, por la impresionante colección de fotos de Marilyn que lo ilustran (la mayoría muy conocidas y hasta emblemáticas, todas excepcionales) y que son debidas al talento artístico de Milton Greene, uno de los nombres clásicos de la fotografía hollywoodiense. En conjunto, continente y contenido, se trata de una edición formidable, un libro que da gusto leer, manejar, consultar, hojear.

Os dejo a continuación la breve reseña con la que la editorial presenta el volumen. En ella podréis encontrar una aproximación muy ilustrativa sobre el objeto del libro, un comentario sobre la compleja peripecia editorial que ha permitido que vea la luz, y tres apuntes someros sobre Marilyn, Hetch y Greene que os permitirán centrar mejor el propósito y el enfoque que guían la obra.

Marilyn Monroe protagoniza también, cómo no, el vídeo de esta semana. Diamonds are a girl's best friend es una pieza que forma parte de Los caballeros las prefieren rubias, el musical dirigido por Howard Hawks.


Sobre Marilyn Monroe se ha escrito mucho, tal vez demasiado; de hecho, apenas queda un rincón de su vida, su cuerpo o su muerte que no haya sido escrutado con lupas que mezclaban la admiración estupefacta con la falta de escrúpulos, la piedad con el bisturí inmisericorde. Esa montaña de papel es el pedestal de la figura mítica, pero también la losa que apaga la voz de un ser humano oscurecido por los focos. Esta obra es esa voz, o al menos todo lo que de ella nos ha quedado.

Ben Hecht, autor de relatos memorables y uno de los más grandes guionistas que ha dado Hollywood (aunque éste es un título que nunca quiso ostentar), fue todo oídos en 1954 para añadir puntuación y sintaxis a los recuerdos que la actriz iba desgranando desde el lado opuesto de una mesa. Esa delicadísima operación dio como resultado una obra maestra de la literatura fantasmal que conserva casi mágicamente el aroma y el sabor, la gracia y la melancolía, el ingenio y la ingenuidad de unas palabras nunca después repetidas. Porque aquí habla Norma Jeane, la niña que deambulaba entre orfanatos y adopciones, la muchacha que salió de una fábrica para vivir (como tantas otras) sueños de celuloide, la hembra que dejaba a su espalda un reguero de miradas lascivas. Y también habla Marilyn Monroe, la mujer que se abrió paso hacia una cumbre inesperada apartando a los tiburones del camino. Aquí percibimos su chispa, su inteligencia e incluso un eco verbal de su irresistible vibración erótica.

La pequeña odisea de este libro es tan fantasmagórica como su origen: por motivos jamás aclarados, el manuscrito dormitó en silencio y en lugar ignoto hasta 1974, cuando Milton Greene (fotógrafo de cabecera e íntimo amigo de Marilyn) decidió exhumarlo de sus cajones para publicar una primera versión donde no se consignaba la autoría de Hecht. Habrían de pasar treinta años más para que ésta fuese reconocida en una nueva edición, ésta ilustrada con 46 fotografías procedentes del archivo donde Greene custodiaba su «material más exclusivo». Nuestra edición incluye esas nuevas imágenes y recupera la espléndida traducción al castellano realizada en 1975 por Marta Pesarrodona.

Norma Jeane Baker (Los Ángeles 1926-1962) fue una joven de curvas voluptuosas, mirada ingenua y pícara sonrisa que logró volar hasta el firmamento convertida en Marilyn Monroe. Murió a los treinta y seis años por una enigmática sobredosis de drogas legales y desde entonces reposa junto a Cleopatra en el panteón del erotismo utópico.

Ben Hecht, el «Shakespeare de Hollywood» (Nueva York 1894-1964), escribió obras teatrales de gran éxito (entre ellas Primera plana), unos 35 volúmenes de muy variada naturaleza (novelas, cuentos, ensayos, memorias, etc.) y más de 70 guiones cinematográficos que le suministraron fama, dinero y todos los premios imaginables (Óscar incluido). Por su pluma pasaron películas tan «clásicas» como Scarface, Cumbres borrascosas, Lo que el viento se llevó, Adiós a las armas, Duelo al sol o Gilda, pero pensaba que el cine estaba envileciendo a la sociedad norteamericana y de paso mermaba su propio talento literario. Sea como fuere, en este libro hizo un magnífico trabajo.

