martes, 29 de septiembre de 2009


LEONARD COHEN POETA
La fascinación que la obra -y el propio personaje- de Leonard Cohen ha ejercido sobre decenas de músicos a lo largo de varias décadas se pone de manifiesto de un modo notorio en el programa de esta semana de Buscando leones en las nubes. Si hace siete días os ofrecía canciones de Cohen en versiones de algunos ‘grandes’ de la música popular (casi todos pertenecientes a la generación inmediatamente posterior a la suya, gentes que rondan los sesenta años), escuchando la emisión de ayer podemos encontrarnos con músicos más jóvenes, algunos cuarenta años menores que el canadiense, pero que con sus recreaciones de los clásicos intemporales de Leonard Cohen demuestran que su obra está, por si hubiera dudas, más allá de las épocas y de los estilos, más allá de los gustos singulares y de las peculiaridades de los distintos movimientos musicales, más allá de las ideologías y las diferentes visiones de la vida, más allá de las trayectorias artísticas y las particulares peripecias vitales de quienes la degustan, la disfrutan, la reinterpretan, e incluso la critican; rasgos estos, los de la aceptación casi universal, que definen a un clásico.

Fijaos en que (y doy este argumento para quienes estos días, en diversos foros, echan pestes de la música de Leonard Cohen, critican su pesadez, sus sosería, el aburrimiento que les suscitan sus canciones, lo pasado de moda de su propuesta) figuras tan distintas como Nick Cave, Ian McCulloch, Suzannna and the Magical Orchestra, Linda Thompson, Martha Wainwright, REM, los Pixies, James, Lloyd Cole, That Petrol Emotion, Beth Orton, o en España Luis Eduardo Aute o Santiago Auserón, entre otros, se han sentido atraidos por las canciones de Cohen, hasta el punto de haber grabado versiones de ellas.

Para la edición de esta semana de Buscando leones en las nubes, con la que se cierra esta miniserie dedicada a Leonard Cohen, he escogido piezas muy conocidas, algunas ya emitidas en otros programas (por ejemplo la perfecta Famous blue raincoat, que tanto me gusta y que suma tres versiones distintas a lo largo de esta serie), en interpretaciones de Antony, Madeleine Peyroux, John Cale, Christina Rosenvinge (a quien, por error, olvidé citar en la emisión en directo), The House of Love, Jennifer Warnes, Josh Ritter, Katie Melua, Claudine Longet, Jabier Muguruza y Jarvis Cocker.

Para conformar la parte literaria del programa he querido mostraros la faceta ‘sólo’ poética de Leonard Cohen, es decir algunos de sus versos que no han sido musicados, que han surgido al margen de su plasmación en canción. No existen, a mi juicio, demasiadas diferencias entre los textos de una y otra vertientes de la producción de Cohen, se mueven todos en un territorio común marcado por el amor, las mujeres, los conflictos de pareja, la muerte, las referencias religiosas, la guerra y la paz… Hay muchos interesantes libros de poemas de Leonard Cohen, casi todos publicados por la editorial Visor con traducciones de Antonio Resines (‘otro’ Antonio Resines). De algunos de ellos he entresacado los que suenan en esta postrera edición de la serie que Buscando leones en las nubes ha dedicado durante el mes de septiembre a Leonard Cohen.

En la sección de vídeos os propongo cinco estupendos. En primer lugar una grabación de Katie Melua, con bastante ruido de fondo e imagen algo titubeante, cantando In my secret life en un festival de jazz de Montreal en 2008. A continuación, Jabier Muguruza interpreta en Sant Cugat el So long, Marianne que ha sonado en el programa (con el valor añadido de los subtítulos en catalán). Luego, el austero Nick Cave encara con delicadeza la magistral Suzanne. En cuarto lugar, Madeleine Peyroux espléndida en una versión en clave jazzística de Dance me to the end of love. Y para terminar, como no podía ser de otra manera, he querido que el cierre lo ponga la voz del propio Leonard Cohen en su doble condición de cantante y poeta: primero interpreta un definitorio I’m your man al que sigue el recitado, profundo e intenso, de A thousand kisses deep, ambos registrados en Londres en esta su última gira.

Buscando leones en las nubes se despide así, por ahora, de Leonard Cohen, agradeciéndole los muchos momentos de belleza y de placer que nos ha proporcionado y deseándole muchos años más de vida plena y de fecunda carrera artística.




Leonard Cohen poeta

martes, 22 de septiembre de 2009


LEONARD COHEN EN OTRAS VOCES

El tercer programa de Buscando leones en las nubes dedicado a Leonard Cohen, que se emitió ayer, después del susto del concierto en Valencia y en el mismo día de su cumpleaños, da la voz a otros intérpretes que recrean, en formidables versiones, algunas de las canciones del canadiense. Hay decenas de músicos pertenecientes a países, generaciones y estilos diversos que reconocen el magisterio y, en cierto modo, la autoridad de Leonard Cohen y que han querido, por ello, a lo largo de varias décadas, rendirle homenaje haciendo propias las canciones del prolífico y veterano cantautor.

