martes, 16 de junio de 2009

HARUKI MURAKAMI. AL OTRO LADO

La propuesta literario-musical con Japón como protagonista principal, la miniserie nipona que inició Buscando leones en las nubes al comienzo de este curso 2008-2009, llega esta semana, con el año académico dando sus últimas boqueadas, a su término. El invitado estelar de nuestra emisión de ayer fue Haruki Murakami, el misterioso, fascinante, controvertido y genial escritor japonés.

Os contaré, antes de hablaros brevemente de la literatura de Murakami, mi peripecia personal en relación a su obra literaria. Siempre, desde que empezó a ser publicado en España, me había parecido un escritor demasiado raro. No soy yo un lector (ni una persona) dada a las fantasías, propendo al realismo, tengo poca imaginación y no me gusta demasiado (y por ello sobrellevo mal) la presencia en los libros y en mi vida de lo insólito, de las experiencias extrañas, de las aventuras algo místicas, de las apariciones fantasmagóricas (no me pronunciaré, por no llenar esta entrada de insultos, sobre las paparruchas paranormales). Por todo ello, por considerarlo peligrosamente ‘irreal’, me había negado reiteradamente a leerlo, pese a la cada vez más frecuente presencia de sus novelas en las librerías, en los suplementos culturales, en críticas y reseñas. Sólo la azarosa insistencia de mi amiga Elena Rodríguez (fiel seguidora del blog, aunque de escasas y muy medidas apariciones en él) me hizo decidirme por fin, hace unos tres años, a comprar Kafka en la orilla. No sólo superé mis reticencias antifantásticas, sino que me entusiasmó, desató en mí una auténtica fiebre Murakami (soy excesivo y apasionado: estos fenómenos de entrega ciega y algo alocada son muy frecuentes en mi vida). Compré y leí todos sus otros libros publicados en nuestro país (la iniciática y adolescente y musical Tokio blues, con su título original ‘beatleliano’: Norwegian wood; Al sur de la frontera, al oeste del sol; la monumental y desbordante Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; After dark, la última que ha visto la luz en España, que describe una noche en la frenética y acelerada vida de Tokio; los sorprendentes cuentos de Sauce ciego, mujer dormida; y aún me reservo Sputnik, mi amor para saborearla este verano), permanezco atento a sus novedades, recojo información sobre su persona y su obra, hago acopio de todas las canciones que cita en sus novelas y cuentos (de ello os hablaré luego), incluso viajé a Japón (no sólo por su influjo, bien es verdad), reconociendo su espíritu en las calles de Tokio… en fin, me he convertido en un fan (casi) incondicional de Haruki Murakami.

