martes, 14 de diciembre de 2010


LOS BEATLES SIN LOS BEATLES

Aunque siempre me he declarado stoniano (estuve en aquel concierto inigualable, más allá de la música, en el Vicente Calderón, en verano del 1982, y Aftermath, Their Satanic Majesties Request o Sticky fingers figuran entre mis discos preferidos de todos los tiempos), los Beatles han ocupado un lugar importantísimo en mi educación musical y aun sentimental. Entre mis catorce y mis dieciséis años escuché con devoción, con entrega casi religiosa, todos sus ‘elepés’ y su influjo, en las costumbres y en los valores, en lo trivial y en lo presumiblemente importante, en el modo de vestir y en el de ser -¡ay, aquella época hippie!-, formó mi personalidad, si es que la expresión no suena demasiado enfática (sí suena, pero es -pese a ello- verdad). Entenderéis, por tanto, que lleve preparando, desde hace meses, una edición de Buscando leones en las nubes vinculada al trigésimo aniversario de la muerte de John Lennon a manos de su disparatado seguidor Mark David Chapman. Os diré la verdad: Lennon siempre me cayó muy mal, con ese aire de santón laico, con sus opciones tan nítidas, tan obvias, tan sin claroscuros, tan -en el fondo- superficiales e infantiles en favor de la paz, el amor universal, todas esas causas nobles y vacías, su énfasis en los mensajes trascendentes, su Imagine insoportable -ese himno estomagante-, su estricta gobernanta japonesa. Siempre preferí la creatividad sin pretensiones de Paul, la ligereza gamberra de Ringo, el perpetuo segundo plano (o el tercero) de George, perdido en sus ensoñaciones místicas y orientalizantes. Otra confesión: desde su disolución como grupo, volví a comprar discos de cada uno de ellos por separado, el estupendo Ram de Paul y Linda McCartney, el Bangladesh de Harrison, el Photograph de Ringo y sus amigos, y tantos más... pero nunca pude con Lennon. Y ahora, el aniversario de su desgraciada y lamentable tragedia va a recuperar la versión más absurdamente beatífica de su figura, millones de fans babeando ante el mito elevado a los altares de no se sabe qué ridícula religión. En fin, de nuevo, mis filias y mis fobias; de nuevo, los recuerdos del pasado.

Ese 8 de diciembre de 1980 (yo llevaba un par de meses trabajando, perdonad que vuelva a mi propia historia personal; jovencísimo, había obtenido mi primer destino como profesor en Salamanca; era aún un inocente muchacho, si exagero un poco, aunque no creáis que tanto. Recuerdo el estremecimiento, el impacto emocional que me produjo la noticia cuando de camino a mis clases, de buena mañana, uno de mis alumnos, compungido, me la comunicó), ese 8 de diciembre, decía, además de acabar una era, se hizo definitivo e irreversible lo que ya era un hecho desde diez años antes: los Beatles no existían como grupo y jamás volverían a estar juntos. He querido enfatizar ese hecho ofreciendo la voz autónoma de cada beatle, seleccionando doce canciones, tres por cada uno de los miembros de la banda de Liverpool, (incluyendo, cómo no, para cerrar la emisión, el inevitable y previsible tostón: la sólita Imagine) que no sólo me hicieron compañía y llegaron a entusiasmarme durante los setenta (no me refiero, por supuesto, a las canciones del ‘comprometido’ santo), sino que, mientras sonaban, en su arrebatada escucha, lograron hacer creer de modo benévolo a mi ya entonces intensa componente nostálgica que la irremediable desaparición de los Beatles no era del todo cierta y que aún cabría el milagro de su reagrupamiento.

En la vertiente literaria del programa os ofrezco, algo retocado para adaptarlo a su emisión radiofónica, un cuento escrito por Andrés Neuman, titulado Cómo maté a John Lennon, incluido en 22 escarabajos. Antología hispánica del cuento beatle. La versión íntegra del cuento, que incluye numerosos fragmentos en inglés de canciones de Lennon y los Beatles, muy oportunamente integrados en el texto y sin embargo extirpados sin contemplaciones por mí para lograr acomodarme a la hora de programa (objetivo no conseguido), podéis leerla en la página de Vuelta de tuerca, una revista literaria colombiana.

