martes, 2 de octubre de 2012


LA MORAL, CLARO, MAL

La emisión de Buscando leones en las nubes de esta semana aparece como muy singular y especialísima y por ello espero que os sorprenda y entretenga. Hoy es dos de octubre de 2012. Fijaos en la fecha: 2 del 10 de 2012. 2102012. En efecto, se trata de un número capicúa, que ofrece por lo tanto, idéntica lectura de derecha a izquierda o en sentido contrario. Pues bien, esa nimiedad, ese detalle menor sin más trascendencia, constituye la base desde la que he construido el programa de este lunes y el de dentro de siete días, un par de emisiones que de la cabeza a la cola (cap y cua, en catalán, de donde procede el término) y tanto en la faceta literaria como en la musical serán, en cierto modo, reversibles.

Desde el punto de vista de la música, este carácter “especular” del programa se manifiesta en el hecho de que en él aparecen siete canciones muy conocidas (Yellow, Comes a time, Will you still love me tomorrow, Angelene, Smooth operator, Creep y Walking on the moon) que se ofrecen en dos versiones distintas desde el comienzo hasta el final de la presente edición. Así, la primera que sale al aire aparece también al término de la emisión en el lugar decimocuarto de la serie íntegra. La segunda pieza es también la decimotercera, la tercera la decimosegunda y así sucesivamente. En todos los casos, en la primera parte del programa se escuchan las versiones originales de cada canción en interpretaciones de sus respectivos creadores: Coldplay, Neil Young, Carole King, P.J. Harvey, Sade, Radiohead y The Police. En la segunda parte suenan en cambio recreaciones de dichas piezas -que a veces me gustan más que las primitivas- en las voces de Liquid Blue, Karen Souza, Laurent Voulzy, The Watson Twins, Amy Winehouse, Kate York e Ive Mendes.

Para desarrollar esa lógica simétrica también en la vertiente literaria del programa he escogido catorce palíndromos, el equivalente verbal de los números capicúas, entresacados en su mayoría de El día de mañana, la excelente novela de Ignacio Martínez de Pisón en la que algunos de sus personajes secundarios se dedican a la construcción de estas frases que se leen igual hacia adelante o hacia atrás. Os remito al blog de mi otro programa en Radio Universidad, todosloslibrosunlibro.blogspot.com, para la consulta de la reseña de la estupenda novela de Pisón.

Los palíndromos, más allá de constituir un elemental e inocente divertimento lingüístico, han suscitado desde hace siglos infinidad de interpretaciones y se abren a múltiples ramificaciones y dimensiones literarias, lúdicas, matemáticas y hasta filosóficas y “existenciales”. Un análisis muy completo y atractivo de esta figura -y de decenas de otras más- podéis encontrarlo en Verbalia, un libro imprescindible publicado por ediciones Península en el año 2000, y en Verbalia.com, su no menos interesante continuación del año 2002, en la misma editorial. Márius Serra, el autor de ambos textos, un mago de las palabras, recoge en ellos infinidad de juegos verbales presentados tanto en su vertiente más ligera y divertida, más práctica y aplicable, como en sus aproximaciones más sesudas, científicas y académicas. Sistematizados de una manera muy eficaz, muy pedagógica, en artificios de combinación (de lectura longitudinal y transversal), artificios de adición (por alargamiento, fusión o compleción), artificios de sustracción (de tipo enigmístico y expositivo), artificios de multiplicación (repetición de elementos, repetición de paradigmas o duplicación de sentido) y artificios de sustitución (visibles y criptográficos), por Verbalia (hay un complemento en internet: http://www.verbalia.com/) desfilan, en un recorrido apasionante, miles de ejemplos de sesquipedalismo, paranomasia y empotre, de ludoacronimia y pentavocalismo, de anagramas, bifrontes y contrapiés, acrósticos, cuadrados mágicos y logogrifos, lipogramas, trabalenguas e isomorfismos, ciclogramas y palabras banana, calambures y charadas, aritmogramas y jeroglíficos, composiciones monosilábicas y palabras promiscuas, poligramas, tautogramas, composiciones con eco, centones y encadenados, textos podados y S+7, encadenados, homofonías y por supuesto... palíndromos. En cada caso se nos da cuenta, en una estructura muy clara y ordenada, de nuevo muy didáctica, de la definición de cada figura, de su casi siempre muy documentado origen -en algunos casos ciertamente remoto-, de su historia -en anécdotas repletas de erudición-, de su aparición -con múltiples ejemplos- en obras literarias de diversas lenguas -las más “nuestras”: sobre todo el español, el francés, el italiano, el catalán e incluso, en ocasiones, el latín; pero también el inglés o más excepcionalmente el alemán-, de su presencia en la publicidad y el arte, en la poesía y la filosofía, en la investigación universitaria, en la mística, en la pedagogía y en la cultura popular.

