martes, 26 de diciembre de 2017
SÓLO HE GIRADO LA CABEZA
Bienvenidos a Buscando leones en las nubes, que os presenta una edición especial del programa, que no será radiada y sólo podrá seguirse aquí, en nuestro blog, dedicada a festejar la Navidad en estas fechas tan significativas. Os ofrezco así la segunda entrega de la serie de tres que comenzamos hace siete días y que tiene a las fiestas navideñas y a sus grandes protagonistas, los niños, como motivo principal.
El espacio se articula, pues, en sus dos vertientes habituales, literaria y musical, desde ese doble punto de vista, la infancia y la Navidad. En relación a los textos podréis escuchar una docena larga de fragmentos del libro Cosas de niños, escrito por David Wagner y que "protagonizan" un padre y su pequeña hijita. Podéis tener una información más completa de la obra leyendo la reseña que presenté sobre ella el miércoles pasado en Todos los libros un libro, mi otro programa en Radio Universidad de Salamanca. Se trata, en cualquier caso, de un libro muy atractivo, pleno de dulzura y sensibilidad, con el mágico universo infantil como eje esencial.
El acompañamiento musical de la emisión lo pone una amplia variedad de temas clásicos navideños interpretados por algunos destacados representantes de la escena del pop, el jazz, el soul, el country y el rock de las últimas décadas: Aretha Franklin, The Manhattan Transfer, Loreena Mc Kennitt, Ella Fitzgerald, Ivan Lins, Noa, Riff Ruffin, Sufjan Stevens, Alice, Jonny Lang, John Holt, Natalie McMaster con Alison Krauss, Johnny Cash y las hermanas Heather, Cookie y Raylene Rankin.
Espero que disfrutéis del programa, con el que decimos adiós al año 2017. Nuestra próxima emisión será ya el 8 de enero, inmediatamente después de Reyes y, por tanto, aún con el universo infantil y navideño aún como protagonista.
Hasta entonces, os deseo unas felices fiestas y una estupenda entrada de año.
Sólo he girado la cabeza
Un hijo es el futuro que nosotros ya no tenemos, oigo decir. Todos los padres caen en esa trampa y creen que tienen parte en la vida y en el futuro de sus hijos.
Sólo he girado la cabeza y se me han ido diez, quince, veinte años. La niña se ha bebido el tiempo. Y aún sigue teniendo sed. La niña siempre tiene sed.
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martes, 19 de diciembre de 2017
COSAS DE NIÑOS
Bienvenidos de nuevo a Buscando leones en las nubes, que esta semana os ofrece la última emisión radiada del programa en el presente 2017. Con las festividades navideñas a la vuelta de la esquina -aunque en su dimensión mercantil llevan semanas inundando supermercados y tiendas, calles, comercios y anuncios televisivos- nuestro espacio quiere dedicar las tres próximas entregas -la del lunes que viene con una presencia exclusiva en nuestro blog- a la Navidad, tanto en canciones como -aunque en este caso de un modo más indirecto- textos literarios.
Como ya he comentado aquí en otras ocasiones similares, las Navidades son las fiestas infantiles por excelencia: los recuerdos de la niñez, la alegría de los niños, el asombro y el encantamiento que despiertan los Reyes Magos, la ilusión de los regalos, los villancicos, los encuentros con los seres queridos, las comidas familiares… todo evoca ese paraíso de la infancia en el que los sueños y la realidad se confunden en un mágico misterio que, por desgracia, nunca más volvemos a vivir con tanta intensidad. Es por ello por lo que, para completar la vertiente literaria de estas tres emisiones, he elegido cerca de cuarenta breves fragmentos entresacados de un libro delicioso, muy tierno, lleno de emoción y sensibilidad, que publicó la editorial Errata Naturae hace un par de años. Se trata de Cosas de niños, una colección de ciento once textos en los que el autor, el alemán David Wagner, describe -con intensidad poética y evidente acento autobiográfico- distintos momentos de la relación con su pequeña hija, escenas significativas de los primeros años de la niña, comentarios sorprendentes de ésta, ocurrencias, preguntas, reacciones inesperadas y desconcertantes nacidas de su infantil inocencia. Estas situaciones operan como el desencadenante de las evocaciones del padre, en las que afloran episodios de su propia infancia, aspectos del trato con sus padres e incluso con sus abuelos, y reflexiones sobre la paternidad, sobre la admiración y el encantamiento cotidianos, sobre la responsabilidad y los temores que entraña el ejercicio de la condición de padre, también sobre el aprendizaje y el hecho de hacerse mayor, sobre el significado de la madurez, sobre el paso del tiempo y el sentido de la vida. Mañana miércoles podréis encontrar en el blog de mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, una amplia reseña sobre esta interesante obra por si queréis profundizar en su conocimiento.
Entre los casi siempre emotivos textos de Wagner voy a ofreceros diversas recreaciones de temas navideños clásicos en las voces de grandes figuras del pop, el jazz, el blues o el country, en una selección entrañable que espero pueda complaceros. Sus intérpretes: Jill Johnson, Diana Krall, Bob Dylan, Kasey Chambers, Keith Anderson, Terri Clark, Emilie-Claire Barlow, Nat King Cole, Faith Evans, el trío de Randy Greer e Ignasi Terraza, Vienna Teng y Frank Sinatra, con su versión de Silent night, nuestro Noche de paz, el conocido villancico austríaco -Stille Nacht- que cumple este 28 de diciembre 199 años.
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martes, 12 de diciembre de 2017
MMA RAMOTSWE
Tras el magnífico Djaraby de Alí Farka Touré y Ry Cooder nuestros oyentes más asiduos reconocen la sintonía de Buscando leones en las nubes, el programa de Radio Universidad que, como todos los lunes entre las diez y las once de la noche se presenta en vuestras casas (a primera hora de los martes, siempre puntual, en este blog) con la pretensión de entreteneros durante una hora, en contacto con unas cuantas canciones excelentes y otros tantos interesantes fragmentos literarios.
La mención a nuestra sintonía africana no es hoy una mera opción retórica con la que solventar la apertura del programa sino que obedece a un intento de introduciros, ya desde antes de su inicio, en lo que va a ser el hilo argumental de nuestra emisión. Ya sabéis que en Buscando leones en las nubes somos extraordinariamente devotos de la música africana, de la cultura y la vida africanas en general, y por ello una vez más vamos a dedicar íntegramente el espacio de esta semana a África, tanto en nuestra vertiente musical como, aunque con matices que luego precisaré, en la literaria.
La música que vais a escuchar no requiere demasiada presentación. Os diré tan sólo que he elegido las canciones respetando dos premisas. La primera es que se trata de piezas con un tono tranquilo, relajado e intimista, como es la nota dominante, casi siempre, en Buscando leones en las nubes. Además, he querido que sus intérpretes fueran de orígenes diversos dentro del inmenso continente africano, sin repetir países. Así, escucharéis canciones, algunas ya emitidas en programas de cursos anteriores, que constituyen una significativa muestra de la formidable riqueza musical que atesora África. El grupo Gorhwane de Mozambique, Dobet Gnahoré, de Costa de Marfil, Khadja Nin, de Burundi, la etíope Aster Aweke, de voz exuberante, el clásico Pierre Akendengue, de Gabón, Angelique Kidjo, de Benín, el senegalés Cheikh Lô, la diva caboverdiana Cesaria Evora, Geoffrey Oryema, Uganda, Habib Koité, de Malí, y el angoleño Waldemar Bastos son sus iintérpretes.
Con respecto a las lecturas del programa, he huido voluntariamente -aunque sin duda se trata de un enfoque válido, y hasta interesante- de la versión tópica que nos llevaría a ofrecer una versión de África que recalcara su ruina, el hambre y el sida, las guerras tribales y la pobreza, la explotación, la enfermedad, la miseria, en suma. Y siendo por desgracia cierta esa fotografía de un África depauperada -en Buscando leones en las nubes la hemos reflejado en algún otro programa monográfico, algunas temporadas atrás- hoy he preferido un acercamiento a la realidad del continente negro más optimista, más alegre, más ingenuo e inocente, si se quiere, pero sin duda, también verdadero, también real, y por ello, también legítimo.
En consecuencia, partiendo de ese planteamiento, en la emisión aparecen textos extraídos de los libros de un autor blanco, británico, Alexander McCall Smith, excelente conocedor del mundo africano, pues no en vano él mismo nació en la actual Zimbabue, cuando aún era colonia inglesa bajo el nombre de Rodesia, y vivió varios años en diversos países africanos. McCall Smith ha escrito una serie de novelas, de las cuales casi una decena han sido publicadas ya en España, en las que ha creado un personaje fascinante, la primera detective de Botsuana, Mma Ramotswe.
