Esta semana cerramos la breve serie que iniciamos hace siete días dedicada a Groucho Marx y por extensión a sus hermanos, con ocasión del reciente cuadragésimo aniversario de su muerte, el 19 de agosto de 1977. El lunes pasado me detenía en mi presentación en el comentario acerca de la importancia objetiva y también personal, en mi propia vida, de la obra de los inefables comediantes judíos. Os remito a ese programa para completar la información sobre nuestros invitados. Igualmente, os propongo la lectura de mi reseña del libro El universo de los Marx, que podéis leer en el blog de mi otro espacio en la radio universitaria salmantina, Todos los libros un libro, para haceros una idea más cabal -aquellos que no la tengáis ya bien elaborada- del talento y la significación de los geniales cómicos.
Entre los textos, música variada entresacada de distintas filmaciones de los Marx: Plumas de caballo, de 1932, Sopa de ganso, de 1933, Una noche en la ópera, de 1935, Un día en las carreras, de 1937; El hotel de los líos, de 1938, Los hermanos Marx en el Oeste, de 1940, Tienda de locos, de 1941, Amor en conserva, de 1949, y Copacabana, de 1947, esta última con la exclusiva participación de Groucho. Como ya advertí en la emisión del lunes pasado, el origen cinematográfico de los temas seleccionados hace que en la banda sonora del programa se entremezclen piezas interpretadas por orquestas sin identificar, melifluas y empalagosas baladas románticas, interludios sobre obras clásicas, pasajes de piano o arpa a cargo de Chico y Harpo respectivamente, agitadas propuestas de jazz o blues, números colectivos de corte vodevilesco, parlamentos cantados en los que descuella la transgresora insensatez de Groucho y, en general, cualquier recurso musical empleado por los Marx para “relajar” la acción de sus trepidantes películas, poniendo pausa y sosiego entre la sucesión de sus desopilantes ocurrencias. Algunos de los intérpretes presentes en la emisión son la propia Margaret Dumont, que además de sufrir como actriz las “agresiones” de Groucho se vio obligada a cantar en alguna ocasión, Allan Jones, Kitty Carlisle, Olga Dane, Ivie Anderson, John Carroll, Tony Martin, Vera Ellen, Carmen Miranda, Virginia O’Brien y, como se ha dicho, los inefables hermanos, Chico, Harpo y, claro está, Groucho con sus desenfadadas y provocadoras intervenciones, tanto en surrealistas canciones como en insólitos parlamentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario