Alberto San Segundo os da la bienvenida a Buscando leones en las nubes, que esta semana os ofrece un programa por varias razones especialísimo.
martes, 14 de abril de 2020
VEINTE AÑOS BUSCANDO LEONES
Alberto San Segundo os da la bienvenida a Buscando leones en las nubes, que esta semana os ofrece un programa por varias razones especialísimo.
Alberto San Segundo os da la bienvenida a Buscando leones en las nubes, que esta semana os ofrece un programa por varias razones especialísimo.
En condiciones normales, con la de hoy abriríamos el tramo postrero de nuestras emisiones en este tercer trimestre, el último ya del curso. Pero, por desgracia, la terrible epidemia del coronavirus ha acabado con todo rastro de normalidad. Ya no hay curso, ya no hay, en puridad, trimestre académico, ya no habrá, pues, mientras duren las consecuencias de la plaga, programas de Buscando leones en las nubes.
Y es que, como sabéis, nuestro espacio se emite tras haber sido grabado con varias semanas de antelación. La imposibilidad de acudir a los estudios de la radio durante estos meses de confinamiento ha acabado con las “reservas” de programas registrados, por lo que, al menos durante un mes -quién sabe si ya hasta septiembre-, no podré ofreceros nuestra habitual selección de música y literatura con la que pretendo interesaros y haceros pasar una hora agradable las noches de los lunes. He ahí, pues, la primera muestra de singularidad de mi propuesta de esta noche: una apertura que es, en gran medida, un cierre. (Mientras tanto, cada martes iré subiendo aquí, de nuevo, algunos de los programas de estas dos décadas de los que más satisfecho estoy, para refrescar así vuestra memoria y mantener el vínculo -confiemos en que lo haya- con vosotros).
La segunda es más feliz y obedece a una circunstancia que lleva presente en mi mente desde hace meses. El 14 de abril de 2000, hoy mismo se cumplen veinte años, salía al aire el primer programa de nuestro espacio, un titubeante debut con el que se abría una etapa de mi vida que nunca pude imaginar que iba a prolongarse estas dos décadas… y las que, quizá, aún estén por venir. (Qué casualidad, aciago azar, que el “corte” en nuestras emisiones motivado por la pandemia haya venido a producirse precisamente aquí, en este exacto punto de inflexión, tras veinte años justos de emisiones ininterrumpidas).
No hay tiempo aquí para comentar las vicisitudes que rodearon el nacimiento de Buscando leones en las nubes, el azaroso desencadenante de mi presencia en la radio, la ilusionada invención del planteamiento y la estructura del programa, la afortunada elección del nombre, la búsqueda de su melodía identificativa. Sí quiero comentar, de manera breve, la razón de ser de la presencia de textos y canciones en aquel primer y, para mí, esperanzador comienzo.
Aquella emisión inicial, que nació como un mero impulso irracional, muy poco reflexivo, de compartir con la escasa audiencia la música con la que yo disfrutaba, no contemplaba la vertiente literaria nada más que como una opción residual, un inevitable modo de acompañar las canciones elegidas, una suerte de engarce hablado, un peaje forzoso que mi timidez debía pagar para que me fuera permitido difundir mis preferencias musicales. Desde siempre yo he ido anotando, al principio en cuadernos, más tarde en diversos documentos en el ordenador, citas de libros, frases que me interesaban de mis lecturas, fragmentos de entrevistas, comentarios o reflexiones espigados al azar de cuanto texto he ido leyendo en mi muy libresca vida. De esas inagotables carpetas para uso particular extraje entonces, con cierta desgana, los once textos -frases concisas y fulgurantes, máximas escuetas que concentran estallidos de sentido, sucintos relámpagos de pensamientos, penetrantes y lacónicas sentencias- que constituyeron el núcleo literario, llamémoslo así, de aquel tembloroso estreno y que sirvieron de excusa para, aquí sí que con plena conciencia, arropar la que pretendía excelsa e inigualable selección musical. Émile Cioran, José María Riera de Leyva, Luis Landero, César Simón, José Luis Sampedro, Susana Gerte Doblón, Jean Marie Gustave Le Clèzio, Arthur Schnitzler, Fernando Pessoa, Manuel Vicent y Fernando Trueba fueron sus autores.
En un mundo predigital -yo, creo recordar, no usaba aún internet-, esa primera noche me acerqué a los estudios de la radio con una buena provisión de vinilos en los que se recogían las once joyas -así las consideraba entonces mi inocencia inaugural- con las que esperaba conmover y emocionar, entretener e interesar, deslumbrar y apasionar a mi improbable audiencia. Bruce Springsteen, Tete Montoliu, Geoffrey Oryema, Paula Cole, The Blue Nile, The Stranglers, Mahmoud Ahmed, John Mark con Johnny Almond, Massive Attack con Tracey Thorn (cuyo excepcional Protection, que os dejo en vídeo, cobra hoy, veinte años después, un escalofriante sentido), Antonio Carlos Jobim con Pat Metheny y Chet Baker, fueron sus intérpretes seleccionados, en una primera pero ya muy significativa muestra del eclecticismo que siempre ha rodeado mis elecciones musicales.
De esa vacilante y desastrosa experiencia inicial no quedan, por fortuna, registros grabados. Y es por ello que ahora, a modo de espero que disculpable autohomenaje, os ofrezco íntegro ese primer programa, pues su guión, con los textos leídos y las canciones emitidas, sí ha sobrevivido al paso del tiempo.
El desconcierto y la improvisación del debutante afloraron, sin duda, en los muchos errores de la emisión, empezando por lo abrupto de una casi inexistente presentación: Buenas noches. Como todos los viernes, de 10 a 11, "Buscando leones en las nubes", un programa de Alberto San Segundo para Radio Universidad. A partir de ese esquemático y elemental saludo, brusco y simultáneamente cohibido, y sin explicación posterior de ningún tipo, se daba paso a las reflexiones y los temas musicales escogidos. Y así he querido hacerlo ahora mismo, sin comentario alguno mío adicional formulado desde “el presente” de 2020. Más allá de mi introducción actual, todo lo que escuchéis en el espacio se corresponde, literalmente, con lo que entonces -más tembloroso, más inexperto, más inseguro, más azorado- ofrecí a mis perplejos, desconcertados y muy escasos oyentes.
Espero que ahora, veinte años después, el programa pueda llegar a interesaros. Tanto como para esperar con impaciencia nuestro regreso que, confío, pueda llegar, con suerte, en las próximas semanas. En caso contrario, será ya en septiembre cuando volveremos con todos vosotros (más allá de los programas de "recuerdo" que seguiré dejando aquí cada semana). ¡¡Disfrutad de la música y la literatura!! ¡¡Cuidaos mucho!! ¡¡Resistid con ánimo y paciencia los embates -de salud, económicos, laborales- de este inaprensible y odioso enemigo!!
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4 comentarios:
Felicitaciones¡ 20 años, gran recorrido y una victoria¡ Te deseo ( y anhelo ) otro recorrido similar. Por cierto , los programas acompañan en estos días de forzado encierro y a veces de angustia.Gracias¡
Enhorabuena!!! Excelente programa y gran locutor, casi un Xosé Ramón GAYOSO...
ÁNIMO!! A por otros 20!!.
Enhorabuena Alberto que ilusión escuchar lo que en su día fue tu primer programa. 20 años y espero que sigamos escuchando otros 20 años más. Una fortuna poder disfrutar de esta iniciativa.
Alberto:)
Gracias gracias por este programa
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