No puedo, no dispongo de tiempo suficiente, presentaros convenientemente a la extraordinaria mujer y eficacísima investigadora que es la señora Ramotswe. Dejadme deciros, tan sólo, que se trata de una oronda y jovial africana, sencilla y honesta, entregada a la noble tarea de resolver los problemas de sus conciudadanos. Ella es el núcleo y el principal aliciente de una serie deliciosa, en la que se describen sus peripecias con un gran sentido del humor, de un modo muy tierno, y con una filosofía de vida optimista y llena de candor y dulzura. Las aventuras de Mma Ramotswe se nos cuentan trufadas de apuntes de la vida cotidiana africana, reflexiones de la protagonista sobre su país, su continente, la vida de África y sus habitantes. Y son algunas de esas evocaciones las que he recogido y las que podréis disfrutar, entre muy bellas melodías africanas, en el programa.
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martes, 5 de diciembre de 2017
DIME QUE SOY LA BRISA
Esta noche llega a su fin el largo recorrido, que nos ha ocupado doce programas a lo largo de tres temporadas, centrado en Antología poética del rock, el libro, editado por Hiperión, en el que Alberto Manzano selecciona una amplia muestra de canciones representativas de la historia del género, acompañadas de sus en ocasiones interesantes pero a menudo triviales letras.
Hoy os ofrezco, algo apresuradamente, once de esas canciones, todas aparecidas entre 2006 y 2012, fecha en la que se “cierra” el libro. Sus títulos e intérpretes son Shade and honey, de Sparklehorse; Midday, de Yusuf; The Prince of chaos, a cargo de Elliot Murphy; Between two worlds, de Greg Copeland; Blood blank, del grupo Bon Iver; The crying light, una de las joyas de Antony and The Johnsons; Blessed, de Lucinda Williams; Let England shake, de PJ Harvey; Moon, de la excéntrica Björk; Gray goes black, de Mark Lanegan; y Call me the breeze, de Beth Orton.
martes, 28 de noviembre de 2017
DIAMANTES EN EL INTERIOR
Buscando leones en las nubes os da la bienvenida a una nueva entrega de la serie que a lo largo de tres temporadas estamos dedicando a un libro magnífico, muy interesante e inspirador. Se trata de Antología poética del rock, una recopilación que el poeta, traductor, periodista y experto en música Alberto Manzano presentó en 2015 y en la que recoge centenares de canciones de la historia del rock, desde sus orígenes a finales del siglo XIX hasta nuestros días (la selección se cierra en 2012). De cada canción, el antólogo presenta su letra, traducida por él mismo, y las referencias de sus autores y principales intérpretes.
En nuestro exhaustivo recorrido por el libro hemos llegado ya a su capítulo postrero, dedicado a la música creada a partir del año 2000. En dos emisiones consecutivas os ofreceré veintiuno de los temas antologados -diez hoy y once la semana próxima- que, si no son los más representativos de estos años (un criterio siempre subjetivo y discutible), sí son todos excelentes y muy acordes con el clima de sensibilidad y dulzura tan querido en nuestro espacio.
En concreto, en el espacio de este lunes podéis escuchar Life'll kill ya, de Warren Zevon; Another Pearl, de Badly Drawn Boy; Scar, una creación de Joe Henry; el ya clásico de Leonard Cohen, A thousand kisses deep; John Walker's Blues, de Steve Earle, que repite en esta serie; Caterpillar, de Lambchop; Any road, del malogrado George Harrison; Diamonds on the inside, que canta uno de nuestros favoritos, Ben Harper; Gay Messiah, del excesivo Rufus Wainwright; y Magic time, una maravilla de las muchas compuestas por Van Morrison.
Diamantes en el interior. Ben Harper
Conocí a una chica
Que se llamaba Verdad
Era una terrible mentirosa
No podía pasar sola ni un solo día
Pero era incapaz de sentirse satisfecha
Cuando tienes todo
Tienes todo que perder
Se hizo una cama de clavos
Pensando en sacarle un buen partido
Pero tenía diamantes en el interior
Tenía diamantes en el interior
Diamantes
Una vela arroja su luz a la oscuridad
Igual que en un asqueroso mundo brilla una buena acción
Asegúrate de que la fortuna que buscas
Sea la fortuna que necesitas
Dime por qué el primero en pedir
Es siempre el último en dar
Lo que dices y no te crees
Te seguirá a todas partes
Pero tenía diamantes en el interior
Tenía diamantes en el interior
Tenía diamantes en el interior
Diamantes
Como el soldado que permanece bajo el fuego
Cualquier cambio es un alivio
Deja que el nombre del donante permanezca en secreto
Sólo es una generosa ladrona
Pero tenía diamantes en el interior
Tenía diamantes en el interior
Tenía diamantes en el interior
Oh, diamantes
martes, 21 de noviembre de 2017
EL LARGO CAMINO
El programa de Buscando leones en las nubes de esta semana es el segundo dedicado a la década de los 90 del pasado siglo a partir de las canciones recogidas por Alberto Manzano en Antología poética del rock, el libro publicado por la editorial Hiperión.
En la emisión han sonado The long road, de Nusrat Fateh Ali Khan y Eddie Vedder; In your mind, de Johnny Cash; Altar boy, interpretada por Rickie Lee Jones; Devil’s haircut, a cargo de Beck; Home, en la voz de Sheryl Crow; la genial Into my arms, de Nick Cave; el clásico No surprises, de Radiohead; la provocadora Christmas in Washington, del muy militante Steve Earle; Tyranny of beauty, cantada por Pat MacDonald; I see a darkness, de Bonnie Prince Billy; y Use me while you can, del insólito y genial Bruce Cockburn.
La evocadora imagen que acompaña esta entrada es una de las obras más representativas de Dorothea Lange, la excepcional fotógrafa que documentó los efectos de la Gran Depresión norteamericana, con las interminables y desoladas carreteras de Estados Unidos surcadas por infinidad de "parias" en busca de un futuro mejor.
La evocadora imagen que acompaña esta entrada es una de las obras más representativas de Dorothea Lange, la excepcional fotógrafa que documentó los efectos de la Gran Depresión norteamericana, con las interminables y desoladas carreteras de Estados Unidos surcadas por infinidad de "parias" en busca de un futuro mejor.
El largo camino. Eddie Vedder
Lo he deseado tanto tiempo (no puedo quedarme)
Todos los preciosos momentos (no puedo quedarme)
No es que las alas hayan caído (no puedo quedarme)
Pero siento como si me faltara algo (no puedo quedarme)
Todos los hijos e hijas cogidos de la mano
Y su fe derrumbándose
Lo he deseado tanto tiempo
¡Y hoy te deseo tanto!
Hemos hecho el largo camino (no puedo quedarme)
No hace falta decir adiós
A la familia y todos los amigos
Todos los recuerdos girando, girando, girando
Lo he deseado tanto tiempo
¡
Y hoy te deseo tanto!
Los vientos siguen rugiendo
Y el cielo se vuelve gris
El sol ya se ha puesto
Pero volverá a salir otro día
Hemos hecho el largo camino (no puedo quedarme)
No hace falta decir adiós
A la familia y todos los amigos
Todos los recuerdos girando, girando, girando
Lo he deseado tanto tiempo
¡Y hoy te deseo tanto!
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martes, 14 de noviembre de 2017
VIAJANDO LIGERO
En el programa de esta semana continuamos centrándonos en Antología poética del rock, el inagotable libro de Alberto Manzano publicado por la editorial Hiperión, para, a partir de las canciones en él recogidas, cuyas letras traduce el antólogo, adentrarnos en la década de los noventa del pasado siglo, diez años muy fecundos musicalmente -contra lo que pudiera parecer- como comprobaréis en unos minutos a través de los doce temas que he entresacado de la ya estupenda recopilación del autor.
Unas letras que, todo hay que decirlo, no alcanzan, en la mayor parte de los casos, la categoría de “poéticas” con la que el genuino entusiasmo de Manzano parece revestirlas. Desde mi infancia he disfrutado de la música sin entender el significado de las letras -u obviándolo cuando lograba entenderlo- por lo que enfrentarme ahora, en muchas ocasiones por primera vez, con sus enrevesados, crípticos y a menudo insustanciales mensajes no me aporta demasiada “excitación”. Pero la música, pero las canciones… ¡ah, qué maravilla!, ¡cuánta felicidad proporcionan!
