martes, 6 de diciembre de 2022


MI PADRE LEE EN VOZ ALTA 
 
El pasado 28 de octubre, Juan Mayorga recibió el Premio Princesa de Asturias de 2022 en la categoría correspondiente a las Letras. Con esa excusa, en mi otro programa en la emisora universitaria salmantina, Todos los libros un libro, os presenté, un par de días antes de la celebración del acto de entrega del galardón, una amplia reseña del libro Teatro 1989-2014, que, publicado por la segoviana editorial La Uña Rota recoge lo esencial de la obra del dramaturgo madrileño, la veintena de piezas “largas” escritas en el segmento temporal mencionado por el prolífico filósofo y matemático ahora premiado. La Uña Rota acoge también, en sendos volúmenes, sus obras breves, en Teatro para minutos, y sus artículos, ensayos y conferencias, en Elipses, además de, en otros libros, sus creaciones posteriores al año de cierre de su libro central. 

Como señalé en mi comentario de hace poco más de un mes, el teatro de Mayorga es un teatro ideológico, que denuncia las maniobras del poder, la violencia de nuestras sociedades, las estrategias del dominio y la manipulación; un teatro comprometido, crítico, experimental, incómodo, que provoca y cuestiona, que enfrenta al espectador con los grandes asuntos de la existencia; un teatro que busca, y se encara, con el conflicto; un teatro especulativo, intelectual, reflexivo; un teatro culto, con infinidad de referencias, explícitas y escondidas: los clásicos griegos, Shakespeare, Calderón, Strindberg, Chéjov, Beckett, Walter Benjamin, Ionesco, Lorca, Kafka, la Filosofía, las Matemáticas; un teatro que reivindica la libertad frente al poder, la historia y la memoria, el arte y la crítica, el individuo y lo colectivo; un teatro histórico, que pone el foco en ciertos momentos “decisivos” de nuestro pasado reciente para iluminar con ello el presente; un teatro denso, complejo, a veces algo abstruso, en el que la metáfora cobra un valor decisivo, en el que los vínculos con otros textos, con otros autores, dan profundidad a sus obras, que, por tanto, no quedan siempre al alcance de cualquier lector o espectador; un teatro austero, despojado, que no exige montajes desbordantes ni grandes espacios, al que le bastan un escenario sobrio, algunos muebles, una escenografía elemental; un teatro de la palabra y, también, del silencio. Un teatro, en definitiva, inteligente, lúcido, lleno de interés y muy estimulante. Os remito a mi crítica de entonces, que podéis encontrar en el blog del programa -todosloslibrosunlibro.blogspot.com- para completar mi acercamiento al dramaturgo y su obra. 

Como cierre a las veinte piezas teatrales compiladas en el voluminoso libro, Mayorga presenta, con el título de A modo de epílogo: Mi padre lee en voz alta, un breve texto en el que defiende la necesidad de los libros y de la lectura, en particular la de obras teatrales, en las escuelas, en una evocación de su infancia, marcada por la presencia de los libros en la biblioteca paterna y en la lectura en alta voz de algunas obras que influyeron en su vida entera y su posterior experiencia como creador teatral. 

Es este texto el que integra la emisión de esta noche, que os ofrezco dividido en diez fragmentos que aparecen acompañados de otras tantas canciones, muchas de ellas versiones de temas bien conocidos de la música popular de las últimas décadas, todas recogidas e intimistas, perfectas, a mi juicio, para disfrutar de las sabias palabras de Juan Mayorga. Sus intérpretes son Bill Callahan, Lianne La Havas, Imani, Quatuor Ébène con Stacey Kent, Lotte Kestner, Stranded Horse, Jorja Smith, Maysa, Fatoumata Diawara y Valerie June que recrea el clásico de Nick Cave, Into my arms.

Mi padre lee en voz alta

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