martes, 3 de mayo de 2011


ARQUITECTOS DE SUEÑOS


La pauta más habitual en Buscando leones en las nubes desde sus inicios la constituye un tipo de programas en los que no hay un hilo conductor claro y en los que textos y canciones no siguen una línea argumental cerrada y bien definida sino que se presentan aislados, sostenidos tan sólo por la belleza que encierran en sí mismos, por su capacidad de sugestión, sin que, como ha sido más frecuente, no obstante, en los últimos años, giren sobre un autor o un intérprete determinado o sirvan para ilustrar una idea concreta, ejemplificar un movimiento social, celebrar un particular acontecimiento cultural, o resumir el espíritu de una obra, de un libro, de un personaje singular. Llevo muchos años, como ya escribí aquí en otra ocasión, llenando cuadernos (ahora ya lo hago, signo de los tiempos, directamente en el ordenador) con frases y fragmentos más amplios extraídos de los libros que leo, poemas que me gustan, referencias de canciones. De todas esas libretas, blocs y agendas he ido entresacando las citas con las que a lo largo de las primeras temporadas de emisión he elaborado estos programas que he llamado ‘misceláneos’. Y así, durante largo tiempo, en Buscando leones en las nubes no proliferaban los programas monográficos a los que estáis acostumbrados nuestros seguidores más recientes, sino, muy al contrario, estos otros algo dispersos, con músicas y fragmentos literarios de muy diversos pelajes, de intención y alcance variados, de orígenes y propósitos bien distintos. La finalidad última era provocar, merced a esa mezcla, a través de la confrontación que deseábamos fecunda, gracias al revelador contraste entre unos y otras, entre la iluminadora profundidad y la honda evocación de las citas literarias por un lado, y la maravilla siempre emotiva de las piezas musicales, la aparición de esa belleza inteligente que ha sido desde el comienzo nuestro último horizonte, quizá ambicioso y desmesurado, pero siempre muy presente entre nuestras intenciones.

Pues bien, mi planteamiento inicial para el programa de esta semana pretendía moverse una vez más en ese territorio indefinido de las canciones y los textos heterogéneos y sin nada, aparentemente, en común. Sin embargo, al menos en los fragmentos literarios, he podido constatar, a medida que iba elaborando el guión del programa, una cierta reiteración en los temas de fondo, que comparten una idea común, que se citan en un territorio coincidente (muy mío, por otro lado, uno de los grandes ejes recurrentes de mi vida): el de los deseos insatisfechos, las aspiraciones pretendidas y no siempre logradas, los anhelos a menudo truncados, los sueños tantas veces no realizados. El resultado, no del todo buscado, como digo (¿o mi inconsciente sí lo premeditó?; ¿premedita el inconsciente?, ¿medita incluso?), es así un programa, el de ayer noche, que nos habla sobre la condición humana y una de sus más esenciales verdades: somos, por encima de todo, arquitectos de sueños. Y de esos sueños, de la voluntad a menudo frustrada de introducir cambios radicales en nuestras vidas, de la construcción de proyectos que casi siempre se desvanecen en el aire, de los propósitos frecuentemente ilusorios, de las fabulaciones y quimeras que se traducen de continuo en fracasos, en grises realidades, en desesperanzas, de todo ello nos dan cuenta los magníficos textos escritos por James Salter, Andrés Neuman, Giani Stuparich, Orham Pamuk, Gustavo Martín Garzo, Haruki Murakami, John Maswell Coetzee, Jonathan Franzen, Jean Michel Guenassia, Friedrich Hörderlin, Ivo Andric y Alice Munro que integran el programa.