Por otro lado, he “purgado” -a fuer de perder representatividad- la muestra de Manzano eliminando las piezas -casi todas muy combativas- que me resultan más agresivas y chirriantes, más abruptas y “discordantes”, menos conformes, por lo tanto, con la atmósfera plácida y sosegada que normalmente envuelve nuestras emisiones. (Y aun así, el resultado es algo más "abrupto" que de costumbre).
En la emisión podéis escuchar algunas muestras del genio artístico de Vic Chesnutt, Brian Eno con John Cale, Nirvana, Elvis Costello, Cowboy Junkies, Rick Ocasek, Sinéad O’Connor, Blur, Pulp, Oasis, Mike Scott y la estupenda voz de Stuart Staples, líder de Tindersticks, que suena acompañada por la también muy sugerente de Carla Togerson. Unos Tindersticks, por cierto -uno de mis grupos favoritos-, que han tenido hasta dos programas monográficos en Buscando leones en las nubes, en los que los “confrontábamos” con la excepcional poesía de Idea Vilariño, y que podréis recuperar en nuestro blog.
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martes, 7 de noviembre de 2017
ALGO POR LO QUE LLORAR
Buscando leones en las nubes, el programa de música y literatura de Radio Universidad de Salamanca, sale a vuestro encuentro una vez más para ofreceros una emisión que esta semana os trasladará a la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo con una selección de canciones de esa época, recogidas de Antología poética del rock, el libro, publicado por la editorial Hiperión, en el que el periodista, poeta y experto Alberto Manzano recopila varios centenares de temas musicales que constituyen lo más relevante de la historia del género, aportando también las correspondientes traducciones de sus letras.
Como hace siete días, son once las piezas que os presento ahora, entresacadas -dejándome llevar por mis particulares preferencias musicales- de entre las repertoriadas por el autor.
Sus intérpretes son Paul Simon, Michelle Shocked, Swans, Tom Verlaine, Suzanne Vega, Talking Heads, Mary Margaret O’Hara, REM, Rickie Lee Jones, K.D. Lang e Indigo Girls, la mayor parte nombres relevantes de la historia reciente del rock.
Hellelil and Hildebrand, the meeting on the turret stairs, la obra maestra de 1864 de Frederic William Burton en la que se recoge la conmovedora despedida de dos amantes que se ven por última vez, ilustra esta entrada. Os recomiendo el entusiasta artículo que sobre el cuadro escribió el genial Jacinto Antón en la edición catalana de El País el pasado 10 de junio.
Por lo que llorar. Mary Margaret O'Hara
Das un paseo
Yo seré tu costado
Tomas mi vida
Yo te daré la mía
Y tú… tú me das algo
Por lo que llorar
Tú estás en mi corazón
Yo estoy en tus manos
Tú me sueltas
Yo te añoro… tú
Tú me das algo
Por lo que llorar
En un apuro
Me escucharás
Ya lo has visto
¿Qué hay que ver?
Habrá un desastre previsto
No estarás a partir de ahora
Pero yo aún te buscaré después de que te hayas marchado
Y tú… tú sabrás hacer algo más
Que llorar
Yo estoy en tus manos
Tú me sueltas
Yo te añoro… tú
Tú me das algo
Ésta es tu roca
Ésta es tu tierra
Coge tu cruz
Que suene la banda
Pero yo aún te buscaré después de que te hayas marchado
Y tú… tú sabrás hacer algo más
Que llorar
martes, 31 de octubre de 2017
JUEGOS SIN FRONTERAS
En las dos temporadas precedentes Buscando leones en las nubes os ofreció sendas series dedicadas a un libro muy atractivo, Antología poética del rock, publicado en 2015 en la editorial Hiperión, en el que Alberto Manzano recoge sus traducciones de las letras de centenares de significativos temas de la historia del género, desde sus inicios a finales del siglo XIX hasta estos primeros años -la antología se detiene en 2012- del XXI.
Tras esas emisiones de cursos anteriores en las que alcanzamos la década de los setenta del pasado siglo, empezamos hoy nuestro recorrido que nos llevará a los ochenta, los noventa y los primeros años de los “dosmil”, con seis programas, dos por década, que nos acompañarán hasta comienzos de diciembre.
Permitidme que, antes de dar comienzo al programa, haga un par de puntualizaciones sobre mi particular selección a partir de la ya reducida antología de Manzano. En primer lugar, resulta obvio señalar que hay miles de canciones que podrían escogerse para presentar una muestra representativa del espíritu de estos años. Alberto Manzano propone las suyas, claro está, que en muchos casos no coinciden con las que para mí resultan más relevantes. Pero no se puede negar su gusto, su buen criterio y su conocimiento musical, por lo que la recopilación final es impecable y los temas elegidos esta noche son, como podréis comprobar en unos minutos, todos fundamentales. No obstante, he de decir también que he eliminado -o dicho de otra manera más leve: no he elegido- aquellas canciones que siendo descriptivas de su época suenan más agresivas, más ásperas, más estridentes para los parámetros en los que se desenvuelve habitualmente Buscando leones en las nubes. No encontraréis, pues, apenas nada de hip-hop, ni de metal, ni de rap, ni de punk rock, estilos poco acordes con mi personal sensibilidad musical. Si están, en cambio, el folk, el country, los cantautores, los experimentos electrónicos o el rock de vanguardia, en piezas, en general, acogedoras y más o menos relajadas.
En concreto, en el programa de esta semana podréis escuchar once temas formidables de la primera mitad de la década de los ochenta interpretados por Peter Gabriel, X, John Cale, Laurie Anderson, John Hiatt, Siouxie and the Banshees, Tom Waits, Kate Bush, Philip Glass con Suzanne Vega, The Smiths y Jackson Browne. Como puede apreciarse, se trata de grandes nombres, auténticos clásicos casi todos ellos, de la música popular del último medio siglo.
martes, 24 de octubre de 2017
HENRY DAVID THOREAU. LA VIDA CON PLENITUD
Esta semana ponemos fin a la serie de tres programas dedicados a Henry David Thoreau pocos meses después de la celebración del segundo centenario de su nacimiento.
Como en las dos emisiones anteriores, en el programa que ahora comienza os leeré textos del autor recogidos de Todo lo bueno es libre y salvaje, la estupenda antología de fragmentos de sus obras presentada por la Editorial Errata Naturae, que cuenta en su catálogo con varios títulos del filósofo, ensayista y poeta norteamericano.
Entre las inspiradoras reflexiones del pensador os ofrezco, también como en semanas precedentes, reivindicativas canciones cuyos temas giran sobre distintos aspectos de la naturaleza y el medio ambiente, con un mensaje, en general, proteccionista, ecológico y conservacionista. Caetano Veloso, Johnny y Rosanne Cash, Zazie, Bob Dylan, Jack Johnson, Angelo Bertoli, Lou Reed, Tracy Chapman, Sting, Arlo Guthrie, Toquinho, John Prine, Sufjan Stevens y Michael Jackson son sus intérpretes.
¡Cuántas hileras de sauces podados cada tres años para obtener combustible o pólvora, y todo gran pino y roble, u otro árbol del bosque, talado desde que hay memoria del hombre! Como si se fuera a permitir a los especuladores que exporten las nubes del cielo, o las estrellas del firmamento, una a una. Nos veremos reducidos a roer la corteza misma de la Tierra para alimentarnos.
Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, no fuera que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir nada que no fuera la vida, pues vivir es algo muy valioso, ni tampoco practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesario. Quería vivir intensamente y extraer el meollo de la vida, vivir de manera tan dura y espartana como para apartar todo lo que no fuera la vida, surcar una divisoria y llevar la vida hasta un rincón y reducirla a sus elementos básicos y, si resultaba mezquina, obtener entonces toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; y si fuera sublime, saberlo por experiencia y poder dar cuenta de ello en mi próxima excursión.
Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, no fuera que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir nada que no fuera la vida, pues vivir es algo muy valioso, ni tampoco practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesario. Quería vivir intensamente y extraer el meollo de la vida, vivir de manera tan dura y espartana como para apartar todo lo que no fuera la vida, surcar una divisoria y llevar la vida hasta un rincón y reducirla a sus elementos básicos y, si resultaba mezquina, obtener entonces toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; y si fuera sublime, saberlo por experiencia y poder dar cuenta de ello en mi próxima excursión.
martes, 17 de octubre de 2017
HENRY DAVID THOREAU. UN HOMBRE RICO
Buscando leones en las nubes vuelve a centrar sus emisiones, tras el programa de la semana pasada, en el pensador norteamericano Henry David Thoreau, al que queremos homenajear, con un cierto retraso, a partir del segundo centenario de su nacimiento, que tuvo lugar hace unos meses.
