martes, 6 de noviembre de 2018


ORDESA. LAS LENGUAS MUERTAS 

Hoy quiero ofreceros la segunda entrega de la serie de dos que iniciamos hace siete días y que está dedicada a Ordesa, la última novela de Manuel Vilas. Os recuerdo de nuevo, como hice el lunes pasado, que en Todos los libros un libro, mi otro programa en Radio Universidad de Salamanca, presenté el libro hace unos meses, por lo que podéis acudir al blog, del mismo nombre, por si queréis ampliar la información sobre los textos que esta noche protagonizan la emisión. Con el Día de difuntos aún reciente la presencia de Ordesa en nuestro espacio es especialmente pertinente, pues sus páginas giran en torno a la muerte, la muerte de los padres del autor en concreto, impregnando de tristeza y melancolía una obra descarnadamente autobiográfica. 

Entre las desoladoras palabras de Manuel Vilas sonarán una docena larga de canciones preciosas, todas participando también de esa atmósfera de desconsuelo y aflicción que caracterizan al libro, pero cuya belleza espero que podáis disfrutar con interés y emoción. Como quizá hayáis podido apreciar aquellos de nuestros oyentes más atentos y perspicaces, la música elegida está interpretada por los mismos cantantes -y presentados en el mismo orden- que los que sonaron en la emisión precedente, en uno de esos juegos en los que muy de vez en cuando incurre Buscando leones en las nubes. Así, las canciones de Paul Simon, Rim Banna con Bugge Wesseltoft, Amos Lee, Oleta Adams, Carolyn Hester, Julia Biel, Graham Nash, Claudine Longet, Carrie Rodriguez con Ben Kyle, Nat Simons, Mark Laurent con Brenda Liddiard, Rosalia de Souza y Fatoumata Diawara han acompañado las atribuladas y muy tristes reflexiones del escritor aragonés suscitadas tras la muerte de sus padres. 


La muerte de una relación es en realidad la muerte de un lenguaje secreto. Una relación que muere da origen a una lengua muerta. Lo dijo el escritor Jordi Carrión en un estado de Facebook: “Cada pareja, cuando se enamora y se frecuenta y convive y se ama, crea un idioma que solo pertenece a ellos dos. Ese idioma privado, lleno de neologismos, inflexiones, campos semánticos y sobreentendidos, tiene solamente dos hablantes. Empieza a morir cuando se separan. Muere del todo cuando los dos encuentran nuevas parejas, inventan nuevos lenguajes, superan el duelo que sobrevive a toda muerte. Son millones, las lenguas muertas”.

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