De esa condición esencialmente soñadora del hombre, de ese estado de permanente e imposible aspiración del ideal que constituye a mi juicio, ya lo he dicho, lo más noble y profundamente humano de todos nosotros, habla también, aunque sea como metáfora, el bellísimo cuadro de Matisse que ilustra esta entrada, El sueño de Ícaro (desayuno, desde hace décadas, con ese cuadro frente a mis ojos; el inevitable Cola-Cao y Matisse siempre a mi lado, más allá de otras circunstanciales -y no siempre tan fieles- compañías mañaneras). El anhelo inalcanzable de otras vidas perfectas, realizadas, el sueño, que arrastramos desde la expulsión del paraíso (si creemos en ello, aunque sea, de nuevo, sólo en un plano metafórico), de dejar atrás la pobre naturaleza humana, el deseo insatisfecho de superar nuestros límites, el ansia de vivir entusiasmados, de ser como dioses (entusiasmo procede etimológicamente -el dato me gusta mucho, lo repito de continuo- de un término griego que significa, más o menos, llevar un dios dentro). La locura del deseo, aspirar a tocar el sol, imaginar un ingenio volador con el que trascender nuestra pobre animalidad, construir poderosas alas, soñar con el vuelo libre, caer, caer, caer... La vida...

En fin… y la música, muy acorde -con su dulzura, con una cierta languidez, con su intimismo- para acompañar tan sesudas reflexiones, la ponen los daneses Our broken garden con la magnética Anna Bronsted al frente, Mavis Staples, Sly Johnson, K.D. Lang, Stranded Horse con Ballaké Sissokó, geniales, lo que hace menos disculpable el que olvidara citarlos en la emisión, Idrissa Soumaoro, The Swell Season, John Hiatt, Eels, Court Yard Hounds, Nina Becker y Ed Harcourt.

A algunos de estos intérpretes podéis verlos en actuaciones en directo en los vídeos que dejo aquí. Our borken garden y la atmosférica In the lowlands; Stranded horse en Thee (no he encontrado ninguna interpretación en vivo de Shields, la maravilla que sonó en el programa); los cinematográficos The swell season y la bellísma In these arms; el ínclito Mark Oliver Everett y su Eels en That’s not her way; para terminar con Ed Harcourt cantando Killed by the morning sun.




Arquitectos de sueños

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay deseos insatisfechos, ni quimeras, ni retos inalcanzables; lo que hay que hacer es desafiar a la vida. Es posible que solo lo piense yo pero es lo que creo.

http://www.goear.com/listen/52bd50b/i-defy-featuring-antony-joan-as-police-woman


¡Hala Madrid!

Anónimo dijo...

"No espero nada.Esto no es horrible.Después de resolverlo,he ganado tranquilidad.
Pero esa mujer me ha dado una esperanza.Debo temer las esperanzas.
Mira los atardeceres todas las tardes;yo,escondido,estoy mirándola.Ayer,hoy de nuevo,descubrí que mis noches y mis días esperan esa hora."(La invención de Morel)

Anónimo dijo...

Me encanta el cola cao, de niña lo tomaba también.

¡¡¡ Visca Barca!!!

Anónimo dijo...

¡¡ Cuanta cultura!! ¡¡¡ Cuanta pasión!!
¡¡¡Que maravilla!!! ¡¡¡Es precioso!!! =)

Anónimo dijo...

¡¡Ya lo creo,que son sesudas reflexiones ¡¡.No a todos se nos ocurre pensar,si el inconsciente piensa o medita.Pensar,lo que es pensar,NO,lo de meditar ,ya es otra cosa.Si creo que el programa es fruto de la premeditación.
No esta mal ser ARQUITECTO DE SUEÑOS(otra cosa es ser un "Chapuzas" de sueños). Aunque es SANO de vez en cuando" Chapuzear" con los sueños.
Muy buena combinación,el Cola-Cao (energético),el cuadro (ganas de comerse el mundo ).
Los textos magníficos y muy apropiados con el titulo.
¿la pobreza del ser humano ?Somos eso, seres humanos,con nuestras debilidades,quimeras ,entusiasmos,pero también somos inteligentes (unos mas que otros ),el problema es saber utilizar la inteligencia. COSA NADA FÁCIL.

Alberto San Segundo dijo...

Hola a todos, una vez más.

Os agradezco los comentarios y las distintas y valiosas aportaciones al tema principal del programa (Joan as police woman, Bioy Casares, vuestros recuerdos de infancia). Con casi todas estoy de acuerdo...

... salvo con la primera, amigo madridista. Claro que hay retos inalcanzables... la Champions League, por ejemplo, o la actual Liga, por citar una muestra más modesta... Y no hablemos de la moderación de Mourinho, ello ya pertenece, sin más, al inasible territorio de las quimeras imposibles...

Un abrazo a todos (y disculpad por el excurso futbolero)