Con ese motivo le estamos dedicando una serie de tres programas, del que el de hoy es, como digo, el segundo, con textos del filósofo, ensayista y poeta, recogidos de Todo lo bueno es libre y salvaje, una muy completa selección de extractos de sus obras, presentada este mismo año por la editorial Errata Naturae, responsable de la reciente reedición de la mayor parte de los títulos significativos del escritor, entre ellos el fundamental Walden, del que os he presentado una amplia reseña en Todos los libros un libro, mi otro espacio en Radio Universidad. Una agradable estampa de la cabaña desde la que Thoreau escribió su obra maestra ilustra esta entrada.
Entre los pensamientos de Thoreau, muy heterogéneos aunque unidos por una coincidente preocupación por la conservación de la naturaleza y el respeto del entorno medio ambiental, os ofrezco hoy trece canciones que podríamos calificar de abiertamente ecologistas, pues en todas ellas están presentes los grandes temas de este movimiento: el mantenimiento de los recursos naturales, la defensa de la vida silvestre, de los bosques y los mares, la reivindicación de formas de existencia más saludables, la conciencia sobre el agotamiento de los bienes que ofrece el Planeta y el aviso sobre la destrucción de la Tierra por la mala gestión del ser humano.
Sus intérpretes, casi todos nombres bien conocidos de la escena de la música popular, son Melissa Etheridge, REM, Anna Ternheim, Neil Young, John Denver, Emmylou Harris, Fredrika Stahl, Cat Stevens, Sophie B. Hawkins, Neko Case, Eagles, James Taylor y Enya.
Un hombre es rico en relación con el número de cosas de las que puede prescindir. Henry David Thoreau
martes, 10 de octubre de 2017
HENRY DAVID THOREAU. TODO LO BUENO ES LIBRE Y SALVAJE
Esta semana abrimos una nueva mini serie, también de tres programas, como la finalizada el lunes pasado y que se centró en Bessie Smith, aunque en esta ocasión el protagonismo, la figura principal en torno a la que girará el espacio, recae en Henry David Thoreau, el ensayista, poeta y escritor norteamericano de cuyo nacimiento se cumplieron doscientos años el pasado mes de julio.
Hace un mes presenté en mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, una reseña de la obra mayor de Thoreau, Walden. Os remito al blog del programa, del mismo nombre, para profundizar en la figura del visionario, combativo, vitalista, rebelde, utopista, revolucionario, precursor y, con un término aún no inventado en su época, ecologista filósofo de Massachusetts.
Algunas de las distintas vertientes de su plurifacética personalidad van a comparecer en las tres entregas de la serie, en las que voy a leeros varias decenas de sus pensamientos, entresacados de sus múltiples obras y recogidos en un libro que acaba de publicar la editorial Errata Naturae, responsable de esta última recuperación de los textos básicos de Thoreau. El libro al que aludo se titula Todo lo bueno es libre y salvaje, y en él se presentan numerosos de sus textos, casi todos muy breves y muchos de ellos, incluso, meramente aforísticos, que se ocupan de su propia personalidad, los animales salvajes, la escritura, la vida en las ciudades -la ciénaga urbana-, la defensa de la naturaleza, el amanecer y el atardecer, consejos sobre moda, la verdadera educación, ética y dietética, la libertad y la esclavitud, el elogio solitario de la amistad, la esquiva bondad, los alegatos contra aquellos que nos gobiernan, los bosques de la salud, los sonidos de la naturaleza, el firmamento y las estrellas, el héroe, el hombre como animal más feroz, llegar a ser el que uno es, los ancestros indios, el meollo de la existencia, la obscena muerte, la siembra del carácter, la biblioteca celeste, el pretendiente de la naturaleza, lo que piensan los demás, las posesiones, la religión y los asuntos del cielo, la rueda de las estaciones, la simplicidad, el conflicto entre sociedad y soledad, la felicidad de las marmotas, la sala de pensar, la importancia del presente, la vida de los árboles, la verdad y los helados, el caminante, cómo ganarse la vida o la vida salvaje, por citar las rúbricas de los capítulos en los que la editorial ha agrupado las profundas e interesantes reflexiones del pensador.
Aunque mi selección de los textos pretende ser lo más heterogénea posible, ofreciendo muestras de casi todos estos temas, desde el punto de vista musical he querido, sin embargo, privilegiar la faceta de defensor del medio ambiente e inspirado adalid de la conservación y el respeto a la naturaleza, de ecologista precursor, de Thoreau, para que sea ella la que aflore en la vertiente musical de los programas. Escucharéis así, en las tres emisiones, más de cuarenta canciones en las que, de manera directa o de un modo tangencial, prevalece el enfoque ambientalista, esa visión del mundo que aboga por la protección y la preservación de la naturaleza como ejes principales. Los intérpretes que intervienen en este primer programa son Peter Gabriel, Joni Mitchell, The Beatles, Marvin Gaye, Three Dog Night, Fleet Foxes, Jackson Browne, Eels, Deep Forest, Ben Harper, The Handsome Family, Joe Walsh y Talking Heads.
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martes, 3 de octubre de 2017
BESSIE SMITH. UNA VIDA DESPERDICIADA
Esta semana os ofrecemos la tercera y última entrega de la serie, que iniciamos hace quince días, dedicada a Bessie Smith, la excepcional cantante de blues, de cuyo fallecimiento se cumplieron ochenta años el pasado 26 de septiembre.
Para cerrar nuestro homenaje a la inmensa artista de Tennessee hoy os dejo dieciséis de sus canciones, la mayor parte muy representativas de su obra, que cuenta con ciento sesenta temas grabados. Casi todas participan de las notas de desolación y lamento, desesperación y tristeza que caracterizan al género, tan impregnado de las vivencias de sus intérpretes, unas existencias marcadas por duras condiciones de vida, pobreza y humillaciones, penurias y discriminación racial. After you've gone, Ticket agent, ease your window down, A good man is hard to find, The St. Louis blues, Me and my gin, Dyin' by the hour, Nobody knows you when you´re down and out, You've been a good ole wagon, The yellow dog blues, Safety mama, Poor man's blues, Baby have pity on me, Young woman's blues, Wasted life blues, You've been a good ole wagon y Don't cry baby, son los títulos de los temas escogidos.
Entre las piezas musicales aparecen algunos apuntes biográficos, centrados esta semana en los últimos años de vida de Bessie Smith y en las vicisitudes de su infortunada muerte, publicados en diversas revistas digitales francesas, italianas y brasileñas, y escritos por Daniel Lesueur, Fulvio Bacci y un Rob Gordon de inequívoco seudónimo.
Me llegaba a lo más profundo en cuanto comenzaba a cantar. La manera en que hacía sonar una nota -con aquel “algo” indefinible de su voz- era inalcanzable para cualquier otro cantante de blues. Louis Armstrong.
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Una vida desperdiciada
martes, 26 de septiembre de 2017
BESSIE SMITH. MI CAMA VACÍA
La emisión de Buscando leones en las nubes de esta semana se articula sobre las mismas pautas que rigieron la de hace siete días y que servirán de organizadores de la del lunes próximo, pues son tres los programas que estamos dedicando a la inclasificable artista Bessie Smith, la Emperatriz del blues, uno de los nombres más destacados, sino el más relevante, de un género intenso y emotivo, desgarrador y melancólico,
a menudo desesperanzado y siempre tristísimo, del cual nuestra invitada, que desarrolló su carrera en el primer tercio del siglo XX, es su principal exponente.
Bessie Smith murió en un dramático accidente de carretera el 26 de septiembre de 1937; mañana, pues, se cumplen ochenta años de su fallecimiento. Con este motivo he querido dedicarle una breve serie de, como digo, tres programas, el primero de los cuales salió al aire el lunes pasado. En el espacio de esta semana os ofrezco trece de sus más representativos temas: Easy come, easy go blues, There'll be a hot time in the old town, Gulf Coast blues, I ain't nobody's bizness if i do, Jail-house blues, Careless love blues, Weeping willow blues, Down hearted blues, Need a little sugar in my bowl, Take me for a buggy ride, Jazzbo brown from memphis town, Gimme a pigfoot (and a bottle of beer) y Empty bed blues, uno de los títulos más representativos de la carrera artística de Bessie Smith, un tema muy triste, rezumando desolación y melancolía.
Todos ellos aparecen acompañados de diversos comentarios sobre su biografía artística y musical, entresacados de la obra canónica sobre Bessie Smith, escrita por Chirs Albertson, y de artículos, publicados en la prensa digital española, francesa, italiana y brasileña, respectivamente, debidos a Ramón del Solo, Daniel Lesueur, Fulvio Bacci y Rob Gordon, el ostensible “nombre de guerra” (Rob Gordon es el nombre del personaje principal de “Alta fidelidad”, la extraordinaria película musical de Stephen Frears, basada en el libro homónimo de Nick Hornby) de un periodista del país tropical.
