martes, 18 de noviembre de 2014

 
CONVIVENCIA MARITAL
 
Por tercera semana consecutiva Buscando leones en las nubes dedica su emisión al matrimonio a partir de un curioso -pero sólo eso- librito, de título Cásate conmigo, en el que el británico Dan Rhodes explora el mundo de las relaciones de pareja, con ironía y humor a veces despiadados, a través de ochenta relatos brevísimos centrados en los rituales del amor y el compromiso, los protocolos y ceremonias de la atracción, el emparejamiento, la boda y la convivencia marital. Con una visión más bien escéptica y en cualquier caso salvajemente descarnada y rezumando descreimiento y sarcasmo, el libro nos muestra algunas escenas de la vida matrimonial llevadas al extremo y poniendo de manifiesto sus contradicciones, las esperanzas y los sueños que la aventura de la vida en pareja conlleva pero también la frustración, la desilusión y el fracaso, a menudo inevitables. Todo ello narrado siempre, insisto, en un tono ligero y humorístico alejado del dramatismo.
 
Entre los muy cortos capítulos de Cásate conmigo, suenan canciones muy conocidas, creadas por algunos de los grandes nombres de la música popular de las últimas décadas, todas ellas en las voces de mujeres, en una nueva propuesta femenina de Buscando leones en las nubes. En concreto son Missy Higgins, Milla Jovovich, Corinne Bailey Rae, Dinah Shore, Orleya, Helen Schneider, Patti Smith, Marissa Nadler, Sarah Hickman, Natasha Bedingfield, Cat Power, Pru y Thea Gilmore quienes, interpretando canciones de Roxy Music, Lou Reed, Björk, Paul Simon, 10cc, The Mamas & The Papas, Prince, John Lennon, Tears for Fears, Coldplay, Oasis, Sade y Van Morrison, han completado la emisión de esta semana.
 
Cape Cod evening, un cuadro de 1939 de Edward Hopper, ilustra, con su muy habitual y pese a ello melancólica representación del tedio marital, este comentario.
 

 
Promesa
 
Mi mujer me dijo que me dejaba.
 
  —Pero no puedes —le dije—. ¿No recuerdas los votos que hicimos? Prometiste que siempre me amarías.
 
¿Votos? —contestó— ¿Promesas? -con una risa hueca me preguntó en qué siglo creía que vivíamos.
 
 
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Aniversario
 
El día de nuestro primer aniversario tomé a Maranatha de la mano, la miré a los ojos y le dije que, aunque me parecía imposible la amaba aún más profundamente que el día de nuestra boda.
 
—Es curioso —dijo—, a mí me ha pasado justo al revés. Cuando lo pienso, me admiro de haber aguantado tanto. De ninguna manera voy a seguir aquí el año que viene.

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