Y creo que ello es debido, precisamente, a esa imbricación de lo sorprendente, de lo mágico, de lo aparentemente imposible, de lo extravagante, con el realismo más común y usual, ello es lo que me llama la atención y lo que me hace especialmente atractivas sus novelas. Porque en todos sus libros suele haber una narración de fondo que podríamos denominar convencional en tanto que se nos cuentan historias, se nos describen vidas con un sustrato narrativo clásico, con una progresión lineal. Pero esto es sólo una primera apariencia que no supone lo más destacado de los diferentes textos, en los que hay, sobre todo, a partir de este entramado básico, una sucesión de efectos, de situaciones, de tramas, de digresiones, de intercalados, de añadidos que ya no responden a la lógica más previsible y que entran en lo que constituye uno de los rasgos típicos del estilo de Murakami, la amalgama de mundos paralelos: se entrecruzan ficción y realidad, aparecen sueños y visiones oníricas, el pasado, el presente y el futuro se confunden, se intercambian espacios, surgen relatos increíbles: uno de sus protagonistas puede hablar con los gatos; en el medio de una situación aparentemente normal, llueven, de manera inopinada, sardinas, caballas y sanguijuelas; un personaje vive encerrado en un pozo; los pájaros hablan; aparecen como seres reales entes de ficción como Johnny Walker (llamado Walken en una novela) o el Coronel Sanders, el icono de Kentucky Fried Chicken; uno de sus personajes femeninos (importantísima y muy intensa y atractiva la presencia de las mujeres en la obra de Murakami) protagoniza episodios dotado de una existencia aparentemente real y simultánea a los quince y a los cincuenta años; hay muertes horribles que quizá ocurren tan sólo en sueños; bosques de alucinación, callejones oscuros que dan paso a mundos inexplorados y misteriosos; y tantas y tantas otras manifestaciones de lo fantástico, de lo imprevisto, de lo sorprendente, de lo (repetiré el término) mágico, de una existencia muy fecunda y atractiva que se vislumbra, casi inadvertidamente, al otro lado. Y todo ello se desarrolla casi siempre en un escenario urbano, cosmopolita, extremadamente moderno, con multitud de referencias a marcas, a relojes Rolex y Casio, a coches Toyota, un escenario inequívocamente japonés, con los signos distintivos de esa cultura, la mitología, los símbolos tradicionales, pero también las calles populosas, los altos edificios, los jardines recogidos, con la singular comida, la extraordinaria gastronomía nipona, omnipresente en las novelas, como uno de sus elementos característicos. Un territorio literario también lleno de menciones al mundo occidental (ha sido criticado por eso por alguno de sus compatriotas), las melodías del jazz, los grandes nombres del pop y el rock de los 60 y 70, la música y la literatura clásicas, las tragedias de Shakespeare o Esquilo, los mitos griegos. Todo ello, esta aparente desordenada amalgama de elementos heteróclitos constituye, como digo, una de las más destacadas señas de identidad (que ciertamente lo acercan a la obra de otro ‘raro’, que se desenvuelve también con soltura en estos universos oníricos y en las fantasías surrealistas, el director David Lynch), de los rasgos definitorios de Murakami, un escritor formidable, capaz de crear mundos fascinantes; unos mundos eficazmente recreados en las estupendas versiones que Lourdes Porta, traductora habitual de Murakami, hace para la editorial Tusquets, que ha venido publicando hasta el momento toda su obra en nuestro país.

Los temas principales de Murakami, el amor, el sexo, la muerte, la identidad, la adolescencia, los sueños, aparecen entre infinidad de referencias a canciones. He recogido, durante mis lecturas de sus obras, decenas de citas de piezas musicales, sobre todo, como digo, de jazz y del pop y el rock de los sesenta y setenta. De entre todas ellas, he escogido las que constituyen la banda sonora del programa, con canciones, relativamente apacibles, para concordar con la atmósfera habitual de Buscando leones en las nubes, de Ella Fitzgerald, Lovin’ Spoonful, Stan Getz con Tom Jobim y Astrud y Joao Gilberto, Fleetwood Mac, Nat King Cole, los Beatles, Sam Cooke, Henry Mancini, Bob Dylan, Benny Goodman, Marvin Gaye, Miles Davis, Brenda Lee, Frank Sinatra y Brook Benton.

En la sección de vídeos hoy seré relativamente austero, os dejo tan sólo dos, aunque el segundo tiene trampa. En primer lugar, con el título Por falta de palabras, una recreación, muy breve pero preciosa, de uno de los cuentos de Murakami, Sobre encontrarse a la chica 100% perfecta una bella mañana de abril, que concentra de manera ejemplar alguna de las manifestaciones más relevantes del espíritu y la atmósfera de la obra del escritor nipón. El vídeo es una de las muchas maravillas surgidas de Imaginantes, un programa de divulgación cultural de Televisa, la emisora mexicana, que nos recuerda a todos, con esta extraordinaria propuesta, que hay muchas formas de hacer televisión y que caben proyectos imaginativos y brillantes y poéticos y llenos de belleza en ese medio al que por nuestra cómoda inercia, pero sobre todo por la burda y zafia avaricia de los mercaderes que normalmente los dirigen solemos asociar a griterío, incultura, bazofia, ordinariez y basura. Entrad en la página de Imaginantes y disfrutad de lo que con propiedad podemos llamar televisión de calidad, la televisión del futuro (como se obstina en subrayarme mi optimismo natural).