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martes, 19 de septiembre de 2017
BESSIE SMITH. VUELVE A CASA
El programa de esta noche se constituye en el inicio de una serie de tres emisiones que vamos a dedicar a Bessie Smith, la genial cantante de blues del primer tercio del siglo pasado de cuya trágica muerte se cumplirán el próximo 26 de septiembre ochenta años.
Bessie Smith, que llegó a ser conocida como la Emperatriz del blues, es uno de los nombres míticos de la música del siglo XX, al mismo nivel que otras cantantes clásicas como Billie Holiday o Ella Fitzgerald, o que otras más recientes como Nina Simone y Aretha Franklin, las cuales ya han tenido aquí, en Buscando leones en las nubes, sus respectivos homenajes (falta tan solo Aretha Franklin, y en los próximos meses subsanaremos esa carencia).
Compartiendo con estas otras artistas, en mayor o menor medida, ciertos rasgos biográficos no demasiado amables: unos orígenes humildes, una infancia difícil, una vida proclive a los excesos, unas relaciones sentimentales conflictivas, una muy libre y a veces dificultosa expresión de la propia sexualidad, un constante coqueteo -siendo cauto en la expresión- con el alcohol y las drogas, unas frecuentes inmersiones en los abismos de la depresión, tiene también en común con ellas otros rasgos más luminosos: la potencia de su voz, la sensibilidad exacerbada, la intensidad de vida y obra, la inusual capacidad para convertir en personales, casi biográficas, las interpretaciones de unos temas que, escritos en general por otros, parecen salir de los rincones más íntimos de sus torturadas almas.
En sus cuarenta y tres escasos años de vida, Bessie Smith dejó grabados ciento sesenta temas, registrados entre 1923 y 1937, el año de su muerte. En los tres programas que ahora iniciamos os ofreceré cuarenta y tres de ellos, casi todos piezas cortas, en torno a tres minutos cada una, conforme a las posibilidades que permitía en la época la aún balbuceante industria fonográfica. La mayor parte de las canciones escogidas pueden encontrarse en Bessie Smith. The Complete Columbia Recordings, una compilación publicada en 1991, que recoge cinco volúmenes con diez cedés en los que está lo esencial de la obra de nuestra invitada.
En el muy completo cofre en el que se presentan los discos, se incluye también un interesante folleto con un extenso texto de Chris Albertson, el mayor especialista sobre la vida y la obra de Bessie Smith, autor de una biografía de referencia sobre la artista que vio la luz en Estados Unidos en 1972 y que, que yo sepa, aún no ha sido traducida al español. Diversos fragmentos de esa publicación se presentan en el programa de esta semana, como introducción a los distintos temas.
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martes, 12 de septiembre de 2017
GROUCHO MARX. LO MALO DEL AMOR
Esta semana cerramos la breve serie que iniciamos hace siete días dedicada a Groucho Marx y por extensión a sus hermanos, con ocasión del reciente cuadragésimo aniversario de su muerte, el 19 de agosto de 1977. El lunes pasado me detenía en mi presentación en el comentario acerca de la importancia objetiva y también personal, en mi propia vida, de la obra de los inefables comediantes judíos. Os remito a ese programa para completar la información sobre nuestros invitados. Igualmente, os propongo la lectura de mi reseña del libro El universo de los Marx, que podéis leer en el blog de mi otro espacio en la radio universitaria salmantina, Todos los libros un libro, para haceros una idea más cabal -aquellos que no la tengáis ya bien elaborada- del talento y la significación de los geniales cómicos.
Desde el punto de vista de los textos, la presente emisión vuelve a centrarse, como la precedente, en fragmentos entresacados de la obra de Groucho, bien sean extractos de sus libros o se trate -como ocurre en la mayor parte de los casos- de sus intervenciones en distintas películas. En todos los casos estamos ante frases muy breves, muy agudas y penetrantes, muy irreverentes y políticamente incorrectas, que, en el caso de esta noche, tienen como motivo central a las mujeres, el amor o el matrimonio, siempre desde la singular perspectiva, como digo, inconveniente y ácida, transgresora y poco complaciente, rezumando humor y causticidad, derivada del descomunal ingenio de Groucho. En numerosas ocasiones es el personaje femenino que una y otra vez interpretaba en las cintas la entrañable Margaret Dumont, el que se ve obligado a soportar impertérrito las inconveniencias del iconoclasta actor.
Entre los textos, música variada entresacada de distintas filmaciones de los Marx: Plumas de caballo, de 1932, Sopa de ganso, de 1933, Una noche en la ópera, de 1935, Un día en las carreras, de 1937; El hotel de los líos, de 1938, Los hermanos Marx en el Oeste, de 1940, Tienda de locos, de 1941, Amor en conserva, de 1949, y Copacabana, de 1947, esta última con la exclusiva participación de Groucho. Como ya advertí en la emisión del lunes pasado, el origen cinematográfico de los temas seleccionados hace que en la banda sonora del programa se entremezclen piezas interpretadas por orquestas sin identificar, melifluas y empalagosas baladas románticas, interludios sobre obras clásicas, pasajes de piano o arpa a cargo de Chico y Harpo respectivamente, agitadas propuestas de jazz o blues, números colectivos de corte vodevilesco, parlamentos cantados en los que descuella la transgresora insensatez de Groucho y, en general, cualquier recurso musical empleado por los Marx para “relajar” la acción de sus trepidantes películas, poniendo pausa y sosiego entre la sucesión de sus desopilantes ocurrencias. Algunos de los intérpretes presentes en la emisión son la propia Margaret Dumont, que además de sufrir como actriz las “agresiones” de Groucho se vio obligada a cantar en alguna ocasión, Allan Jones, Kitty Carlisle, Olga Dane, Ivie Anderson, John Carroll, Tony Martin, Vera Ellen, Carmen Miranda, Virginia O’Brien y, como se ha dicho, los inefables hermanos, Chico, Harpo y, claro está, Groucho con sus desenfadadas y provocadoras intervenciones, tanto en surrealistas canciones como en insólitos parlamentos.
Entre los textos, música variada entresacada de distintas filmaciones de los Marx: Plumas de caballo, de 1932, Sopa de ganso, de 1933, Una noche en la ópera, de 1935, Un día en las carreras, de 1937; El hotel de los líos, de 1938, Los hermanos Marx en el Oeste, de 1940, Tienda de locos, de 1941, Amor en conserva, de 1949, y Copacabana, de 1947, esta última con la exclusiva participación de Groucho. Como ya advertí en la emisión del lunes pasado, el origen cinematográfico de los temas seleccionados hace que en la banda sonora del programa se entremezclen piezas interpretadas por orquestas sin identificar, melifluas y empalagosas baladas románticas, interludios sobre obras clásicas, pasajes de piano o arpa a cargo de Chico y Harpo respectivamente, agitadas propuestas de jazz o blues, números colectivos de corte vodevilesco, parlamentos cantados en los que descuella la transgresora insensatez de Groucho y, en general, cualquier recurso musical empleado por los Marx para “relajar” la acción de sus trepidantes películas, poniendo pausa y sosiego entre la sucesión de sus desopilantes ocurrencias. Algunos de los intérpretes presentes en la emisión son la propia Margaret Dumont, que además de sufrir como actriz las “agresiones” de Groucho se vio obligada a cantar en alguna ocasión, Allan Jones, Kitty Carlisle, Olga Dane, Ivie Anderson, John Carroll, Tony Martin, Vera Ellen, Carmen Miranda, Virginia O’Brien y, como se ha dicho, los inefables hermanos, Chico, Harpo y, claro está, Groucho con sus desenfadadas y provocadoras intervenciones, tanto en surrealistas canciones como en insólitos parlamentos.
No me resisto a dejar aquí, en nuestra habitual sección de vídeos, la antológica escena del camarote de Una noche en la ópera. Sin música, en su versión doblada al castellano, representa la esencia del disparatado y transgresor humor “marxista”.
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martes, 5 de septiembre de 2017
GROUCHO MARX. ESTOS SON MIS PRINCIPIOS
Bienvenidos a una nueva temporada de Buscando leones en las nubes que abre esta semana su decimonoveno curso saliendo al aire en la emisora universitaria salmantina. Cumplimos ya, pues, dieciocho años ininterrumpidos ofreciéndoos una muestra semanal de excelente música y no menos espléndidos textos literarios en una conjunción que siempre hemos pretendido que fuera entretenida, agradable, interesante y sugestiva.
