martes, 25 de octubre de 2011


LEONARD COHEN. MEMORIAS DE UN MUJERIEGO

Con los ecos de la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias correspondientes a 2011 resonando todavía en nuestros oídos, con el rastro de la conmovedora presencia en España de Leonard Cohen impresionando aún nuestra sensibilidad, cerramos la serie que Buscando leones en las nubes ha dedicado a su excepcional personalidad creadora. Han sido en total siete programas, contando los cuatro dedicados al canadiense hace dos años con ocasión de su septuagésimo quinto aniversario y este último que os ofrezco ahora.

Una emisión, esta postrera, que se centra en la relación del artista con las mujeres. Las mujeres, las muchas mujeres, han sido -son todavía- un elemento central de la vida y la obra de Leonard Cohen. Uno de sus poemarios se titula significativamente Memorias de un mujeriego y entre los poemas en él recogidos se incluyen las letras de algunas de las canciones de un disco titulado, también de un modo esclarecedor, Death of a ladies’man. Al final de esta entrada os dejo las hermosas palabras de una de estas canciones, la que da título al disco y que Alberto Manzano traduce como La muerte del hombre de una dama.

Desde esa ‘orientación’ femenina, he recogido para conformar la parte literaria del programa declaraciones y comentarios de Cohen referentes a su vinculación con el sexo opuesto, a la importancia que para el hombre y el artista tiene el contacto con las mujeres, a la seducción, al encantamiento, a la atracción que las mujeres ejercen sobre nuestro personaje. La mayor parte de estas opiniones se incluyen en el librito, breve pero intenso, Palabras, poemas y recuerdos de Leonard Cohen, publicado por Alberto Manzano en la editorial Alfabia, del que ya os hablado en las entradas precedentes.

Todas estas reflexiones se acompañan de once magníficas canciones de Cohen, aunque como resulta obligado en versiones femeninas. Once estupendas voces de mujeres cantando a Leonard Cohen. Comparecen así en la emisión Nina Simone, Judy Collins, Carla Bruni (a la que hemos de felicitar por su reciente ‘sarkoziano’ retoño; y eso pese a que su versión es, a mi juicio, la más sosa de todas las seleccionadas y si se ‘salva’ es gracias a la presencia -escondida pero esencial- del trompetista Till Brönner), Marianne Faithfull, Roberta Flack, Linda Ronstadt con Emmylou Harris, Marissa Nadler, Allison Crowe, Sharon Robinson, Jennifer Warnes y Ane Brun.

Despido esta entrada con un vídeo, para mí muy tierno y emotivo, muy dulce y sensible, que recoge el discurso de agradecimiento de Cohen al recibir, hace sólo unos días, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011. Un discurso en el que, con su atractiva voz -ya sin apenas fuerza, pero igualmente encantadora-, relata sus profundos lazos con España. Os dejo también el enlace al estupendo artículo de Carlos Boyero, este domingo en El País.


La muerte del hombre de una dama

El hombre que ella había querido toda su vida
estaba colgando de un hilo
“Nunca supe lo mucho que te quería”, le dijo.
Se podían contar sus músculos
y su estilo estaba obsoleto.
“Oh, nena, he llegado demasiado tarde”.
Ella se arrodilló a sus pies.

“Nunca veré un rostro como el tuyo
por más hombres que traiga el futuro,
nunca volveré a ver semejantes brazos
ni en la lucha libre ni en el amor”.
Y todas sus virtudes ardían
en aquel humeante holocausto,
mientras ella tomaba
casi todo lo que su amante había perdido.

Ahora el señor de este paisaje
estaba a la vista
con un gorrión de San Francisco
al que predicaba.
Ella hizo señas al centinela
de su alto espíritu religioso.
Dijo: “Haré un sitio entre mis piernas,
te enseñaré la soledad”.

Él le ofreció una orgía
en una habitación de muchos espejos
le prometió protección
por el derrame del útero.
Ella movió su cuerpo intensamente
contra una cuchara de metal con punta,
detuvo los sangrientos rituales
del pasaje a la luna.

Tomó su muy admirado
estado de ánimo oriental,
y la coartada del corazón de la oscuridad
que esconde su dinero.
Tomó su rubia madonna
y su vino de monasterio.
“Este espacio está ocupado
y todo es mío”.

Él intentó una última resistencia
junto a la vía del tren.
Ella dijo: “El arte del anhelo se ha acabado
y no esperes que vuelva”.
tomó su parlamento de taberna,
su gorra, su baile presumido;
se burló de sus modales femeninos
y de su bigote de clase obrera.

La última vez que lo vi a él
se esforzaba por tener
una educación de mujer
pero aún no lo es.
Y la última vez que la vi a ella
estaba viviendo con un chico
que da a su alma un espacio vacío
y a su cuerpo alegría.

Así pues la gran aventura ha terminado,
pero quién se hubiera imaginado
que iba a dejarnos tan vacíos
y tan poco impresionados.
Es como nuestra visita a la luna
o a esa otra estrella:
Creo que no vas a ninguna parte
si quieres ir tan lejos.



Leonard Cohen. Memorias de un mujeriego

5 comentarios:

Fely dijo...

En Leonard Cohen, a su talento creativo y artístico, también hay que añadir un enorme carisma y elegancia en el saber estar; estas cualidades vienen dadas, pero esa humildad de la que hace gala, no, esa es una enseñanza de vida, y en el, otro valor añadido.
Su discurso, su mano de agradecimiento en un pecho henchido por el orgullo de estar ahí, más que una pose, siento que es una manera de ser, de sentir, de vivir…
Somos nosotros los que nos quitamos el sombrero ante el.

Anónimo dijo...

Me ha encantado este programa.

Felicidades y gracias.

Anónimo dijo...

Me has leído el pensamiento. Íba a comentaros la canción inédita publicada en el País y mira por donde Alberto te has adelantado (como siempre).

Estoy deacuerdo con Fely. Talento no le falta pero sobre todo la humildad cuando en televisión retransmitieron su llegada ante los fans y al recibir el premio. Es una manera de ser y de estar ante los acontecimientos que nos pueden hacer enorgullecernos y que dice mucho de su persona. ¡¡¡ Que bien dedicar este tiempo de Buscando leones en las nubes a personajes o temas que nos hacen más humanos y mejor personas.

ALberto:)

Alberto San Segundo dijo...

Gracias por vuestros comentarios a todos, Fely, Alberto, Anónimos varios (habría que crear una asociación: Asociación de Anónimos Anónimos). Me alegro de que coincidamos en gustos.

Un saludo

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡ Qué bonitoooooo!!
¡¡¡¡Qué maravilla!!!!
¡¡¡Qué cultura!!!
Muy bien, Alberto sigue así.
=)