Milton Greene (Nueva York 1922-Los Ángeles 1985) fue un fotógrafo especializado en modas y celebridades. La lista de notables que posaron frente a su cámara es agotadora, pero pasaría a la historia por las imágenes de Marilyn Monroe tomadas entre 1953 y 1957. Sus fotos aparecieron en revistas como Look, Life, Vogue o Harper’s Bazaar.

Norma Jeane

martes, 9 de octubre de 2012


SOÑAR AÑOS

Esta semana nuestra emisión continúa desarrollando la idea que presentamos hace siete días con ocasión del 2 de octubre de 2012, esa fecha capicúa que el lunes pasado nos proporcionó la excusa para confeccionar un programa palindrómico en el que los textos podían leerse indistintamente de derecha a izquierda o viceversa y en el que las canciones se repetían del comienzo al final de la emisión y también en sentido contrario, conformando así una edición circular de Buscando leones en las nubes.

Así será también en este caso, en los dos apartados habituales, el musical y el literario, del programa. Doce serán las interpretaciones que podréis escuchar, dos visiones distintas de seis canciones diferentes (What difference does it make, Where the streets have no name, Bachelorette, Pale blue eyes, I'm on fire y Knockin’ on heaven's door) que aparecerán primero en su versión original y luego, en la segunda parte del programa, en sus atractivas y a veces más logradas recreaciones. The Smiths, U2, Björk, The Velvet Underground, Bruce Springsteen, Bob Dylan, Antony and The Johnsons, Sophie Milman, Andrea Corr, Badi Assad, Térez Montcalm y Stranded Horse son los intérpretes de la interesante banda sonora de la emisión.

Los textos que se ofrecen entre las piezas musicales son, obviamente, palíndromos, entresacados de un libro muy singular, curioso y llamativo. Se trata de Palindromeando o del Arte palindrómica. Su autor es Javier Navarro de Zuvillaga y lo presenta la editorial La oficina, con dibujos de Carlos Bloch. En el libro, pleno de agudeza y humor, se recogen cerca de tres mil quinientos palíndromos agrupados por secciones muy imaginativas y originales, de los que os ofrezco en el programa una docena desafortunadamente escasa. Infinidad de ingeniosísimos palíndromos amatorios (Él ama así, Isa, ámale), astronómicos (Anula la luna), gramaticales (Soportaba tropos), geométricos (Otro cono corto), de convento (El abate retábale), eclesiásticos (Sé liar frailes), bíblicos y evangélicos (Oye, Judas, a Barrabás, aduje yo), arquitectónicos (Así por el alero pisa), filosóficos (Se es o no se es), hebraicos (Dará fe Sefarad), arábigos (¿Alí la desaira?, ríase, Dalila), insultantes (Ani, macarra, camina), escatológicos (Así le folló Felisa), numerales (Sí, es ese seis), psicológicos (El ego cógele), zodiacales (Aries se irá), toponímicos (Noel, a educar acude a León), químicos (Son amoniacococainómanos), musicales (Al poco se oyó eso, copla), médicos y medicinales (La más operada reposa mal), legales (El birrete terrible), vegetales (Arde ya la yedra), taurinos (Ese toro rotése) o teatrales (¡Sí, vaya vis!), pueblan el libro. Pero también quimeras (Oso jirafa rijoso) y lecturas (Yo leí mal a mi Eloy) y ocupaciones (Se nivelan alevines) y exclamaciones (¡Oh, charro borracho!) y odas (Oda mala al amado) y cocinas (Allí trota la tortilla) y alternativas (¿O será mar eso?) y osadías (Osó beso seboso) palindrómicas, entre otras muchas destacadas categorías.