En esta emisión inicial queremos celebrar el enorme talento artístico de los Hermanos Marx, y en particular el del inefable Groucho, de cuyo fallecimiento se cumplieron hace pocos días los cuarenta años. En efecto, el 19 de agosto de 1977 moría en Los Ángeles una de las figuras indiscutibles de la comedia cinematográfica, dejando tras de sí un legado inigualable de al menos una docena de películas, algunas de ellas auténticos clásicos, dos desternillantes libros de memorias, Groucho y yo y Memorias de un amante sarnoso, y una hilarante recopilación de guiones radiofónicos, Groucho y Chico abogados, todos ellos publicados en España por Tusquets, además de decenas de participaciones en obras de teatro, espectáculos de vodevil y programas de televisión.
Los cinco hermanos Marx, el propio Groucho, Harpo y Chico, los más conocidos, pero también Zeppo y Gummo, identificables solo para los más versados en la trayectoria de la troupe “marxista”, están indisolublemente unidos a mi vida y mis recuerdos de infancia y juventud, pues siempre fueron mis comediantes favoritos. Su humor, en particular el irreverente y disparatado, el surrealista y provocador, el agudo e ingenioso de Groucho, me ha entusiasmado desde los diez años, y aún ahora veo una y otra vez sus películas, que provocan en mí los mismos efectos que llevan causando desde hace medio siglo: carcajadas e hilaridad desatadas. El próximo miércoles, 6 de septiembre, os ofrezco en Todos los libros un libro, mi otro espacio en Radio Universidad, la reseña de un libro sobre los geniales comediantes, en la que os detallo con más detenimiento no solo los sobresalientes valores objetivos de los artistas sino también su muy especial vinculación a mi trayectoria vital. Podréis leer el extenso comentario en todosloslibrosunlibro.blogspot.com, el blog del programa.
En la sesión de hoy -la primera de una breve serie de dos centrada en Groucho- os voy a ofrecer veintiún textos cortos, frases ocurrentes, réplicas rapidísimas, diálogos mordaces, pensamientos fulgurantes e imprevisibles, recogidos de las películas y libros de Groucho. Se trata de significativas muestras -algunas muy populares y reconocibles- del humor inteligente, cáustico, de hiriente pero en el fondo benévola acidez, del revolucionario cómico estadounidense.
Para atemperar las risotadas que sin duda os provocarán los disparates de Groucho he optado por presentaros música extraída de sus películas. Esta noche os ofrezco piezas que aparecen en Los cuatro cocos, de 1929, El conflicto de los Marx, de 1930, Pistoleros de agua dulce, de 1931, y Una tarde en el circo, de 1939, las cuatro, auténticas joyas de la historia del cine. Los Marx solían intercalar en la tronchante sucesión de humoradas que constituían sus películas variadas piezas musicales -que cuando era niño detestaba, porque impedían seguir disfrutando de la insensatez de los hermanos- en las que muchas veces seguía prevaleciendo el despropósito y el desvarío de sus textos. Teniendo en cuenta esta peculiaridad de origen, entre los temas que esta noche escucharéis se suceden enfáticas arias de Verdi, divertidas interpretaciones de Chico al piano y reposados solos de arpa del mudito Harpo, atronadores clímax de grandilocuentes big bands y piezas de orquestas más o menos anónimas, descabellados números colectivos presididos por un absoluto desatino y almibaradas baladas románticas. A veces, también, brotan intercalados fragmentos de parlamentos, casi siempre del “verborreico” Groucho. En este heteróclito muestrario se puede apreciar el talento de Irving Berlin, Mary Eaton, Oscar Shaw, Maxime Castle, Kenny Baker, Florence Rice, Lillian Roth, Hal Thompson, Bert Kalmar, Harry Ruby, Richard Grieg, Dudley Dickerson y, como se ha dicho, los propios Harpo, Chico y Groucho.
Para atemperar las risotadas que sin duda os provocarán los disparates de Groucho he optado por presentaros música extraída de sus películas. Esta noche os ofrezco piezas que aparecen en Los cuatro cocos, de 1929, El conflicto de los Marx, de 1930, Pistoleros de agua dulce, de 1931, y Una tarde en el circo, de 1939, las cuatro, auténticas joyas de la historia del cine. Los Marx solían intercalar en la tronchante sucesión de humoradas que constituían sus películas variadas piezas musicales -que cuando era niño detestaba, porque impedían seguir disfrutando de la insensatez de los hermanos- en las que muchas veces seguía prevaleciendo el despropósito y el desvarío de sus textos. Teniendo en cuenta esta peculiaridad de origen, entre los temas que esta noche escucharéis se suceden enfáticas arias de Verdi, divertidas interpretaciones de Chico al piano y reposados solos de arpa del mudito Harpo, atronadores clímax de grandilocuentes big bands y piezas de orquestas más o menos anónimas, descabellados números colectivos presididos por un absoluto desatino y almibaradas baladas románticas. A veces, también, brotan intercalados fragmentos de parlamentos, casi siempre del “verborreico” Groucho. En este heteróclito muestrario se puede apreciar el talento de Irving Berlin, Mary Eaton, Oscar Shaw, Maxime Castle, Kenny Baker, Florence Rice, Lillian Roth, Hal Thompson, Bert Kalmar, Harry Ruby, Richard Grieg, Dudley Dickerson y, como se ha dicho, los propios Harpo, Chico y Groucho.
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martes, 1 de agosto de 2017
JOHN COLTRANE. MY ONE AND ONLY LOVE
Buscando leones en las nubes os da la bienvenida una semana más, aunque no una cualquiera porque hoy cerramos las emisiones por este curso y hasta el próximo mes de septiembre. Y lo hacemos con el capítulo postrero de la serie de homenaje a John Coltrane que con ocasión de cincuentenario de su muerte os estamos ofreciendo desde hace quince días.
Hoy, al igual que en la emisión precedente, os propongo un nuevo acercamiento a la dimensión más recogida, más amable, más intimista y delicada del músico norteamericano, esa que aflora en sus baladas y en discos como The gentle side of John Coltrane o en recopilaciones como John Coltrane for lovers, quizá en exceso comerciales, aunque ya sabéis que en nuestro espacio no presumimos de exquisitez y por ello no ponemos reparos a la belleza aunque venga avalada -para tantos depreciada- por la aceptación mayoritaria. Y belleza hay, a raudales, en las versiones que hace nuestro invitado -en algún caso, como ya ocurriera el lunes pasado, acompañado por la grave y magnífica voz de Johnny Hartman- de algunos clásicos, standards muy conocidos de la historia de la música popular.
Intercalados entre los temas musicales, os presento sugestivos fragmentos de My favorite things. Conversaciones con Coltrane, el libro de clarificadoras entrevistas con Coltrane, y de A Love Supreme y John Coltrane, la monografía de Ashley Kahn sobre la obra mayor del saxofonista. En ellos afloran las opiniones del artista sobre su propia obra, sobre la experimentación y la creatividad, sobre la inspiración y las emociones que despierta la música.
De esta manera, Elena Villegas, responsable del buen funcionamiento de los artefactos electrónicos, y Alberto San Segundo, que pone su inspiración y su sensibilidad, sus ideas y su gusto, sus buenas intenciones y su muy mejorable voz al servicio de cada programa, os decimos así adiós, confiando en que hayáis disfrutado de la emisión y de todas las anteriores -quinientas setenta y cinco en total llevamos ya- e invitándoos a estar con nosotros dentro de un mes, exactamente el 4 de septiembre, en que empezaremos un nuevo curso con más música y más literatura. Pasad un muy buen mes de agosto. Hasta pronto. Adiós.
