martes, 5 de mayo de 2020


EL JUEGO DE LAS VERSIONES 

Buscando leones en las nubes rememora esta semana, en esta pausa obligada impuesta por el coronavirus y la imposibilidad de grabación de nuevos programas que conlleva, su emisión número doscientos cincuenta.

Con ocasión de esa redonda de celebración, en junio de 2010, os proponía lo que entonces me atrevía a denominar, con excesivo énfasis, un formidable festejo. Festejo en lo musical y también en lo literario. En la vertiente sonora del programa incurría en un juego al que me entrego en ocasiones en estos veinte años de Buscando leones en las nubes, el de las versiones. Vais a escuchar, si os decidís a adentraros en el programa ahora recuperado, algunas estupendas recreaciones de canciones muy conocidas de las últimas cinco décadas, grandes clásicos del pop y el rock, popularizados en su origen por músicos tan destacados como Björk, Neil Young, John Lennon, Simply Red, Genesis, Kylie Minogue, Sting, Annie Lennox (en solitario y no con Eurhytmics como equivocadamente señalé en la emisión), Sade, Peter Gabriel y David Bowie en las excelentes interpretaciones, con el tono intimista marca de la casa, de Corinne Bailey Rae, Ida Sand, Youssou N’Dour, Jimmy Scott, Denzal Sinclaire, Helena Noguerra, Klaudia Salkovic al frente de Liquid blue, Sitti, Chris Botti, Kate Mc Garry y Prozak for lovers. 

Esta idea de las versiones, de la doble visión de las cosas, igual pero alterada, casi idéntica y sin embargo distinta, este juego siempre enriquecedor y sugestivo que consiste en el enfoque paralelo de una misma música, de una misma realidad, de una misma emoción, de unas mismas palabras, de una misma vida, se evoca -entre otras muchas interesantes "sugerencias"- en el espléndido cuadro, La reproduction interdite, de René Magritte, un pintor que me apasiona desde hace muchos años, y que en su momento sirvió de encabezamiento a la entrada del blog (y que ahora vuelvo a reproducir). 

Los textos que acompañan las piezas musicales, decantados en su mayoría hacia la temática del amor y en general de la felicidad y el sentido de la vida, los escribieron Markus Orths, Orhan Pamuk, Luis Landero, Andrew Sean Greer, Inma Monsó, Martin Amis, Adolfo García Ortega, Philippe Claudel, Ann-Marie Mac Donald, Pedro García Montalvo y Antoni Casas Ros. 


Ayer me di un paseo hasta el Puente de los Ladrones. ¿Te acuerdas? ¿Cuántos años teníamos? ¿Poco menos de veinte? Tú llevabas un vestido de color grosella. Yo tenía un nudo en la garganta. Estábamos contemplando el río. Esta corriente, me decías, es nuestra vida, que pasa. Mira qué lejos va, qué hermosa es, ahí, entre las flores de los nenúfares, las algas de largos cabellos, las orillas de tierra arcillosa… Yo no me atrevía a cogerte de la cintura. Tenía un nudo tan apretado en la garganta que casi no podía respirar. Tus ojos miraban a lo lejos. Los míos contemplaban tu nuca. Aspiraba tu perfume a heliotropo y el del río, que olía a aire limpio y a hierba. De pronto, cuando menos lo esperaba, te volviste hacia mí, me sonreíste y me besaste. Era la primera vez. El agua corría bajo el puente. El mundo tenía el brillo de los domingos. 

Ayer estuve un rato en el Puente de los Ladrones. El río es el mismo. Sigue habiendo grandes nenúfares, algas de largos cabellos, orillas de tierra arcillosa. Sigue oliendo a aire limpio y a hierba, pero sólo a eso. Philippe Claudel

 

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