22 escarabajos es una recopilación, publicada por Páginas de Espuma, de veintidós relatos debidos a la pluma de otros tantos escritores españoles e hispanoamericanos, en los que de manera principal y expresa, o de un modo algo más lateral y menos evidente, los Beatles están presentes en la narración. Con la excepción de Leopoldo Marechal, que vino al mundo en 1900, todos los demás son escritores generacionalmente vinculados entre sí, nacidos entre 1961 y 1978, habiendo estado sometidos, por lo tanto, a una educación musical y sentimental, influida por los Beatles. La edición se debe al escritor español Mario Cuenca Sandoval, que además de incluir un cuento suyo en la antología, realiza un interesante estudio preliminar. Los cuentos se organizan en tres capítulos ordenados por un criterio más o menos temático. En el primero, de título Yesterday, se incluyen lo que el editor llama relatos sentimentales, que rezuman una evidente melancolía por los días del pasado que ya no volverán. Hipólito Navarro, Fernando Iwasaki o Marcelo Figueras forman parte de esta primera sección. En la segunda, Los Beatles posmodernos, las narraciones se desenvuelven en el territorio de la ficción a partir de la realidad: son cuentos, como los de Leopoldo Marechal, Xavier Velasco o Care Santos, en los que descubrimos, por ejemplo, a un robot en construcción con la apariencia de Ringo, o nos encontramos con un relato de fantasmas con aliento de ultratumba, entre otros futuristas experimentos similares. El tercer capítulo se presenta bajo la rúbrica Yo soy la morsa, título de una reveladora, aunque no demasiado conocida, canción de la última etapa de los de Liverpool. Aquí aparecen relatos apócrifos, es decir, se presentan algunos de los elementos del universo beatle, pero desplazados, ubicados en circunstancias hipotéticas, aunque verosímiles. Son los casos, entre otros, de Rodrigo Fresán o del propio Andrés Neuman. En fin, un libro indispensable para muy fanáticos y meramente curioso para quienes no lo sean.

Y si el leitmotiv de la emisión, que recoge su título, es el de los Beatles sin los Beatles, mantengo en cierto modo esa pauta en la sección de vídeos. Cuatro canciones, tres grabadas en vivo (el It don’t come easy de Ringo y su tropa algo freaky; Bangladesh, de George, entre terribles imágenes de la tragedia en el país asiático, en aquel impresionante concierto benéfico de 1971; Too many people -seguida de She came in through the bathroom window-, de Paul) y una versión de estudio, The ballad of John and Yoko, el último sencillo de los Beatles (aunque ni George ni Ringo intervinieron en él) que alcanzó el número 1 en las listas británicas y el último, creo, que compré del grupo (me parece recordar que un single costaba entonces -hablo de 1969 o 1970- 60 pesetas, no llega a 40 céntimos de euro); obviamente, dado el título, la canción se aviene perfectamente con el contenido del programa y constituye un cierre muy adecuado, a mi juicio, de la emisión.




Los Beatles sin los Beatles

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Corto... muy corto me ha parecido el programa. Cuando me he querido dar cuenta se acabó...

Me encanta como has complementado texto y música.
¡Fenomenal Alberto!... si te sirve de algo me pongo a escucharla de nuevo...

Magnífico programa, magnífico blog...
Hasta la próxima semana.

Anónimo dijo...

¡Que bonito Alberto, que bonito!
casi lloro...
y la delicadeza con la cual los has leído.
Gracias por alegrarme los Lunes ;)

Anónimo dijo...

¡Que tiempos aquellos¡.
Aunque no viví la época hippie,ni la época de los BEATLES en su apogeo,tengo recuerdos maravillosos de una época en la que aun sonaban los BEATLES que coíncidio con mis primeros años de carrera universitaria.Aunque suene raro ,conservo algún lps (singles)de los BEATLES (tocadisco incluido) que cambie a un compañero de facultad por un radiador.

Alberto San Segundo dijo...

De nuevo, muchas gracias por vuestra participación (impagable la historia del canje Beatles/radiador).

Celebro que os gusten los programas.

Un saludo