martes, 17 de diciembre de 2013


NO PUEDO VIVIR SIN TI

Esta semana dedicamos nuestro programa, una vez más, al amor. Termina este 2013 y el fin del año es una buena ocasión -cualquiera lo es- para presentaros aquí diversas aproximaciones al arrebato romántico, a la pasión amorosa, a los encantos y el dolor, al entusiasmo y la amargura, a la ilusión y la desesperanza que nos envuelven cuando amamos y somos correspondidos o rechazados -y a veces ambas cosas a la vez. De manera que en la emisión escucharéis doce poemas engarzados entre otras tantas canciones, todos, unos y otras, de temática amorosa. Javier Salvago, Idea Vilariño, Juan Antonio Masoliver, Juan Luis Panero, Luis Alberto de Cuenca, Roque Dalton, Pablo Neruda, Eugénio de Andrade, Darío Jaramillo Agudelo, Cristina Peri Rossi, Abelardo Linares e Isabel Rodríguez Baquero son los autores de los versos. Coque Malla con Anni B. Sweet, Vanessa Paradis, Veronica Mortensen, Cat Power, Gabrielle Aplin, Georgia, Solveig Slettahjell, Petra Haden, Mariecke Borger, Louis Garrel con Clotilde Hesme, Vanessa da Mata y Jimmy Scott con su estremecida versión del clásico de Prince que popularizó Sinéad O’Connor, Nothing compares to you, conforman la propuesta musical del programa.
 
Como cierre a este breve comentario, un magnífico poema de Jorge Luis Borges, El amenazado, que tengo el vago recuerdo de haber ofrecido aquí en alguna otra ocasión -mi memoria, cada vez más frágil- y que habla, claro está, con belleza y emoción inigualables, del amor. El poema apareció en el libro El oro de los tigres, de 1972.
 
El beso, de Gustave Klimt, con toda su carga de ternura, erotismo, sensualidad y dulzura, sirve de ilustración a esta entrada.
 
 
 
El amenazado
 
Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.        

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?            

Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo.           

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.                   

Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.                                        

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.                

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.             

Ya los ejércitos que cercan, las hordas.            

(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)               

El nombre de una mujer me delata.              

Me duele una mujer en todo el cuerpo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...


"La cobardía viene de no amar,o no amar bien,que es lo mismo."

http://www.youtube.com/watch?v=UuxJOK3WeYQ

Un saludo,Alberto

Marga

Alberto San Segundo dijo...

Gracias, Marga... y sí, Hemingway tiene razón... ¡¡pero qué cobardes somos casi siempre!!

Un saludo