martes, 28 de mayo de 2024


ME DESORDENO, AMOR 

En las últimas semanas, nuestro espacio ha venido ofreciéndoos una larga serie dedicada a algunas destacadas poetas hispanoamericanas. Empezamos el ciclo con dos emisiones centradas en Dulce María Loynaz, cubana; lo continuamos con otras dos en las que el protagonismo recayó en la nicaragüense Gioconda Belli; y proseguimos con cuatro programas cuyo núcleo principal en la intensa poeta uruguaya Idea Vilariño. Hoy, la serie llega a su novena entrega con un espacio dedicado a la también cubana Carilda Oliver, cuyos versos sonarán en esta próxima hora y también en el espacio de dentro de siete días. 

Carilda Oliver, de cuyo nacimiento se cumplirán cien años el próximo 6 de julio, fue doctora en Derecho, abogada, profesora de pintura, dibujo y escultura, promotora cultural y excelente poeta, llegando a obtener en su país el Premio Nacional de Literatura en 1998. Fue una mujer atrevida, transgresora en su vida personal, pródiga en amantes y maridos, libre e independiente en su dimensión social, irreverente, desprejuiciada y hasta escandalosa en la muy conservadora sociedad cubana de su tiempo, con difíciles relaciones con el régimen castrista que intentó proscribirla y hasta invisibilizarla, aunque solo en el ámbito oficial y en de la crítica literaria, pues su reconocimiento popular era extraordinario, siendo sus obras muy leídas y difundidas. Y es que su poesía, popular ya antes de la revolución castrista, era vista por las nuevas autoridades como tibia ideológicamente, al centrarse el espacio privado, en lo cotidiano, lo doméstico, sin que su escritura, como era preceptivo, manifestase una adhesión ideológica explícita al régimen. 

Los temas principales de su poesía son, como podréis comprobar en los dos programas, la soledad, la independencia personal, la libertad, los hombres, el abandono, la tristeza y, sobre todo, el amor, el erotismo, la sensualidad, los desvaríos de la pasión, el fracaso, las pérdidas y las carencias amorosas, también la muerte, pues Carilda Oliver encarnaba en vida y obra, al decir de sus estudiosos, el tópico de la femme fatale, una suerte de mito erótico que aúna sensualidad y muerte. De ella se decía que traía la muerte consigo, porque muchos de sus seres queridos, morían inexplicablemente, como si la poetisa fuera una suerte de mensajera de “la dama de la guadaña”. Esa mezcla explosiva y letal de talento y de belleza irresistible, aderezó esta leyenda negra que decía que sus parejas estables, amantes y hasta incluso, sus enamorados, terminaban muriendo o padeciendo las suertes más aciagas, como afirma la profesora Bibiana Collado en un esclarecedor artículo sobre la poeta. 

En sus versos prima lo coloquial, lo autobiográfico, lo conversacional, la oralidad, rasgos todos que afloran en poemas que, a menudo, se acomodan a la versificación clásica, silvas, redondillas, cuartetas, décimas, sobre todo sonetos. En ellos destacan el ritmo y la musicalidad que proporciona el uso frecuente de la rima consonante, un efecto que, por desgracia, se perderá en mi lamentable locución. 

Entre ellos, y en las dos emisiones del breve ciclo, van a sonar una larga veintena de temas de una cantante muy presente en la extensa historia de Buscando leones en las nubes y que ya protagonizó la primera entrega de las cuatro dedicadas en semanas precedentes a Idea Vilariño. Se trata, nuestros seguidores habituales lo habréis ya adivinado, de Melody Gardot, cuyas canciones exquisitas, elegantes y llenas de sensibilidad constituyen una espléndida banda sonora para la poesía de la cubana. Espero que disfrutéis de música y poemas.

Me desordeno, amor

martes, 21 de mayo de 2024

 Y ENTONCES TU RECUERDO

Hoy las apreturas de tiempo me obligan a ser aún mucho más conciso de lo habitual en estos preámbulos. Ya sabéis que en Buscando leones en las nubes siempre queremos privilegiar la voz de los autores y los músicos antes que las muchas veces innecesarias presentaciones. Y esta noche, la extensión de los textos y de las piezas musicales aconsejan minimizar esta introducción. Os diré sólo que la de hoy es la cuarta y última emisión dedicada a la magnífica poeta Idea Vilariño, a quien hemos consagrado las tres ediciones anteriores del programa. 

