martes, 7 de septiembre de 2010


VENTANAS DE MANHATTAN

Empieza un curso más de Buscando leones en las nubes. Comienza una nueva temporada, la duodécima (la tercera con este blog activo), y desde aquí os doy mi más agradecida bienvenida. Espero que sigáis manifestando la misma atención e idéntica fidelidad que las mostradas hasta ahora.

En las ediciones de este mes de septiembre, y en tanto dura la provisionalidad en la emisora, hasta el comienzo general de la programación regular, lo cual tendrá lugar, probablemente, a principios de octubre, vamos a recuperar una serie de cuatro programas especiales, cuatro monográficos, que dedicamos, hace algunas temporadas y con ocasión de los ataques a las Torres Gemelas, de los que estos días se cumplen nueve años, a la ciudad de Nueva York. Se trata de programas que tenían, que tienen, en tanto los he reelaborado ahora para su nueva emisión, a Nueva York como protagonista principal en las dos dimensiones, la musical y la literaria, habituales en Buscando leones en las nubes.

En la edición de esta noche el hilo argumental -en los textos- lo constituye la lectura íntegra de un artículo de Antonio Muñoz Molina que con el título de Paseo por la ciudad fantasma se publicó en el diario El País al día siguiente de los atentados. El artículo, junto con otros textos de parecidos estilo e intención, se incluyó después, en 2004, en el libro Ventanas de Manhattan, publicado por la editorial Seix Barral. Se trata de un libro magnífico, que aunque no es una novedad literaria sí tiene, en cambio, en estos días de septiembre, una especial vigencia y puede ser leído hoy desde una perspectiva muy actual. Ventanas de Manhattan, teniendo como protagonista principal a la ciudad de Nueva York y no estrictamente al ataque terrorista que destruyó las Torres Gemelas en el World Trade Center, sí se centra, sin embargo, en una parte importante de su desarrollo, en los efectos que produjo en el propio Antonio Muñoz Molina, pero sobre todo en la ciudad y en el mundo en general, el brutal atentado, por lo que hoy, cuando estamos recordando el noveno aniversario de aquel infausto 11 de septiembre, su lectura puede resultar, como os digo, especialmente interesante y significativa.

Ventanas de Manhattan es un híbrido, una mezcla de novela, reportaje periodístico, documento sociológico, libro de viajes, diario, y hasta, si se me apura, ensayo histórico. Antonio Muñoz Molina, trasmutado en personaje, nos describe la ciudad, se pasea por ella, por sus gigantescos edificios, nos muestra sus iconos emblemáticos, nos descubre, con su habitual prosa evocadora y envolvente, sus rincones más desconocidos, también los más comunes y frecuentados por los turistas, nos presenta a sus gentes, nos acerca sus tesoros culturales y artísticos, nos contagia su atmósfera, nos enseña su paisaje geográfico, pero también el sentimental, el emotivo, el espiritual, nos hace partícipes de su ritmo, de su música…

Leyendo el libro nos encontramos, como digo, con el Nueva York archisabido, el que forma parte ya de la memoria colectiva de las gentes, el de las películas y la publicidad y las series televisivas, el gran mito del siglo XX: los hormigueantes taxis amarillos, las escaleras de incendios, las nubes de vapor que ascienden de los abismos del metropolitano, los policías arquetípicos, la diversidad racial y cultural, la profusión de rascacielos, el puente de Brooklyn, la estatua de la Libertad, el Central Park, Broadway y Brooklyn, Harlem y el Bronx, los grandes museos. Pero Muñoz Molina nos pone en contacto también con otro Nueva York, quizá más real, o al menos tanto como el consabido: gentes anónimas que deambulan por la ciudad, pequeños jardines recoletos, mercadillos, bazares, puestos callejeros, calles secundarias de barrios oscuros, la cotidianidad más prosaica del ciudadano medio.

Pero en realidad Ventanas de Manhattan no habla sólo de estos dos Nueva York, el tópico de las postales y el realista de la vida diaria de sus habitantes, pues hay muchos Nueva York, y todos aparecen en las páginas del libro: el de la cultura, la arquitectura, las obras de arte y los museos; el de la literatura, las referencias de novelas y escritores que se han ocupado de la ciudad; el de los inmigrantes de mil y una nacionalidades; el nostálgico de sus amigos españoles, el actor Javier Cámara, los escultores Manolo Valdés o Francisco Leiro, el científico Valentí Fuster…; el de la música, los clubes de jazz, las salas de concierto, los teatros que albergan lo mejor de la música clásica, los músicos callejeros; y claro, como podrá percibirse en el programa, también el Nueva York del 11 de septiembre, del cual es Muñoz Molina testigo privilegiado, y a cuyo impacto en la ciudad dedica algunas excelentes páginas.

Del mismo modo, la música del programa tiene también a Nueva York como centro, como núcleo principal. Se trata de canciones en las que la gran metrópoli, sus gentes, sus calles, sus símbolos, sus miserias y sus glorias, la soledad y el bullicio, las decepciones, los fracasos, el entusiasmo de sus habitantes son los protagonistas. Concretamente, en la emisión de anoche, han sonado Laura Nyro, Simon y Garfunkel, Ralph McTell, Bob Dylan, Chris de Burgh, Bruce Springsteen, Jim Croce, Jon Mark con Johnny Almond, Cristopher Cross y Billy Joel, clásicos absolutos todos ellos, que recrean la ciudad en la que viven, la ciudad en la que sueñan, también un Nueva York inventado, un Nueva York imaginado, evocado, soñado.

Para la sección de vídeos he elegido esta vez imágenes de Nueva York en lugar de música sobre la ciudad. Se trata de una serie de cuatro vídeos aparentemente institucionales, aunque desconozco su origen y su autoría últimos. En cualquier caso incluye imágenes espectaculares, de una gran calidad, de los principales enclaves de la inmensamente atractiva capital del mundo.




Ventanas de Manhattan

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