martes, 14 de noviembre de 2023


DURMIENDO EN LA COLINA 

Desde el pasado 1 de noviembre y con ocasión del Día de difuntos, vengo ofreciéndoos, en mi otro espacio de Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, una serie de reseñas sobre libros de tema “fúnebre”, que tienen como centro la muerte, los cementerios, las lápidas, las sepulturas. Así, a lo largo del ciclo, he presentado, en las dos semanas precedentes, Una tumba con vistas, de Peter Ross y Alguien camina sobre tu tumba, de Mariana Enriquez, y cerraré la serie pasado mañana con Tumbas de poetas y pensadores, de Cees Nooteboom, Diccionario de últimas palabras, de Werner Fuld, y la magistral Antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters. 

Con respecto a este último título, en octubre de 2015 y con la excusa del centenario de la publicación de ese clásico de la poesía estadounidense y, por extensión, universal, ya os ofrecí aquí, en Buscando leones en las nubes, dos emisiones dedicadas al libro, que ahora quiero recuperar coincidiendo con mi reseña en Todos los libros un libro. Como suele ser habitual en Buscando leones en las nubes no hay tiempo suficiente para hacer aquí una introducción detallada que presente con profundidad y con un mínimo rigor los distintos enfoques que contemplamos al elaborar un programa, que dé pistas para una mejor comprensión de los textos leídos o para centrar convenientemente la música que os ofrezco. Os remito a la antedicha reseña y me limito a señalar ahora que Edgar Lee Masters da voz, en su recopilación, a cerca de doscientos cincuenta personajes originarios de Spoon River, un pueblo ficticio, aunque basado en su lugar de origen, Lewiston, efectivamente bañado por el río Spoon, en Illinois. Quienes hablan son hombres y mujeres que ya han fallecido y permanecen enterrados en el cementerio local, en La colina, The hill, que da título al primer poema de la serie y que será también el primer texto que hoy os leeré. 

En realidad, lo que nos encontramos en el libro son los epitafios de estos ciudadanos, el texto que figura en sus lápidas mortuorias y en el que los hablantes se presentan, muestran aspectos significativos de su existencia, desvelan secretos que habían permanecido ocultos, se rebelan contra la visión convencional o consabida de sus personalidades, confiesan sus miserias o las de sus conciudadanos, acusan o se vengan de manera póstuma de quienes les han dañado o perjudicado en vida, gritan, suspiran, protestan, ironizan, se indignan, dialogan entre sí, se insultan, denuncian, profieren alegatos o refutan lo que consideran enfoques subjetivos y parciales de sus vecinos. Escuchamos, pues, las voces de los muertos dirigidas a nosotros, los aún vivos, y al resto de los pobladores de Spoon River, y en ellas, en la libertad que deriva de lo inexorable de su acabada condición, detectamos los diversos registros de la inteligencia, la sentimentalidad y la emoción humanas, lo que convierte a Antología de Spoon River en un microcosmos que refleja la esencia de la naturaleza del hombre: la rabia, el sarcasmo, la ternura, la pesadumbre, el lamento, la amargura, el amor, la desesperación, la nostalgia, el dolor, la esperanza, la impotencia, la melancolía, la denuncia, el odio, los celos, la tristeza... 

Entre ambas emisiones serán veintisiete los poemas ofrecidos, que aparecerán entre piezas de blues de Chicago, pues aunque hay algunas estimables recreaciones musicales de la obra de Masters con orígenes diversos y en diferentes géneros, he considerado que siendo Illinois el estado al que pertenece el pueblo en el que se basa la antología, siendo Chicago su capital y el lugar en que pasó gran parte de su vida el propio Edgar Lee Masters, y siendo el blues un género que, a mi juicio, se aviene de maravilla con el clima que respira la obra, mi elección -pienso- resulta la más adecuada para poder disfrutar simultáneamente de textos y canciones. En el programa de esta semana suenan Robert Johnson, Junior Wells, Valerie Wellington, Willie Dixon, Muddy Waters, Lurrie Bell, Sonny Boy Williamson, Buddy Guy, Howlin’ Wolf, Jimmy Cotton, Otis Rush, Big Walter Horton y Jimmy Rogers. 

Durmiendo en la colina

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