martes, 2 de abril de 2019


ELOY SÁNCHEZ ROSILLO. UNA MUERTE TAN DULCE 

Buscando leones en las nubes llega a vuestras casas un lunes más para ofreceros una nueva muestra de música y literatura que semanalmente seleccionamos con la intención de haceros disfrutar de una hora interesante y agradable de radio, que se dedicará esta semana a la tercera entrega de la serie de cuatro que con ocasión de la pasada celebración del Día Mundial de la poesía estamos dedicando a un poeta magnífico, Eloy Sánchez Rosillo. 

En los dos anteriores “episodios” del espacio os ofrecí una significativa muestra de los seis primeros libros del escritor murciano, Maneras de estar solo, de 1978, Páginas de un diario, de 1981, Elegías, de 1984, Autorretratos, de 1989, La vida, su libro de 1996, y el espléndido La certeza, de 2005. 

Esta noche, todos los versos escogidos pertenecen a Oír la luz, un poemario de 2008. Dejo para la semana próxima, la postrera del ciclo, otra fulgurante selección entresacada de últimos libros, Sueño del origen, de 2011, Antes del nombre, de 2013, y Quién lo diría, de 2015. Toda su obra, más tres composiciones inéditas, se recopila en Las cosas como fueron. Poesía completa, 1974-2017, un magnífico volumen aparecido hace poco más de un año en la editorial Tusquets. 

Coincidiendo en la limpieza de su escritura, en su nitidez y transparencia, en su castellano sencillo y a la vez profundo, teniendo en común también el tono nostálgico, la presencia de los recuerdos y la evocación de los días perdidos, los poemas que os presento en estas dos últimas entregas difieren un tanto de los ya presentados en las semanas precedentes. Un Sánchez Rosillo mayor, que supera ya los setenta años, contempla su vida en esta etapa final con una mezcla de gozosa celebración por los dones disfrutados y de triste memoria del tiempo y la felicidad pasados. Sus versos son siempre emotivos, llenos de inteligencia y de ternura, de lucidez y sensibilidad, muy bellos. 

Entre ellos os propongo la escucha de algunas canciones espléndidas, en su delicadeza y su atmósfera recogida, para saborear las sabias y hermosas palabras del poeta. Son doce temas, como los poemas, que han sonado en las voces de Ruth Cameron con Charlie Haden, Lisa Frangeur, Better Oblivion Community Center, Marion Rouxin, Trisha Yearwood, Mayra Andrade, Cocteau Twins, Sharon Van Etten, Benjamin Biolay, Steve Gunn, Luísa Sobral y Rachelle Garniez, que cierra el programa con una sugerente aunque peculiar versión del clásico de Cole Porter Every time we say goodbye.

Terraza de café por la noche, el magnífico cuadro de Van Gogh, pintado en 1888, sirve de ilustración artística a uno de los poemas de Sánchez Rosillo.



EN LA TERRAZA DE UN BAR 

Hojeo el periódico y contemplo 
cómo la luz del sol, muy decidida, 
avanza por la plaza y va ganándole 
la batalla a la sombra. Se diría 
que el mundo está bien hecho (y yo no sé 
si en día tan radiante alguien podría 
afirmar que verdad tan verdadera 
encierra una mentira). 
Zurean las palomas y en el suelo 
picotean inquietas, perseguidas 
por infantiles hordas. Van y vienen 
las gentes con sus prisas. 
Hay en mi mesa un libro y un martini, 
el móvil, un cuaderno, una revista. 
En este instante pasa una muchacha 
por delante de mi melancolía. 
Es muy hermosa y anda sonriente, 
camino de las cosas de su vida. 
Recién duchada, con el pelo aún húmedo, 
llega tarde a una cita. 
Por supuesto, me ignora. Ni siquiera 
se percata de que este que la mira 
es sólo un desdichado que no es 
ese que está esperándola y agita 
impaciente su mano jubilosa 
allí, en aquella esquina. 

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