Otro curioso divertimento, Doble escalera a ninguna parte, integra hoy la sección musical. En él, Riccardo Misto juega, sobre la base de una pieza de Tchaikovsky y con la referencia de un dibujo de M.C.Escher, con los efectos palindrómicos de música e imagen.


Soñar años

martes, 2 de octubre de 2012


LA MORAL, CLARO, MAL

La emisión de Buscando leones en las nubes de esta semana aparece como muy singular y especialísima y por ello espero que os sorprenda y entretenga. Hoy es dos de octubre de 2012. Fijaos en la fecha: 2 del 10 de 2012. 2102012. En efecto, se trata de un número capicúa, que ofrece por lo tanto, idéntica lectura de derecha a izquierda o en sentido contrario. Pues bien, esa nimiedad, ese detalle menor sin más trascendencia, constituye la base desde la que he construido el programa de este lunes y el de dentro de siete días, un par de emisiones que de la cabeza a la cola (cap y cua, en catalán, de donde procede el término) y tanto en la faceta literaria como en la musical serán, en cierto modo, reversibles.

Desde el punto de vista de la música, este carácter “especular” del programa se manifiesta en el hecho de que en él aparecen siete canciones muy conocidas (Yellow, Comes a time, Will you still love me tomorrow, Angelene, Smooth operator, Creep y Walking on the moon) que se ofrecen en dos versiones distintas desde el comienzo hasta el final de la presente edición. Así, la primera que sale al aire aparece también al término de la emisión en el lugar decimocuarto de la serie íntegra. La segunda pieza es también la decimotercera, la tercera la decimosegunda y así sucesivamente. En todos los casos, en la primera parte del programa se escuchan las versiones originales de cada canción en interpretaciones de sus respectivos creadores: Coldplay, Neil Young, Carole King, P.J. Harvey, Sade, Radiohead y The Police. En la segunda parte suenan en cambio recreaciones de dichas piezas -que a veces me gustan más que las primitivas- en las voces de Liquid Blue, Karen Souza, Laurent Voulzy, The Watson Twins, Amy Winehouse, Kate York e Ive Mendes.

Para desarrollar esa lógica simétrica también en la vertiente literaria del programa he escogido catorce palíndromos, el equivalente verbal de los números capicúas, entresacados en su mayoría de El día de mañana, la excelente novela de Ignacio Martínez de Pisón en la que algunos de sus personajes secundarios se dedican a la construcción de estas frases que se leen igual hacia adelante o hacia atrás. Os remito al blog de mi otro programa en Radio Universidad, todosloslibrosunlibro.blogspot.com, para la consulta de la reseña de la estupenda novela de Pisón.

Los palíndromos, más allá de constituir un elemental e inocente divertimento lingüístico, han suscitado desde hace siglos infinidad de interpretaciones y se abren a múltiples ramificaciones y dimensiones literarias, lúdicas, matemáticas y hasta filosóficas y “existenciales”. Un análisis muy completo y atractivo de esta figura -y de decenas de otras más- podéis encontrarlo en Verbalia, un libro imprescindible publicado por ediciones Península en el año 2000, y en Verbalia.com, su no menos interesante continuación del año 2002, en la misma editorial. Márius Serra, el autor de ambos textos, un mago de las palabras, recoge en ellos infinidad de juegos verbales presentados tanto en su vertiente más ligera y divertida, más práctica y aplicable, como en sus aproximaciones más sesudas, científicas y académicas. Sistematizados de una manera muy eficaz, muy pedagógica, en artificios de combinación (de lectura longitudinal y transversal), artificios de adición (por alargamiento, fusión o compleción), artificios de sustracción (de tipo enigmístico y expositivo), artificios de multiplicación (repetición de elementos, repetición de paradigmas o duplicación de sentido) y artificios de sustitución (visibles y criptográficos), por Verbalia (hay un complemento en internet: http://www.verbalia.com/) desfilan, en un recorrido apasionante, miles de ejemplos de sesquipedalismo, paranomasia y empotre, de ludoacronimia y pentavocalismo, de anagramas, bifrontes y contrapiés, acrósticos, cuadrados mágicos y logogrifos, lipogramas, trabalenguas e isomorfismos, ciclogramas y palabras banana, calambures y charadas, aritmogramas y jeroglíficos, composiciones monosilábicas y palabras promiscuas, poligramas, tautogramas, composiciones con eco, centones y encadenados, textos podados y S+7, encadenados, homofonías y por supuesto... palíndromos. En cada caso se nos da cuenta, en una estructura muy clara y ordenada, de nuevo muy didáctica, de la definición de cada figura, de su casi siempre muy documentado origen -en algunos casos ciertamente remoto-, de su historia -en anécdotas repletas de erudición-, de su aparición -con múltiples ejemplos- en obras literarias de diversas lenguas -las más “nuestras”: sobre todo el español, el francés, el italiano, el catalán e incluso, en ocasiones, el latín; pero también el inglés o más excepcionalmente el alemán-, de su presencia en la publicidad y el arte, en la poesía y la filosofía, en la investigación universitaria, en la mística, en la pedagogía y en la cultura popular.