Verbalia.com (subtitulado significativamente Jugar, leer, tal vez escribir) se abre, con un enfoque más práctico, a infinidad de propuestas lúdicas, centradas en los tres ámbitos que recoge su subtítulo. Por un lado, juegos de letras competitivos para pasárselo bien y aprender lengua; en segundo lugar, juegos de manipulación de textos para conocer a fondo nuestra tradición literaria; y por último, propuestas de escritura condicionada para intentar vencer el tópico de la página en blanco, como afirma el propio autor en su texto.

De Verbalia es, precisamente, el fragmento que cierra esta reseña y en el que se examina la presencia de los palíndromos en el universo de la lengua castellana. Tras él, y en la habitual sección de vídeos, una joya. Bob es una canción, de título obviamente palindrómico e inequívoca mención al genio de Minnesota, en la que el cómico Weird Al Yankovic, parodia el Subterranean homesick blues de Dylan con una disparatada y divertidísima letra en la que todos los versos... ¡¡¡¡son palíndromos!!!!



El primer palíndromo conocido en castellano aparece en 1561 en el Cancionero llamado Sarao de amor del valenciano Joan Timoneda:

Tres versos con tal artifizio hechos
Que tanto dize al derecho como al revés

OLA MORO MORO MALO
NO TARDES Y SED RATÓN:
NO DESSEO ESSE DON

Un siglo más tarde, Gracián, en el Discurso XXXII de su Agudeza y arte de ingenio -De la agudeza por paronomasia, retruécano y juglar del vocablo- reproduce un palíndromo laudatorio a partir del nombre de San Francisco Javier: “REY VA JAVIER”. El ejemplo más divulgado, a pesar de su significado chocante, es “DÁBALE ARROZ A LA ZORRA EL ABAD”. Probablemente, el mejor palíndromo que conozco en español es la frase autoalusiva “SÉ VERLA AL REVÉS”, atribuida a escritor Carlos Illescas. En la narrativa iberoamericana del siglo XX se dan muchísimos palíndromos de todo tipo. Por ejemplo, éste de Lancini: “SON ROBOS, NO SÓLO SON SOBORNOS” que, además, es monovocálico. O los magníficos de Juan Filloy: “¡ARRIBA LA BIRRA!”, SÓLO DI SOL A LOS ÍDOLOS o ATEO POR ARABIA IBA RARO POETA.

La mayoría de los tratadistas anglosajones citan un fragmento de la novela Terra Nostra del mexicano Carlos Fuentes que sólo juega con el maecanismo especular sin preocuparse de la semántica:

Éste es mi cuento… Otneuc im se etse…
Deseo que oigas mi cuento. Oigas. Oigas. Sagio. Sagio. Otneuc im sagio euq oesed.

En realidad, los palíndromos no alcanzan enjundia literaria en español hasta que Julio Cortázar los coloca en el corazón mismo de algunos de sus cuentos. Por ejemplo, lo que ya en 1951 figuran en el diario de Alina Reyes en el cuento “Lejana” de Bestiario -"SALTA LENIN EL ATLAS”; “AMIGO, NO GIMA”; “ÁTALE, DEMONÍACO CAÍN, O ME DELATA"… Este último propiciará treinta años más tarde un cuento turbador llamado “Satarsa” que Cortázar incluirá en el volumen Deshoras. El gran Cronopio basa el desazonado argumento de este relato -unos exiliados políticos de alguna dictadura iberoamericana malviven en una zona rural cazando ratas para la industria química europea- en simetrías perfectas como ATAR A LA RATA o ADÁN Y RAZA, AZAR Y NADA. Y, sobre todo, en el palíndromo de tradición diabólica del “demoníaco Caín”, que actúa como desencadenante en el relato.

