martes, 30 de octubre de 2012


EL AÑO DEL PENSAMIENTO MÁGICO

Esta semana, y teniendo en cuenta la proximidad del Día de difuntos, nuestra emisión vuelve a centrarse, como hacemos en ocasiones por estas mismas fechas, en un motivo principal, la muerte, con canciones y textos que giran sobre este tema, doloroso pero también sugestivo y, en cualquier caso, desgraciadamente inexcusable.

Desde el punto de vista musical os ofrezco once piezas muy atractivas que suponen aproximaciones diversas, con enfoques también variados, al más común de los acontecimientos que inevitablemente experimentaremos en nuestra existencia. Sus intérpretes, casi todos muy conocidos, son Art Garfunkel, Latin Quarter, Warren Zevon, Vic Chesnutt, Bob Dylan, con una versión de un clásico de Blind Lemon Jefferson, Eels, Ane Brun, The Arab Strap, Georges Harrison, The The y Nick Cave and The Bad Seeds, que con Kylie Minogue, Shane MacGowan, Blixa Bargeld y Mick Harvey recrean el Dead is not the end del propio Dylan. Una versión en directo de dicha canción aparece aquí también en nuestra sección final de vídeos. Además, la mención de Nick Cave me permite anticiparos su presencia monográfica en nuestro programa en las próximas semanas, en tres emisiones consecutivas que lo tendrán como protagonista.

La parte literaria del programa la conforman algunos interesantes fragmentos de El año del pensamiento mágico, el libro que la periodista norteamericana Joan Didion escribió en 2005 y que Global Rhythm publicó en nuestro país un año después; un libro cuya escritura nace de la inesperada y súbita muerte de John Dunne, el marido de la autora, en la navidad de 2003. Las reflexiones sobre el dolor, el desconsuelo, la soledad, sobre la pena y la inquietud, sobre el desconcierto, sobre la tristeza y la angustia que provoca la muerte de un ser querido constituyen el núcleo del emocionante texto de la escritora americana. Hace unos días vio también la luz en España, publicado por Mondadori, Noches azules, otro libro de Didion centrado por desgracia en la misma luctuosa temática. Su hija Quintana, a la que Joan alude constantemente en El año del pensamiento mágico, falleció tras una penosísima y muy larga enfermedad, y su madre vuelve a reflexionar de modo intenso y desgarrado sobre la mortalidad y la desolación, sobre la familia, la maternidad, el envejecimiento, la fragilidad...


El año del pensamiento mágico

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico tema para pensar en algo que nos llegará tarde y temprano.
Os dejo un texto que habla sobre ella:

"No serás eterno deberás partir sin discutir ni en la forma ni en el fondo no podrás regresar y ver el inicio de tu viaje sin retorno cruzarás desiertos y ciudades verás bosques y campiñas quebradas y murallas blancas estaciones y trenes que llevan a ninguna parte deberás morir un dìa aferrado al más hermoso de tus recuerdos gritando tus secretos deberás partir y desaparecer dejando tus raices secas morir cerca de tu casa allí donde piensas en la muerte inevitable.

Y otra forma de ver lo inevitable (Sta. Teresa de Jesús (Doctora de la Iglesia y castellanaleonesa)

"Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Saludos a todos y hasta el lunes feliz puente.
Alberto:)

Alberto San Segundo dijo...

Gracias, Alberto, por tu como siempre amable e interesante participación.

Un abrazo