Y hablando de calidad en televisión, mi segunda oferta del día se concentra en un programa emitido por Cuatro el veinticuatro de mayo pasado, una emisión de Callejeros viajeros en la que Tokio fue el protagonista principal de casi una hora de excelente televisión. Os dejo el programa íntegro en seis vídeos consecutivos que requieren tranquilidad y tiempo para degustarlos pero que transmiten, si os decidís a verlos, una imagen muy completa de lo que es Tokio, con la ventaja añadida de que la perspectiva de la vida tokiota la ofrecen ciudadanos españoles que viven en la capital nipona. Un visión fidedigna de Tokio, pues, y una fórmula estupenda para, desde vuestras casas, adentraros en los escenarios de la obra de Murakami.




Haruki Murakami. Al otro lado

14 comentarios:

Alberto San Segundo dijo...

Como coda a la entrada de ayer, os dejo hoy el enlace a la página de mi buen amigo Carlos Montenegro (lo somos -amigos- desde los quince años; por si pretendéis reincidir, os aviso que no volveré a tolerar en este blog estériles polémicas sobre la edad; espero zanjar de una vez estas inútiles disquisiciones: lo de Carlos y mío han sido, hasta ahora, ochenta y tres años de cariñosa y fecunda amistad): http://www.salakot.com/.
Encontraréis en esa desbordante página infinidad de fotografías viajeras, excelentes todas, con una copiosa (¿miles?) e interesantísima variedad de ellas dedicadas a Japón. Entrad, demoraos en la visita a la página y, sobre todo... ¡¡¡disfrutad!!!

Anónimo dijo...

Me ha encantado este programa, por lo imprevisto y fascinante... enorme el laberinto interior...
He de decir que Tokio es una de esas ciudades que necesito imperiosamente visitar en algún momento de mi existencia, quien sabe cuando...
Por cierto, me he demorado y mucho, en la página de su amigo, videos con imágenes y música preciosas.

Saludos!

Víctor

"salakot" by Carlos Montenegro dijo...

Hola.
Gracias por tus comentarios y sobre todo por quitarme unos años de encima. Aunque clar, sé que lo haces porque como todo el que nos conoce sabe -y tú encima lo insinuas- somos de la misma quinta.
¿Oye y el Madrid qué? ¿otra vez para campeon del mundo...no?

Muy interesantes y amenos tus comentarios, enlaces y clips sobre Murakami, ese fenómeno literario que desde que me lo descubriste tú me he leído casi todo.
Su forma de escribir me alcanza de lleno, siempre, sin altibajos.
Como complemento a todo lo expuesto por tí, un enlace más:
http://www.randomhouse.com/features/murakami/site.php
Para mi gusto una muy murakamista site con música intrigante y gatos paseantes incluidos.

"salakot" by Carlos Montenegro dijo...

Ah! Muy importante, se me olvidaba Muchas Gracias a Victor por su comentario.

Anónimo dijo...

De nada "Salakot"! Por cierto, estoy trasteando en esa web de Murakami, está realmente bien!

Saludos!

Víctor

Alberto San Segundo dijo...

¡¡¡No lo aguanto más!!!... ¡¡¡¡tú también, Carlos!!!!... ¡¡¡¡¡¡y te llamas amigo!!!!!... ¡¡¡¡¡y te atreves a venir aquí, a desvelar (parcialmente) nuestra edad!!!!!!...

De modo que no era suficiente, de modo que no bastaba con yo hubiera reconocido los ochenta y tres años de amistad, de modo que no se aplacaban los instintos más burdos de la audiencia comunicando que el mismísimo Walt Whitman me había firmado su libro en persona (a finales del diecinueve)... no, no era bastante, no, ahora tienes que venir tú y, como si nada, con una ligereza caprichosa, confesar que ¡¡¡me he quitado años!!!... ¿por qué este afán de hacer daño?, ¿por qué este propósito torticero de herir mis más tiernos sentimientos?, ¿por qué esta voluntad indisimulada de hacerme quedar mal ante mis impúberes admiradores? (y con la puyita del Madrid, para más ofensa)...

Maldad, a eso yo le llamo maldad, sin paliativos ni atenuantes, maldad, que lo sepas, ya no eres más mi amigo (¡¡adiós a los ochenta y tres años de pacífica convivencia en el asilo!!... ¡¡¡ahhh, aquellas partidas de julepe... nunca más!!!; ¡¡¡ahhh, aquel audífono compartido... nunca más!!!; ¡¡¡ahhh, aquellas dentaduras postizas férrea y solidariamente amarradas gracias al mismo tubo de Corega...nunca más!!!)...

