martes, 27 de enero de 2015

 
TRENES DE PASO HACIA NINGUNA PARTE
 
Esta semana cerramos la breve serie que iniciamos hace quince días y que tiene al tren como protagonista principal. Las innumerables resonancias metafóricas y poéticas que despierta el tema del ferrocarril vuelven a aflorar en las intimistas piezas musicales y los sugestivos fragmentos de poemas que van a sonar en la próxima hora. Y sí, fragmentos de poemas, he escrito, porque la vertiente literaria de la presente edición de Buscando leones en las nubes va a estar integrada por versos sueltos que aluden al tren, aunque entresacados de poemas cuyo motivo central está, en la mayor parte de los casos, alejado del universo ferroviario. Se trata, pues, de una suerte de experimento que pretende aprovechar las sugerencias que suscitan unos textos, muy cortos, muy cercanos a los haikus, pero también -quizá por ello, quizá por su brevedad- muy inspiradores y abiertos a múltiples evocaciones.
 
Los autores de los versos seleccionados son Miquel Martí i Pol, Ana Ajmátova, Luis Izquierdo, Carlos Sahagún, Pablo García Baena, Gabriel Ferrater, Carlos Marzal, Jorge Riechmann, Jorge Luis Borges, Benjamín Prado, José Luis García Martín, Jaime Sabines, Blanca Varela y un Félix Grande que, fallecido el pasado 30 de enero de 2014, tendrá un par de programas de homenaje en Buscando leones en las nubes a partir de la semana próxima.
 
Los intérpretes que han participado en la banda sonora de la emisión han sido Chrysta Bell, Bob Dylan, Eve St. Jones, Everything but the girl, Dawn Golden, Astrud Gilberto, John Mayall, Abigail Washburn, Amos Lee, Patsy Cline, Esclarecidos, Bruce Springsteen, Simon y Garfunkel y Richard Hawley, cuya voz profunda cierra el programa en una canción, preciosa aunque algo fúnebre, que a mi juicio evoca -el tren negro- la imagen de la muerte, del último viaje.
 
Y una atmósfera también algo sombría, evanescente y onírica, ominosa e inquietante, se desprende de la imagen que acompaña este comentario. Se trata de L’âge de fer, un cuadro de 1951 de Paul Delvaux, el pintor surrealista belga, en cuya obra tanto protagonismo ha tenido el ferrocarril.



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