He estado leyendo un libro sobre la vida de Van Gogh, y he tenido que hacer una pausa y pensar en esa maravillosa y persistente fuerza: la urgencia creadora. La urgencia creadora estaba en ese hombre que se encontraba en total desacuerdo con el mundo en que vivía. Y, a pesar de la adversidad, las frustraciones, los rechazos, un arte vivo y magnífico surgió de él, desbordándolo. ¡Si pudiera estar aquí hoy! La verdad es indestructible. Por lo que se ve, la historia muestra (y lo mismo ocurre hoy) que el innovador suele ser condenado en cierta medida; generalmente según el grado en que se aleja de los modos de expresión predominantes, o como quieras llamarlo. El cambio siempre es difícil de aceptar. También vemos que esos innovadores siempre intentan revitalizar, ampliar y reconstruir el statu quo en sus respectivos terrenos siempre que sea necesario. Muchas veces son rechazados, completamente marginados, considerados ciudadanos de segunda, etcétera. Precisamente por las sociedades a las que aportan tanto sustento. Muchas veces son personas que soportan graves tragedias personales en sus vidas. Sea cual sea el caso, aceptados o rechazados, ricos o pobres, siempre les guía esa constante eterna, la urgencia creadora. Cuidémosla y alabemos por ella a Dios. John Coltrane
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martes, 25 de julio de 2017
THE GENTLE SIDE OF JOHN COLTRANE
Esta semana continuamos con la serie que iniciamos hace siete días y que finalizará el próximo lunes dedicada a John Coltrane, el excepcional músico de Carolina del Norte, un saxofonista de descomunal talla artística, uno de los grandes nombres de la historia del jazz y, sin exageración, de la música popular del último siglo. Y medio siglo, cincuenta años, es lo que ha pasado desde el fallecimiento de Coltrane hasta estos días, razón por la que nuestro espacio ha querido conmemorar su inmensa figura con los tres programas que integran la serie mencionada.
Y si el lunes pasado os ofrecía la versión más áspera, más difícil y esquiva, de la obra del músico, también la más anticipadora y arriesgada, hoy nos vamos a deslizar de un modo evidente hacia su lado más amable, más intimista, más melódico, más lírico, el del excepcional intérprete de baladas que también fue -en paralelo a los experimentos y las innovaciones- John Coltrane. Así, en la próxima hora sonarán una decena de temas clásicos -muchos de ellos standards bien conocidos- reelaborados, recreados, reinventados por el magistral talento del músico. En algunos de ellos comparece la voz grave y profunda, intensa y romántica, de Johnny Hartman, que tantas veces acompañó a Coltrane.
Entre ellos, y como a lo ocurrirá a lo largo de las tres entregas de esta serie, aparecerán textos entresacados de dos obras fundamentales: My favorite things. Conversaciones con Coltrane, el libro publicado en España por la editorial Alpha Decay, en su colección Alpha Mini, que recoge, con la traducción de Isabel Nuñez, tres entrevistas del artista con periodistas musicales franceses a principios de la década de los sesenta del pasado siglo, junto a una interesante carta de Coltrane a otro periodista, Don DeMichael. Igualmente encontraréis citas de A Love Supreme y John Coltrane, la obra de referencia inexcusable del experto Ashley Kahn.
Quisiera aportar a la gente algo que se parece a la felicidad. Me gustaría descubrir un procedimiento tal que sólo deseando que lloviera, se pusiera enseguida a llover. Si uno de mis amigos se pusiera enfermo, yo tocaría cierta melodía y se curaría; si se arruinara, yo interpretaría otra canción e inmediatamente recibiría todo el dinero que necesitara. Pero cuáles son esas piezas y cuál es la vía que debo recorrer para lograr su conocimiento, lo ignoro. Los auténticos poderes de la música son aún desconocidos. Quisiera provocar reacciones en los oyentes de mi música, llegar a crear auténticos climas. John Coltrane
Quisiera aportar a la gente algo que se parece a la felicidad. Me gustaría descubrir un procedimiento tal que sólo deseando que lloviera, se pusiera enseguida a llover. Si uno de mis amigos se pusiera enfermo, yo tocaría cierta melodía y se curaría; si se arruinara, yo interpretaría otra canción e inmediatamente recibiría todo el dinero que necesitara. Pero cuáles son esas piezas y cuál es la vía que debo recorrer para lograr su conocimiento, lo ignoro. Los auténticos poderes de la música son aún desconocidos. Quisiera provocar reacciones en los oyentes de mi música, llegar a crear auténticos climas. John Coltrane
martes, 18 de julio de 2017
JOHN COLTRANE. MY FAVORITE THINGS
En las tres emisiones que restan para finalizar el curso, empezando por la de esta semana, vamos a centrarnos en una figura esencial en el influyente mundo del jazz -y por extensión en el de la música en general- del siglo XX. Se trata del saxofonista John Coltrane, que murió el 17 de julio de 1967, ayer hizo, pues, cincuenta años exactos.
Con ocasión de este aniversario vamos a repasar, como digo en tres programas consecutivos, su inmensa figura a partir de una muestra de una treintena de sus temas principales y más representativos, aunque hay que advertir de antemano, no obstante, que una obra de una magnitud tan inabarcable como la del músico norteamericano -una mera consulta a la Wikipedia permite constatar la existencia de más de cien álbumes grabados en sus cuarenta años de vida- resulta imposible de “resumir” en apenas tres escasas horas de radio.
La estructura de los programas será, en todos los casos, idéntica, aunque con ligeras variaciones de enfoque entre ellos. El núcleo central de cada espacio será, como parece obvio, su música, de la que os dejo una antología elegida con criterios no solo objetivos -piezas musicales con carácter emblemático, descriptivas de las líneas maestras de la producción artística de Coltrane- sino también rabiosamente subjetivos, con una estrecha vinculación a momentos señalados en mi propia biografía, en la que el saxofonista de Carolina del Norte ha ocupado un lugar preponderante y hasta -si exagero levemente- trascendental.
En este sentido, y simplificando en exceso mi lectura de la obra de Coltrane, podríamos decir que podemos encontrar, al menos, dos grandes vertientes en su música. Hay, sin duda, una vía vanguardista y rompedora, revolucionaria, de experimentación y osadía, de descubrimiento e investigación, de innovación y cambio, de rugiente frenesí, de agitación y de enfrentamiento en ocasiones violento -en términos artísticos- con las convenciones del jazz de su época; una vía que se refleja en las interpretaciones basadas en la improvisación, los largos solos, la quiebra de las estructuras musicales consabidas y habituales, las piezas de difícil -a veces imposible- “acceso” para los oídos del profano; y hay también otra vía, más lírica, más melódica, más asequible, en la que -sin perder el espíritu de indagación y aventura, de exigencia y riesgo; y por supuesto con talento y maestría- se recrean clásicos de la música popular, famosos standards del jazz o temas bien conocidos de la tradición folklórica anglosajona.
Pese al impacto que en mi vida provocó la primera de esas dos facetas -sobre todo a raíz de la lectura de Rayuela, la novela de Julio Cortázar que me mostró a Coltrane y me hizo entrar apasionadamente en la inmensidad de su obra-, pronto pude constatar que es esa otra dimensión más “ligera”, la de las baladas, la de las “canciones” en el sentido más convencional del vocablo, se acomoda mejor a mi personalidad. Con poco más de veinte años, ya me deleitaba con el doble disco The gentle side of John Coltrane, que recogía ese lado amable, tierno, suave y delicado, de una exquisita sensibilidad, del artista.
Siguiendo esa doble lógica, y aunque en cada uno de los tres programas aparecerán muestras de ambas líneas, dejo esta primera emisión para las piezas con una mayor complejidad, más abruptas incluso, que alcanzaron su máxima expresión en la obra de Coltrane en A love supreme, su obra maestra de 1964.
El cierre de esta noche lo pondrá la larguísima y excepcional revisión que hace Trane de My favorite things, quizá la canción más conocida de la película Sonrisas y lágrimas, una prueba ejemplar de cómo el talento del músico es capaz de “desarticular” -hoy se diría deconstruir- una melodía convencional hasta convertirla en una hipnótica e intensa experiencia sonora. Una cinta -una casete, en el lenguaje de la época- de este disco me acompañó durante decenas de horas en el alegre ocio de mis primeros años de profesor, en los que no hacía más que crecer mi fascinación por Coltrane y su grupo de acompañamiento “canónico”, con McCoy Tyner al piano, Elvin Jones a la batería y Jimmy Garrison al bajo, un trío presente en gran parte de las interpretaciones de estos tres programas.
Las dos últimas entregas de la serie, en cambio, os ofrecerán la ocasión de disfrutar la absoluta belleza de una veintena de temas intemporales, en interpretaciones magníficas, a la vez clásicas e innovadoras, de nuestro invitado de hoy.
Entre los temas musicales, os ofrezco fragmentos de algunos interesantes libros sobre Coltrane. En concreto, han sido dos mis fuentes de referencia a la hora de confeccionar los programas. La mayor parte de las citas proceden de My favorite things. Conversaciones con Coltrane, un librito de la editorial Alpha Decay, en su colección Alpha Mini, en el que, con la traducción de Isabel Nuñez, se recogen tres entrevistas del artista con Michel Delorme, Jean Clouzet y Claude Lenissois, en 1962, 1963 y 1965, y una sustanciosa carta de Coltrane a otro periodista, Don DeMichael. Además, hay algunos textos extraídos de A Love Supreme y John Coltrane, el ya clásico estudio de Ashley Kahn.