Los desolados poemas de la excelente escritora uruguaya se ofrecerán en contrapunto, de nuevo, como la semana pasada, a las canciones estremecidas y melancólicas de los Tindersticks, uno de mis grupos favoritos. Y como, insisto, lo importante son los versos de Idea Vilariño y las melodías de los Tindersticks, dejo aquí este prólogo y os invito a disfrutar del programa. 


Ya no


Ya no será

ya no

no viviremos juntos

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa

no te tendré de noche

no te besaré al irme

nunca sabrás quién fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber

por qué ni cómo nunca

ni si era de verdad

lo que dijiste que era

ni quién fuiste

ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido

vivir juntos

querernos

esperarnos

estar.

Ya no soy más que yo

para siempre y tú

ya

no serás para mí

más que tú. Ya no estás

en un día futuro

no sabré dónde vives

con quién

ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca

como esa noche

nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.


Y entonces tu recuerdo

martes, 14 de mayo de 2024


ESTA POBRE COSA DESTROZADA 

Esta noche Buscando leones en las nubes os ofrece la tercera entrega de la serie que en las últimas semanas estamos dedicando a la poeta uruguaya Idea Vilariño. Imagino que los poemas leídos en los dos programas anteriores os habrán permitido percibir la magnitud de su poesía, en la que en versos breves, entrecortados, desprovistos de puntuación, regidos por una sencillez (aparentemente) franciscana, como ha escrito Leila Guerriero, se nos habla del amor, de la atracción, del deseo y la pasión, en “escenas” que muestran separaciones y desencuentros, amenazas y reconciliaciones, en un clima de desgarro, desesperación e impotencia, de dolor y terrible soledad. Sobran, pues, ahora, más palabras de presentación, de modo que podemos centrarnos en la degustación de los formidables poemas de la escritora sudamericana. 

En la emisión de hoy, el contrapunto sonoro a los versos que vais a escuchar lo ponen las canciones de un grupo excelente, con bastantes años ya de historia a sus espaldas, un grupo, los Tindersticks, que ha aparecido muchas veces en nuestro programa, pues sus canciones, tristísimas, rezumando nostalgia, introspección, delicadeza y pasión, se acomodan muy bien al espíritu de nuestra emisión y encajan también, por tanto, de maravilla, como veréis, entre los versos crudos, sufrientes y descarnados de Idea Vilariño.

 
Esta pobre cosa destrozada

martes, 7 de mayo de 2024


SI MURIERA ESTA NOCHE 

Esta semana os ofrezco una nueva entrega de la serie que empezamos hace siete días, dedicada a Idea Vilariño, la genial poeta uruguaya, de cuya muerte el 29 de abril de 2009 se cumplieron quince años hace unos días. Idea Vilariño es autora de una obra corta, tanto en lo que tiene que ver con la extensión total de su producción, pues al parecer no llegó a escribir más de 300 páginas, como en la propia brevedad y concisión de sus poemas. Con una temática centrada en el cuerpo, el deseo, lo femenino y, sobre todo el amor, el amor conflictivo, desesperado, apasionado, frustrado, imposible, sus versos conmueven y emocionan, por su desesperación y su desgarro, por su arrebato, su sufrimiento, por su dolor y su tristeza.

Vivió una tortuosa historia de amor, persistentemente adúltera, agónica, sufriente, con el escritor Juan Carlos Onetti, una relación presente en muchos de sus poemas que, al decir de Mario Vargas Llosa, son un testimonio cifrado de la apasionada y conflictiva aventura sentimental y sexual que compartieron, con sus austeros y lacónicos pero desgarrados y lacerantes versos de dolor animal o de goce, exaltación, frustración y nostalgia -todos los estados del amor pasión condensados en una poesía donde cada palabra, a veces cada sílaba, arde como una brasa-, lo que convierte a Idea Vilariño, siempre según Vargas Llosa, en una de las voces líricas más puras y ardientes de la poesía erótica moderna

Para acompañarla esta noche he elegido la música de Antony and the Johnsons, porque creo que hay una especie de paralelismo entre ambos universos, el poético de la uruguaya y el musical del inglés afincado en Nueva York: los dos son emotivos, profundos, sensibles, delicados, algo torturados, melancólicos y tristes, muy tristes. Antony, cuya trayectoria musical más reciente no me interesa tanto como su deslumbrante comienzo, dejó entonces, en los años anteriores a ese 2009 de la muerte de Vilariño, dos álbumes magistrales: Antony and the Johnsons y I Am a Bird Now, de los que están entresacados la mayor parte de los doce temas que integran la banda sonora de un programa que, estoy seguro, os va a entusiasmar.

 
Si muriera esta noche