En el programa de ayer han sonado Don Henley, Trisha Yearwood, Tori Amos, Aaron Neville, Peter Gabriel, Billy Joel, Suzanne Vega, Jann Arden y Willie Nelson, en interpretaciones contenidas en un disco de 1995, The tower of song: The songs of Leonard Cohen, que incluye, aparte de las canciones emitidas, versiones de Elton John, Sting, Martin Gore (miembro de Depeche Mode) y Bono, en una prueba de la variedad de sensibilidades musicales tocadas por la magia de Leonard Cohen.

En la sección de vídeos os dejo una algo oscilante pero magnífica Tori Amos haciendo, en un concierto en Albany en 2007, una recreación necesariamente triste pero conmovedora de Famous blue raincoat, la canción que más me gusta de Leonard Cohen. En segundo lugar, una filmación extraída de esta su reciente gira en la que las Webb Sisters, que le acompañan en sus conciertos, bordan en una interpretación delicadísima, la estremecedora If it be you will. A continuación, una actuación, grabada en el Joe’s Pub de Nueva York en abril de 2007, en la que Leonard Cohen canta con su colaboradora durante muchos años y ahora excelente cantante en solitario, Anjani Thomas. Por último, otra maravilla, Ain’t no cure for love, también en directo, en Moncton, Canadá.




Leonard Cohen en otras voces

martes, 15 de septiembre de 2009


LEONARD COHEN A MIL BESOS DE PROFUNDIDAD
La segunda entrega de nuestra serie de homenaje a Leonard Cohen salió al aire ayer en un programa que recogió canciones de sus dos últimos discos de estudio, Ten new songs, de 2001, y Dear Heather, de 2004. Para mi gusto, y pese a las pésimas críticas recibidas, ambos álbumes contienen al menos seis o siete canciones formidables, que no desentonan entre la restante discografía del genial cantautor, y algunas de ellas, como In my secret life, Alexandra leaving, Boogie street o A thousand kisses deep, están llamadas, incluso, a convertirse en clásicos y a perdurar sin duda en la memoria de varias generaciones de aficionados a la música.

En la emisión de ayer os ofrecí, como es costumbre en este tipo de programas, la traducción de las letras de las canciones radiadas. En esta ocasión he optado por versiones algo artesanales, dejando de lado las recreaciones de Alberto Manzano que aparecieron -tan sólo cuatro o cinco canciones- en un curioso poemario de Leonard Cohen, Libro del anhelo es su título, que recoge muchos versos, algunas canciones y bastantes dibujos del cantante y poeta canadiense y que la editorial Lumen publicó en España hace tres años. En cualquier caso, las versiones emitidas de los textos de Cohen son naturalmente discutibles; por poner un solo ejemplo de las complejidades que entraña la traducción y de las interpretaciones absolutamente contrapuestas que de un mismo texto ofrecen sus diversos traductores y, en consecuencia, de la relativa validez de cualquiera de ellas, baste decir que en Alexandra leaving, basada con toda nitidez (pues los paralelismos son evidentes y van más allá de la mera cita) en un poema de Cavafis, El dios abandona a Antonio, Alberto Manzano traduce en todo momento la Alexandra del título por la Alejandría, nombre de ciudad, del poema cavafiano; yo, en cambio, he optado por Alexandra, nombre de mujer, creo que de un modo más consecuente con el sentido último de la canción.

En la habitual sección de vídeos os ofrezco, al igual que hace siete días, un buen número de ellos; en este caso son cinco, vinculados a las canciones del programa. En primer lugar, In my secret life, grabada en Londres en 2008, con un protagonismo destacado de la magnífica Sharon Robinson, en una grabación de inmejorable calidad. A continuación, By the rivers dark sonando sobre una sucesión de fotos de esta reciente y ultimísima gira. El tercer vídeo es también un montaje, con fotografías bastante interesantes, que aparecen como fondo para The faith. Del mismo modo podréis escuchar el A thousand kisses deep que da nombre al programa de ayer, deslizándose entre algunos destacados y conocidos cuadros de Dalí, Y, para finalizar, de nuevo Sharon Robinson, ahora cantando en solitario la estupenda Boogie street en un concierto de este año en Lisboa.




Leonard Cohen. A mil besos de profundidad

martes, 8 de septiembre de 2009


LEONARD COHEN. ALGUNOS ‘CLÁSICOS’ DESDE LA TORRE DE LA CANCIÓN

El próximo 21 de septiembre, Leonard Cohen cumplirá 75 años. A lo largo de de este mes, durante cuatro lunes consecutivos, Buscando leones en las nubes va a dedicar sus emisiones al genial cantautor canadiense. Coincidirá así, además, nuestro homenaje con las últimas fechas de la extensa gira que el artista está realizando, a lo largo del verano, por toda España. Yo pude verlo y escucharlo en un magnífico concierto en León, el 31 de julio. Pero los escenarios de Vigo, Palma de Mallorca, Gerona, Madrid, Granada, Bilbao, Zaragoza, Valencia y Barcelona, en donde actúa el mismo día de su cumpleaños, han contado -o contarán- con su presencia luminosa e intensa.

