martes, 25 de febrero de 2014


NOIR

Hay una tradición en Buscando leones en las nubes que se viene repitiendo desde hace años con muy pocas excepciones y que consiste en hacer coincidir la ceremonia de entrega de los Oscars correspondiente a cada temporada con una emisión alusiva al mundo del cine. El próximo 2 de marzo los emblemáticos premios hollywoodienses llegan ya a su octogésima sexta edición y desde aquí hemos confeccionado un programa muy particular centrado en un interesante género cinematográfico, el “noir”, las películas de gánsteres y detectives, de policías y criminales, el thriller, el cine negro, en suma.
 
Para ello he seleccionado dieciséis frases que se escuchan en otras tantas películas del género, casi todas grandes clásicos, la mayor parte de las cuales han sido entresacadas de un libro esencial sobre la materia, Noir, escrito por el controvertido aunque para mí indispensable -como divulgador y crítico, no tanto como director- José Luis Garci. Un libro, cuya segunda edición revisada publicó la editorial Notorius en septiembre de 2013, del que podréis leer (a partir de mañana) una amplia reseña en el blog correspondiente a mi otro programa en Radio Universidad, todosloslibrosunlibro.blogspot.com. En los fragmentos escogidos pueden apreciarse, siquiera de un modo tenue, algunos de los principales rasgos del género: los diálogos descarnados, las réplicas rotundas, el acerado ingenio, la frialdad sentimental, el alcohol como refugio y sufrimiento, la mujer, siempre femme fatale, encarnación del mal y camino de perdición, la irremisible traición y el aciago destino, el cínico escepticismo como actitud ante la vida, el descreimiento en el amor pese a la vivencia (o a causa de ella) de su agridulce condena, el fracaso existencial, la soledad como condición última del hombre, y todos esos tópicos, espléndidos y evocadores tópicos, del cine negro.
 
Las películas en las que podéis encontrar los textos seleccionados son El parador del camino de Jean Negulesco; Agente especial, dirigida por Joseph H. Lewis; Born to kill de Robert Wise; Cry danger cuyo realizador fue Robert Parrish; La casa número 322 de Richard Quine; Atraco perfecto, la primera película de Stanley Kubrick; Doña Diabla, de Tito Davison; Perdición (Double Indemnity), quizá la mayor joya del género, debida al genio de Billy Wilder; Corazón de hielo de Gordon Douglas; Los sobornados, un gran titulo de Fritz Lang; El padrino, la obra maestra de Francis Ford Coppola; Retorno al pasado, también genial, de Jacques Tourneur; Fuego en el cuerpo, un clásico moderno dirigido por Lawrence Kasdan; Envuelto en la sombra, de Henry Hathaway; El halcón maltés, la confusa, fallida y sin embargo espléndida obra de John Huston; y El extraño amor de Martha Ivers, dirigida por Lewis Milestone.
 
Y entre los evocadores fragmentos han sonado las casi siempre melancólicas voces de Anita Ellis, Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Benny Carter, Claudia Drake, Chet Baker, Jo Ann Greer, Leith Stevens, Jo Stafford, Illinois Jacquet, The Jazz at the movies Band, Jane Russell, Jack Sheldon, la banda de Duke Ellington con Johnny Hodges al saxo, Lizabeth Scott y Dooley Wilson, interpretando piezas que en su versión original -la escuchada en el programa en la mayor parte de los casos- aparecieron en películas tan fundamentales del cine negro como Gilda, de Charles Vidor; Blue Gardenia, otra estupenda obra de Fritz Lang; Pete Kelly’s blues, de Jack Webb; Jennifer, dirigida por Joel Newton; Detour, otra obra maestra de Edgar G. Ulmer; This world, then the fireworks de Michael Oblowitz; la no muy conocida y sin embargo espléndida La dama de Trinidad, que realizó Vincent Sherman; Infierno 36, un thriller de Don Siegel; otro clásico, La senda tenebrosa, dirigida por Delmer Daves; la serie de Mike Hammer, con diversos realizadores; el primer El cartero siempre llama dos veces, la fundamental película de Tay Garnett; Macao, otra película indispensable dirigida por Josef von Stenberg y Nicholas Ray; El largo adiós, de Robert Altman, con un Robert Mitchum inconmensurable; Laura, otra cima del cine negro, debida a la maestría de Otto Preminger; Ciudad en sombras, de William Dieterle; y por fin, la inevitable Casablanca, el clásico de Michael Curtiz en el que suena As times goes by, en la algo doliente voz de Dooley Wilson, con el triste tarareo previo de la inolvidable Ingrid Bergman, en una secuencia -y su coda algo extendida- que os dejo para poner fin a esta entrada.
 

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