martes, 25 de septiembre de 2012


PIDO OTRO POEMA

Esta semana cerramos la extensa e intensa serie que hemos dedicado a la poesía en lengua inglesa a partir de un libro altamente recomendable, de título Lengua de madera y publicado en 2011 por la editorial La isla de Siltolá, en el que el profesor y también poeta Hilario Barrero selecciona y traduce al español cerca de doscientos poemas breves de escritores británicos y norteamericanos.

Hoy, al igual que las tres semanas precedentes, os ofrezco mi personal propuesta con quince poemas entresacados de dicha antología. Stephen Tropp, Amiri Baraka, Lucille Clifton, Mary Oliver, C.K. Williams, Gregory Orr, Seamus Heaney, Ted Kooser, David Budwill, Joseph Brodsky, Louise Gluck, Thomas Lux, Tess Gallagher, Charles Simic y Richard Jones son los autores de los versos escogidos.

La música con la que hemos confrontado la extraordinaria belleza de los poemas leídos, como siempre sosegada y recogida, la han interpretado Sade, Little Wolf & Casey Hartnett, Harper Simon, Twin Danger, Alela Diane, Ray Lamontagne, Fionn Regan, 48th st. Collective, Harry Manx, Laye Sow, Adriana Calcanhoto, Madeleine Peyroux, Heather Nova (de la que escuchamos, también en la sección de vídeos, la espléndida Let’s not talk about love), Daniel Martin Moore y Anjani Thomas.

El título que he elegido para encabezar el programa está inspirado en el magnífico El deseo, de Louise Gluck, que no me resisto a reproducir también aquí:




El deseo. Louise Gluck


¿Recuerdas aquella ocasión en que pediste un deseo?
       Yo pido muchos deseos.

Aquella vez que te mentí
acerca de la mariposa. Siempre me pregunté
qué habías pedido.

      ¿Qué crees que pedí yo?

No lo sé. Que yo regresase,
que de alguna manera estuviésemos juntos al final.

      Pedí lo que siempre pido.
      Pedí otro poema.

Y otro poema radiado, Escogiendo un lector, de Ted Kooser, me sugiere la ilustración que acompaña esta entrada. Se trata de Lectora y velador, del gran Matisse, otro de mis pintores favoritos desde joven (en pleno siglo XIX).

Pido otro poema

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito!!!!!!!!
Bueno, en realidad, como todos.
Quiero seguir pensando que son magia, que salen de una chistera.

Alberto San Segundo dijo...

Muchas gracias...

Y sí, en cierto modo, los programas son magia... o, al menos, son un intento de dotar de magia, de maravilla, de encanto, de deslumbramiento, de emoción, de temblor, a nuestra (a mi) siempre pobre vida...

Aunque también es verdad -me desnudo un poquito- que mi existencia toda (también la que no "juega" con la poderosa fascinación de música y literatura) no es, en el fondo, más que ese intento de dotar de magia, de maravilla, de encanto, de deslumbramiento, de emoción, de temblor, a esa pobre vida, que solo por eso, por el mero intento, por la simple y empecinada voluntad de belleza, ya no resulta tan pobre...

Gracias

Anónimo dijo...

A tí.

Anónimo dijo...

celos de quién te sueña,aunque sólo sea por leerte...celos de que desnudes tu alma(aunque sea un poquito) ante más gente que no sea yo...celos de tus palabras,tus expresiones que reconozco en este blog pero que por momentos he soñado que son sólo mias...celos de ese "a ti"...celos de ti...

Tu celosa pequeñita.

Alberto San Segundo dijo...

¡Ah, las locuras del amor!

(Pero yo he dado paso al comentario, he permitido su publicación... ¿es que carezco de pudor?... ¿o no he sido yo?... ¿locuras de amor?)