Verbalia.com (subtitulado significativamente Jugar, leer, tal vez escribir) se abre, con un enfoque más práctico, a infinidad de propuestas lúdicas, centradas en los tres ámbitos que recoge su subtítulo. Por un lado, juegos de letras competitivos para pasárselo bien y aprender lengua; en segundo lugar, juegos de manipulación de textos para conocer a fondo nuestra tradición literaria; y por último, propuestas de escritura condicionada para intentar vencer el tópico de la página en blanco, como afirma el propio autor en su texto.

De Verbalia es, precisamente, el fragmento que cierra esta reseña y en el que se examina la presencia de los palíndromos en el universo de la lengua castellana. Tras él, y en la habitual sección de vídeos, una joya. Bob es una canción, de título obviamente palindrómico e inequívoca mención al genio de Minnesota, en la que el cómico Weird Al Yankovic, parodia el Subterranean homesick blues de Dylan con una disparatada y divertidísima letra en la que todos los versos... ¡¡¡¡son palíndromos!!!!



El primer palíndromo conocido en castellano aparece en 1561 en el Cancionero llamado Sarao de amor del valenciano Joan Timoneda:

Tres versos con tal artifizio hechos
Que tanto dize al derecho como al revés

OLA MORO MORO MALO
NO TARDES Y SED RATÓN:
NO DESSEO ESSE DON

Un siglo más tarde, Gracián, en el Discurso XXXII de su Agudeza y arte de ingenio -De la agudeza por paronomasia, retruécano y juglar del vocablo- reproduce un palíndromo laudatorio a partir del nombre de San Francisco Javier: “REY VA JAVIER”. El ejemplo más divulgado, a pesar de su significado chocante, es “DÁBALE ARROZ A LA ZORRA EL ABAD”. Probablemente, el mejor palíndromo que conozco en español es la frase autoalusiva “SÉ VERLA AL REVÉS”, atribuida a escritor Carlos Illescas. En la narrativa iberoamericana del siglo XX se dan muchísimos palíndromos de todo tipo. Por ejemplo, éste de Lancini: “SON ROBOS, NO SÓLO SON SOBORNOS” que, además, es monovocálico. O los magníficos de Juan Filloy: “¡ARRIBA LA BIRRA!”, SÓLO DI SOL A LOS ÍDOLOS o ATEO POR ARABIA IBA RARO POETA.

La mayoría de los tratadistas anglosajones citan un fragmento de la novela Terra Nostra del mexicano Carlos Fuentes que sólo juega con el maecanismo especular sin preocuparse de la semántica:

Éste es mi cuento… Otneuc im se etse…
Deseo que oigas mi cuento. Oigas. Oigas. Sagio. Sagio. Otneuc im sagio euq oesed.