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martes, 11 de julio de 2017
A PROPÓSITO DE LAS MUJERES
Una vez más Buscando leones en las nubes os ofrece una emisión muy femenina, con textos y temas musicales debidos íntegramente a mujeres. Hace unos meses, a finales de marzo, dedicaba mi otro espacio en la emisora universitaria salmantina, Todos los libros un libro, a la escritora italiana Natalia Ginzburg, de cuya interesante obra os hablé en una reseña que ahora podéis recuperar en el blog del programa, del mismo título. Uno de los volúmenes que entonces os presenté, una colección de cuentos agrupados bajo la rúbrica A propósito de las mujeres, venía precedido, en la edición de Lumen, por un breve pero sustancioso prólogo, en el que la autora disecciona con agudeza e inteligencia -y también con las limitaciones de la época en que fue escrito, a mediados del siglo pasado (no sé si su descarada franqueza provocará hoy, en estos tiempos de corrección política, más de un rechazo)- algunos rasgos significativos de la personalidad femenina, dando cuenta de las frustraciones y los miedos, de las esperanzas y la angustia, del cansancio, el aburrimiento y el dolor, del sufrimiento, la tristeza y la melancolía, de la infelicidad y también de las ansias de libertad de las mujeres. Ese texto, casi íntegro y que os dejo también aquí en el blog como cierre a esta presentación, estructura la parte literaria del programa.
Entre los distintos fragmentos suenan una decena de canciones interpretadas también por mujeres; temas todos que cuentan con las notas de recogimiento e introspección, de elegancia y delicadeza que constituyen los rasgos más característicos de la mayoría de las propuestas musicales de Buscando leones en las nubes. Malene Mortensen, Ina Forsman, Paola Turci, Lotte Kestner, Thilda, Silje Nergaard, Krista Johnson, Cara Matthew, Simone Kopmajer y una de nuestras invitadas favoritas, Ingrid St-Pierre, con su aniñada y deliciosa voz.
He conocido a muchísimas mujeres, a mujeres tranquilas y a mujeres no tranquilas, pero también las tranquilas caen en el pozo: todas caen en el pozo de vez en cuando. He conocido a mujeres que se consideran muy feas y a mujeres que se consideran muy guapas, a mujeres que viajan y a mujeres que no, a mujeres que sufren dolor de cabeza de vez en cuando y a mujeres que nunca lo sufren, a mujeres que se lavan el cuello y a mujeres que no se lo lavan, a mujeres que tienen muchos hermosos pañuelos blancos de hilo y a mujeres que no tienen pañuelos o, si los tienen, los pierden, a mujeres que llevan sombrero y a mujeres que no llevan, a mujeres que temen estar demasiado gordas y a mujeres que temen estar demasiado delgadas.
He conocido a mujeres que se pasan el día en el campo con la azada y a mujeres que parten la leña con la rodilla y encienden el fuego y preparan la polenta y mecen al niño y lo amamantan, y a mujeres que se aburren mortalmente y asisten a cursos de historia de las religiones, y a mujeres que se aburren mortalmente y sacan a pasear al perro, y a mujeres que se aburren mortalmente y se dedican a martirizar a quien tienen a mano, a su marido o a su hijo o a la criada, y a mujeres que salen por la mañana con las manos amoratadas por el frío y una bufandita al cuello y a mujeres que salen por la mañana moviendo el trasero y contemplando su reflejo en los escaparates, y a mujeres que han perdido su trabajo y se sientan a comer un bocadillo en un banco del jardín de la estación a empolvarse ligeramente la cara.
He conocido a muchísimas mujeres, y ahora estoy segura de descubrir en ellas al cabo de un rato algo digno de conmiseración, un problema mantenido más o menos en secreto, más o menos grande: la tendencia a caer en el pozo y encontrarse con una posibilidad de sufrimiento infinito que los hombres no conocen tal vez porque gozan de mejor salud o son más capaces de olvidarse de sí mismos y de identificarse con su trabajo, más seguros de sí y más dueños de su cuerpo y de su vida, y más libres.
Las mujeres comienzan en la adolescencia a sufrir y a llorar en secreto en su habitación, lloran por culpa de su nariz o de su boca o de alguna parte de su cuerpo que no les gusta, o lloran porque creen que nadie las querrá nunca, o porque tienen miedo de ser estúpidas, o porque tienen miedo de aburrirse en vacaciones, o porque tienen pocos vestidos: estas son las razones que se dan a sí mismas, pero en el fondo no son más que pretextos y en verdad lloran porque han caído en el pozo y saben que a lo largo de su vida caerán en él a menudo, lo que les hará más difícil llevar adelante algo serio.
Las mujeres piensan mucho en ellas mismas y piensan de una forma amarga y febril que los hombres desconocen. Es muy difícil que lleguen a identificarse con el trabajo que realizan, es difícil que consigan emerger de esas aguas oscuras y dolorosas de su melancolía y olvidarse de sí mismas.
Las mujeres tienen hijos y cuando nace el primer niño aparece en ellas una nueva especie de tristeza hecha de cansancio y miedo, y aparece siempre, incluso en las mujeres más sanas y tranquilas. Es el miedo a que el niño enferme, o es el miedo a no tener suficiente dinero para comprar cuanto necesita el niño, o es el miedo a tener la leche demasiado grasa o a tenerla demasiado líquida, es la sensación de no poder viajar tanto como antes, o la sensación de no poder dedicarse ya a la política, o la sensación de no poder volver a escribir o de no poder pintar como antes o de no poder escalar montañas como antes por culpa del niño; es la sensación de no poder disponer de la propia vida, la preocupación de tener que protegerse de la enfermedad y la muerte porque la salud y la vida de una mujer es necesaria para su hijo.
Y hay mujeres que no tienen hijos, y esta es una gran desgracia, es la peor desgracia que puede sucederle a una mujer, porque en un momento dado todo se convierte en desierto y aburrimiento y hastío de las cosas que antes se hacían con audacia, escribir y pintar y hablar de política y hacer deporte, y todo se convierte en cenizas en sus manos, y una mujer consciente o inconscientemente se avergüenza de no haber tenido hijos y empieza a viajar, pero incluso viajar es difícil para una mujer, porque tiene frío o porque le duelen los zapatos o porque se le hacen carreras en las medias o porque la gente se sorprende de ver a una mujer que viaja y mete las narices en todas partes. Y todo esto aún puede superarse, pero además está la melancolía y las cenizas en las manos y la envidia al ver las ventanas iluminadas de las casas en las ciudades extranjeras.
Tal vez consigan vencer la melancolía un largo tiempo y paseen al sol con paso firme y hagan el amor con los hombres y ganen dinero y se sientan inteligentes y bellas, ni demasiado gordas ni demasiado delgadas, y se compren sombreros extravagantes con lazos de terciopelo y lean libros y los escriban, pero en un momento dado caen de nuevo en el pozo con miedo y vergüenza y desprecio de sí mismas y ya no consiguen escribir libros y tampoco leerlos, no logran interesarse por nada que no sea su problema personal, que muchas veces no saben explicarse bien y al que dan nombres diversos, nariz fea boca fea piernas feas aburrimiento cenizas hijos no hijos.
Y luego las mujeres empiezan a envejecer y se buscan las canas para arrancárselas y se miran las ligeras arrugas debajo de los ojos y comienzan a tener que ponerse fajas con dos ballenas en la barriga y dos en el trasero y dentro de ellas se sienten oprimidas y sofocadas, y todas las mañanas y todas las noches observan cómo su rostro y su cuerpo se transforman poco a poco en algo nuevo y penoso que pronto ya no servirá para nada, ya no servirá para hacer el amor ni para viajar ni para practicar deporte, sino que será algo que ellas mismas deberán cuidar con agua caliente y masajes y cremas o bien dejarlo que vaya devastándose y marchitándose bajo la lluvia y el sol y olvidar el tiempo en que fue bello y joven.
Las mujeres son una estirpe desgraciada e infeliz con muchos siglos de esclavitud a sus espaldas y lo que tienen que hacer es defenderse con uñas y dientes de su malsana costumbre de caer en el pozo, porque un ser libre no cae casi nunca en el pozo ni piensa siempre en sí mismo, sino que se ocupa de todas las cosas importantes y serias que hay en el mundo y solo se ocupa de sí mismo esforzándose por ser día a día más libre. La primera que debe aprender a actuar así soy yo, porque de lo contrario seguro que nunca podré hacer nada serio y el mundo no progresará mientras esté poblado por una legión de seres que no se sienten libres.
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A propósito de las mujeres,
Natalia Ginzburg
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