Y es más, de ahora en adelante, vete haciéndote a la idea... ¡¡¡los dodotis te los vas a comprar tú solito!!!... ya estoy harto de venir del Mercadona doblado bajo el peso del paquete gigante de pañales, a duras penas sostenido por mi taca-taca,.... ¿para qué, para que me trates así en un espacio público?... no, no, los dodotis para el que los trabaja...

¡¡¡Nunca más!!!

Anónimo dijo...

Jajajajajaja, hacía tiempo que no me reía tanto y menos en estos momentos, pero es que esto es para enmarcar, debería haber respuesta, como en esas regueifas gallegas...

Saludos!

Víctor

Alberto San Segundo dijo...

Hola, Víctor

Perdona que ayer, en 'el fragor de la batalla', no te saludara ni agradeciera tu fiel seguimiento del programa y del blog. Enhorabuena también por el tuyo, que empieza con una pinta más que atractiva... lo seguiré (el diseño me parece, pese a ser absolutamente profano en la materia, algo muy interesante).

Con respecto a la 'regueifa', la habrá, seguro que 'el consumedodotis' contesta, pero se tomará su tiempo, ayer -pobrecito- le dio un aire mientras se disponía a iniciar su decimocuarta hora de permanencia ininterrumpida ante la hormigonera que opera en la obra que hay bajo su casa... ya sabes, el sector de la construcción está de capa caída en toda España, menos en 'El Hogar del Jubilado'. Y es que él, incluso, seguía con la cabeza el movimiento del artilugio y, claro, al llegar a casa... 'colapsó'. ¿Conoces la canción 'La hormigonera asesina' de Los Nikis? En fin...

Un saludo

Anónimo dijo...

Bueno, bueno
¡Qué rato leyendo vuestros comentarios! Jejeje!!!!!!!
Pues nada, después de estas risas ¿quién se pone a trabajar? Creo que voy escuchar este programa y a visitar estos blog nuevos que se nos ofrecen, y después al tajo.

Saludos
Ítaca

Anónimo dijo...

Vaya como madrugáis en sábado, acabo de llegar de bicicletear jajaja, gracias por lo del blog Alberto, ahí estamos, intentando hacer algo. Dejo link de la canción que mencionas a quien pueda interesar :) http://www.youtube.com/watch?v=X1HEpfpBQFE&feature=related

"salakot" by Carlos Montenegro dijo...

Alberto.
A punto de cumplir el siglo, lo único que te queda bien es el pico.
Ya poco te acuerdas de cuando te acompañe a lo de la prostata. ¿Verdad?
Sí, fue entonces cuando me prometiste lo de traerme los megadododtis del Mercadona, y ahora te lo quieres quitar de encima, MAL AMIGO TÚ.
A lo mejor la próxima vez que te vea por la calle ni te reconozco, me han dicho que tus "códigos de barras" te caen hasta la papada, ahora creo que les llaman así.
Que lo sepan or lo menos Victor e Itaca, el audifono -que era mio- me lo jodistes , con perdon de la audiencia, por la babilla esa que te sale del oido ¿Por cierto, que tal te va? ¿Aún? (Para que veas que de alguna forma todavia me intereso por tí?
Y el corega siempre me sisabas unas pesetas de entonces así que mejor no hables de eso.
Oye ... ¿Y Franco que dice de todo esto.....?

Ah. Se me olvidaba, esta cabeza, la hormigonera ni me la toques, que eres capaz, para una alegria que tengo y tan a mano....

Alberto San Segundo dijo...

Por la presente comunico formalmente a la opinión pública que, al menos por mi parte, queda zanjada la polémica con mi amigo Carlos. Ya nos hemos vuelto a amigar.

