viernes, 15 de julio de 2011


MAYO DEL 68. FILOSOFÍAS DEL UNDERGROUND

Para la segunda entrega de la serie -recuperada de las emisiones de hace algunos años- dedicada a nuestra peculiar celebración de los 40 años de mayo del 68, he elegido un enfoque algo más ‘consistente’ que el de hace siete días. Si la semana pasada, sobre el fondo sonoro de las canciones de la época, os mostraba algunas de las reflexiones -intuitivas, espontáneas y casi siempre magníficas- plasmadas en las pintadas, en los grafitis de la capital francesa, el programa de hoy quiere haceros llegar un planteamiento, como digo, de mayor enjundia, más meditado, de mayor hondura. Mayo del 68, más allá de los acontecimientos de las calles parisienses, fue el punto más alto de una explosión universal, de un fenómeno planetario que convulsionó la sociedad francesa, claro está, pero también las de Alemania y Japón, Estados Unidos y Checoslovaquia y hasta México e incluso España, la católica, aburrida y férreamente reprimida España de Franco. Y ese pronunciamiento generalizado, esa juvenil revuelta global fue, en palabras de Fernando Savater, sobre todo -al margen de sus indudables perfiles políticos-, una rebelión contra la grisura de la vida cotidiana, monótona y productivista; una sublevación contra la violencia institucional de los estados y contra la tarea de domesticación y adocenamiento llevada a cabo en las aulas; una solidaridad activa con las víctimas de la explotación y la desigualdad, vietnamitas, negros, obreros industriales; un hartazgo radical y generalizado del maniobrerismo acomodaticio de los partidos políticos de izquierda, burocráticos, autoritarios e ineficaces para conseguir cualquier objetivo que no fuese la perpetuación más o menos maquillada de lo mismo; fue en una palabra, lo que se llamó en aquellos días el Gran Rechazo.

Pues bien, la emisión de Buscando leones en las nubes que ahora os ofrezco constituye un intento de trasladaros -más allá de los estrictos límites del fenómeno parisino- al ambiente en el que se desenvolvía la juventud de entonces, un intento de recrear la atmósfera de aquel impulso colectivo que se quiso -con más o menos éxito, esto es obviamente discutible, y más desde la perspectiva actual- un movimiento emancipador. Para ello podréis escuchar textos que se relacionan de un modo u otro, abierta o tangencialmente, con las ideas, con el espíritu de la época. Un espíritu alguna de cuyas manifestaciones ha perdurado, ha extendido sus efectos hasta nuestros días. Así, aparecerán -en una mezcolanza aparentemente dispersa- varios de los grandes temas que formaban parte del ideario -del confuso y heterogéneo y algo asistemático ideario- de todos esos fenómenos de rebeldía -de revolución incluso- que coexistieron en aquellos días: propuestas políticas cargadas de utopía, las promesas presuntamente liberadoras de las drogas, la búsqueda del propio yo, de una identidad más auténtica, el viaje como experiencia vital, la apertura a Oriente, la iniciación mística, el hippismo y los beatniks con su programa/antiprograma de música, flores y paz, y tantos otros rasgos distintivos de aquella época, de aquella Década (con mayúsculas) que no sin razón fue calificada como Prodigiosa. Muchos de esos textos están extraídos de un libro de 1977, que yo leí con devoción religiosa en aquellos días y que ahora consulto en mi ajada edición de Anagrama, Filosofías del underground, de Luis Racionero. En él se dan cita las diversas corrientes de pensamiento que constituían la base filosófica del mayo francés y fenómenos adyacentes, con tres líneas principales (y cito la jerga algo anticuada de la propia contraportada del libro): las filosofías de tipo individualista, románticas, anarquistas y amorales que culminan en Hesse; las filosofías orientales, que más allá de collares y poses, han influido seriamente en el underground al darle una visión alternativa del mundo, basada en flujo y transformación en vez de la inmutabilidad griega y las dualidades judeocristianas; y, por último, las filosofías psicodélicas, nacidas de los experimentos realizados con sustancias que cambian las conexiones cerebrales y que confirman la existencia de diferentes estados de consciencia, planteando un relativismo de la realidad en contra del dogma positivista de la inmaculada percepción. De hecho, todas estas filosofías son irracionales, cuestionan el monopolio del racionalismo como único método de conocimiento y reflejan la lucha del underground contra la razón convertida en gendarme al servicio de las clases dominantes; dominación mucho más perversa y sutil que la física, que no necesita de policías ni cárceles, porque está en el interior del propio cerebro. En fin... qué tiempos aquellos...