No me extenderé en la glosa de la figura de Leonard Cohen; tanto su biografía como su obra, poética y musical, son debidamente conocidas por todos, de modo que un simple enlace a la wikipedia me permitirá soslayar esos comentarios. Os daré noticia, tan sólo (os anticipo que mi aterrador panorama laboral para este curso, permite aventurar unas entradas del blog más bien ceñidas y austeras), de la estructura que he elegido para la serie, de la lógica que engarzará estos cuatro programas. El hilo conductor es sencillo: mostrar lo más destacado, en textos y melodías, de la producción musical del canadiense. Para ello, en el primer programa, en el que salió al aire ayer (por cierto, las emisiones regulares de Radio Universidad no comenzarán hasta octubre; mi insistencia y la amabilidad de sus responsables permiten no obstante que se haga una excepción con Buscando leones en las nubes), he recogido algunos de los grandes clásicos de Leonard Cohen interpretados por él mismo. Os encontraréis así con auténticos himnos de la música popular de los últimos cuarenta años, emblemas poderosos de una época como Dance me to the end of love, I’m your man, Take this waltz, So long, Marianne, Chelsea Hotel o The tower of song, ese tipo de canciones que el público, arrobado, corea en los conciertos. En las ediciones venideras escucharéis bastantes otras piezas de la destacada discografía de Leonard Cohen, tanto en su propia voz como en versiones, todas excelentes, de otros intérpretes.

Para presentar la compleja traducción de sus, a veces, difíciles letras he elegido las versiones de Alberto Manzano, un gran conocedor de la obra de Cohen. Todas las de esta primera emisión han sido entresacadas del imprescindible libro Un acorde secreto, publicado por la editorial Celeste en 1996 (imagino que, dado el insensato sistema de publicaciones que guía nuestro mercado editorial, es bastante probable que su búsqueda en las librerías resulte infructuosa, a pesar de los escasos trece años transcurridos).

Un acorde secreto incluye en su portada, previo al título principal, otro lema, muy revelador: Leonard Cohen. Canciones y poemas. Y es revelador ese dualismo que se recoge en el antetítulo porque Leonard Cohen, aunque los años hayan limitado sus registros, no es sólo el cantante de voz profunda y seductora que todo el mundo conoce, sino un extraordinario, aunque a veces oscuro, poeta. Un poeta que empezó a publicar versos en 1956, once años antes de que se decidiera a poner música a sus versos y grabara su primer álbum, el magnífico Songs of Leonard Cohen. Las dos vertientes de su personalidad artística, por otro lado no tan disímiles, no tan alejadas entre sí, se recogen en esta completa antología que os recomiendo vivamente y que reúne lo esencial de su obra publicada hasta la fecha de la presentación del libro, es decir, nueve volúmenes de poesía, diez discos y dos novelas que obviamente no se incluyen en él. En total, en Un acorde secreto se ofrecen al lector más de doscientos cincuenta poemas y canciones, en su versión inglesa original y en su correspondiente traducción al castellano, llevada a cabo ésta, como acabo de señalar, por el ubicuo Alberto Manzano, uno de los mayores especialistas españoles en la obra de Leonard Cohen. Sólo quedan fuera, por razones evidentes relativas al hecho de que el libro vio la luz, como os decía, en 1996, las letras de sus dos últimos discos de estudio, Ten new songs, de 2001 y Dear Heather, de 2004. Pero de estas dos postreras colecciones de canciones y de la poesía no cantada de Leonard Cohen ya hablaremos en programas posteriores.

Os dejo cuatro vídeos (no quiero abusar; hay, además, que reservar algunos para las próximas entregas) de otras tantas actuaciones del cantante. Lover, lover, lover, Avalanche, The future, y The partisan son cuatro de sus mejores composiciones que, sin embargo, no sonarán en ninguno de los programas de este septiembre (he debido seleccionar… ¡¡son tantas las canciones que me gustan!!). Lover, lover, lover aparece en un añejo programa de la RAI, en 1975. Avalanche está registrada en San Sebastián a finales de los ochenta, The future en una televisión inglesa casi diez años después, y The partisan, una pieza que él no escribió, en una interpretación en Estocolmo de hace sólo unos meses (la grabación es de una muy menguada calidad, pero, pese a todo, la belleza de la canción nos permite disfrutar), de modo que la serie muestra el progresivo y muy evidente deterioro físico del hombre y la sin embargo inalterada magia del artista.




Leonard Cohen. Algunos 'clásicos' desde la torre de la canción