Pero es Augusto Monterroso quien pone en su contexto los ejemplos más conocidos de los autores iberoamericanos en una sección de su Movimiento perpetuo titulada pertinentemente “ONÍS ES ASESINO”. Monterroso describe las reuniones con amigos escritores como Juan José Arreola -“ETNA DA LUZ AZUL A DANTE”-, Carlos Illescas -“AMAN A PANAMÁ, AMO LA PALOMA”-, Enrique Alatorre -“¡RÍO, SÉ SAETA!, SAL, SARTRE, EL LEER TRAS LAS ATEAS ES OÍR”- o Rubén Bonifaz Nuño –“ODIO LA LUZ AZUL AL OÍDO”- durante las que se intercambiaban palíndromos (o palíndromas) que posteriormente aparecían en algunas de sus obras literarias. La trastienda ludolingüística de Monterroso esta llena de estos fascinantes artefactos. En esta actividad sobresale el mexicano Arreola, autor de una novela titulada precisamente Palíndroma que empieza con la cita “ARE CADA VENUS SU NEVADA CERA”, y también Illescas, autor, entre muchos otros, de un palíndromo por palabras similar al latín de Taylor -“SOMOS SERES SOSOS, ADA; SOSOS SERES SOMOS”- y de un interminable palíndromo ad infinitum: “O SALE EL AS O… EL AS SALE… O SALE EL AS… O…” La relación de Monterroso con los palíndromos también parece interminable. En si dietario La letra e retoma el tema palindrómico al escribir sobre la entonces (1987) reciente muerte del poeta Adam Rubalcava. Titula “ADÁN NO CALLA CON NADA” y reproduce los contenidos de una carta que el poeta le envió en julio de 1968 con un título suficientemente descriptivo:

Surtido rico en palíndromos
dedicado a Carlos Illescas
y Augusto Monterroso
los hizo el niño Adam Rubalcava

De este “rico surtido” Monterroso extrae uno que durante años será su divisa, sobre todo cuando entre en contacto con autores del entorno Herralde como Enrique Vila-Matas o Ignacio Martínez de Pisón: “ACÁ SÓLO TITO LO SACA”. Una última cuestión palindrómica monterrosiana nos sitúa en el ámbito de la ficción pertinente para hablar de palíndromos. También proviene de La letra e:

... y entonces yo recordé, aunque no se lo dije, que Julio Cortázar me ofreció hace años buscarme en una biblioteca de París el Evangelio según San Mateo puesto en alejandrinos palindrómicos franceses por alguien en el siglo XVIII, ofrecimiento que no le acepté por temor a hacerlo perder el tiempo.

Naturalmente el palíndromo no ha sido cultivado solamente por los autores iberoamericanos. Algunos escritores españoles de finales del XX también se han servido de él con intenciones literarias. Dos ejemplos puntuales: Julián Ríos en la mayoría de sus obras -en Amores que atan el sensacional “AMOR BROMA”- y José Antonio Millán -autor del inolvidable “ANITA, LA GORDA LAGARTONA, NO TRAGA LA DROGA LATINA”-, que incluye un cuento titulado “Sesil Ulises” en su Sobre las brasas que contiene una veintena de estas frases de ida y vuelta.

La moral, claro, mal

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Os dejo una poesía palindrómica del libro de Pedro Ruiz Lozano "Ajajá Antología palinfrómica"
No es que el tema sea de mi devoción pero realmente es muy original jejejej o ejeje
Un saludo Alberto de otro Alberto:)

Rama, rama sea ese aroma,
ella, toda, toda es deseo.
La mar a mi modo tallé;
será mi modal.

A seria así la amo;
ráese ese aroma a lis,
a aire salado.

Mi mar es ella,
todo mi mar ama.

Loé sed.
Sea dotado.
Tallé amor a ese,
a esa mar a mar.

Anónimo dijo...



Somos eso, luz azul, eso somos.

http://elultimogalandelsiglo.blogspot.com.es/2012/07/palindromo.html

Alberto San Segundo dijo...

Gracias, Alberto, por tu estupendo poema palindrómico.

Gracias, también, anónimo "galán". Pese a que el verso no es, en puridad, un palíndromo, la idea de que seamos "luz azul" es muy bonita... Te propongo una "recreación" que respeta -creo- la esencia de tu propuesta: "Somos luz, azul somos"