En realidad, los palíndromos no alcanzan enjundia literaria en español hasta que Julio Cortázar los coloca en el corazón mismo de algunos de sus cuentos. Por ejemplo, lo que ya en 1951 figuran en el diario de Alina Reyes en el cuento “Lejana” de Bestiario -"SALTA LENIN EL ATLAS”; “AMIGO, NO GIMA”; “ÁTALE, DEMONÍACO CAÍN, O ME DELATA"… Este último propiciará treinta años más tarde un cuento turbador llamado “Satarsa” que Cortázar incluirá en el volumen Deshoras. El gran Cronopio basa el desazonado argumento de este relato -unos exiliados políticos de alguna dictadura iberoamericana malviven en una zona rural cazando ratas para la industria química europea- en simetrías perfectas como ATAR A LA RATA o ADÁN Y RAZA, AZAR Y NADA. Y, sobre todo, en el palíndromo de tradición diabólica del “demoníaco Caín”, que actúa como desencadenante en el relato.

Pero es Augusto Monterroso quien pone en su contexto los ejemplos más conocidos de los autores iberoamericanos en una sección de su Movimiento perpetuo titulada pertinentemente “ONÍS ES ASESINO”. Monterroso describe las reuniones con amigos escritores como Juan José Arreola -“ETNA DA LUZ AZUL A DANTE”-, Carlos Illescas -“AMAN A PANAMÁ, AMO LA PALOMA”-, Enrique Alatorre -“¡RÍO, SÉ SAETA!, SAL, SARTRE, EL LEER TRAS LAS ATEAS ES OÍR”- o Rubén Bonifaz Nuño –“ODIO LA LUZ AZUL AL OÍDO”- durante las que se intercambiaban palíndromos (o palíndromas) que posteriormente aparecían en algunas de sus obras literarias. La trastienda ludolingüística de Monterroso esta llena de estos fascinantes artefactos. En esta actividad sobresale el mexicano Arreola, autor de una novela titulada precisamente Palíndroma que empieza con la cita “ARE CADA VENUS SU NEVADA CERA”, y también Illescas, autor, entre muchos otros, de un palíndromo por palabras similar al latín de Taylor -“SOMOS SERES SOSOS, ADA; SOSOS SERES SOMOS”- y de un interminable palíndromo ad infinitum: “O SALE EL AS O… EL AS SALE… O SALE EL AS… O…” La relación de Monterroso con los palíndromos también parece interminable. En si dietario La letra e retoma el tema palindrómico al escribir sobre la entonces (1987) reciente muerte del poeta Adam Rubalcava. Titula “ADÁN NO CALLA CON NADA” y reproduce los contenidos de una carta que el poeta le envió en julio de 1968 con un título suficientemente descriptivo:

Surtido rico en palíndromos
dedicado a Carlos Illescas
y Augusto Monterroso
los hizo el niño Adam Rubalcava

De este “rico surtido” Monterroso extrae uno que durante años será su divisa, sobre todo cuando entre en contacto con autores del entorno Herralde como Enrique Vila-Matas o Ignacio Martínez de Pisón: “ACÁ SÓLO TITO LO SACA”. Una última cuestión palindrómica monterrosiana nos sitúa en el ámbito de la ficción pertinente para hablar de palíndromos. También proviene de La letra e:

... y entonces yo recordé, aunque no se lo dije, que Julio Cortázar me ofreció hace años buscarme en una biblioteca de París el Evangelio según San Mateo puesto en alejandrinos palindrómicos franceses por alguien en el siglo XVIII, ofrecimiento que no le acepté por temor a hacerlo perder el tiempo.

Naturalmente el palíndromo no ha sido cultivado solamente por los autores iberoamericanos. Algunos escritores españoles de finales del XX también se han servido de él con intenciones literarias. Dos ejemplos puntuales: Julián Ríos en la mayoría de sus obras -en Amores que atan el sensacional “AMOR BROMA”- y José Antonio Millán -autor del inolvidable “ANITA, LA GORDA LAGARTONA, NO TRAGA LA DROGA LATINA”-, que incluye un cuento titulado “Sesil Ulises” en su Sobre las brasas que contiene una veintena de estas frases de ida y vuelta.

La moral, claro, mal