Os contaré. Paseaba yo por un jardincillo muy céntrico de la ciudad, cuando veo a un grupo de ancianos jugando a la petanca. Uno de ellos era, claro (los domingos la construcción no está operativa), Carlos, rodeado de los amigotes de su quinta, el abuelo Venancio, el tío Cecilio, alias 'el último de Filipinas', y Exuperancio el del desastre de Annual, entre otros. Sentada en un banco, observando atentamente, la señá Emerenciana, esposa de este último y de su misma quinta. Disimulando (no olvidéis que en ese momento aún estábamos enemistados) me acerqué subrepticiamente y contemplé un rato la partida, agazapado tras un seto. Los contendientes afinaban sus lanzamientos. Cuando le tocó el turno a Carlos se inclinó, cogió la bola, tomó impulso, la lanzó... y entonces se oyó un grito desgarrador, absolutamente terrorífico:...¡¡¡¡¡mi artrosis!!!!! ¡¡¡¡mi maldita osteoporosis!!!! (lo sé, eso son dos gritos, pero los emitió en una sola frase: miartrosismimalditaosteoporosis). Paralizado, con el cuerpo (por decir algo) en ángulo recto, la cadera reventada, Carlos parecía el Discóbolo, sin disco, vestido y algo menos griego, pero igual de escultural, con las bolas a sus pies (me refiero a las de la partida forzosamente interrumpida)... El caso es que no pude por menos que conmoverme... salté el seto (ágiles que aún estamos algunos), me acerqué a él y le propiné un abrazo con el que daba por reanudada la amistad... y con el que lo mandé defintivamente a la ITV... perdón... a la UVI. Ahora está allí, recuperándose, pero todo va a ir bien, lo han dicho los geriatras. Cuando salga, nos iremos los dos juntos a Benidorm (los dos juntos... y me temo que la señá Emerenciana, que me dió la impresión que le ponía ojitos a Carlos durante la partida de petanca y tiene toda la pinta de querer cometer adulterio incluso con un cadáver)... vamos, Carlos, que es una forma de hablar, no te estoy llamando fiambre, vamos, Carlos, por favor, no es para tanto, que nos habíamos amigado otra vez... en fin... que no... que no volvemos a las andadas, que no, además tú, hasta que vuelvas a andar... es broma, vamos, que no, que lo retiro, que no te preocupes, que no pasa nada, venga, somos amigos, que voy llamando al IMSERSO para reservar... que mira, que me dice Emerenciana que si en Benidorm admitirán el topless ese... en fin... amigos para siempre... (aunque las desnudeces de Emerenciana van a ser una dura prueba para mí... ¿seré capaz de resistirme?... sí, lo haré, sin duda, no traicionaré ahora esta amistad renacida y de nuevo floreciente... aunque, pensándolo bien, voy a quitarle a Carlos sus frascos de Viagra, por si acaso)... ¿Carlos?... ¿qué quieres ahora?, sí, sí, ya voy, estaba hablando con el hotel de Benidorm... que sí, con orinal en la habitación, ya te lo había pedido yo...

¡¡Qué bonita es la amistad!!

"salakot" by Carlos Montenegro dijo...

Si...petanca, ...bolas ...artrosisnoseque... ya, y luego te distes la vuelta, te caistes de la cama -y despertastes-, en el hospi de la Santísima y encima partiendo la cuña de porcelana que me lo dijo una monja.
En todo caso capto el mensaje del IMSERSO y pido una doble para cuando salgas si la caida no ha sido mucha.
Te paso a recoger con el deportivo para lo de Benidom.
(Y mira a ver si antes de dejar el hospi te pillas una cuñita por si acaso nos da)
Que bonita es la amistad!!

Alberto San Segundo dijo...

Cerrada defintivamente la digresión humorística (un desliz que espero me sea perdonado) vuelve la seriedad (algunos dirán la pedante y aburrida solemnidad) a Buscando leones en las nubes.

Bienvenido haya sido, no obstante, el poderoso influjo de Murakami, que al mostrarnos siempre el otro lado de las cosas ha servido (así parece) para que aflorara aquí, por una vez, alguno de mis otros 'yoes' (los hay, creedme, y son bastantes). Vuelve, pese a todo, el que he elegido para protagonizar este blog: circunspecto, ponderado y austero... tanto como corresponde a mi voluntad de que en Buscando leones en las nubes el protagonismo recaiga sobre autores y músicos, no sobre un personaje (yo mismo) de dudoso interés público. De modo que... hago 'chás' y desaparezco de nuevo... no del todo, sin embargo, seguiré siendo, tan sólo, la voz discreta que da la palabra a escritores y cantantes...