martes, 1 de julio de 2014


ATRAPANDO NUBES

Esta semana cerramos las emisiones radiadas de Buscando leones en las nubes por este curso 2013/2014. A lo largo del mes de julio, los cuatro programas que os ofreceré verán la luz exclusivamente aquí, en nuestro blog. Y con esta edición postrera ponemos fin, además, a la breve serie que estamos dedicando al tema de las nubes, al cual nos hemos aproximado hace siete días desde nuestra doble vertiente habitual, la literaria y la musical.
 
Desde el punto de vista de la literatura esta semana os propongo doce poemas centrados en las nubes y que nos hablan de su fragilidad y su condición efímera, de su carácter simbólico, de su fugacidad, de su permanente hacerse y deshacerse, de su indolencia y su lentitud, de su huidizo transcurrir, de su amenaza de una lluvia a menudo indeseada, aunque en ocasiones liberadora, de su algodonosa belleza, de su etérea realidad. Todos ellos están extraídos de una excelente antología, publicada el pasado 2013 por el Centro Cultural Generación del 27 de Málaga con el título de Ángeles errantes. Las nubes en el cielo poético español, y que vio la luz en una edición primorosa, responsabilidad de Antonio Lafarque. Sus autores son Luis Cernuda, Luis Feria, Ángel Crespo, Carlos Marzal, José Antonio Mesa Toré, José Luis López Bretones, Javier Rodríguez Marcos, Vicente Gallego, Juan Pardo Vidal, Enrique García-Máiquez, Andrés Trapiello (al que olvidé citar en la emisión radiada) y José Antonio Muñoz Rojas.
 
Y entre la nebulosa poesía sonarán estupendas canciones en las que se trata también de las nubes y de su influencia sobre el ánimo, las emociones y hasta el carácter de sus protagonistas. Carly Simon, Mel Tormé, Mireia Izquierdo con Joan Isaac, Laura Veirs, Laura Fygi, Cindy Lauper con Jeff Beck, Gal Costa, Eagles, Paul Weller, Alison Krauss & Union Station, Cristina Branco, Matt Bauer (cuyo nombre también olvidé mencionar en antena) y Kate Bush, con su clásico Cloudbusting, han puesto la banda sonora al programa, con sus canciones relativas, como digo, a las nubes, que aparecen en ellas tanto en su sentido literal como en el metafórico.
 
Para completar esta entrada os dejo un interesante poema en prosa, también recogido en la antología, escrito por Lorenzo Saval y titulado Las nubes. En él aparece Magritte, gran pintor de nubes, como podréis comprobar en el cuadro que acompaña mi comentario, Los valores personales, una obra de 1952.
 
 

Las nubes. Lorenzo Saval
 
Me pareció entonces que el arte de la pintura
era vagamente mágico y que el pintor
estaba dotado de poderes superiores.
René Magritte
 
 
Aquella mañana, al despertar, me encontré a Magritte pintando nubes por toda la casa. Temiendo interrumpirlo me acerqué silencioso y me coloqué en un rincón apartado, observando absorto una a una las nubes que ahora pululaban con entera libertad por el salón. Estaban en todas partes, sentadas en los sillones, sobre las mesas, subiendo y bajando las escaleras y en los cristales de las ventanas. Crecían sin cesar y poco a poco lo iban todo blandamente cubriendo desde el suelo hasta el techo.
 
En un descuido involuntario, al llegar a mi rincón, me pintó en los dedos de los pies una hermosa y blanca nube que se estremeció al sentir mi primer movimiento desde aquella extasiada inmovilidad. Magritte me miró dulcemente pero no llegó a decirme nada, solamente se limitó a apartarse y seguir con su laboriosa tarea. Aún quedaba falto de nube algún objeto perdido y también mi madre que aún dormida me preparaba un oloroso desayuno en una bandeja cubierta de pájaros, cuando quise advertirle que ya la había transformado en una tierna nube y las aves de la bandeja revoloteaban confundidas sobre su cabeza.
 
Cuando no quedó ni un solo sitio ni objeto por pintar, Magritte se sentó en una silla que ya era parte del cielo descansando y observó complaciente su obra mientras se enjuagaba algunas nubes que se habían quedado en sus manos.
 
Por primera vez me atreví a hablarle y mi voz me pareció un poco de viento que mecía a las suaves visitantes. Sintiendo esa misma emoción que en la adolescencia experimenté al descubrirlas le pregunté por las palomas. Entonces se levantó y me indicó que lo siguiese hasta el balcón donde una inmensa paloma pintada de cielo nos esperaba para llevarnos de viaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira por donde en estas vacaciones estivales, estoy con un libro de Sarah Lark que tiene que ver con las nubes "En el país de la nube blanca". Estoy empezando a leerle.. pero es otro libro que tiene como transfondo las nubes...

Felices vacaciones..

Alberto:)

Alberto San Segundo dijo...

Gracias, Alberto, por tu comentarios y sugerencias...

Un abrazo y muy buenas vacaciones