EELS. NOVOCAÍNA PARA EL ALMA
El grupo musical Eels, y en particular su líder y podríamos decir que único componente, Mark Oliver Everett, protagoniza dos emisiones consecutivas de Buscando leones en las nubes, la de esta semana y la que os ofreceré dentro de siete días. Everett (Míster E, como también es conocido) es un personaje ciertamente singular. Un individuo algo misterioso, siempre original y desconcertante, bastante enigmático, rozando en ocasiones lo ‘disfuncional’, y en cualquier caso personalísimo y genial. Las dos dimensiones centrales de su personalidad artística, sobre todo la musical y en menor medida la literaria, centran los programas de estas dos semanas.
En su faceta musical Mark Everett lidera, como digo, un grupo, Eels, no demasiado conocido, con no mucha repercusión ni éxito masivo, pero que a mi juicio es extraordinariamente interesante y al que se deben un puñado de magníficos discos que están entre lo más sugestivo de la producción discográfica de estos primeros diez años del siglo. Brinking lights and other revelations, Souljacker o Shootenanny, y también Hombre lobo, Beautiful freaks, Daisies of the galaxy o el recientísimo End times son álbumes espléndidos, llenos de hallazgos, con instrumentaciones poco convencionales, muy distintos, en definitiva, a lo que se ofrece habitualmente en los cada vez más previsibles territorios del pop y el rock. En las emisiones de estas dos semanas podréis escuchar una treintena de sus principales temas, de modo que tendréis elementos de juicio más que suficientes para formaros, aquellos de vosotros que aún no la conozcáis, una opinión acertada de su obra. Una opinión que espero os resulte a la postre favorable, aunque -aviso para navegantes- sea necesaria una especial atención por vuestra parte: sus canciones, siendo asequibles y hasta, en ocasiones, pegadizas, no ‘entran’ fácilmente tras una primera escucha, necesitando, por el contrario, más de un acercamiento atento. Si lo hacéis, disfrutaréis de un grupo formidable y de unas piezas excelentes, y llegaréis -aventuro- a haceros adictos, como yo mismo lo soy ya.
En su vertiente literaria, os ofrezco textos de Cosas que los nietos deberían saber, la para mí gusto apasionante autobiografía de Mark Oliver Everett, que el pasado noviembre publicó la editorial Blackiebooks en traducción de Pablo Álvarez Ellacuría, con un estimulante prólogo del escritor argentino Rodrigo Fresán. La vida de Míster E es, ciertamente, poco convencional, y ese alejamiento de la norma es uno de los rasgos dominantes del libro. Mark Oliver Everett es, como he comentado, un personaje excepcional, un fuera de serie, un tipo extraño, si queréis que rebaje la intensidad de mis adjetivos. A esta singularidad contribuye, sin duda, su peripecia familiar, sus orígenes, la desafortunada acumulación de acontecimientos desgraciados en su infancia, y en general, en el resto de su joven vida que ahora llega a los cuarenta y siete años. El líder de Eels es hijo de Hugh Everett tercero, un reconocido científico norteamericano, uno de los más importantes del siglo, según la revista Scientific American, autor de la teoría de los universos paralelos, corresponsal de Einstein en su juventud; una persona que pese a su talento intelectual era incapaz para el trato humano con sus hijos. En los dieciocho años que hasta su prematura muerte convivió con Mark, sólo dirigió a éste un centenar de frases, de las que el joven vástago confiesa no haber aprendido casi nada; mucho menos, en cualquier caso de lo que, tras su muerte, pudo conocer de él a través de libros y revistas. La desaparición de su madre, tan querida por él, consumida por un cáncer terrible, la caótica vida de su hermana Liz, drogadicta, depresiva y finalmente suicida, la muerte de su prima, azafata, y del marido de ésta, en el avión que se estrelló contra el Pentágono en la aciaga jornada del 11 de septiembre, los sucesivos abandonos a manos de distintas novias, el inicial fracaso en su carrera musical… todo ello hizo de Mark un personaje esquivo, algo arisco, atosigado por la idea de la muerte e íntimamente convencido de que jamás llegaría a la edad adulta. Este carácter algo atormentado y sin embargo optimista y rebosante de sentido del humor aflora en los fragmentos que os encontraréis en las dos emisiones.
En la sección de vídeos, protagonismo absoluto, obviamente, para el grupo norteamericano y su sorprendente líder. Os dejo seis vídeos de otras tantas canciones emitidas en el programa. Todos se corresponden con actuaciones en directo y recogen las múltiples facetas de la histriónica personalidad de Mark Everett: conciertos acústicos y delirios eléctricos, interpretaciones comedidas y excesos disparatados, austeras presentaciones en solitario y desmesuradas apariciones arropado por un grupo numeroso, sencillas puestas en escena y carnavalescos desvaríos recargados, instrumentación elemental y profusión de artilugios sonoros, recogimiento y excitación, intimidad y ‘ruidismo’... muchas y muy diversas manifestaciones, en fin, de su genialidad artística: Mr. E’s beautiful blues, The good old days, Fresh feeling, Flyswater y I like birds son los cinco primeros. La propuesta videográfica de hoy se cierra con una sexta referencia, cómo no, su hit Novocaíne for the soul, cuyo título da además nombre al programa.
PD.- El de esta semana es el programa número cien de los depositados en esta página desde que el 4 de noviembre de 2008 dejara aquí La historia del amor. Teniendo en cuenta que dentro de un par de semanas Buscando leones en las nubes llegará a la emisión doscientos cincuenta (mencionar el ordinal, con estas cifras, me parece una pedantería), quedan aún muchas muestras de nuestra trayectoria por ofreceros en el blog, aunque de una gran cantidad de ellas, sobre todo de las correspondientes a los cuatro primeros años, no conservo registros de calidad y habrá que volver a grabarlas. En fin, ars longa, vita brevis.
Eels. Novocaína para el alma