Por el libro desfilan, en una mezcla indiscriminada, Herman Hesse y Platón, William Blake y Patanjali, el Don Juan de Castaneda y Lord Byron. En el programa, en cambio, algo más abierto en su selección, aunque igualmente idealista, utópico y probablemente desfasado, podréis escuchar las palabras de algunos de los gurús de la contracultura, escritas en distintas épocas, tanto previas como posteriores al propio 1968, por Gary Snider, Daniel Cohn-Bendit, Allen Ginsberg, Carl Gustav Jung, Arthur Mendel, William Burroughs, Herman Hesse, Deitaro Suzuki, Richard E. Farson, Kabir, Jack Kerouac, el propio Luis Racionero, Erich Fromm y un texto final del Tantra Shastra.

De modo que, insisto una vez más, preparaos a ver aflorar en el programa un batiburrillo de ideas e imágenes en el que coexisten las largas cabelleras de los hippies, sus perfumes y sus flores, la lucha contra la jerarquización y la revocabilidad de los delegados y representantes, el desesperado aullido provocado por la droga, la propensión al riesgo y la rebelión contra toda forma de prohibición, tanto la externa como también la nacida de nuestro interior, la defensa del ocio gozoso frente al productivismo alienante, la apuesta por el libre fluir de la espontaneidad contra la rígida represión de la vida social, los reveladores acertijos del zen, la ética del amor frente a la agresividad y la competencia capitalista, la reivindicación del cuerpo y el placer como únicas fuentes de sabiduría, el viaje -en todas sus dimensiones- como forma de vida: la carretera y la inyección mágica, Easy Ryder y El almuerzo desnudo, la visión y la búsqueda del paraíso en la tierra contra la promesa insatisfactoria y diferida de las religiones, la impotencia del individuo y sus más genuinos valores ante la exhaustiva e irremisible organización economicista y empresarial del mundo...

Y todo ello entre canciones publicadas en 1968, rezumando un inequívoco aire de la época, muchas muy conocidas y que aún resultan identificables cuarenta años después, la mayoría provocando mi nostalgia al escucharlas, y todas excelentes. Sus intérpretes, grandes nombres de la música popular: Love, Eric Burdon & The Animals, Arthur Brown, Steppenwolf, The Who, Jimi Hendrix, Aretha Franklin, The Doors, Donovan, Sly & The Family Stone, Canned Heat, Diana Ross & The Supremes, T. Rex y Stevie Wonder.

Para alimentar el debate sobre los paralelismos y las diferencias entre un mayo y otro, el parisino de hace cuarenta años y nuestro actual 15-M, os dejo tres nuevas aproximaciones: en primer lugar, una vez más, una esclarecedora viñeta de El Roto que acompaña esta entrada. Además, dos artículos, más ceñidos al movimiento ‘indignado’ que al fenómeno sesentayochesco: el primero, El 15-M: defensa radical de un moderado, escrito por Joan Romero, y el segundo, Descifrando la indignación, publicado por José Ignacio Wert. Por otro lado, un luminoso ensayo, que contiene interesantes ideas sobre la pervivencia y los efectos del Mayo del 68 sobre nuestros valores y nuestra actual manera de concebir la existencia, es Ejemplaridad pública, de Javier Gomá, del que ya di cuenta en una reseña entregada y entusiasta en mi otro blog.

Para la sección de vídeos, una larga y muy bien documentada película, El espíritu de mayo del 68, de William Klein, protagonista directo de los hechos.



Mayo del 68. Filosofías del underground

3 comentarios:

"salakot" by Carlos Montenegro dijo...

Has tocado todas las teclas, vaya compilación. Enhorabuena. Aparte de momentos musicales compartidos han subido a mi memoria las imágenes en blanco y negro de los polis con escudos corriendo entre humos por las calles de Paris, después literatura de viejos topos (tan viejos como nosotros -es broma, los dos hablamos de oidas :) -), ajoblancos, chistes de hermanos lobos, gaiolas obertas o canards enchaines...
Qué tiempos !! Yo no voy a entrar en los enlaces del 15M porque viéndolo al paso en sol ya tengo bastante "actitudes ante la vida vs proclamas" veo que sólo es un reflejo anacrónico de aquello. Hoy, Mayo del 68 no se mostraría como el 15M, debe haber, hay, otras formas. Una opinión.

Anónimo dijo...

Muy interesantes los programas.Gracias por seguir ahí en vacaciones.

http://www.20minutos.es/noticia/1109671/0/savater/15-m/estupidez/

Feliz verano!

Alberto San Segundo dijo...

Gracias, Carlos, por tantos post-mayos compartidos...

Estupendo el enlace, Anónimo; Savater, como siempre, magnífico.

Un saludo a todos